Vistas de página en total

domingo, 31 de mayo de 2020

TUVE HAMBRE Y ME DISTE DE COMER.

Domingo 31 de mayo 2020
[difusionpvejar] Les invito a colaborar. Campaña de Recolección de Alimentos - Olla Común. Corporación Memoria Lonquén

UN GRAN COMPAÑERO JORGE ZUÑIGA SAN MARTIN.

Domingo 31 de mayo 2020
Recordando a un gran compañero
Como fue Jorge Zuñiga San Martin.
Que en paz descansa.
Marcos Rodriguez G.
ARI y DDHH Chile.

OPINION.

Un regalito para nadie

Por: Catalina Mena / Publicado: 31.05.2020
Críticas a la entrega de cajas. / AGENCIA UNO
Sabía que la caja le iba a durar poco y que había algo tramposo (“gato encerrado”, dijo) adentro. Pero nada podía empañar ese momento de pasajera felicidad. Por primera vez alguien, que no fuera un vecino o un doctor, le decía su nombre y le pedía su carnet.
Entre tanto valle de lágrimas, hace cinco días recibí una buena noticia. Una mujer amiga, que vive en una población de San Bernardo, me llamó una mañana para contarme que le habían tocado el timbre. Ella está pasando cuarentena con una hija que tiene parálisis cerebral y usa pañales. Pero tuvo tres hijos más. Uno se suicidó en una cárcel del norte, a los 18, cuando lo pillaron traficando coca. El otro se murió chico, como a los 6 años, cuando una noche se sintió pésimo y fue a la posta: la mamá aguardó en la sala de espera hasta las 6 de la mañana, y recién entonces fue a preguntar por su hijo. “¿No le dijeron que murió?”, fue la contrapregunta. Le quedó otro hijo que vivía con ella y que era un alumno esforzado. Sacaba las mejores notas en la escuela y podía quedarse trasnochando adentro de la cama (para no tener frío), con la luz de una vela (porque nadie pagaba la electricidad), estudiando las materias escolares. Pero de repente se achoró, encontró una novia en la pobla y decidió que su vida era una mierda. Así es que se fue con la novia y dejó a la madre sola
Zulema ya había sido abandonada por el padre muchos años antes, cuando el hijo menor era una guagua. El hombre trabajaba en faenas agrícolas y se ausentaba por largas temporadas. Un día no volvió más. Así es que la señora tuvo que hacerse cargo del chiquerío. Para eso conseguía planchados. Iba a las casas del barrio de Estación Central, tocaba el timbre, y se ofrecía para planchar la ropa. Con esto se las arregló un buen tiempo para sostener a la familia. Entre medio, tras la muerte del niño de 6, se enfermó de cáncer y ha pasado entrando y saliendo del hospital durante 20 años. Dice que no se muere porque tiene que cuidar a su hija mayor, la que tiene parálisis cerebral, que por suerte hasta hace 2 meses y medio estaba en un internado donde no había que pagar, excepto los pañales. Ahora el internado se cerró, por culpa del virus. Y entonces esta mujer está con su hija en la casa.
Pero hoy recibió la famosa cajita. Me llamó para contarme que sí, que ahora a ella le habían tocado el timbre. “¿Es usted Zulema?”. “Sí, soy yo”. “Me dijeron mi nombre, mi propio nombre. Me pidieron el carnet y me entregaron la caja”.
De inmediato comenzó a enumerarme el contenido de la caja, que venía llena, aclaró (y no vacía, como le ha pasado en otras ocasiones). Lo que ocupaba la caja eran 2 paquetes de té negro, una bolsa de leche en polvo de 900 gramos, 1 kilo de harina, 4 paquetes de fideos de 400 gramos, 2 kilos de arroz, 3 tarros de jurel, 1 kilo de lentejas, 1 kilo de garbanzos, 3 tarros de verdura en conserva, 3 tarros de fruta en conserva, una botella de aceite, 1 kilo de azúcar, 1 kilo de sal, 3 sopas en polvo, un tarro de leche condensada, una bolsita de aliño surtido, 2 tarros chicos de salsa de tomates, una bolsita de mermelada y tres pequeñas bolsitas de levadura (quizás lo más preciado). Observó, eso sí, que eran “demasiados fideos” y que en el almacén de la esquina esa caja completa le costaba 17 mil pesos (y no 34 mil, que es lo que pagó el gobierno al empresario Álvaro Saieh, quien fue uno de los principales proveedores).
Sabía que la caja le iba a durar poco y que había algo tramposo (“gato encerrado”, dijo) adentro. Pero nada podía empañar ese momento de pasajera felicidad. Por primera vez alguien, que no fuera un vecino o un doctor, le decía su nombre y le pedía su carnet. Alguien con una caja y una casaca roja le comprobaba que ella existía. (Parece que existimos –nos sentimos caja llena– cuando alguien nos nombra).
Hoy la llamé para preguntarle cómo le estaba yendo con la cajita. Me dijo que ya se habían comido casi todos los tallarines, les quedaba medio paquete de lentejas, tal vez para dos días más. Me confesó llorando que se sentía estafada, porque ahora se había enterado que la próxima caja se entregaría en seis meses más.
La ilusión había durado 5 días, contados. Pero, ¿por qué? ¿Si esa poquita cosa (ese regalito con nombre, que luego se volvió engañoso, después deficiente, y que ahora tenía cara de estafa) igual logró palearle el hambre por un rato? Los casacarroja tienen la respuesta. Ellos saben que pueden entregar un “regalito” (un “engañito”, dice también la jerga popular, “algo que sea”, “casi nada”) a “nadie”. Y que ese “nadie” se los va a agradecer. (Mañalich, en un arrebato de sinceridad, ahora dice que no sabía que existía tanta pobreza y hacinamiento en la Región Metropolitana… ¿en serio?).
La cuestión cae en la categoría del “regalito” que hay que agradecer (“a caballo regalado no se le mira el diente”). No es un derecho, no es nada que uno merezca. (¿Derechos? ¿Yo tengo derechos?, se preguntará Zulema en su orfandad). Y la táctica del “regalito” (cuando se realiza desde el poder hacia el subalterno) es una de las formas más perversas del abuso del poder; ha sido frecuente en el abuso sexual así como en la trata de personas o en las relaciones que tenían los latifundistas con el inquilinaje: no darles plata (para que “no se malacostumbren”), mejor darles un regalo. No un justo sueldo: mejor las fichas para la pulpería.
Se transa el sometimiento por un pequeño beneficio material, palpable, visible, cargado de un sentimentalismo exento de valor económico. Para que ese baile funcione se necesita que haya gente “vulnerable”. El término “vulnerabilidad” es un eufemismo. A veces alude a desventajas frente a la justicia penal, a la seguridad humana, a la salud, etcétera. Pero siempre atañe a la posibilidad de ser “víctimas-agradecidas” de un “regalito”. Ser pobre, pertenecer a un grupo minoritario o no tener una condición jurídica reconocida te ubica en ese lugar.
Y vuelvo a la Zulema. Su resignada felicidad –que poquito le duró– respondía a ese “Decálogo del Buen Pobre” que describió el periodista Daniel Matamala: agradecido, comprensivo, paciente. La actitud de quien nunca ha tenido nada, de quien se acostumbró al ninguneo, de quien asume su condición de “necesitada” como identidad cultural –desde el latifundio a esta parte– y agradece lo poco que le den. Receptivo y obediente (si realmente es un “buen pobre” y no un “delincuente”).
Y es que el hambre de Zulema no es sólo esa sensación agobiante de pasar días con el estómago vacío y buscar la forma de conseguir alimento, sino también la experiencia arrastrada, durante casi toda su vida, de no ser nadie, de ser caja vacía. Necesitar la mirada de otro para llenarse: ser reconocido. Entonces escuchar el propio nombre, dicho por otro, le quitó el hambre por un rato. Debe ser por eso también que cuando uno se enamora deja de comer: era hambre de otra cosa.
Catalina Mena
Catalina es periodista y crítica de arte.

