Un artículo del diario imperialista New York Times, sin sospecha de simpatías con la izquierda, revela las huellas de la impunidad del Ejército en democracia, dando a conocer la destrucción el año 2000 de archivos con los datos del paradero de detenidos desaparecidos.
Jueves 2 de noviembre
Alrededor del año 2000, las causas de DDHH en la Justicia estaban activas, el Gobierno impulsaba mesas de diálogo, y se solicitaba información de las desapariciones a las FFAA.
Poco tiempo después, la institución armada destruyó microfilmes de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) y de la Central Nacional de Informaciones (CNI), con entre 2.500 y 10.000 imágenes en cada uno, con datos sobre el paradero de detenidos desaparecidos.
Habrían sido destruidos en la Escuela de Inteligencia del Ejército arrojándolos a un horno encendido. Repitieron la rutina hasta que no quedó nada.
Los mismos archivos que el Ejército negaba que existieran. Y que, según el diario estadounidense en base a testimonios del año 2015 de inculpados en el caso Frei Montalva, habrían sido custodiados todos esos años por el Departamento de Contrainteligencia.
Según testimonios, los archivos incluían fichas de personas, cédulas de identidad, fotografías, planos y recortes de diarios.
En ese entonces era comandante en jefe del Ejército el ahora general Ricardo Izurieta, sucesor de Pinochet.
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