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lunes, 31 de mayo de 2021

El centro político, error antropológico

 

Padrino
 

Millones de chilenos mandaron a parar y forzaron un proceso "constitucional" que debiese ponerle fin a la dictadura, a los omnipresentes resabios de la dictadura. Es el momento en que obran los componedores, los Celestinos, quienes buscan arreglar todo, reparar el quiebre con "moco de pavo". Hace algunos años Luis Casado abordó el tema del 'centrismo en política'. He aquí esa nota, revisitada, que busca evitar la trampa tendida por los sicarios de los poderosos para no cambiar nada sustancial y hacer que todo quede en agua de borrajas.


Centro



Escribe Luis Casado


Suele suceder que uno utilice palabras sin tener la más peregrina idea de lo que se oculta detrás, lo que se traduce en malentendidos que pueden traer desastres de proporciones. Mi obsesión con la semántica, la etimología, los significantes y los significados, proviene de ese temor: descubrir que fui víctima de un error como el de Fernanda, personaje de Cien años de soledad, que confundía el culo con las témporas.

Culo, en su acepción anatómica, designa el conjunto de las dos nalgas, también llamado trasero. Las témporas, en la Iglesia Católica, son breves ciclos litúrgicos, –correspondientes al inicio y término de las cuatro estaciones del año–, consagrados a la plegaria y a la penitencia. Uno se pregunta cómo es posible confundir el uno con las otras, pero sucede.

La prudencia y la precisión mandan el uso de palabras cuyo significado sea comprensible. Ya estamos: encontré la dificultad cuando quise escribir algo sobre el centro. La noción presta a confusión.

Si miras un buen diccionario, centro es un lugar de convergencia de acciones particulares coordinadas (centro de mando). En el ámbito del urbanismo, el centro designa un barrio en el que se concentra algún tipo de actividad (comercial, financiera, médica). En el círculo, el centro es el punto del que equidistan todos los de la circunferencia. En la esfera, el punto interior del que equidistan todos los de la superficie. En los polígonos y poliedros, el punto en que todas las diagonales que pasan por él quedan divididas en dos partes iguales. En física, el centro es el punto de un cuerpo en el que, si aplicas una cierta fuerza vertical, anulas las fuerzas de gravedad que actúan sobre él (centro de gravedad). En Camerún, Centro es una de las diez regiones del país, cuya capital es Yaundé.

Parece sencillo, y no lo es. Si te refieres al centro político, el diccionario lo define como ‘tendencia o agrupación política cuya ideología es intermedia entre la derecha y la izquierda’.

Es de notar que el centro tiene ideología, lo que genera confusión visto que quien se define como centrista suele afirmar que las rechaza todas, sustituidas, las más de las veces, por la panacea del ‘pragmatismo’. Ese tipo de pragmatismo que lleva a utilizar ‘centro’ como prefijo para formar palabras derivadas como ‘centroderecha’ o ‘centroizquierda’. No es sencillo definir centroizquierda –o centroderecha– a partir de la definición de ‘centro’…

De ahí que postular que el centro político es un error antropológico exija algunas explicaciones.

Es posible que el nombre de Henri Laborit no te diga nada. Si te dedicas a la viticultura, o en estricto rigor al cultivo de moluscos poliplacóforos, no pasa nada (aunque en el caso de los moluscos no estoy tan seguro). Pero si te interesa la política… lo tienes crudo.

Henri Laborit, biólogo, médico militar, psicólogo, filósofo y etólogo francés, dedicó buena parte de su trabajo científico a estudiar el comportamiento animal y humano, y describió los mecanismos psico-biológicos de la dominación y la sumisión.

Las investigaciones de Laborit le llevaron a acordarle una importancia creciente a la memoria y al aprendizaje (provenientes del contacto del individuo con su medio, particularmente el medio humano) en comportamientos que otros veían como ‘innatos’. En la Introducción a su libro “La paloma asesinada”, Laborit escribe:

“La agresividad es un ejemplo. No habíamos distinguido la agresividad depredadora de la agresividad defensiva, ni de la agresividad competitiva. Esta última es prácticamente la única que persiste en el hombre. Resulta del aprendizaje de la “gratificación” experimentada en el contacto con un ser o un objeto ‘gratificante’, o dicho de otro modo, del aprendizaje de nuestro ‘placer’ (Freud).

Si la misma experiencia de los mismos objetos o seres fue hecha por otro que también quiere conservarlas a su disposición, resulta la noción de propiedad y la aparición de la competencia por conservar el uso y el disfrute del objeto gratificante. El proceso está en la génesis de la agresividad competitiva y de la búsqueda de la dominación.”

