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domingo, 24 de julio de 2011

¿Qué ocurrió y cuántas personas fueron asesinadas en los hornos de Lonquén?

¿Qué ocurrió y cuántas personas fueron asesinadas en los hornos de Lonquén? Los carabineros que ultimaron a los 15 campesinos quedaron en libertad por la ley de amnistía. “Los Archivos del Cardenal”, recuerda ese episodio horroroso

“Para uno es muy fuerte, yo recordaba que era muy niña cuando sucedió lo de Lonquén y que cuando termina el capítulo de la TV, donde les dicen que no nos entregarán a nuestros familiares, ese fue un momento de dolor inmenso, recuerdo que para mí, era incomprensible, yo tenía a mi padre desaparecido hace poco más de un año y fue una cosa brutal”, comentó Lorena Pizarro presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

Producto del primer capítulo de "Los archivos del Cardenal", la serie de TVN, Cambio21, quiso hacer memoria y recordar este duro momento de la historia reciente de nuestro país.

El 7 de octubre de 1973, 15 hombres fueron detenidos en distintas circunstancias en Isla de Maipo, sector agrícola al sur de Santiago. Se mantuvieron desaparecidos hasta el 30 de noviembre de 1978, cuando sus cadáveres fueron hallados en unos hornos de una mina de cal ubicados en Lonquén, a pocos kilómetros del lugar donde vivían los campesinos.

Ese mismo día de noviembre, la Vicaría de la Solidaridad, en ese entonces bajo la dirección del sacerdote Cristián Precht, creó una Comisión encargada de verificar las declaraciones hechas por un anciano, quien aseveraba haber encontrado numerosas osamentas humanas en la mina abandonada de esa localidad.

Así fue como ese día partió rumbo a Lonquén esta comisión integrada por Enrique Alvear, obispo auxiliar de Santiago; el Vicario Precht y Javier Egaña, Secretario Ejecutivo de la Vicaría; el abogado jefe de la Vicaría, Alejandro González; el abogado Máximo Pacheco; el director de la revista Qué Pasa, Jaime Martínez y el subdirector de la revista Hoy, Abraham Santibáñez.

Los hornos, ubicados al interior de la cooperativa agrícola El Triunfador, a unos 14 kilómetros de la ciudad de Talagante, eran dos viejas chimeneas de nueve metros de altura previamente utilizadas para la preparación de la cal.

La comisión regresó a Santiago y al día siguiente, el primero de diciembre, presentó una denuncia formal ante la Corte Suprema. El presidente del tribunal, Israel Bórquez, encargó a la jueza del crimen de Talagante, Juana Godoy, que confirmara el hallazgo e investigara el caso. Godoy convocó a personal de Investigaciones y antes de que estos llegaran al sitio partió rumbo a Lonquén con un grupo de la Vicaría encabezado por el sacerdote Gonzalo Aguirre, y el cual además incluía al fotógrafo Luis Navarro. La Vicaría, mientras tanto, había contratado una empresa constructora para que iniciara las excavaciones, y dentro de tres días el doloroso trabajo estaba listo y los restos de los quince cuerpos habían sido sacados de su lugar de entierro.

Este hallazgo, que estremeció la opinión pública, marcó un doloroso hito para los familiares de los centenares de detenidos -desaparecidos, víctimas del régimen militar: confirmó la terrible sospecha de que sus parientes estaban definitivamente muertos.

Sólo 517 restos óseos de las 15 víctimas se salvaron de desaparecer para siempre y fueron identificados tras los análisis antropológicos y odontológicos de un grupo de peritos internacionales.

El perito español Francisco Echeverría, afirmó que los restos que fueron separados y periciados corresponden al de las 15 víctimas que fueron halladas en 1978, y se estableció que la causa del fallecimiento correspondía a una muerte violenta homicida.

Pasaron años en que los familiares estaban convencidos de que sus seres queridos, si bien habían sufrido golpizas en la tenencia de Isla de Maipo, finalmente fueron acribillados antes de ser lanzados a los hornos de cal de Lonquén. Cosa que tras los peritajes quedó descartada, no hay lesiones por impacto de bala, son lesiones traumáticas contundentes. La muerte, entonces, fue causada por golpes.

