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viernes, 30 de abril de 2021

LA COCINA EN LA MONEDA.

 Viernes 30 de abril 2021

MURO DE LIBRE OPINIÓN.
HOY EN LA COCINA DEL COMITÉ POLÍTICO DE LA MAÑANA NADIE HABLÓ SOBRE ALGÚN BONO PARA LOS DE LA COMISIÓN POLÍTICA Y TORTURA YASNA PROVOSTE NO SE ACORDÓ.
Marcos Rodriguez G
DDHH Chile
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Baltasar Garzón: «Los crímenes responden a una política generalizada del gobierno chileno, al frente del que está Piñera»

 Por: Agencia EFE | Publicado: 30.04.2021

Baltasar Garzón: «Los crímenes responden a una política generalizada del gobierno chileno, al frente del que está Piñera»Baltasar Garzón | Agencia Uno
«El artículo 28 del Estatuto de Roma es bastante claro a este respecto: la responsabilidad es del superior, que sabiendo que sus subordinados cometen presuntos crímenes de lesa humanidad, no adopta las medidas a su alcance para impedirlas», aseguró el ex magistrado en relación a la denuncia interpuesta contra el mandatario que también suscriben la Comisión Chilena de Derechos Humanos (CChDH), la Asociación Americana de Juristas (AAJ) y el Centro de Investigación y Desarrollo para la Democracia de Italia.

El ex juez español Baltasar Garzón se refirió este viernes a la denuncia que interpuso contra Sebastián Piñera por crímenes de lesa humanidad, cometidos en el país en el contexto del estallido social

Sobre la acción judicial, que también suscriben la Comisión Chilena de Derechos Humanos (CChDH), la Asociación Americana de Juristas (AAJ) y el Centro de Investigación y Desarrollo para la Democracia de Italia, Garzón aseguró en declaraciones que reproduce Cooperativa, que «el artículo 28 del Estatuto de Roma es bastante claro a este respecto: la responsabilidad es del superior, que sabiendo que sus subordinados cometen presuntos crímenes de lesa humanidad, no adopta las medidas a su alcance para impedirlas».


En opinión del abogado, las violaciones a los derechos humanos cometidas en Chile en las protestas de 2019 fueron una «política sistemática», razón por la que pidió a la Corte Penal Internacional investigar al mandatario.

«Los crímenes responden a una política generalizada del gobierno chileno, en cuyo frente está Sebastián Piñera, y fueron realizados de forma sistemática durante varios meses», aseveró Garzón, cuya fundación envió el jueves a La Haya (Países Bajos) una solicitud de investigación junto a diversas organizaciones chilenas y europeas.

[Te puede interesar] Baltasar Garzón y CChDH denuncian a Piñera ante Corte Internacional por crímenes de lesa humanidad

El texto, al que tuvo acceso Agencia Efe, también señala a los colaboradores «civiles y militares» de Piñera como autores de estos presuntos crímenes, cometidos a finales de 2019, durante el denominado «estallido social» que vivió el país, con masivas marchas que dejaron una treintena de muertos y cientos de heridos.

La crisis social, la más grave que vivió nuestro país después de la dictadura de Augusto Pinochet, empezó como una protesta contra el alza en el precio del Metro y se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo que se extendió durante un año.

Las protestas dejaron episodios de violencia con saqueos e incendios, además de acusaciones de distintos organismos como la ONU y Amnistía Internacional (AI), contra las fuerzas de seguridad por violaciones a los derechos humanos.

Ingresada la denuncia contra el Presidente, ahora la Fiscalía de la Corte Penal Internacional debe determinar si abrirá un examen preliminar y una posterior investigación, un proceso que se podría alargar durante varios años.

«Hasta ahora lo que habido es impunidad»

En palabras de Garzón, durante la eventual investigación será clave la complementariedad entre la Justicia internacional y la chilena ya que «hasta ahora lo que habido es impunidad» y no «una investigación efectiva» de los crímenes.

Según los denunciantes, muchos delitos cometidos durante el denominado estallido social fueron «fraudulentamente» calificados «para favorecer su posterior impunidad» y sus investigaciones han sufrido «demoras injustificadas».