Servidor ve surgir –ante sus ojos maravillados– el conflicto. Pero lo bueno viene ahora:

“El perdedor de la pelea, el sometido, pondrá en acción un cierto número de vías y áreas cerebrales que conducen a la inhibición de la acción. Pero si la inhibición persiste, el desorden biológico que acarrea, dominará toda la patología: bloqueo del sistema inmunitario que abrirá la puerta a las infecciones y a las evoluciones tumorales, destrucciones proteicas que generan insomnio, pérdida de peso, retención de agua y de sales, ergo hipertensión arterial y accidentes cardiovasculares, comportamientos anormales, neurosis, depresión, etc.”

Leído lo cual te vas a la farmacia más cercana a comprar las benzodiacepinas y otros psicotrópicos, ansiolíticos, sedantes, hipnóticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes que te mantienen más muerto que vivo en la sumisión cotidiana generada por el paraíso de la libre competencia. Porque…

“Las relaciones que se establecen entre los individuos no son aleatorias, sino que resultan de la actividad de su sistema nervioso. Ahora bien, todas las acciones de un organismo por intermedio de su sistema nervioso tienen solo un objetivo, el de mantener la estructura de dicho organismo, su equilibrio biológico, realizar su placer. La única razón de ser de un ser es ser.”

En el siglo XVII, Baruch Spinoza lo había expresado a través de su noción filosófica de conatus, el ‘esfuerzo’ de existir, la perseverancia del ser en seguir siendo. Pero... no estamos solos. Otros cuerpos también se esfuerzan en seguir siendo y tienden, quiéranlo o no, a reducir nuestra potencia de existir. He aquí, nuevamente, el conflicto.

Dicho de otro modo, el conflicto, –así como la agresividad y la violencia que lo acompañan como su sombra–, sin ser innato, es consustancial al ser humano.

Los filósofos del Siglo de las Luces (Locke, Voltaire, Rousseau, Montesquieu…) entendieron que para vivir en sociedad era necesario definir una regla que impidiese devorarse unos a otros. La regla común, aceptada por todos porque adoptada por todos en virtud de un principio ya presente en el derecho romano: quod omnes tangit ab omnibus approbari debet: lo que afecta a todos debe ser aprobado por todos.

La regla común proviene de la soberanía del pueblo. Cuando se niega esa soberanía, para secuestrarla en manos de un puñado de oligarcas, se comete un acto de una violencia inaudita. Genera conflicto, o más bien lo revela.

He ahí mi tema: la negación del conflicto como sustrato del ‘centrismo’ en política.

Hace algunos años escribí una nota titulada “Elogio del disenso”, como un grito de alarma contra la peligrosa ilusión de la ausencia del conflicto. Porque la negación del conflicto reposa en la adopción de los intereses de los poderosos como símbolo de los intereses de todos. Error antropológico dice Frédéric Lordon. Horror antropológico agrego yo.

Lordon, en una nota publicada en el año 2005, escribe:

“…hay que tener un stock de serios argumentos antes de lanzar a la cabeza de un movimiento político la calificación de “error antropológico”. No obstante (…) la utopía centrista de reconciliación y de paz política perpetua procede de un contrasentido de tal profundidad (…) que merece ser calificado de ‘antropológico’.

El centrismo niega una cuestión esencial: el conflicto, la agresividad, la violencia.

“La violencia es el hecho social fundamental, la condición primordial de la coexistencia de los hombres, aquello contra lo que la vida colectiva debe luchar permanentemente para mantenerse. Ahora bien, la violencia está en todas partes. (Lordon).”

Hoy en día, en el lenguaje insípido –rectificado, pulido y lubrificado por las agencias de marketing político– no hay izquierda sino ‘centroizquierda’, ni derecha sino ‘centroderecha’. La indiferenciación de los programas y de la práctica política de unos y otros facilita el ‘consenso’ y el cogobierno, y se reúne en un elemento geométrico común: el ‘centro’. Ahora bien, ¿cómo tomar en serio proyectos políticos que niegan el conflicto, ese elemento esencial, vital, consustancial al ser humano?

Lordon prosigue:

"…se puede decir de la violencia que es densa en la sociedad. Violencia y dominación entre patrones y empleados, violencia y dominación entre representantes y representados, violencia y dominación entre jefes y subordinados, entre clientes y proveedores, profesores y alumnos, propietarios e inquilinos, curas y fieles, y, fuera de toda desnivelación jerárquica o social, entre competidores, incluso entre colaboradores, y hasta en la pareja enamorada o entre dos amigos.

