Por María Cristina Prudant

 

La diputada Loreto Carvajal es la primera vicepresidenta de la Cámara, cargo al que llegó por una importante votación de sus colegas. Según contó a Cambio21 “en la Cámara desde que fui electa me he sentido muy respaldada por los colegas diputados. De pronto he sentido, obviamente el machismo porque soy la única mujer de la mesa de la Cámara y del Senado, pero también se nota esta sensación de ostentar un cargo de poder dentro de una institución tan importante como es la Cámara de Diputados, genera diferencias y a veces situaciones que hemos tenido que salir a aclarar, decisiones inconsultas, equívocas, se nota y se sigue perpetuando”   

 
A 50 días de la crisis social en nuestro país ¿cuál es su análisis de lo que está pasando?

La pregunta es compleja porque tiene muchas aristas desde cómo se ha ido desarrollando la calle, por así decirlo, la crisis social y cómo ha recibido la institucionalidad esta demanda tan masiva y sobre todo tan justa que estaba, de cierta manera, encubándose hace tanto tiempo. Entonces, desde esa mirada creo que el  balance es que se ha podido hacer un poco una reflexión profunda respecto a cuánto estamos preparados como país para entender  que la desigualdad era un tema de fondo y que había que hacerse cargo desde toda mirada. Desde allí, decir que hoy día hay que mirar el vaso desde los dos ámbitos. Desde lo positivo, en el sentido que hoy día se logra, como dice el eslogan Chile despertó, que hay un interés nacional y social porque el país cambie, porque tengamos cambios estructurales que permitan dar cuenta de ese Chile profundo que no se veía, como la pobreza por ejemplo, en como el desencantamiento, la frustración frente a la clase política, la institucionalidad, de cierta manera, estalló y las respuestas hoy día  es que no son las suficientes que esperábamos de un país que aboga tanto por democracia y que hoy día no ha sido capaz de tomar las demandas ciudadanas como la principal motivación desde la mirada de lo público.

¿Y cuál ha sido la reacción del gobierno?

Hoy día tenemos un gobierno que está todavía al debe, un Ejecutivo que no escucha, que no se hace cargo. Cuando vemos el empecinamiento, por decirlo así, del Presidente de hacer creer y de auto convencerse que esto tiene que ver con una cosa mayoritariamente vandálica donde habla de ciertos enemigos internos, donde habla de guerra, sacó sin ninguna reflexión, diría yo, los militares a la calle, donde se han vulnerado los derechos humanos se ha maltratado a jóvenes, a mujeres, donde ha quedado gente sin visión, donde efectivamente hoy día el tema de los derechos humanos sigue siendo, lamentablemente una prioridad en el país del cual el Ejecutivo no se hace cargo, como no se hace cargo la justicia, como no se hace cargo también nuestra alma nacional porque de cierta manera todavía existen esas posturas extremas de negacionismo frente a esto y otros también del absolutismo, el decir sí, efectivamente aquí todo ha sido en razón de eso o todo no ha sido.

Creo que hoy día dentro del balance negativo estaría, obviamente el no escuchar del Ejecutivo, del establisment político que también hoy día entendemos quiere de cierta manera ser protagonista, cuando hoy día el protagonista es la calle y cuando no hemos sido capaces tampoco incorporar una agenda conjunta y coordinada desde el Ejecutivo, Legislativo e incluso desde el Judicial a razón de dar algún canal de solución único o unificado respecto a este conflicto.

Y en lo positivo, ¿cómo ve la nueva Constitución?

Y por otro lado también lo positivo que significa comenzar a entender que el Chile del futuro tiene que partir por una base y un escenario, un trecho que tiene que ver con una  nueva Constitución, incorporar en ella los mecanismos de inclusión en todos los aspectos desde los pueblos originarios, las mujeres, hoy día es un mandato el cual nadie puede desconocer. Lamentablemente, creo que hoy día todavía existe la fracción, que al parecer no es muy minoritaria de la clase política, sobre todo de la UDI y el oficialismo que invisibilizan esto y que no se hacen cargo, que no tienen sintonía, pero además no tienen la suficiente visión para entender que el Chile del futuro tiene que estar construido con la diversidad y justicia que se merece un país donde quepan todos.  Y eso, tal vez,  puede ser un punto positivo de hacer esta mirada, que es lo que uno venía también proponiendo hace tiempo, de la revisión completa de la institucionalidad. Hoy día, no solo hace agua sino que ante esta prueba, por así decirlo, no hemos sido capaces de tener la madurez, la conciencia suficiente para actuar de una manera eficaz.

