En vísperas del 50º aniversario del Golpe de Estado en Chile, el General (r) Ricardo Martínez Menanteau, excomandante en jefe del Ejército, compartió sus opiniones sobre uno de los momentos más oscuros de la historia chilena y la responsabilidad que recae en el general Augusto Pinochet.
En una entrevista con Radio Cooperativa, el General Martínez fue claro al afirmar que «la responsabilidad de todo lo que ocurrió la tiene el comandante en jefe de la época, el general Augusto Pinochet». Con más de 46 años de servicio en el Ejército, su declaración lleva consigo un peso considerable y una perspectiva desde dentro de la institución militar.
El General Martínez hizo hincapié en la importancia de las responsabilidades de mando en una estructura jerárquica como el Ejército. Señaló que cuando ocurren eventos de la magnitud del Golpe de Estado, es difícil ignorar la influencia y la toma de decisiones de los líderes militares. Enfatizó que, en una estructura tan vertical como el Ejército, las acciones pueden detenerse casi de inmediato si así se decide.
Uno de los ejemplos más sombríos de la dictadura de Pinochet que Martínez mencionó fue la «Caravana de la Muerte», una comitiva que dejó cerca de cien muertos en todo el país. Explicó cómo suboficiales subalternos recibieron órdenes de llevar a cabo fusilamientos, creyendo que eran producto de un consejo de guerra, aunque luego se descubrió que no era así. Este incidente arroja luz sobre la cadena de mando y la responsabilidad en los horrores de esa época.
Además de señalar la responsabilidad de Pinochet, el General Martínez destacó que diversos actores políticos también influyeron en el quebrantamiento de la democracia en 1973. Sostuvo que la situación política estaba tan crispada que muchos de estos actores buscaron activamente el Golpe de Estado y presionaron en los cuarteles militares para que se llevara a cabo.
En un dato revelador, Martínez mencionó que Augusto Pinochet se involucró en la planificación del Golpe de Estado solo 36 horas antes de su ejecución, lo que sugiere la rapidez y la tensión con la que se tomaron estas decisiones cruciales.
Por último, el General Martínez descartó la existencia de pactos de silencio a nivel institucional en el Ejército sobre el paradero de los detenidos desaparecidos. Sin embargo, admitió que podría haber acuerdos entre individuos específicos relacionados con eventos del pasado.
En resumen, las declaraciones del General Martínez arrojan luz sobre la complejidad de los eventos que llevaron al Golpe de Estado en Chile y subrayan la necesidad de seguir buscando la verdad y la justicia en relación con este capítulo oscuro de la historia del país.
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