Científico chileno de Harvard donde estudió Piñera recomienda "partir de cero" y exige “cambio de equipo” en el ministerio de Salud

Una columna de opinión de Gonzalo Bacigalupe, académico y máster en Salud Pública de la Universidad de Harvard, planteó una dramática realidad respecto al panorama actual de Chile frente a la pandemia de coronavirus: “Chile y COVID-19: partimos de cero“, se titula el texto publicado en La Segunda.

“Se asesoraron por investigadores en inteligencia artificial sin calle, sin entender nuestra idiosincrasia. No aprendieron de lo que había sucedido en países con culturas similares -relaciones sociales de mucha cercanía, alta desconfianza en la autoridad, saliendo de crisis políticas y sociales- como Italia y España”, sentencia Bacigalupe en la columna.

El académico explicó que plantea que partimos de cero ya que “hay que pensar de nuevo una serie de medidas”.

“Pienso que los dados están echados respecto a lo que va a suceder en las siguientes semanas, sobre todo y lamentablemente en los índices de mortalidad, que van a continuar creciendo“, afirmó.

Por otro lado, adelantó que decenas de investigadores se sumaron a una carta abierta que se publicaría este sábado, con el fin que “se tomen medidas y se evite que esto sea una catástrofe”.

En ese sentido, señaló que es necesario impulsar una medida que permita hacer que ese 15% de infectados que estaría saliendo de todas formas llegue a 0, mediante la entrega de un pago a quienes lo requieran.

“A la gente le tenemos que pagar para que se pueda quedar en cuarentena. Es así de drástico. Tenemos que poder sostener a las personas para evitar el mayor contagio y disminuir la carga viral“, aseguró Bacigalupe.

Por otro lado, el experto en salud pública se refirió a las declaraciones del ministro Jaime Mañalich en un matinal nacional, donde aseguró que “no tenía conciencia” de la magnitud de la pobreza y el hacinamiento del país.

“Que un ministro de Salud, que está a cargo del cuidado de la salud de un país, diga que no entiende la magnitud de la pobreza que existe en el país, y del hacinamiento, me parece casi insolente, irresponsable realemente. Sabemos que hay cientos de miles de personas que viven en campamentos. Eso lo tiene que saber cualquier funcionario público”, dijo Bacigalupe.

Además, comparó la situación con lo que pasaría en Estados Unidos, donde el académico reside, si un ministro de Salud dijera algo similar: “inmediatamente un comité del Congreso lo hubiera llamado para que se explique”.

Finalmente, aseguró que “se requiere un cambio de equipo”, en relación a los implicados del gobierno en el manejo de la crisis sanitaria. “Si una columna escrita por un investigador de alguna manera genera tal reacción, es que realmente la persona que está dirigiendo la estrategia para la crisis no tiene ninguna legitimidad“, agregó.

“Propuestas para evitar una catástrofe”: 40 científicos envian carta abierta a Piñera por pandemia. Lea el documento completo y quiénes lo firman

A través de una misiva dirigida al Mandatario, sociedades científicas y ligadas a la investigación epidemiológica, solicitan al Gobierno considerar de manera “inmediata” una serie de medidas para evitar que el país viva el peor de los escenarios debido a la propagación del coronavirus.
Los investigadores apuntan a aumentar la capacidad de testeos, garantizar el acceso a licencias médicas y potenciar una estrategia clara de residencias sanitarias. Además, recomiendan nuevas medidas de ayuda social, como que “las cajas con mercadería se reemplacen con subsidios directos a las familias”, escuchar a las autoridades locales y ocuparse de una vez por todas de cómo afecta el fenómeno a la infancia y por género.
Por supuesto, todo acompañado de una mejor comunicación, "evitando el lenguaje bélico, confrontacional y centralizado”, y un “100% de transparencia de los datos desagregados”.
Lea el documento completo y sus firmantes

Carta al Presidente de la República de Chile
Propuesta de medidas para evitar una catástrofe por COVID19