El presidente de la CCHDH, Carlos Margotta, dijo que se abrieron más de 11.000 investigaciones a raíz de la crisis social, y más de 6.300 fueron concluidas sin determinación de responsables.

«Homicidios, torturas, mutilaciones, detenciones arbitrarias y actos inhumanos causaron daño intencional a miles de habitantes (…). No podemos permitir la impunidad», agregó Margotta.

Piñera, quien asumió su segunda administración el 2018 , ha negado reiteradamente que existiera una política sistemática y deliberada para reprimir las marchas y si bien se refirió a los abusos policiales al comienzo de las protestas como «casos aislados», casi dos meses después del estallido reconoció que hubo «atropellos a los derechos humanos».

El mandatario se comprometió a reformar Carabineros, la entidad más cuestionado durante las marchas y cuyo director general Mario Rozas dimitió tras varios informes internacionales de derechos humanos que acusaban excesivo uso de la fuerza.

Avanza la Huelga General Sanitaria: “Que la crisis no la paguen los trabajadores. ¡Fuera Piñera!”

Con el lema Pan, trabajo, salud y dignidad, comenzó este viernes la huelga general sanitaria, convocada por  centenares de organizaciones en rechazo a la gestión del gobierno del presidente Sebastián Piñera.

Numerosos sindicatos, organizaciones, partidos y movimientos políticos se sumaron a la protesta, entre ellos organizaciones portuarias, mineras, el movimiento No más TAG, la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, el Colegio de Profesores, y los movimientos y partidos de izquierda que conforman la plataforma Chile Digno, Verde y Soberano y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).

También, la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Chile y organizaciones obreras y profesionales de los más variados sectores.

 

A las 7 horas de esta mañana desde el frontis del Hospital Barros Luco, organizaciones sindicales impulsadas por la Fenats Barros Luco, junto con organizaciones políticas y barriales de la comuna de San Miguel marchan en conjunto por la principal arteria principal de la zona sur de Santiago, informa La Izquierda Diario.

Las organizaciones convocantes para esta marcha están agrupadas en una coordinación de trabajadores, pobladores, jóvenes y disidencias, compuesta por la Fenats base del Hospital Barros Luco, la agrupación barrial La Minga de San Miguel, el Colegio de Profesores de San Miguel, la agrupación de trabajadores de la salud Abran Paso, la organización barrial Ketrawe, Asamblea Territorial de San Miguel, Asamblea de disidencias de San Miguel, la agrupación juvenil anticapitalista Vencer y la lista Trabajadores Revolucionarios del Partido de Trabajadores Revolucionarios.

Los motivos de esta movilización se enmarcan al llamado de “huelga sanitaria” contra “un gobierno absolutamente indolente y representante de los empresarios, que gobierna con y para los ricos en la mantención de sus privilegios, mientras nosotros estamos precarizados, en el ámbito económico y sanitario”, señalan en un comunicado en conjunto.

La iniciativa surge como antesala al 1 de mayo, Día Internacional del Trabajador, aunque sin el despliegue de las grandes manifestaciones callejeras de otros años debido a la pandemia del Covid-19, reseña Prensa Latina.

La huelga es en rechazo a lo que la clase trabajadora y la población en general califican de indolencia y avaricia del Gobierno. Una declaración de la CUT indica que el Ejecutivo ha sido ineficiente y errático en el control de la pandemia, “cobrándose con ello miles de vidas humanas, y no ha dudado en salvaguardar los intereses de las grandes empresas, sumiendo al país en una profunda crisis económica y social”, refiere el pronunciamiento.

Entre las demandas principales de la CUT figuran el reclamo de un salario mínimo de 500 mil pesos chilenos (unos 700 dólares) y una Renta Básica Universal para el 80% de la población.

También la congelación de los precios de los alimentos, así como apoyar la aprobación de un impuesto a los súper ricos, proyecto que se analiza en el parlamento impulsado por la bancada comunista y diputados de otras fuerzas.

OPINIÓN POLÍTICA Solo hemos perdido algo más de treinta años

     

El alcalde Jadue fue el único dirigente político que fue a la Plaza Dignidad sin esconder su identidad. Otros fueron de incógnito o no fueron.

El edil recoletano sumaba otra gracia a su nutrido currículo de aciertos a la cabeza de la municipalidad de Recoleta.