Por eso es el peligro social por excelencia, el fermento de la descomposición explosiva de los grupos, su amenaza permanente. Como su esencialidad hace imposible la solución que sueña con extirparla definitivamente, solo quedan disponibles las diversas vías de su acomodo, es decir las formas que la hagan soportable.”

Lo que evita el canibalismo recíproco son las reglas. Esas que, en democracia, se aplican –o más bien, debieran aplicarse– a todos del mismo modo. Pero, dice Lordon, la democracia “no erradica la conflictualidad política fundamental…”

“La democracia se transforma en ilusión cuando algunos interpretan la tranquilidad como la posibilidad de olvidar la confrontación. El centrismo hizo de ese contrasentido el núcleo de su credo político. Tomar la pacificación democrática por la superación de la guerra, es cometer el más trágico de los errores (o la más infame de las manipulaciones, agrego yo) porque se puede estar seguro que la conflictualidad negada aquí, resurgirá en otro sitio…”

La conclusión de Lordon vale para la sociedad chilena : Esta verdadera llaga política, que consiste en el olvido de la violencia a acomodar y la confusión entre conflictualidad regulada y conflictualidad superada, mina la sociedad chilena desde hace más de 30 años.

El ‘consenso’, lo que Andrés Zaldívar llamó ‘la cocina’, la política de los ‘acuerdos’ que ensalzan los grandes patrones, niega el conflicto, niega que los intereses de quienes se benefician del orden social, económico y jurídico impuesto en dictadura, divergen dolorosamente de los intereses de quienes sufren las consecuencias de un modelo ilegítimo, injusto y depredador del país y de su población.

La resurgencia de la agresividad y de ciertas formas de violencia –en particular la violencia del Estado– no es sino la manifestación más clara de la supervivencia de los innumerables conflictos que atraviesan la sociedad chilena.

Laborit, afirmando que la agresividad y la violencia no son ‘innatas’ en el hombre, escribe:

“…la policía o los ejércitos nunca prohibieron los actos de violencia, del mismo modo que las instituciones internacionales tampoco prohibieron las guerras, habida cuenta que sencillamente impusieron las leyes que expresan la dominación de los más fuertes sin intentar comprender los mecanismos en cuestión; ellas hacen respetar por medio de la violencia, una violencia institucionalizada...”

En el siglo XVII, Jean de La Fontaine lo había inscrito en letras de oro en su célebre Fábula del Lobo y el Cordero: “La raison du plus fort est toujours la meilleure”: La razón del más fuerte es siempre la mejor…

De modo que, expulsados por la puerta, los conflictos regresan por la ventana.

Afirmar que los intereses de las Isapres coinciden con los intereses de sus víctimas es una infamia. Pretender que el destino de millones y millones de jubilados y futuros pensionados está ligado al lucro indecente de las AFP es una ignominia. Hacer de la CPC, o la Sofofa, el representante por excelencia de los ‘empresarios’ es una falacia, visto que cientos de miles de pequeños y medianos empresarios –social y sociológicamente más cercanos a un asalariado cualquiera que a Luksic, Piñera, Angelini, Paulmann, Solari o Matte– no forman parte de la ‘elite’ que frecuenta Casapiedra, ni se reúnen periódicamente con el jefe de Estado ni el ministro de Hacienda. Del mismo modo, los intereses de la decena de familias poseedoras de las riquezas del mar, en virtud de una expoliadora Ley de Pesca, están en conflicto abierto con los intereses de los pescadores artesanales. Los vendedores de una dizque “enseñanza superior”, en realidad mercaderes de diplomas devaluados, viven de la estafa de la población estudiantil y sus familias. Los intereses de quienes saquean las riquezas básicas (cobre, litio, agua, bosques…) están en conflicto mortal con los intereses de toda la nación. La lista de los conflictos que atraviesan la sociedad chilena es interminable.

Hace falta una fuerte dosis de cinismo para pretender que la ‘política de los acuerdos’ resuelve la masa de contradicciones larvadas que solo espera el momento propicio para transformarse en conflicto abierto, en agresividad y en violencia.

¿Cómo, en esas condiciones, pretender a un fantasmagórico ‘consenso’? ¿Consenso en torno a qué? Una vez más, en torno a los intereses de los poderosos. Los intereses de la casta dominante que confisca la riqueza generada con el esfuerzo de todos, presentados como el interés común, el interés general.

Frédéric Lordon lo expresa así:

“Todos esos tipos, felices de encontrarse, subrepticiamente, de acuerdo sobre las grandes orientaciones de la política pública, en particular de la política económica –libre mercado, financiarización, ortodoxia presupuestaria y monetaria– y sin tener nada que mostrar sino diferencias secundarias, con tanta más ostentación que estas son tendencialmente evanescentes, obran de hecho, pero sin saberlo, al desmantelamiento de un régimen histórico de regulación de la violencia política. Sin sustituirlo con nada puesto que están persuadidos de hacer acceder el país –¡por fin!– a un régimen de unanimidad coordinada por la razón experta, una suerte de ‘más allá del conflicto’.”