A través de la presente carta, le solicitamos a Su Excelencia, el Presidente de la República,
Sebastián Piñera Echeñique, considerar las siguientes propuestas de manera inmediata, para
evitar en Chile una catástrofe nacional por la propagación del COVID-19. Estamos frente a
una emergencia país, por lo que es imperante reactivar la estructura de gobernanza que nos
ha permitido históricamente ser resilientes frente a los desastres. La reducción del riesgo
requiere urgentemente actuar de forma preventiva y no reactiva. Esto es también crucial
para las acciones en salud pública,,y para preparar una estrategia humanitaria nacional.
Las cifras oficiales, al sábado 30 de mayo de 2020, nos vuelven a alertar: se registran 997
personas fallecidas, 94.858 casos totales confirmados en el país, y cerca de 4.000 casos
nuevos cada día. Hemos superado a China en número de contagios y sobrepasado la media
global de mortalidad mundial con 46,3 muertos por millón de habitantes, sin indicios de
desaceleración del brote.
Las medidas deben tomarse considerando que el sistema de salud en la Región
Metropolitana lleva días al límite de sus capacidades, como así lo han reportado los
hospitales públicos, clínicas privadas y sus funcionarios y funcionarias. Pese a la gran
expansión del número efectivo de camas críticas en la región, las Unidades de Cuidados
Intensivos están al 100% de ocupación en Santiago, mientras que, a nivel nacional, la tasa
de ocupación es del 87%, y va en aumento, según el reporte diario de la Sociedad Chilena
de Medicina Intensiva (SOCHIMI).
Nuestro sistema de salud no resiste más y los y las profesionales de los equipos de salud,
formados por médicos/as, enfermeros/as, TENS, tecnólogos/as médicos/as, kinesiólogos/as,
auxiliares, entre otros, ya superaron toda capacidad humana para enfrentar la situación que
se vive en los centros hospitalarios de la Región Metropolitana y en regiones del país.
Lamentablemente, el virus ya ha cobrado la vida de seis funcionarios y funcionaras de la
salud, sumado a una gran cantidad de profesionales infectados, incluso en ventilación
mecánica, que aumentan cada día y arriesgan sus vidas por todos los chilenos y chilenas. Es
imprescindible garantizar su seguridad física y mental para contener esta crisis sin más
pérdidas humanas, y tengan acceso a equipos de protección personal de recambio constante
y apoyo psicológico.
La contención de la pandemia no puede estar basada en la cantidad de nuevos ventiladores
mecánicos o camas disponibles. El robustecimiento del sistema hospitalario es importante y
positivo para el país, pero se necesita con urgencia un cambio de estrategia que busque
cortar la cadena de contagio y que incluya testeo masivo y sistemático, con un enfoque
social amplio, integral, intersectorial e interdisciplinario, poniendo en el centro la
protección y bienestar de la comunidad.
La evidencia científica internacional es clara: la base del enfrentamiento debe ser una
estrategia oportuna y activa en testear, detectar, salir a buscar los casos, notificar, trazar,
aislar los contagios y realizar un seguimiento de todos. Esto debe acompañarse del

aislamiento y cierre oportuno de ciudades o regiones, que pronto se verán saturadas por los
altos niveles de contagio, para así evitar que no se repita la situación actual de la Región
Metropolitana, donde se actuó tarde.
Para esto, se debe integrar a la Atención Primaria como eje central de esta estrategia, por
tener situado ahí el manejo territorial con la comunidad, donde se debe incorporar cientos
de trazadores distribuidos en todas las regiones de Chile, dedicados a investigar, localizar,
identificar y notificar los casos. Estos trazadores serán clave para reducir contagios en el
corto plazo, pero también en la labor de actuar rápidamente en la contención de
microepidemias en los meses sucesivos, cuando pase la primera gran curva.
Complementando el trabajo de los trazadores, se propone activar plataformas tecnológicas
de salud digital para lograr esta meta.
Uno de los elementos prioritarios es ampliar la capacidad de testeo que permita salir de los
recintos de salud e ir en búsqueda de casos. Para esto se requiere aumentar el número de
test PCR y la capacidad de procesamiento de éstos, con el fin de reducir los tiempos de
espera de resultados y así agilizar la identificación de casos y su trazabilidad.
Se debe garantizar el acceso a licencias médicas para trabajadores y trabajadoras formales,
al momento de una sospecha clínica (casos sospechoso o probable), a la espera de
confirmación o con antecedentes de contacto estrecho, sin necesidad de esperar por un
resultado de una prueba diagnóstico-confirmatoria o una autorización por parte de la
SEREMI.
Es necesario potenciar una estrategia clara de residencias sanitarias. La pandemia se ha
extendido a lugares del país donde vive población en situación de vulnerabilidad social y
hacinamiento. En ese sentido, diagnosticar no es suficiente. Se requiere que los pacientes
que viven en esas condiciones sean enviados a una residencia, en la que puedan cumplir un
aislamiento efectivo. Esto apenas se sospeche la enfermedad y sólo con indicación médica.
No hacerlo, implica enviarlos a sus casas, aumentando el riesgo de contagio en su entorno.
Considerando que un 20,7 % del país vive en situación de pobreza, medida en forma
multidimensional, y que el total de contagiados activos es de aproximadamente 51.000, la
actual capacidad de 4.157 habitaciones sanitarias resulta del todo insuficiente.
Urge que las medidas de distanciamiento físico, aislamiento y cuarentenas masivas sean
efectivas. Para que ello ocurra, es prioritario establecer medidas de orden social, logísticas
y económicas que permitan que las restrictivas no lleven a la comunidad a enfrentar la
disyuntiva entre salud o sustento. Hemos conocido que el 15% de las personas contagiadas
con Covid19 sale a trabajar por necesidad económica, según un estudio realizado por el
Colegio Médico y la Universidad de Chile, exponiendo así al resto de la población a
infectarse. Esto nos conmina a ser más proactivos y rápidos en mejorar la estrategia
desarrollada en cuanto a medidas económicas.
Medidas sociales, autoridades locales, infancia y género
Se propone evaluar que las cajas con mercadería se reemplacen con subsidios directos a las
familias que: dependen de trabajadores independientes, que tienen personas desempleadas y

