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lunes, 30 de marzo de 2015

A pesar de los temporales que afectaron al norte del país, el gran desafío de Chile será la escasez de agua

María Cristina Prudant
El planeta también tendrá el mismo dilema y por eso los ojos estarán puestos en nuestro país, que tiene grandes reservas del vital elemento. Sin embargo, la mala administración del recurso y la falta de control sobre este ha provocado serios problemas, como la sequía en más de 100 localidades que están en estado de emergencia y tres comunas declaradas zona de catástrofe: Cabildo, Petorca y La Ligua que siguen en la misma condición a pesar del agua caída esta semana. El nuestro es el único país del mundo donde el agua está privatizada.
Naciones Unidas ha planteado que los primeros 40 litros de agua sean un derecho humano gratuito para todos los ciudadanos del planeta. Existe la violación sistemática de acceso al vital elemento, lo que en Chile ha sido registrado por los informes anuales en la materia de la Universidad Diego Portales y el Instituto Nacional de Derechos Humanos. Es por ello que las medidas concretas para asegurar el recurso pasan por la toma de conciencia en torno al derecho esencial de acceder al agua, porque sin ella no se puede vivir.

Una investigación de la Unesco planteó hace pocos días que el planeta tendrá un déficit de este elemento equivalente al 40% en 2030 si no se cambia el rumbo actual de consumo. El organismo pide que una mejor gestión de este recurso forme parte de los objetivos del planeta de la Organización de las Naciones Unidas.


El estudio, elaborado por 31 organismos de la ONU bajo el paraguas de la Unesco, establece que en los últimos años ha habido avances en el acceso al agua y al saneamiento en el mundo, pero persiste la tensión y será más evidente por el incremento demográfico.


Por eso, considera que los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el periodo de 2016-2030, que deben sustituir a los Objetivos del Milenio (2001-2015), tienen que ser más ambiciosos en la protección de los recursos hídricos.


Un bien privado


En nuestro país el agua no es un bien público, porque fue privatizada, por lo que no se puede establecer ningún tipo de regulaciones sobre ella ni prioridad de uso. No es posible caducar las concesiones por malas prácticas, evitar la especulación y hacer uso sustentable de ella. Los derechos del agua dulce de la Patagonia pertenecen en 90% a Endesa, que no pagó un peso por ello, y el resto de las aguas está en grupos monopólicos.


En diversos puntos de Chile la escasez y contaminación del recurso se relaciona con la irrupción de grandes inversiones empresariales, de preferencia mineras. "Tal y como concibe hoy al recurso hídrico la legislación vigente, el agua parece estar más asegurada para los proyectos mineros, hidroeléctricos y forestales, entre otros, que para los propios ciudadanos y sus necesidades de acceso básico", denuncia Rodrigo Mundana, ingeniero agrónomo del movimiento de defensa medioambiental Modatima.


"Es una catástrofe lenta"


Consultado sobre el tema, el presidente de Modema (Movimiento de Defensa del Medio Ambiente), Andrés Álvarez, manifestó a Cambio21 que "el problema de la falta de agua es más grande de lo que uno imagina, porque es una catástrofe lenta, pero progresiva, que día a día va dejando más afectados".


A su juicio, las causas de la sequía que asola a varias zonas del país desde hace cinco años, se explican en que "una cosa es la falta de lluvia, provocada por el calentamiento global, pero otra es la sobreexplotación de recursos. Además, cuando existe un Código de Aguas que es permisivo con la venta y transacción de agua uno se encuentra con esta sequía y la catástrofe se expresa de mayor forma de la que debería hacerlo naturalmente".


El impacto que esta situación produce, según el presidente de Modema, puede ser "económico, sobre las comunidades y las familias en Chile, porque con un tema de sequía tan severo como el que tenemos en el país los productos agroalimentarios que provienen de estos sectores y llegan a la canasta básica incrementan su precio. Es un tema que va de la mano con la economía y cuando hay sueldos miserables en gran parte de la ciudadanía, la gente se limita a no llevar frutas y verduras y eso también significa un problema de salud por una mala alimentación".