Queda por saber dónde, cuando y bajo qué formas resurgirán la agresividad y la violencia que por lo demás jamás cesaron. La simple aparición de un embrión de alternativa a los ‘centros’ (centroderecha y centroizquierda), aun cuando emoliente, ambigua, desordenada, sin programa ni rumbo claro, y cuya estrategia se limita a competir en el marco de una institucionalidad tramposa (otra forma de violencia…), titila ya los instintos agresivos de políticos parasitarios, prensa, ‘expertos’, periodistas, famosillos y grandes empresarios.

La experiencia histórica muestra que el recurso a la ‘moderación’ (del lenguaje, del programa, de los modos de acción…) por parte de la alternativa a la dominación de los poderosos, no basta para desarmar la ‘agresividad defensiva’ (como la llama Laborit) de un grupo consciente de su dominación y del control que ejerce sobre los elementos ‘gratificantes’ que monopoliza en su propio beneficio.

Para ello el grupo dominante dispone de la prensa, la TV y los medios de comunicación de masa. Es interesante la visión que de ellos nos ofrece Laborit, a partir de un análisis del conflicto que comienza en el nivel molecular, asciende hacia el ámbito de la célula, del órgano y del organismo, para proyectarse en el grupo, la sociedad, los Estados y los grupos de Estados que, desde el neolítico hasta ahora, constituyen estructuras de dominación:

“La utilización de los ‘mass media’ que, según parece, “informan”, le permite a la información fluir siempre en un solo sentido, del poder hacia las masas. (…) el dinero permite realizar, de manera sutil e inaparente, la automatización robótica de las motivaciones, crear deseos, manipular afectivamente la opinión pública sin que la finalidad del sistema aparezca nunca a la luz del sol.”

El ‘centrismo’, la voluntad de seguir negando el conflicto, se infiltra en todas partes. Para decirlo en palabras de Lordon :

“Lo peor en este asunto está ligado al hecho que el centrismo puede contar con la ayuda de fuerzas colectivas muy poderosas que trabajan el cuerpo social en profundidad y son el co-producto, invertido, de la violencia fundamental: las fuerzas del deseo de paz. Porque los individuos tienen confusamente consciencia de la omnipresente violencia, la “gran reconciliación” es la más tenaz de las ficciones consoladoras.”

Laborit, desde su punto de vista de etólogo, hablaría de ‘inhibición de la acción’, lo que está lejos de significar el fin del conflicto, y ofrece, apenas, la posibilidad de no desaparecer aun cuando suele terminar en patologías letales. Lordon, prosigue:

“El amor, la amistad, la familia son imaginados como remansos de paz, lugares donde será posible reposarse de las agotadoras agresiones de la violencia circundante. Un sociólogo durkheimiano agregaría la eucaristía dominical, ese momento en el que se dice explícitamente que los fieles comulgan, es decir –con perdón de la tautología–, fusionan, por un breve momento en una comunidad que suspende los conflictos sociales y libera de las fatigas de la lucha.”

La “Alegría que viene” vuelve a sonar en los oídos, dando paso, ipso facto, a los ecuménicos discursos sobre la “reconciliación”: el conflicto desapareció, somos todos chilenos, venid y vamos todos con flores a María…

Concluyamos con Frédéric Lordon:

"Como 'reconciliación de la derecha y de la izquierda', y superación de las facciones (…) el centrismo es la vida política concebida como un modelo de eucaristía a gran escala, menos la transubstanciación, desde luego. A los partidarios del centrismo que se confiesan cristianos habría que recordarles que siempre llega el momento en que la misa termina y hay que salir de la iglesia. Para regresar al mundo social tal como es, o sea atravesado de conflictos."

En matemáticas se sabe que hay funciones en las que se produce una discontinuidad por paso al límite cuando la prolongación de una tendencia a su punto culminante tiene por efecto el de interrumpir brutalmente la curva. En el campo de la política no se habla de ‘discontinuidad’ sino de revolución.

Una vez más, nos vemos obligados a definir la palabra que utilizamos. Hay revoluciones políticas que se comportaron en el estricto sentido etimológico del término: del latín revolutio, vuelta, regreso. Como en mecánica, dieron una vuelta en torno a un eje para regresar al punto de partida en el que una cierta oligarquía ejerce la dominación sobre los sumisos. En suma, no hubo cambio de dirección, ni social, ni político.