que en general vean mermado sus ingresos para llegar a fin de mes, por cumplir el
confinamiento. Al mismo tiempo, se pide avanzar en proyectos que evalúen la condonación
del pago de servicios básicos mientras dure la emergencia sanitaria y se entreguen subsidios
para calefacción limpia que reduzcan el uso de leña. El gasto en medicamentos en Chile es
uno de los más altos de América Latina. Por ende, parte de la ayuda económica directa debe
ir en apoyo de la compra de fármacos, en especial, para niños, niñas y adolescentes con
enfermedades crónicas, cuyos padres y madres se encuentran cesantes o sin posibilidad de
trabajar por la cuarentena.
Es importante fortalecer la diversidad territorial, los liderazgos y características propias de
cada comunidad. Por eso es urgente que se establezca un programa de apoyo social para
municipalidades, de manera tal que les permita ampliar su capacidad técnica, de gestión, y
logística en el territorio. De esta forma es posible proyectar que las medidas restrictivas
puedan ser cumplidas por la mayor parte de la población.
Habiendo establecido las medidas sociales señaladas, es necesario activar un plan de
fiscalización más estricto que el actual que permita un eficaz cumplimiento de la
cuarentena. El Estado debe estar presente en el territorio tanto en materia social como de
seguridad pública. Se vuelve crucial incorporar una perspectiva de derechos que, desde
consideraciones sociales, territoriales y culturales, permita compatibilizar el control y
fiscalización del comportamiento de la población con el debido respeto a los derechos
humanos.
Se recomienda establecer un programa de apoyo social integral que permita a las personas
extranjeras en situación irregular, acceder a los beneficios sociales del Estado, creando un
Registro Temporal Humanitario incorporado en el Registro Social de Hogares. Es necesario
comprender lo importante que es establecer lazos de confianza, para que extranjeros en la
condición señalada, puedan acceder a este tipo de beneficios sin temor a ser deportados. Se
debe trabajar en conjunto con las organizaciones sociales que ya han construido dicho
vínculo.
Frente al trauma psicológico colectivo que significa una pandemia, es preciso contar con
una estrategia aún más contundente en salud mental para el presente, pero también para la
post pandemia. En Chile hay un número limitado de profesionales y dificultades de acceder
a ellos y ellas, lo que hace necesario plantearse la implementación de programas con
respuestas en línea. Por ejemplo, las bancas de Zimbabwe y las Skype Granny de Sugata
Mitra (School in the Cloud), para así amplificar apoyos a la población infantil. a los
cuidadores de quienes dependen, a los profesores y profesoras que han trabajado en
cuarentena ininterrumpida desde marzo, junto al apoyo a niños, niñas y adolescentes
(NNA) estudiantes. Para garantizar derechos, apoyos y recursos a NNA, se requiere real
coordinación, acción y disponibilidad de datos de salud, educación, justicia, Carabineros,
medios de comunicación, con atención al sistema de protección, a las familias más
vulnerables y donde hay contagio de NNA y/o de sus cuidadores, y donde ha aumentado el
abuso sexual infantil en el hogar y vía Internet.
Para monitorizar el impacto de la pandemia con enfoque de género se debe asegurar la
disponibilidad de datos desagregados por sexo, brindar estadísticas semanales sobre

violencia de género, reflejada en la violencia intrafamiliar acentuada por las condiciones
actuales, reforzar las residencias para víctimas y capacitar al personal de la Atención
Primaria de Salud para ir en apoyo. Es un imperativo el acceso a salud en ciclo menstrual,
sexual y reproductiva, y que el Ejecutivo ponga urgencia a Proyectos de Ley que aborden
los desafíos de la maternidad, como el que promueve la extensión del post natal durante la
pandemia.
La violencia intrafamiliar y el abuso contra las mujeres no son las únicas problemáticas que
se agudizan en esta crisis. Resulta fundamental incorporar perspectiva de género a las
políticas de empleo, preocuparse de la desigual realidad de las trabajadoras de casa
particular y de las mujeres jefas de hogar. También es importante incorporar una
perspectiva de inclusión para la realidad de las personas con distintos grados de
discapacidad, de sus cuidadores, y las personas mayores, en el diseño de políticas públicas
pensadas para un estado de emergencia.
Comunicación, información y transparencia
Se necesita establecer un alto estándar en materia de transparencia y acceso a la
información, para lo cual se debiera involucrar al Consejo Nacional para la Transparencia,
la Contraloría General de la República, el Poder Legislativo, sociedades médicas,
científicas y académicas para acordar un estándar en esta materia que, protegiendo los
derechos de las personas, permita fortalecer la confianza, credibilidad y aportar a la
construcción de conocimiento para enfrentar la pandemia en Chile.
Es de especial preocupación los datos de la cantidad de fallecidos que se reportan cada día,
que podrían estar subestimando las muertes asociadas a COVID-19. El Ministerio de Salud
incorpora en la cifra de fallecidos la definición de Por o Con COVID-19 a aquellas
personas con examen PCR positivo. La OMS pide definir como fallecidos COVID-19 a
todos aquellos decesos con antecedentes clínicos compatibles, aunque estén a la espera de
test confirmatorio, para fines de vigilancia. Dado que existen retrasos en procesamiento de
exámenes PCR, es crucial la corrección de estas cifras a lo recomendado por la OMS.
Más allá del estándar señalado anteriormente, se requiere el 100% de la transparencia de los
datos desagregados correctamente anonimizados que actualmente registra el sistema
Epivigila. Para esto solicitamos que de cada caso de coronavirus se haga disponible la
siguiente información: edad (en rango) y género del paciente, si es o no funcionario de la
salud, comuna de residencia, comuna de trabajo, previsión (FONASA o ISAPRE),
comorbilidades, fecha de inicio de síntoma, fecha de toma de muestra para el test,
laboratorio que realiza el test, fecha de notificación del test (si es que ya lo notificaron),
positivo o negativo según PCR, fecha inicio-fin de uso de recursos (cama, UCI/UTI,
ventilación asistida, ventilación mecánica invasiva, etc.), y fecha de muerte (si es un
fallecido o fallecida sospechoso independiente de la positividad del test PCR).
Proponemos que la estrategia comunicacional contenga mensajes claros, simples y de
alcance masivo, evitando el lenguaje bélico, confrontacional y centralizado, que
responsabiliza a las personas de la propagación del virus, estigmatiza a grupos específicos y
profundiza la desconfianza entre los y las ciudadanas, y entre las personas, las autoridades y