Según Álvarez, "la solución al problema la tiene el Estado. En el tema de este recurso es el gran ausente, porque no ha trabajado políticas públicas que vayan a entregar una solución al tema hídrico en el corto, mediano o largo plazo. Partiendo por el Código de Aguas, que no está bien regulado para que los proyectos industriales no ocupen las aguas de las cuencas y lechos, sino que se determine que éstos deben abastecerse de agua desalinizada".


El tema energético entra en el juego


A esto también se refirió Hernán Alcayga, profesor de la Escuela de Obras Civiles y del Centro de Energía de la UDP, quien en conversación con Cambio21 manifestó que "esto afecta primero la distribución del agua potable, que es esencial para la vida y el quehacer de los habitantes, luego a la producción agroalimentaria, y también a los recursos naturales, porque si no tenemos agua en los cauces naturales, difícilmente los sistemas ambientales se van a mantener. Además, los sistemas productivos se van a ver afectados, ya que necesitan agua para ciertos procesos".


"Hay un tema que no es menor, que tiene que ver con que el 45 por ciento de la matriz energética del país es hidroeléctrica. Entonces, si no tenemos agua para producir electricidad, no tenemos energía y sin esto la industria también se va a ver afectada", añadió el profesor de la UDP.


En cuanto a los sistemas que existen y que podrían ayudar a paliar la situación, Alcayaga expresó que "el uso de agua desalinizada es una opción, pero también hay una solución que son los "atrapadores" de nubes, que condensan el vapor del océano y ahí capturan agua".


Para el ambientalista Juan Pablo Orrego el problema es "de lo más grave que está ocurriendo en el planeta y en Chile. Es la demostración más clara de nuestro total extravío y total ceguera respecto a todo el tema ecológico. En este momento, ya se instaló un proceso de desertificación en Chile, ya no se habla de sequía. Y este abarca desde el Norte (región de Coquimbo), pero se desplaza a través de todo el centro de Chile, incluyendo la región Metropolitana y alcanza las del Biobío y La Araucanía".


Protección de los glaciares


A pesar de esto, dice Orrego, "hay un proyecto de ley en estos momentos sobre protección de glaciares, pero solamente los que están dentro de áreas protegidas. El único motivo por el cual no se están protegiendo los otros es para dejarle el campo abierto a la minería, y resulta que Chile está sufriendo esta desertificación y es un país 100% glacial".


Añadió que Santiago "es totalmente alimentada por ciclos de derretimiento de glaciares. En particular, el glaciar Echaurren, que está sobre nuestras cabezas. Y la autoridad no está reaccionando".


"En este país lo que se hizo fue entregarle el agua a empresas que lo único que hacen es lucrar: las famosas sanitarias, las mineras, que la necesitan para el lucro de sus empresas, en la que necesitan mucha agua. Se le entregó al negocio al mercado desde hace décadas, durante la dictadura, y luego fue consolidado por gobiernos de la Concertación de los presidentes Frei y Lagos, que terminaron de privatizar las sanitarias, que pertenecen a empresas transnacionales que profitan por el servicio de proveernos de agua potable. Los precios del agua en Chile son muy caros", aseveró Orrego.


A su juicio, el problema "es gigante y es muy interesante que sea el agua lo que conecta todo, que está en todo, que es la matriz de la vida, que está metiéndonos en una crisis cada vez más profunda".


Para Orrego, si bien nadie tiene la receta definitiva para solucionar el problema, lo que hay que hacer "es convocar una especie de reflexión de Arica a Punta Arenas en que participen los campesinos, que son los que más saben del tema hídrico, las universidades. O sea, hacer una jornada nacional de reflexión para tratar de ver cómo de alguna manera cambiamos el rumbo para mejorar la situación. Cómo hace Chile para revertir el cambio climático que nos está afectando. Esto es absolutamente global. Chile podría hacer cosas, reforestar, cuidar más su mar territorial para que el fotoplancton esté saludable y absorbiendo dióxido de carbono y exhalando oxígeno. Pero realmente hoy es un problema de la humanidad".