Desde hace un tiempo su gestión ha sido revisada con lupa para encontrar el negocio ilícito, el arreglín, la coima. El alcalde Jadue ha pasado la extrema revisión con cero faltas.

La suma de sus gracias lo impusieron como uno de los dos políticos que arrasan en las encuestas, la otra es Pamela Jiles. La gente que sintoniza con su lenguaje e ideas lo ha hecho un sólido competidor en las siguientes elecciones presidenciales.

Pero el alcalde Jadue ha dejado de manifiesto su reticencia: No quiero ser presidente de Chile, pero estoy disponible, que es distinto, pirueta verbal que dice, pero no dice.

No le falta razón. Hacerse de la presidencia importa un peligro mayor. Para decir las cosas por su nombre, ni Jadue ni nadie en la izquierda, como sea que entendamos este concepto, tiene peregrina idea de qué hacer llegado al gobierno.

Una cosa es la consigna, el puño en alto y otra muy distinta y lejana es un proyecto político, un programa, algunas ideas en aquellos temas de urgente solución, una perspectiva de futuro, un perfil de país diferente.

¿Tiene la izquierda una sólida coalición política que dé soporte a un gobierno que se proponga un par de cosas así? ¿Goza del apoyo real del populacho?

¿Se ha trabajado en función de la unidad del pueblo como impulsor y respaldo de un gobierno contrario a lo que ha hecho la derecha y la ExConcertación y perfile, allá bien lejos, el país que la gente merece?

¿Es posible pensar un gobierno sin un Congreso, gobernaciones, municipalidades, etc., con suficientes mayorías como para impulsar medidas en la alambicada estructura jurídico legislativo y administrativa del aparato del Estado?

Pero, mucho antes, ¿hay ganas de llegar al gobierno?

Acerca de un hipotético gobierno de Jadue, Teillier, presidente del PC, dijo que será de izquierda, pero va más allá de la izquierda. Otra pirueta idiomática que dice que de haber un gobierno será con los carcamales de siempre.

¿Se puede confiar en la Democracia Cristiana, en los partidos Socialista, Radical o por la Democracia? ¿Sería sano hacerlo?

En este momento preciso pasa la cuenta la absoluta falta de visión de la izquierda, su analfabetismo para leer lo que ha pasado en el país, su gigantesca ausencia de autocrítica para mirar de frente sus carencias, su distancia con el pueblo real, sus faltas, indecisiones y cobardías.

La crisis por la que atraviesa el sistema es obra de los movimientos y organizaciones sociales, la gente común, el poblador, los estudiantes que dieron cara a Piñera y a sus tropas de asalto y a todo lo hecho antes. Los partidos tendieron a desparecer del lenguaje popular y de las organizaciones donde antes eran los líderes indiscutidos, imbatibles e históricos.

Las organizaciones de los trabajadores tampoco fueron capaces de ponerse a la altura de las exigencias de la historia. De audacia ni hablar. Aquellos que habían sido capaces de sacar a millones a la calle desaparecieron de la comarca. La CUT ya lo había hecho antes. La ANEF, el Colegio de Profesores, los colectivos de mujeres y el movimiento NO más AFP, entre otros, solo marchaban con batucadas y permisos oficiales.

De política, ni hablar. Se le dejó este campo a un sistema desfondado por su corrupción. De propuesta para un país diferente, nada, como si los trabajadores no tuvieran derecho a luchar por uno.

La extendida rebelión de octubre pasó por encima de todo lo que había. Vibró un solo convencimiento: que nada era suficiente para restañar la dignidad, el derecho y la merecida justicia que el estatus quo ha dejado simplemente ha negado.

Estalló una crisis de la que aún no sabemos todas sus consecuencias, en la que la gente llana tomó sus propias decisiones, impulsó sus propios combates, no necesitó de vanguardias o guías y no hizo sino lo que saliera de su propia audacia.

La gente obedeció a su instinto y dejó en claro el poder que hay en la masividad y justicia de su reclamo, junto con evidenciar la falencia estratégica de no tener un proyecto.

El estallido popular tuvo en su seno dos rasgos contradictorios pero que explican mucho: la fortaleza de lo inorgánico fue a la vez su debilidad: no contar con una mínima estructura, con dirigentes o voceros reconocidos, con objetivos claros.