La ‘revolución’ política que permitió el fin de la dictadura y el alejamiento progresivo de Pinochet del poder, es un bello ejemplo. En ese caso “No” quiso decir “Sí”.

Para decirlo en palabras de Henri Laborit, La única diferencia consiste en que "el poder dogmático, que no tenía para imponer su discurso sino la coerción y el crimen de Estado en gran escala", fue sustituido por otro en el que “el dinero permite realizar, de manera sutil e inaparente, la automatización robótica de las motivaciones, crear deseos, manipular afectivamente a la opinión pública, sin que la finalidad del sistema aparezca nunca a la luz del día.”

Cantando loas a la reconciliación: somos todos hermanos, se acabó el conflicto.

Si, por el contrario, “Una revolución es un cambio social fundamental en la estructura de poder o la organización que toma lugar en un periodo relativamente corto o largo dependiendo la estructura de la misma”, ese cambio fundamental no pasa necesariamente por una guerra civil. Salvador Allende intentó probarlo.

La violencia, en este ámbito, es siempre la respuesta del dominante sobre el sumiso, que hasta ese momento, en la noción de Laborit, se había contentado con vivir en la ‘inhibición de la acción’, cuya única recompensa es no ser exterminado por el dominante.

El programa del centrismo, en política, es ese: no hacer nada que provoque la violencia del poder dominante. Ser ‘razonable’, ‘moderado’, pidiendo lo que el dominante pudiese ceder sin cuestionar su poder. El centrismo lo hace negando el conflicto. O sea un elemento consustancial al ser humano. De ahí que, según Lordon, el centrismo sea un error antropológico.

Para mí, un horror antropológico. Para convencerse, basta con mirar las consecuencias.

 

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Narcogrúas: general y comandantes de Carabineros formalizados por cobro de millonarias coimas

 #Corrupción verde oliva

Narcogrúas: general y comandantes de Carabineros formalizados por cobro de millonarias coimas

Fotografía: Archivo | Agencia UNO

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  • lunes 31 mayo de 2021 | Publicado a las 06:00

    Todos enfrentan cargos por millonarios cohechos y asociación ilícita. Se trata del general (r) Manuel Valdés Pinochet, exjefe nacional de Tránsito y Carreteras; el coronel Ricardo Barriga Benavides, jefe de la prefectura Maipo y al cabo Sergio Ulloa Domínguez, ambos dados de baja. El último de la lista es el comandante, también separado de la institución, Marco Meneses Vergara que fungió como jefe de gabinete -entre 2019 y 2020- de la Secretaría General de Carabineros. Un cargo clave desde el cual emitía órdenes a distintas unidades para aumentar el retiro de vehículos favoreciendo a la empresa ACN, cuyos socios también están imputados. Una suma de hechos donde confluyen narcos, un testaferro que blanqueaba capitales de la droga, un homicida, oficiales de unidades de comunas como Huechuraba, Puente Alto, Pudahuel, entre muchas otras. Hay propiedades a nombre de familiares para evitar que fueran detectadas, autos millonarios y montos que aún faltan por determinar. La organización criminal verde oliva, hasta ahora, es más grande de lo que se pensaba.

    El fiscal de la Zona Occidente, Eduardo Baeza, formalizó por delitos de cohecho agravado y asociación ilícita al general (r) de Carabineros Manuel Valdés Pinochet, exjefe nacional de Tránsito y Carreteras ante el Primer Juzgado de Garantía de Santiago.

    Lo anterior, en el marco de una investigación por millonarios pagos de coimas -semanales o mensuales- hechos por la empresa de grúas ACN, con los que conseguía que los autos retirados de circulación fueran enviados al aparcadero de su propiedad en San Bernardo.

    Se suman el coronel Ricardo Barriga Benavides, jefe de la prefectura Maipo y al cabo Sergio Ulloa Domínguez, ambos dados de baja.

    El último de la lista, es el comandante, también separado de la institución, Marco Meneses Vergara que fungió como jefe de gabinete -entre 2019 y 2020- de la Secretaría General de Carabineros. Este organismo administrativo tiene como función establecer el nexo entre la máxima autoridad policial y otros estamentos internos, instituciones y autoridades del Estado, ONG ‘s, entre otros. En suma, un cargo clave desde el cual Meneses Vergara emitía órdenes a distintas unidades para aumentar el retiro de vehículos. Aprovechaba que por reglamento, los oficios debían llevar un pie de firma que ningún uniformado osaría desobedecer: “Por orden del general director”.

    El relato detallado de los hechos consta en la presentación de 61 páginas que preparó el perseguidor Baeza y presentada al tribunal.