sus Instituciones. A su vez agudiza las problemáticas de salud mental en la población, al
incrementar sus niveles de tensión. Una estrategia social integral debe hacerse cargo de las
externalidades de las decisiones que se contemplan en el plan, sin establecer en terceros la
razón por lo cual alguna acción no obtiene los resultados esperados. Por el contrario, en
esos casos lo que corresponde, especialmente en emergencia, es tomar las medidas
correctivas necesarias.
Se debe fortalecer la confianza, la credibilidad y la conducción de la crisis sanitaria a partir
de un manejo empático, dialogante, de escucha activa por parte de la autoridad, que
convoque a todos los actores sociales, academia, mundo privado y político. Se deben
transmitir los riesgos, pero buscando formas de comunicar que ayuden a recuperar un
sentido de comunidad, de forma tal que la ciudadanía asuma la importancia de ser sujetos
activos para tener éxito en el control de la pandemia y la contención de la crisis social.
Necesitamos un discurso de cuidado y un diálogo que incorpore perspectivas sociales y
culturales para lograr un abordaje multidimensional de la crisis, que evite acrecentar el
descontento social y haga más efectivas las medidas de distanciamiento y cuarentena. El
país requiere un discurso público en conjunto y alineado con las sociedades científicas y
médicas, y de académicos de diversas disciplinas, que están comprometidos a aportar en la
tarea de controlar la transmisión del SARS-CoV2, tanto en sus aspectos biomédicos como
en su impacto socioeconómico y cultural.
Los y las firmantes, investigadores, profesionales y representantes de diversas sociedades
científicas y médicas, gremios y organizaciones, vinculados a la academia, las
comunicaciones y la sociedad civil, estamos comprometidos con Chile y solicitamos que se
consideren estas propuestas basadas en la evidencia científica, el conocimiento
multidisciplinario y en consonancia con lo ya propuesto por destacadas organizaciones que
han recogido la experiencia compartida por la ciencia nacional y global. Pedimos que se
tomen medidas incorporando las diversas perspectivas aquí expuestas, fundamentando y
comunicando las decisiones de manera transparente, clara y de cara a la ciudadanía.
Solicitamos se escuche más y de espacio en la toma de decisiones a la Mesa Social, al
Consejo Asesor del Ministerio de Salud y a nuevas y diversas voces locales, para trabajar
unidos y en cooperación por detener esta pandemia, por recuperar Chile, por construir un
mejor país y por la vida de cada persona y su familia.
Esperando tener una buena acogida, le saludamos atentamente,
Directiva Sociedad Chilena de Epidemiología, SOCHEPI.
Directiva Sociedad Chilena de Microbiología de Chile, SOMICH.
Directiva Asociación Red de Investigadoras de Chile.
Directiva de la Asociación de Investigadores en Artes y Humanidades.
Rodrigo Cienfuegos, Profesor Asociado Ingeniería UC, Director Centro de Investigación
para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN).
Dr. Cristóbal Cuadrado, Doctor en Salud Pública. Académico de la Escuela de Salud
Pública de la Universidad de Chile.
Dr. José Miguel Bernucci, Secretario Nacional el Colegio Médico.

Dr. Juan Carlos Said, Médico internista y Director de la Fundación América Transparente.
Manuel Antonio Garretón, sociólogo y politólogo, Premio Nacional de Humanidades y
Ciencias Sociales 2007.
Dra. Muriel Ramírez Santana, Médico especialista en Salud Pública y Epidemióloga,
Universidad Católica del Norte y miembro de la Sociedad Chilena de Epidemiología.
Michel De L’Herbe, Consultor en Gestión de Emergencias.
Dra. Claudia Saavedra, Presidenta Somich-Microbiología UNAB.
Vicente Sandoval, Doctor en Planificación de Desarrollo, Freie Universitat Berlin.
Miembro de Grupo GRAF de Naciones Unidas.
Dr. Ricardo Castro, Médico intensivista y miembro de la Sociedad Chilena de Medicina
Intensiva (SOCHIMI).
Samuel Gálvez, Químico farmacéutico y Presidente de Asociación de Farmacias
Independientes de Chile.
Ricardo Baeza Yates, Ph.D. en Ciencia de la Computación, Northeastern University,
Universidad de Chile y Instituto Milenio de Fundamentos de los Datos.
Jorge Pérez, Doctor en Ciencias de la Computación de la UC y Profesor asociado del
Departamento de Ciencia de la Computación de la Universidad de Chile.
Dr. Christian García Calavaro, Doctorado en Salud Pública, Master en Salud Pública,
Medico y Académico de la Universidad de Santiago de Chile.
Carolina Gainza, Doctora en Literatura y Directora del Laboratorio de Investigación en
Cultura Digital, Universidad Diego Portales.
Barbarita Lara, MIT Innovator Under 35 Global 2018-LATAM 2017.
Francisco Lillo Babul, Presidente Connect 4 Ventures.
Gonzalo Bacigalupe, Profesor Universidad de Massachusetts Boston e Investigador Centro
de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN).

Dr. Andrés Meza, Médico cirujano de Urgencias, MBA en Gestión en Salud UNAB-
Harvard y primer paciente recuperado con plasma convaleciente.

Rafael González, Doctor en Física, académico de la Universidad Mayor e investigador del
Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología (CEDENNA).
Yolanda Pizarro Carmona, Consultora especialista en temas de género, inclusión y
diversidad. Doctora en Educación, Universidad Pompeu Fabra.
Andrea Obaid, Periodista y Máster en Comunicación Científica, Médica y Medioambiente,
Universidad Pompeu Fabra. Directora de las productoras Neurona Group y Endorfinas.
Lucía López, Periodista, Radio USACH y Agenda de Género. Directora Fundación Niñas
Valientes.
Enrique Riobó Pezoa, Presidente Asociación de Investigadores en Artes y Humanidades.
Dra. Adriana Bastías, bioquímica y Presidenta Asociación Red de Investigadoras.
Vinka Jackson, Psicóloga, escritora por los derechos de la infancia.
Dra. Cristina Dorador, Bióloga, Doctora en Ciencias Naturales. Profesora asociada
Universidad de Antofagasta.
Nerea de Ugarte, Psicóloga especialista en género. Directora Centro de Estudios
Interdisciplinarios de las Mujeres y Activista por los derechos de niñas y mujeres.
Braulio Rojas Castro, Doctor en Filosofía, investigador del Centro de Estudios Avanzados
de la Universidad de Playa Ancha.
María Paz Bertoglia, Académica de la Escuela de Salud Pública Universidad de Chile,
Vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Epidemiología.