Luego, el tráfago electoral que impuso el acuerdo del 15 de noviembre y que buscó salvar el andamiaje político institucional a punto de derrumbarse, delineó elecciones que se cruzaron con las establecidas por el calendario oficial.

En breve, se deberá elegir a los convencionales, gobernadores regionales, alcaldes, concejales, diputados, senadores y al presidente de la república. En ninguna de esas candidaturas ya desplegadas, o en muy contados casos, el pueblo, ese que peleó, tuvo pito que tocar.

Entonces sucede que un militante comunista se eleva por sobre todos los competidores como el mejor posicionado de los candidatos presidenciales, dejando muy atrás a los nombres de la derecha y de la exConcertación. Impulsado por sus obras, talante y palabras, Jadue sale al ruedo apoyado por la simpatía espontánea de la gente.

Y es cuando el pueblo que detesta no solo a Piñera y a la derecha, sino que a toda una cultura de despojo y castigo, queda acorralado entre un candidato que podría pero no quiere, y la gente que quiere y no podría.

La mayor crisis de posdictadura fue detonada por la rebelión popular de octubre del año 2019, la que demostró la incapacidad del sistema para siquiera entender lo que pasa, dejó en claro la distancia enorme entre la elite del poder y la gente del mundo real y el absoluto analfabetismo de la izquierda para leer el estado de la cosa.

¿Qué rol jugará la gente que peleó en octubre del 2019 en este proceso eleccionario ¿Será un mero espectador de las decisiones de otros?

Peor aún ¿está en condiciones la izquierda, como sea que la entendamos, de echarse encima un país cuyo sistema político está en crisis hace mucho y en donde las expectativas de la gente llegado el caso no va a entender de tiempos, plazos y paciencia?

¿Enfrentará un eventual gobierno del exitoso alcalde Jadue las exigencias de la gente tramitada, despreciada, explotada y engrupida durante decenios? ¿Hay capacidad suficiente para ese vendaval de reivindicaciones?

¿Tienen un proyecto, un programa, algunas ideas para el efecto?

Conforme suceden las cosas, se refuerza la idea de que el pesimismo es un buen predictor. Como advirtió José Saramago, el optimista está encantado con lo que hay.

Las candidaturas mejor instaladas, el alcalde Jadue, y la diputada Jiles que tampoco quiere, no prosperarán. Se bajarán en pro de sujetos como Guillé o Muñoz, quienes negociarán todo lo que sea necesario.

Quizás en esta pasada se entienda que desde el pueblo no solo se puede levantar un proyecto político para un país decente, sino que es la única opción que va quedando.

Pero tranquilos, solo se han perdido algo más de treinta años.

 

Por Ricardo Candia Cares

Hija del lonko Alberto Curamil denuncia que su padre fue herido en medio de manifestación mapuche

 por  30 abril, 2021

Hija del lonko Alberto Curamil denuncia que su padre fue herido en medio de manifestación mapuche

Crédito: Goldman Environmental Prize

De acuerdo al relato de su hija, Belen Curamil, el dirigente de la comunidad Pancho Curamil se encontraba manifestándose en la carretera en apoyo a una werken a quien desconocidos "latifundistas" le quemaron su casa en el lof Koyam Montre de Perquenco. En ese momento, llegó personal de Control de Orden Público de Carabineros quien, según Curamil, reprimió la protesta usando elementos disuasivos. Ahí su progenitor "fue herido gravemente de un disparo y está preso en el Hospital de Lautaro".

Este jueves se conoció que el lonko mapuche Alberto Curamil resultó herido en el marco de una manifestación indígena ocurrida en la Región de La Araucanía.

De acuerdo al relato de su hija, Belen Curamil, el dirigente de la comunidad Pancho Curamil se encontraba manifestándose en la carretera en apoyo a una werken a quien desconocidos "latifundistas" le quemaron su casa en el lof Koyam Montre de Perquenco.

En ese momento, llegó personal de Control de Orden Público de Carabineros quien, según Curamil, reprimió la protesta usando elementos disuasivos. Ahí su progenitor "fue herido gravemente de un disparo y está preso en el Hospital de Lautaro".