    Lea el documento

    A todos se les impuso el arresto domiciliario nocturno, arraigo nacional y la prohibición de contactarse.

    El general Valdés Pinochet, además, es indagado por el fiscal regional de Punta Arenas, por su presunta participación en lavado de activos en la Mutualidad de Carabineros (Mutucar).

    No son los únicos imputados y formalizados en el caso. Lo están también los socios de ACN José María Williamson Poblete y el excabo de Carabineros Francisco Cortez Lovera. Ambos lo están por soborno agravado y asociación ilícita respectivamente, pero a este último se le agregó el lavado de dinero. La firma habría obtenido como ganancias más de 200 millones.

    Le siguen con ilícitos similares el coronel en retiro Ismael Cid Riffo con más de 40 millones cobrados en cohecho y el capitán (r) Sebastián Pazo Rodway, quienes actuaron como reclutadores de otros uniformados en la organización, algunos de alto rango, donde aún faltan miembros que deberán enfrentar la justicia. Para aparentar una situación de solvencia y que “se pondrían” con dinero, realizaban almuerzos en hoteles de la Zona Oriente de la capital.

    Se trata de una indagatoria donde confluyen narcos, un testaferro que blanqueaba capitales de la droga, un homicida, oficiales de unidades de Huechuraba, Puente Alto, Pudahuel. Hay propiedades a nombre de familiares para evitar que fueran detectadas, autos millonarios y montos que aún faltan por determinar. El Consejo de Defensa del Estado (CDE), también es parte, como querellante en esta historia que revela la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío.

    El arrastre

    Williamson Poblete tiene un pasado como testaferro. Fue condenado por lavar dinero del narco a 3 años y un día de presidio, de acuerdo a un reporte de la Unidad de Análisis Financiero (UAF). El blanqueo lo realizó a través de una empresa de fachada del rubro radiotaxis que nunca generó movimientos financieros y adquirió otros tipo de bienes a su nombre. El traficante era su suegro.

    Cortez Lovera, en tanto, fue formalizado por robo con intimidación a un apicultor de Colina. Estuvo preso por más de un año, pero fue absuelto por un tribunal oral. Como fuera, recibió la baja institucional.

    De acuerdo con un reportaje publicado por The Clinic, se alió con Franco Cortez Véliz, un narco y condenado por homicidio que devino junto al exuniformado en empresarios con un aparcadero en Lampa.

    En 2012 ganaron millones mensualmente, gracias a que distintas comisarías les enviaban los vehículos sacados de circulación. La fórmula se repetiría años más tarde, cuando Cortez Lovera ingresó como socio en 2017 a la empresa Aparcaderos Custodias Nacionales (ACN). Allí Williamson operaba desde 2016 a través de su hijastra Francisca.

    Los oficiales

    Todo partió en la Sexta Comisaría de Recoleta, donde el teniente coronel Cid Riffo era el jefe junto al capitán Carlos Fernández Paredes, quienes se relacionaron desde 2015 con Williamson y Cortez para dar rienda suelta a un lucrativo negocio.

    Según estableció la Fiscalía Occidente, los oficiales comenzaron a favorecer a la compañía para que los vehículos retirados de circulación fueran trasladados con las grúas de la empresa, enviándolos a su aparcadero ubicado en San Bernardo, algunos de los cuales incluso fueron rematados. Como tapadera, fue creada una Brigada de Tránsito (BT).

    La fórmula era ideal, porque dentro de la jurisdicción estaba el concurrido Barrio Bellavista, “lo que se tradujo en la obtención de ingentes ganancias para dicha empresa, tanto por el cobro de tarifas de traslados por grúas como tarifas de bodegaje diario”, detalló el fiscal Baeza.

    Operaban con el carabinero Julio Inallado, quien como miembro de la BT ejercía las labores preventivas de tránsito junto a su colega Herny Urrutia. Desde 2017, explica la fiscalía, habrían recibido al menos, más de $2 millones.

    Subir la apuesta

    Para ampliar el negocio a otras comunas de la Región Metropolitana, el teniente coronel Cid, actuando como intermediario de ACN, tomó contacto con otro oficial de su mismo rango, Marco Meneses Vergara quien se desempeñaba en un cargo clave como jefe de gabinete de la Secretaría General de Carabineros. Aceptando violar la ley y aceptar coimas, explica el fiscal Baeza en su presentación, Meneses Vergara emitió Documentos Electrónicos Ordinarios (DOE), cuyo pie de firma señala: “Por orden del general director”. A la sazón, el cargo lo ocupaba Mario Rozas, sin conocer del ilícito.