Gerardo Figueroa Rodríguez, Profesor Escuela de Producción Musical Universidad
Academia de Humanismo Cristiano (UAHC).
Matías Ayala Munita, académico Universidad Finis Terrae, Asociación de Investigadores
en Artes y Humanidades.
Marisol Vargas, Investigadora en Artes Núcleo De Ree, Directora Asociación de
Investigadores en Artes y Humanidades.
Dra. Helia Molina Milman, Decana Facultad de Ciencias Médicas, Universidad de
Santiago.
Dra. Matilde Maddaleno Herrera, Medico, Magíster en Salud Publica, Jefa Programa
Centro de Salud Pública, Facultad de Ciencias Médicas Universidad de Santiago de Chile
Claudio Castillo, Magister en Políticas Públicas, Académico Programa Centro Salud
Pública, Universidad de Santiago de Chile.
Dr. Jorge Puga, Médico, Programa Centro de Salud Pública, Universidad de Santiago de
Chile.
Paulina Martínez Gallegos, Médico veterinario, Magíster en Salud Pública y
Epidemiología. PhD Salud Pública, Programa Centro de Salud Pública de la Universidad de
Santiago de Chile.
Dra. Marianela Denegri C. Profesora Titular. Directora del Centro de Excelencia en
Psicología Económica y Consumo de la Universidad de La Frontera.
Blanca Troncoso González, Enfermera y Magister en Docencia Universitaria, Universidad
de Santiago de Chile.
Amaya Pavéz-Lizarraga, Antropóloga y Enfermera-Matrona, Doctora en Antropología.
Programa Centro de Salud Pública. Universidad de Santiago de Chile.

Miseria humana o show en entrega de cajas con alimentos del Gobierno. Imágenes que dan verguenza donde la primera dama y ministros juegan con el hambre de los pobres. Diputada denuncia "esta miseria"

Por Alfredo Peña R.

Habíamos visto de todo en este Gobierno, pero no al nivel de miseria humana de lo que hemos detectado en las últimas horas.

Ministros, ministras, subsecretarios, subsecretarias, jefes de servicio y otros, sacándose fotos dentro de las casas de los más pobres y vulnerables cuando les entregan su caja de alimentos o como dice Mañalich, que no conocìan esas poblaciones o sectores de pobreza, se sacan selfies en la puerta de esas casas. Todo por un aprovechamiento miserable, de los que hoy están sufriendo hambre...

¿Usted cree que para entregar una caja de alimentos se requieren once personas más tres camarógrafos y cuatro fotógrafos? Bien, eso ocurrió con la caja que entregó Cecilia Morel con su séquito de asesores en una población del sector sur de Santiago. Y lo peor es que la subieron a sus redes comunicacionales y sociales como se ve abajo.



¿Usted cree que para entregar una caja de alimentos a los más pobres se requiere una camara Go Pro para registrar todo ese momento sensible y privado que es de dignidad con la familia que recibe esos alimentos, tan necesarios para los más vulnerables?
Bueno, eso ocurrió con la entrega de cajas de alimentos y lo hizo la ministra de la Mujer Macarena Santelices y sus asesoras, como se ve abajo...


Y nos hemos enterado que el Presidente Piñera también -en esa actitud enfermiza de hacer un show comunicacional de todo lo que hace y no hace- dentro de las canastas colocó una carta a los que reciben esas cajas de alimentos que la ve abajo.
O sea desde el Gobierno hicieron de las cajas de alimentos todo un trabajo de miserable propaganda electoral con la gente que está pasando hambre.

¿Qué viene ahora para seguir con el show? Voy a recurrir a ese Dios que tanto le pide Piñera, incluso en la propia carta que va dentro de la caja de alimentos: ¡¡Que Dios nos pille confesados!!
Diputada denuncia aprovechamiento político del Gobierno en entrega de canastas familiares
Varias fotografías y material audiovisual han estado circulando en redes sociales, donde aparecen autoridades de gobierno agrupados realizando la entrega de las canastas de alimentos a las familias del país.
La diputada Joanna Pérez, quien preside la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara Baja, denunció el actuar de las autoridades gubernamentales. 

La diputada Joanna Pérez señaló que, "Quiero denunciar el hecho de que las canastas familiares se están entregando con aprovechamiento político y sin ninguna medida de distanciamiento social. Tengo reclamos concretos, llegan más de 2O personas, entre ellos autoridades, personal municipal y de gobernaciones, y equipos gráficos tomando fotografías sin autorización de las personas. ¿dónde está el distanciamiento y las medidas por Covid-19?".

"Llamo al Gobierno y/o Contraloría a sacar un protocolo de entrega de ayuda, donde las entregas las realicen no más de 2 personas por casa, sin fotografías, salvo que las autoridades lo pidan con autorización firmada para exhibir en redes sociales y plataformas web. Las canastas de alimentos son un tema sensible para las personas hoy día, es el alimento y con esto no puede haber ningún aprovechamiento político, son recursos públicos y esperamos que se entreguen de manera digna y segura".

Al finalizar la diputada Joanna Pérez enfatizó que, "pido a las autoridades que por la dignidad y respeto de las personas que le ha correspondido recibir canastas de alimentos, que cualquier apoyo se haga sin publicidad, los alimentos son lo mas sensible, es para palear una necesidad básica. Háganlo por ética política y cuidémonos de verdad entre todos". 