"Mi padre y la comunidad fueron a apoyar a una hermana a quien le quemaron su casa, ellos se iban a retirar y llegaron las Fuerzas Especiales disparando a mujeres y niños sin piedad", añadió.

La información fue confirmada también por la abogada pro causas mapuche Manuela Royo, quien informó que "el lonko tiene diversos perdigones alojados en diferentes partes del cuerpo, en el tórax, manos y piernas". Además, afirmó que "está detenido su hijo de 16 años de edad".

Desde Carabineros de La Araucanía se informó que por desórdenes públicos fueron detenidas tres personas de un total de 40 que participaban de cortes de ruta y hechos de violencia.

OPINIÓN

 

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Libertades religiosas en peligro

por  30 abril, 2021

Libertades religiosas en peligro
Todos, tanto laicos, ateos como creyentes –incluidos incluso los terrenales economistas–, deberíamos estar profundamente preocupados ante lo que ha estado aconteciendo en nuestro país desde el 18-O respecto a las amenazas a la libertad religiosa. Como lo indica la declaración vaticana Dignitatis Humanae, debemos defender esta libertad civil esencial y condenar tajantemente la violencia que la amenaza en Chile, ya que ella es uno de los pilares fundamentales de la dignidad humana.

Se ha publicado recién una pésima noticia para el país, la que, sin embargo, ha pasado inadvertida en nuestra polarizada y sobrecargada agenda política: Chile por primera vez fue clasificado en un “grupo de observación”, que advierte sobre las amenazas religiosas debido a la constante quema de iglesias durante la crisis social. Esta problemática realidad ha sido alertada en el nuevo informe sobre libertad religiosa en el mundo, publicado por la fundación alemana Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN). La ACN genera este reporte respecto de la libertad religiosa en el mundo desde 1999. Por primera vez desde que se tienen mediciones, desde dicho año, Chile aparece como un país en donde la libertad religiosa se ve amenazada y vulnerada.

Por primera vez desde el retorno de la democracia, Chile ha retrocedido en materias de sus libertades de conciencia, de expresión y religiosas. Según el informe, esta es la primera vez que el país aparece en aquella lista de países en los cuales las creencias religiosas y sus prácticas se están viendo amenazadas. Desde el 18-O, el estudio contabiliza al menos 59 iglesias saqueadas, destruidas, quemadas, vandalizadas, etcétera. Cincuenta y tres de ellas católicas y seis evangélicas.

Chile pareciera haber rápidamente involucionado, a punta de una ciudadanía barbárica e irrespetuosa de las libertades más básicas, para colocarse dentro de aquel trágico grupo de países con Estados débiles o fallidos. Efectivamente, no por nada el Fund for Peace, en su reciente informe del Ranking de Estados Fallidos 2020, señala que: “El país que más empeoró en el Índice de Estados Frágiles de 2020 es Chile, un cambio notable para un país que había estado demostrando mejoras constantes (…) Sin embargo, las recientes protestas por la desigualdad económica y social (…) destacaron las vulnerabilidades subyacentes”.

Entre los actos de violencia que señala el estudio se cuentan incendios, saqueos, profanaciones, interrupción de servicios religiosos y daños en puertas y verjas de iglesias. De hecho, para “conmemorar” el primer “aniversario” de las protestas ocurridas desde el inicio del estallido social, el 18 de octubre del 2020, manifestantes incendiaron dos iglesias emblemáticas de Santiago. La primera en arder fue la iglesia de San Francisco de Borja, posteriormente quemaron la Iglesia de la Asunción, que es uno de los templos más antiguos de la capital, con más de un siglo y medio de antigüedad.

En resumen, y como lo ha señalado María de los Ángeles Covarrubias, presidenta de la ACN en el país: “Chile se encuentra en el grupo llamado ‘de observación’, categoría en que se ubican las naciones en las que se han manifestado factores de reciente aparición y que preocupan, porque podrían conducir luego a una degradación de la libertad de religión”. Es interesante mencionar que los otros países de Iberoamérica que se encuentran en esta triste realidad son Guatemala, Haití, Honduras y México.