    Los DOE eran emitidos bajo falsas solicitudes de mayor fiscalización que eran enviadas por concejales, abogados, organizaciones ciudadanas e incluso desde autopistas concesionadas. Ninguna de aquellas presentaciones fue contestada por Meneses Vergara, evitando con ello la trazabilidad de los oficios. Tampoco se las envió para su aprobación a su jefe, el por entonces general, Rodrigo Ramos Ebner.

    Como en los otros casos, favorecían a la firma ACN, en vez de que los autos fueran enviados “a dependencias del Centro Metropolitano de Vehículos Retirados de Circulación u otros aparcaderos de las Municipalidades” o con las cuales estas últimas “hubieren suscrito acuerdos o convenios al respecto”, añadió Baeza.

    Gracias a las gestiones del jefe de gabinete, hubo pagos a los comisarios de la 32 comisaría con jurisdicción en el aeropuerto de Santiago y de la 57. Los dineros, según la fiscalía, fueron gestionados por otro reclutador: el capitán Sebastián Pazo. Este último, de acuerdo a la indagatoria, solo en sus cuentas bancarias aparecen depósitos por más de $6 millones entre 2019 y 2020, porque existe una zona de opacidad con los pagos en negro.

    Trabajando para usted

    Tan buenos réditos tuvo ACN con su contacto en la Secretaría General de Carabineros, que el socio de la firma, Patricio Lovera, consiguió el 4 de diciembre de 2020 un DOE que le costó millones. Este último no iba dirigido a una comisaría sino a las prefecturas Costa, Norte, Occidente, Rinconada, Maipo, Cordillera, Sur, Oriente y Andes, “solicitando (…) controles vehiculares, aludiendo a requerimientos de autoridades edilicias de diversas municipalidades de la Región Metropolitana, sin que se adjuntaran dichas notas, por ser inexistentes”, relató el fiscal Baeza.

    El paso siguiente era reclutar más oficiales y ampliar el giro, según el Ministerio Público. Pero no imaginaban que sus llamadas eran interceptadas por la policía.

    Y así ocurrió, porque el 23 de febrero del mismo año, el jefe de la Prefectura Maipo, teniente coronel Ricardo Barriga Benavides, le dijo a Cortez Lovera que crearía una Brigada de Tránsito, a través de la cual había lo que todos los otros. Incluyó a dos carabineros de su confianza.

    Para lo anterior faltaba solo un documento para operar que el comandante Meneses Vergara demoraba en tramitar. Su colega y también comandante Cid Riffo se impacientó y por WhatsApp le envió un mensaje claro y preciso: “Saca el DOE po’ conchetumadre”. La expresión tuvo efectos.

    Barriga por su parte pedía millones a los que llama “el pendrive”. Quería comprarse una casa, revelaron las escuchas telefónicas. También pidió un tablet y cada vez que se coordinaba con ACN, le envía un whatsapp, señalando: “Estamos trabajando para usted”.

    El general polilla

    Para la organización criminal, el 2020 fue un buen año. Los DOE que llegaban desde el edificio institucional y los nuevos operadores en varias comisarías de distintas prefecturas hacían que ACN ganara dinero y más dinero. El próximo objetivo era un general. Y no cualquiera. Manuel Valdés Pinochet era un alto oficial y mediático por su cargo de jefe de zona de Tránsito, Carreteras y Seguridad Vial. Era común verlo en noticiarios y matinales dando cuenta de la entrada y salida de vehículos los fines de semanas festivos, los accidentes, muertes e ingentes cantidades de infracciones.

    Valdés Pinochet tenía poder. Podía adoptar procedimientos de toda índole: imprevistas toma de alcoholemias con el Senda, fiscalizaciones en días festivos, controles masivos, cortes de tránsito, entre otros, detalló el Ministerio Público. Valdés Pinochet también fue sobornado.

    Un hecho ocurrido cuando arreciaba el Covid 19 en Chile, ocurrió el 7 de julio de 2020. Hasta San Bernardo concurrió el general “supuestamente a controlar carreras clandestinas de vehículos”. Fue una simple excusa, señala la formalización, ya que solo buscaba aumentar el retiro de vehículos.

    El teniente coronel Barriga, por su parte, seguía haciendo de las suyas en la prefectura Maipo, pero enfrentó un problema el 2 de abril de 2020. La entonces alcaldesa de San Bernardo, la UDI Nora Cuevas, le solicitó “que bajaran los controles y retiro de vehículos (…) ya que el Juzgado de Policía Local estaba solo con 3 funcionarios atendiendo y la gente se ponía agresiva”.

    Cortez Lovera, al enterarse de la situación, le escribió por mensajería: “Puta la mina mala onda”. A renglón seguido, le ordenó al prefecto del Maipo buscaran cómo operar en las comunas de Calera de Tango y Buin.