Opinión


Autor Imagen

Dos liderazgos en tiempos de Covid

por  31 mayo, 2020
Dos liderazgos en tiempos de Covid

    La BBC el día 16 de Abril, publicó un reportaje destacando a quiénes eran las mujeres que estaban a la cabeza de siete países, que tenían en común presentar resultados bastante alentadores sobre el desarrollo de la pandemia.
    Entre las medidas en común que destacaban, aparecía la del confinamiento estricto o la anticipación en la toma de medidas, antes del desarrollo de la epidemia.
    Pero, además, se trataba de liderazgos cuyo discurso político tenía un componente de profunda humildad y cercanía con la ciudadanía, buscando transmitir a la población, sin un lenguaje beligerante, que las decisiones complejas y que tendrían severas consecuencias económicamente, debían acompañarse de un compromiso profundo de todos los ciudadanos sin excepción, para salvar la mayor cantidad de vidas.
    Cuatro días después, el 21 de Abril, en Chile el Ministro de Salud, Jaime Mañalich, ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, sostenía en el marco de lo que el Gobierno había denominado la “Nueva Normalidad”, que “Nunca quisimos, nunca compartimos como Ministerio de Salud la idea de cerrar las escuelas, nunca. Y la evidencia que tenemos ahora acumulada demuestra que efectivamente eso [la suspensión de clases adoptada el 15 de Marzo] fue un grave error, que dejó a los niños sin vacuna, sin educación, sin comida, sin protección”.
    Hoy sabemos, que el Ministro, contaba con evidencia acumulada que, según sus propias palabras, “se cayó como un castillo de naipes”. Y así, Chile ha escalado drásticamente en el número de contagios y en el porcentaje de positividad de los exámenes que se realizan para testear el COVID-19.
    El Gobierno, de la mano del Presidente Piñera, optó por lo que podríamos llamar, la estrategia de la flexibilidad frente a la pandemia, con cuarentenas dinámicas, nueva normalidad y un discurso público errático, semejante al de líderes mundiales como Boris Johnson en Inglaterra, Jair Bolsonaro en Brasil o Donald Trump en Estados Unidos.
    Piñera, apostó así, por la tesis de la meseta, con la reapertura de un mall encabezada por un Alcalde oficialista, y una invitación a ir a tomar un café en voz de la Subsecretaria de Salud. El aíre triunfalista se adueñaba de los pasillos de La Moneda, y Chile comenzaba a vivir la nueva normalidad. De humildad poco, de transparencia en los criterios técnicos que fundaban las decisiones de Palacio, menos aún. Un Colegio Médico que desde marzo venía solicitando cuarentenas totales, era desprestigiado porque su Presidenta, antigua militante comunista, no parecía tener las credenciales masculinas ni de color de piel suficientemente blanca, que permiten habitualmente darle credibilidad a un médico. Y así entonces, un otrora presidente del gremio, era entrevistado en tv, para hacer ver los errores de aquella mujer, militante, de raíces indígenas que osaba golpear la mesa a los caballeros de la élite.
    Nunca sabremos si la medida de la cuarentena estricta, habría cambiado el rumbo de la historia; tampoco sabremos si hubo otras medidas que, de haberse adoptado, nos tendrían en una situación más auspiciosa. Menos sabemos si acaso, tal vez por azar o por la bondad del virus, logremos reducir las muertes proyectadas en Chile, que aventuran diversos modelos predictivos y medios en el mundo.
    Lo que sí sabemos, es que Piñera y su Gobierno, optaron por el triunfalismo, por declarar que ellos eran los primeros, que ellos eran los mejores, que esto era una guerra (guerra que vienen librando desde el 18 de Octubre) que ellos, mejor que nadie sabían lo que había que hacer, que los expertos eran ellos y sus asesores, y que todo aquel que osara cuestionar o proponer algo distinto a la versión oficial, o siquiera intentara preguntar si acaso la fórmula que había adoptado el Gobierno era la correcta, en realidad tenía intereses oscuros, intereses políticos, intereses que, en fin, nada tenían que ver con la emergencia, que según parecía era eminentemente técnica. Y así, mientras relataban la cifra de muertos, había un empeño casi mezquino, en resaltar que los muertos o eran muy viejos o tenían enfermedades de base, es decir, el problema era el muerto, que estaba muy próximo a morir.
    Triunfalismo por doquier.
    Hoy, la Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, una de aquellas mujeres que la BBC había destacado en su reportaje de mediados de Abril, nos cuenta que ya no existen nuevos ingresos por contagios de COVID-19 en su país, y empiezan poco a poco a retornar a la normalidad. Mientras Chile, se empina sólo debajo de Qatar, como uno de los países con el mayor número de contagios diarios por millón de habitantes en el mundo.
    No sabemos aún cuántos muertos tendremos, ni tampoco si la estrategia del Gobierno fue la correcta; pero sí sabemos que el liderazgo de las mujeres, es hoy más que nunca, fundamental. La empatía, la mesura, la humildad y la cercanía, son virtudes que resultan imprescindible para guiar a los pueblos, y el asomo de la Presidenta del Colegio Médico, parece ser la luz al final del túnel, frente al liderazgo del Presidente Piñera que ha sido escaso y francamente deprimente.
    • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

    OPINIÓN


    Autor Imagen

    Descentralización: la letra con sangre entra

    por  31 mayo, 2020
    Descentralización: la letra con sangre entra
    Qué duda cabe que la pandemia del COVID19, y su expansión a comunas más populares en Chile, ha evidenciado las grandes desigualdades existentes, y donde la desigualdad territorial ha sido un factor que ha quedado al desnudo, al verse enfrentada la población a decisiones de aislamiento y cuarentena, como así también, a la imposibilidad de muchos chilenos de no tener la opción de decidir no salir, producto de su condición de trabajar dependiente, o informal donde el sustento diario se juega en la calle. En otro orden de cosas, la implementación de medidas, han dejado al descubierto una brecha y una oportunidad no aprovechada en relación a avanzar descentralizadamente en coordinación con los niveles regionales y fundamentalmente locales, sobre todo en el apoyo a funciones de fiscalización, de ayuda social, de cobertura de accesorios de seguridad (mascarillas, guantes, etc.), de mayor involucramiento de las salud primaria.