¿Usted cree que aquí han faltado autoridades más visionarias?

Todavía tenemos mucha descoordinación, no hay sintonía con cómo hay que abordarlo y también uno se pregunta, entre tantos actores, cabezas pensantes del país no hubo nadie que no previera un plan cuando esto estallara porque se entendía que iba a suceder. Con una desigualdad brutal que viene hace mucho tiempo demandándose, cuando hay una falta de inclusión con millones de mujeres el pasado 18 de marzo, el 2018, 2019 lo mismo y hoy día se sigue invisibilizando, se sigue negando y se sigue casi soñando un país que no somos, del que no estamos a la altura y esto fue un golpe de aterrizaje muy duro porque ha costado vidas, violaciones a los derechos humanos, lo material incluso para aquella gente que lo ha perdido, a propósito del vandalismo, sumado el vandalismo incubado de cierta manera desde hace tiempo, hoy día estalla y que la policía de inteligencia del país tampoco estaba preparada. Entonces, creo que ha develado ese Chile profundo que hoy está muy al debe y que, en general, en la mayoría de los casos, ha sido bien deficiente en responder a una sociedad que, entendíamos era destacada no solo en la Región sino internacionalmente.

¿Qué le parece el rol del Presidente Piñera, se ha convertido en un obstáculo para solucionar la crisis social?

El Presidente en su estructura está atado de manos, él tiene que responder a un  público con el que él está comprometido hasta los huesos desde  su acción privada hasta lo más público. Cuando él invisibiliza la realidad de un país porque tiene que mantener, de cierta manera protegido al mundo empresarial, y a su constante chantaje, cuando no ha sido tampoco capaz de manejar las policías, de manejar incluso su propio poder político dentro  de La Moneda, el Ejecutivo en su conjunto, con mucha prepotencia a través de sus ministros, con mucha indolencia, me refiero en este caso, por ejemplo, a la ministra de la Mujer Isabel Plá que ha tenido cero participación pero además, cero compromiso ético con las mujeres. De verdad, yo siento que tenemos un Presidente que no solo no ha estado a la altura sino que un Presidente que, hoy día, es absolutamente invisible, está absolutamente sobrepasado y perdido.

Creo que el rol de un Jefe de Estado, que uno hubiese esperado obviamente, que al menos tenga la capacidad de sintonizar con las demandas, de tomar las decisiones correctas en tiempos oportunos, de no improvisar y obviamente,  que en eso el Presidente Piñera lamentablemente, no ha estado a la altura, no ha dado el ancho y ha sido no solo frustrante su  gestión para mucha gente que creyó en él. Porque cuando hablaron de miles de empleos, se habló del crecimiento económico, de terminar con la inseguridad, la delincuencia, lo que hoy vemos es un Presidente abatido, sobrepasado, actuando improvisadamente y muy inseguro de todo lo que hace, lamentablemente creo  que no ha sido una contribución el Presidente Piñera.   

¿Usted cree que se puede producir un punto de inflexión de parte del  gobierno para darle solución a esta crisis?

Uno quisiera que hubiera un punto de inflexión y un sinceramiento de decir:¿saben qué, una autocrítica del Ejecutivo, lo hicimos mal, no cumplimos pero vamos a generar los cambios y vamos a tener la voluntad, porque aquí hay una falta de voluntad enorme también porque la agenda que tienen los ministros, los proyectos es como un cuenta gotas; hoy día damos esto pero no todo, a propósito de las pensiones subimos el 17% al millón y medio de adultos mayores pensionados que son los más pobres del país, pero le damos el aumento del 50% solo desde los 80 años y más, eso es no entender nada. Uno tiene la esperanza que se sintonice y de verdad hagan esa autocrítica no debiera ser hoy sino que debió ser hace 40 días.

No sabemos cuánto tiempo pueda pasar, porque a veces cuesta muchísimo remover la conciencia, pero hoy se trata de que por lo menos el Presidente, genere la autocrítica y tome las medidas porque ya no hay tiempo, se acabó hace rato. Lo que queda hoy es justamente tomar esa decisión y decir: aquí si hoy día tenemos que financiar lo que no creíamos que en situaciones normales debía hacerse, es el momento ya no tenemos más tiempo porque el país requiere avanzar pero requiere también tener garantías sólidas de que ha sido escuchado y eso, lamentablemente hasta el día de hoy no ocurre.