    Según la fiscalía, Barriga de esta manera incumplió un dictamen del Director de Orden y Seguridad, el general Enrique Bassaletti, “en el sentido de poner el foco en la prevención de delitos violentos y tráficos de drogas”. Pero hizo caso omiso.

    La formalización de cargos menciona al menos a otros 25 funcionarios que aún no están formalizados, mientras se encuentran pendientes alzamientos del secreto bancario de algunos familiares de los imputados que también se habrían prestado para esconder bienes a su nombre.

    Por lo pronto, se encuentran en calidad de imputados oficiales de la comisaría de Bajos de Mena en Puente Alto, Huechuraba, Pudahuel, Estación Central, en la Zona Oriente, San Miguel, entre otras.

    En cualquier caso, vienen más imputaciones ante la justicia. La organización criminal verde oliva, hasta ahora, es más grande de lo que se pensaba.

    Stingo interpela a fiscal que dejó en comisaría a adolescente por rayado: “¿Lo hace con todos los detenidos por este tipo de cosas?”

     

    A juicio del convencional constituyente, lo que el persecutor Omar Mérida hizo con el joven empujado al Río Mapocho por un carabinero fue “criminalizar la protesta”. En tanto, el abogado de Anthony declaró que “no tengo duda de que esto es por la connotación pública y por quién es él (…) Tienen un sesgo clarísimo de persecución”.


    La mañana de este domingo fue detenido Anthony, el adolescente de 16 años arrojado desde el puente Pío Nono al Río Mapocho por el carabinero Sebastián Zamora el 2 de octubre de 2020. Se le acusa de haber participado en los rayados efectuados en las sedes de los partidos políticos de derecha RN y la UDI, y en el monumento a Jaime Guzmán en la comuna de Las Condes.

    La orden de que Anthony, menor de edad, permaneciera al interior de un recinto junto a agentes de la misma institución que lo violentó, fue decretada por el fiscal de Flagrancia de la Fiscalía Metropolitana OrienteOmar Mérida. El persecutor es el encargado de las investigaciones por los destrozos en el Metro durante el estallido social, y en el emblemático caso del Hotel Principado fue quien dio la cuestionada orden para que Carabineros siguiera por días a quienes después fueron acusados por el Ministerio Público.

    “Yo quisiera preguntarle al fiscal Mérida si era necesario dejar a Anthony en la comisaría toda la noche, en vez de mandarlo para la casa y que volviera al día siguiente para un control de detención. ¿Era necesario dejar a Anthony en la comisaría toda la noche? ¿Lo hace siempre usted con todos los detenidos por este tipo de cosas?”, señaló durante la edición de este lunes del matinal de La voz de los que sobran Daniel Stingo, dirigiéndose el convencional constituyente directamente al persecutor responsable de dicha decisión.

    Lo anterior porque, a juicio del abogado, con la mediatizada privación de libertad del adolescente “claramente se trató de criminalizar la protesta, porque es un delito bastante menor, y lo que hacen los fiscales que tienen sentido común es dejarlos citados”.

    Fiscal Omar Mérida

    “Cuando uno observa cómo actúan algunos fiscales y algunos tribunales, uno pone en duda que este país esté funcionando y que las ‘instituciones estén funcionando'”, añadió Daniel Stingo.

    “SI HUBIESE SIDO LA SEDE DE OTRO PARTIDO, HABRÍA QUE VER SI HUBIERA PASADO LO MISMO”

    Por otra parte, en conversación con La voz de los que sobranel abogado de Anthony, Fernando Monsalve, refrendó lo señalado por Stingo en cuanto a las razones que habría detrás de la decisión de haber privado de libertad al adolescente.

    “Yo que estuve desde ayer en la comisaría, no tengo duda alguna de que esto es por la connotación pública y por quién es Anthony, porque les sirve. Primero, para defender a los partidos de gobierno; y segundo, porque tienen un sesgo clarísimo de persecución”, apuntó el jurista, advirtiendo que entre los querellantes por los rayados en las sedes de RN y la UDI está la Intendencia de la Región Metropolitana. En ese sentido, señaló que respecto de la investigación por la caída del menor hacia el caudal del Río Mapocho, ese diligente accionar penal simplemente no ocurrió.

    “Yo creo que el fiscal sucumbió ante la acción mecánica de pasar a control de detención a alguien por algo que puede ser objetable política, ética, penalmente, pero que es un delito muy muy menor”, añadió Monsalve. Y concluyó: “Si hubiese sido la sede de otro partido político, habría que ver si hubiera pasado lo mismo; o si hubiese sido otra persona y no Anthony”.

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