Chile pareciera haber rápidamente involucionado, a punta de una ciudadanía barbárica e irrespetuosa de las libertades más básicas, para colocarse dentro de aquel trágico grupo de países con Estados débiles o fallidos. Efectivamente, no por nada el Fund for Peace, en su reciente informe del Ranking de Estados Fallidos 2020, señala que: “El país que más empeoró en el Índice de Estados Frágiles de 2020 es Chile, un cambio notable para un país que había estado demostrando mejoras constantes (…) Sin embargo, las recientes protestas por la desigualdad económica y social (…) destacaron las vulnerabilidades subyacentes”.

Nos encontramos en la deplorable realidad de que no solo hemos retrocedido de forma considerable en materia de nuestras libertades económicas, sino que, más preocupante aún, ahora estamos retrocediendo (desde el 18-O) respecto a nuestras libertades más fundamentales, como la religiosa y de conciencia. Lo paradójico de la situación chilena es que las amenazas violentas contra las libertades religiosas no provienen de un ataque organizado por parte del aparato estatal (como ocurre en Cuba, Venezuela y Nicaragua), sino que dichas libertades se están viendo amenazadas por la intolerancia y la barbarie de nuestros mismos compatriotas, que descargan su ira y su cólera contra iglesias, púlpitos, estatuas y, finalmente, contra nuestras propias libertades.

Un ataque, en definitiva, a nosotros mismos y a lo que queda de nuestra carcomida conciencia. Como lúcidamente lo reconociera Ortega y Gasset: “Quemar, pues, conventos e iglesias no demuestra ni verdadero celo republicano ni espíritu de avanzada, sino más bien un fetichismo primitivo o criminal que lleva lo mismo a adorar las cosas materiales que a destruirlas”.

Ya los primeros liberales como John Locke y Adam Smith, advertían la importancia de la libertad religiosa para sustentar un sistema social pacífico que protegiera no solo nuestro cuerpo y nuestro bolsillo, sino que también nuestra conciencia y la esencia más trascendental de lo que implica ser un ser humano. Además, el Premio Nobel de Economía Douglas North ha argumentado que la ampliación de las libertades civiles y la libertad política, en general, conducen al crecimiento económico y a la prosperidad de los países (North, Wallis y Weingast, 2009). No obstante, un subconjunto de dichas libertades civiles –las religiosas y de conciencia– a menudo se omiten en tales discusiones.

Un reciente estudio ha venido a subsanar esa mirada reductivista para con las libertades civiles, argumentando que las libertades religiosas realmente tienen efectos positivos en el bienestar material y social de los países (Gill y Owen, 2017). Así, la libertad de culto y su protección tienen consecuencias positivas para el crecimiento económico, cultural y social de los países.

El estudio de Gill y Owen (2017) señala tres lecciones fundamentales que deberíamos tomar seriamente en consideración: primero, que la libertad religiosa promueve la diversidad cultural, la seguridad y la prosperidad. Segundo, que la libertad religiosa atrae a ciudadanos y empresarios que fomentan el crecimiento económico. Tercero, que la tolerancia y la libertad religiosa fomentan las interacciones económicas y culturales pacíficas al disminuir las barreras culturales, enriqueciendo las arcas fiscales de los países.

En definitiva, todos, tanto laicos, ateos como creyentes –incluidos incluso los terrenales economistas–, deberíamos estar profundamente preocupados ante lo que ha estado aconteciendo en nuestro país desde el 18-O respecto a las amenazas a la libertad religiosa. Como lo indica la declaración vaticana Dignitatis Humanae, debemos defender esta libertad civil esencial y condenar tajantemente la violencia que la amenaza en Chile, ya que ella es uno de los pilares fundamentales de la dignidad humana.

Asimismo, la defensa de la libertad religiosa contribuye también al florecimiento social, económico y cultural. La historia y el análisis económico nos proporcionan evidencia de que la tolerancia y la libertad religiosa mejoran el bienestar social en muchos ámbitos, incluidos el crecimiento económico y la gobernabilidad democrática. Dicha tolerancia también fomenta mayor respeto y mejores interacciones sociales al disminuir las fronteras culturales, recordándonos nuestra humanidad y trascendencia compartida. En estos tiempos tan oscuros por los cuales pasa el país, haríamos bien en prestar atención a dichas lecciones y recordar nuestra extraviada humanidad y trascendencia compartida.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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