    Por más de 20 años, de manera insistente, repetitiva y casi porfiadamente se ha sostenido la necesidad de mejorar la eficacia del Estado, argumentando que la descentralización es un buen medio para la construcción de un país y una sociedad territorialmente equilibrada. Se ha sostenido, qué la descentralización, ayuda a mejorar la coordinación y colaboración con la institucionalidad local y regional. Además de indicar, que los desafíos que Chile debe abordar, “se ganan en sobre el terreno y no en los despachos de los ministros”, parafraseando al epidemiólogo francés Willian Dab. Pero no había argumentos que pudiesen convencer de dicha necesidad, por evidente que esta fuera, para Alcaldes, concejales, académicos y muchos funcionarios de regiones y comunas. Siempre primó en algunos, el temor a ceder poder, y con ello se fue hipotecando un involucramiento mayor de la ciudadanía y sus autoridades en la co creación de respuestas para Chile. El centralismo exitoso para algunos que nos llevó a formar parte de la OCDE era motivo suficiente para no experimentar en fórmulas más distributivas del poder.
    El discurso de la desigualdad social y territorial, estuvo siempre constreñido y etiquetado como el reclamo cliché del que siempre ve el vaso medio vació. El menosprecio de una parte de la elite a este reclamo, se argumentó con los éxitos en la reducción de la pobreza (medida por ingresos), nuestra estabilidad macroeconómica en términos de inflación, empleo (independiente de su precariedad), y el discurso autocomplaciente de contar con un PIB per cápita de US25.891 dólares (FMI, 2018, corregido por PPA), que nos pone en el contexto internacional como un país de renta media alta.
    El Chile de las relaciones comerciales con las economías que producen el 87% del PIB mundial, encandilaba al otro Chile.
    No obstante el exitismo de los discursos, se acumularon señales a los largo del país de que algo no estaba bien, los movimientos ciudadanos como el de Magallanes, Aysén tu problema es mi problema, Tal-Tal despierta Tal Tal, Freirina, Calama, Quellón, entre otros, fueron expresiones de descontento frente a las consecuencias de una marcada desigualdad territorial. “La desigualdades son antiguas, lo que pasa es que estamos frente a una ciudadanía que ya no está dispuesta a tolerarlas”, se sostiene desde las ciencias sociales.
    En medio de este Chile autocomplaciente y con mucha desconfianzas en otorgar más poder a las regiones y comunas, irrumpe el movimiento social de octubre de 2019, cuyo reclamo base es precisamente la desigualdad en todas sus formas: social, de trato, territorial, económica, etc., que desnuda una realidad importante para una gran mayoría de los Chilenos, y desdibujada, casi oculta para otros.
    Por primera vez en la historia de la televisión contemporánea en Chile, no son los ministros, senadores y diputados quienes pueden salir a explicar la realidad que se vive. Por primera vez, los Alcaldes se transforman en un interlocutor válido para explicar el diagnóstico y el descontento que subyace al movimiento social en ciernes. Ahora se hacía más evidente, la enorme oportunidad no aprovechada de fortalecer en atribuciones, capacidades técnicas y financieras a las instituciones que están más cerca de la ciudadanía (Municipios y Gobiernos Regionales). La Descentralización, como la expresión de mayor involucramiento institucional y ciudadano desde los local y territorial, al parecer ahora tiene más sentido para varios.
    En consecuencia, sabemos a esta altura que no habrá pacto social sin un nuevo trato a las comunas y regiones de Chile.
    Por otro lado, qué duda cabe que la pandemia del COVID19, y su expansión a comunas más populares en Chile, ha evidenciado las grandes desigualdades existentes, y donde la desigualdad territorial ha sido un factor que ha quedado al desnudo, al verse enfrentada la población a decisiones de aislamiento y cuarentena, como así también, a la imposibilidad de muchos chilenos de no tener la opción de decidir no salir, producto de su condición de trabajar dependiente, o informal donde el sustento diario se juega en la calle.
    En otro orden de cosas, la implementación de medidas, han dejado al descubierto una brecha y una oportunidad no aprovechada en relación a avanzar descentralizadamente en coordinación con los niveles regionales y fundamentalmente locales, sobre todo en el apoyo a funciones de fiscalización, de ayuda social, de cobertura de accesorios de seguridad (mascarillas, guantes, etc.), de mayor involucramiento de las salud primaria.
    La Descentralización eficienta la “pertinencia”, la “oportunidad” y la “focalización” de medidas, al aportar desde el territorio (lo local) a clarificar: El qué hacer, a quienes ayudar, cuándo y cómo hacerlo.
    En consecuencia, abordajes “colaborativos” basados en “coordinaciones multinivel”, con “enfoque territorial”, son una alternativa de co creación y co ejecución, de programas de apoyo efectivos y rápidos para enfrentar el desafío que implica una pandemia ahora, y de reactivar económicamente nuestras regiones, territorios y espacios locales, después.
    De la misma manera, la descentralización, es un medio para robustecer “Gobernanzas Territoriales” a nivel regional y local, que mejoran el ejercicio del Control Social de las ayudas. Un mayor y mejor control social de programas de apoyo se da en la base, en el territorio, en lo local, por lo que enfoques construidos desde estos espacios, colaboran de mejor manera en la identificación de quienes necesitan, cuando entregar la ayuda y cómo hacerlo de buena manera, como señalamos anteriormente.
    Lo planteado no es más que un principio que es consustancial a la Descentralización, y es el principio de “subsidiariedad territorial”, en atención a que cada función pública debe radicarse en aquel nivel donde ésta se ejerce mejor o igual, privilegiando el nivel local sobre el regional, y éste sobre el nacional. Solo aquellas funciones que no pueden ser asumidas adecuadamente por el nivel local o regional deben recaer en la competencia del gobierno central (Texto de trabajo propuesta de reforma constitucional en Descentralización, grupo G24, Fundación Chile Descentralizado, Hann Seidel, y Korad Adenauer)
    Finalmente, un mayor involucramiento de las autoridades locales, dotaría de una mayor credibilidad y confianza a las decisiones en el marco de la emergencia sanitaria. Credibilidad y Confianza que han sido identificadas transversalmente como un factor importante en las decisiones conductuales de la población.
    Así como en antaño, respecto de la educación se sostenía (erradamente), la letra con sangre entra, al parecer, hizo falta un movimiento social y una pandemia, para darnos cuenta que descentralizar, es decir, distribuir poder, es una necesidad urgente para Chile.
    • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

    Seguidores