En estos hornos de cal fueron encontrados los cuerpos de:
Sergio Maureira Lillo, 46 años.
Rodolfo Antonio Maureira Muñoz, 22 años.
Sergio Miguel Maureira Muñoz, 27 años.
Segundo Armando Maureira Muñoz, 24 años.
José Manuel Maureira Muñoz, 26 años
Óscar Hernández Flores,
Carlos Hernández Flores, 39 años.
Nelson Hernández Flores, 32 años
Enrique Astudillo Álvarez, 51 años
Omar Astudillo Rojas, 20 años
Ramón Astudillo Rojas, 27 años
Miguel Brant Bustamante, 17 años.
Iván Ordóñez Lamas, 17 años
José Manuel Herrera Villegas, 17 años.
Manuel Navarro

El hallazgo de los cuerpos de los 15 campesinos a fines de 1978, todos integrantes de prácticamente las mismas familias, claramente fue una alerta para Pinochet, quien determinó con un mensaje encriptado y descifrado por cada regimiento la llamada Operación Retiro de Televisores, como la llamó internamente el propio Ejército. La orden era clara: desenterrar los cuerpos de prisioneros asesinados y arrojarlos al mar. ¿Cómo lo harían? con helicópteros del Comando de Aviación del Ejército y de la Fuerza Aérea de Chile, que colaboró, por ejemplo, en el caso de los 26 cuerpos de Calama víctimas de la Caravana de la Muerte.

Los asesinos identificados

A principios del mes de abril de 1979, el ministro en visita Adolfo Bañados se declaró incompetente y el proceso por este caso pasó a la justicia militar. El 2 de julio, el fiscal militar dictó encargatoria de reo en contra del capitán Lautaro Castro Mendoza y los carabineros Juan Villegas Navarro, Félix Sagredo Aravena, David Coliqueo Fuentealba, José Belmar Sepúlveda, Jacinto Torres González, Manuel Muñoz Rencoret y Justo Romo Peralta, como autores de la muerte de las 15 víctimas de Lonquén. Sin embargo, el 16 de agosto se les aplicó la Ley de Amnistía, quedaron libres y se sobreseyó la causa. Esta resolución fue confirmada por la Corte Marcial el 22 de octubre de 1979.

El tardío pero necesario homenaje a las víctimas

Pasaron 37 años de ocurrido los hechos, 32 años luego de descubrir sus restos, pero al final se realizó un funeral y homenaje a las víctimas de los hornos de Lonquén.

Fue así como el viernes 26 de marzo del 2010, las 15 urnas fueron entregadas por el Servicio Médico Legal, trasladadas hasta la iglesia Recoleta Franciscana, donde inicialmente los cuerpos de las víctimas iban a ser velados un lejano 14 de septiembre de 1979.

Luego fueron trasladados a Isla de Maipo. En ese lugar recibieron un homenaje para ser enterrados en un Memorial en el cementerio de esa localidad. El domingo 28 de marzo del 2010, los quince campesinos de Isla de Maipo pudieron recibir un tribuyo de la comunidad y sus familias, realizando un funeral que tardó 37 años en llegar.

El primer capítulo de la serie "Los archivos del Cardenal", recordó ese crudo episodio, donde los familiares podían constatar que efectivamente sus seres queridos habían sido asesinados y no se habían "ido del país" como solían decir los canales oficiales.

El relato de una testigo

Cambio21 se contactó con la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Lorena Pizarro, quien frente a la emisión del primer capítulo de "Los archivos", dijo que "creo que es una serie que le hacía falta a Chile, que si bien es ficción basada en hechos reales, relata el horror de lo que significa vivir bajo una dictadura. Fíjate que solo fue el primer capítulo; la ví en familia y era una enorme impresión para mis hijas y que le sucedió a mucha otra gente y decir así era y no lograr convencerse, de lo tremendo, lo brutal y lo doloroso que es vivir bajo una dictadura", comentó.

La presidenta continúa su relato diciendo "qué necesario hubiese sido que estas cosas se dijeran en Chile recién terminada la dictadura, qué necesario para que se entienda porque nosotros a pesar de los años, seguimos exigiendo verdad y justicia, precisamente es para que eso que se relata ahí nunca más vuelva a suceder", enfatizó.

Pizarro además, recuerda cómo vivió ese tiempo: "Para uno es muy fuerte, porque vivió todo aquello, yo recordaba que era muy niña cuando sucedió lo de Lonquén y que cuando termina el capítulo, cuando les dicen que no entregarán a nuestros familiares, ese fue un momento de dolor inmenso, fue una situación que yo recuerdo que para mí, siendo una niña, era incomprensible. Yo tenía a mi padre desaparecido hacía poco más de un año y fue una cosa brutal, porque fue asumir que los habían asesinado, que fue lo que nos pasó a los familiares de los detenidos desaparecidos al conocer lo de Lonquén, pero también porque fui dimensionando que ni siquiera tenían la humanidad de entregarnos sus restos para poderlos sepultar", mencionó.

Por último, la dirigenta dice que "esperamos que los capítulos que vengan, que si bien son una historia de ficción, se basan en hechos reales, en un contexto histórico absolutamente real. Espero de verdad que eso haga reflexionar a Chile que aquí la reconciliación no se dicta por decreto, sino que en este país debemos sanarnos y para eso debe haber verdad, justicia y memoria, que es un gran aporte que hace esta serie al país", concluyó Pizarro.

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