Embalses, ríos y desalinización


Según Juan Pablo Orrego, la tecnología para la desalinización del agua del mar es cara en sí, pero además requiere de mucha electricidad para hacer funcionar una planta desaladora que cumpla esa función. Y en Chile el problema es que las minas están todas en la precordillera y eso significa que también se necesita mucha electricidad para bombear el agua hacia allá. Sin contar qué se puede hacer con la salmuera que quede del agua marina. Las desalinizadoras están siendo criticadas por los expertos.


Respecto de los embalses manifestó que "del punto de vista ecológico lo que hacen es profundizar la crisis hídrica, porque dañan aún más las cuencas y los ecosistemas fluviales. La solución de fondo, a largo plazo, es restaurar las cuencas hidrográficas, demoler embalses para que los ríos vuelvan a fluir y vuelvan a alimentar los bordes costeros, y que se restauren el ciclo hidrológico corto y el largo. Es una cuestión utópica en el mundo actual".


El ambientalista da cuenta también de lo que denomina un ejemplo insólito: "Tanto Frei como Piñera han dicho en sus respectivos discursos del 21 de mayo que Chile no puede seguir desperdiciando el agua de los ríos al mar. Eso significa que hay presidentes de la República -tú puedes entender que lo diga un gerente de Endesa, porque el sesgo está claro- que no entienden nada del ciclo hidrológico y de por qué los océanos son salados. De esa salinidad depende toda la cadena trófica de esos océanos y además la vida trata de mantenerla en niveles óptimos. Son cosas que nosotros estamos perturbando. Pero tener presidentes de la República que no entienden nada respecto de la ecología del agua y de los ríos. Es aterrante".


Alto Maipo en problemas


Marcela Mella Ortiz, vocera de la Coordinadora Ciudadana Rio Maipo, que se opone al proyecto Alto Maipo en el Cajón del Maipo, explicó a Cambio21 la razón de esta postura. Para este movimiento, con él se pone en riesgo el abastecimiento seguro de agua potable y la de riego para todo el valle del Maipo.


"Nos oponemos a hipotecar el Cajón del Maipo, la cuenca que abastece de agua potable a Santiago, que riega todas las comunas agrícolas de nuestra región (R.M), que además es el único pulmón verde que le va quedando a Santiago, que es una zona recreativa básica. Y lo es porque el patrimonio ambiental más importante de nuestra comuna es el agua. Todo eso está en riesgo y destinado a poner en jaque todo el sistema hídrico de la capital de Chile y de nuestra comuna, solo para que Luksic (empresario) tenga energía más barata para subir a Los Pelambres y seguir, de paso, dañando el Valle del Choapa, donde ya están contaminadas las napas subterráneas".


En su opinión, "no ha existido la voluntad política para modificar el Código de Aguas y liberar el agua de ser un bien mercantilizado. Creemos, junto a otras comunidades, que es la única solución para enfrentar esta crisis que cada vez es más evidente, seria y que se agudizará en el corto plazo. No es un fenómeno de aquí a 50 años, es ahora".


Reforma constitucional para que el agua sea de uso público


El senador Guido Girardi (PPD) señaló a Cambio21 sobre la problemática del agua que "más que nunca se requiere aprobar el proyecto de ley que está en el Senado de reforma constitucional que la restablece como bien nacional de uso público. Es lo único que va a permitir establecer prioridades de uso para privilegiar el consumo humano o para la agricultura, en desmedro de otros. Se necesita para la sobrevivencia".


Sobre la prevención en este caso, dijo que tiene que ver "fundamentalmente con que la poca disponibilidad de agua está concentrada monopólicamente y no está en función de la gente. Las grandes empresas mineras se han hecho de todos los derechos de agua y, por lo tanto, la gente no tiene derecho al agua. Hay derechos de agua especulativos, por lo tanto se requiere hacer la reforma constitucional que restablezca el agua como bien nacional de uso público. En segundo lugar, hacer la modificación del Código de Agua. Y tres, la protección de glaciares. Y desarrollar una política de embalses a lo largo de todo Chile".

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