Han pasado 43 años desde aquel verano del
año 1975 cuando una brigada de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) se
instaló al interior del Regimiento Maipo de Valparaíso para realizar una
implacable cacería a militantes del MIR de la región. El Casino de Suboficiales
se transformó en un recinto de detención y tortura donde fueron a parar
alrededor de 30 compañeras y compañeros, 20 de los cuales fueron posteriormente
trasladados a Villa Grimaldi en Santiago, desde donde 8 de estos militantes
miristas, seis hombres y dos mujeres, fueron llevados a lugares desconocidos,
asesinándolos y haciendo desaparecer sus cuerpos, transformándose en Detenidos
Desaparecidos cuyo destino se ignora hasta el día de hoy.
Por esta razón un grupo de organizaciones
de Derechos Humanos de Valparaíso, a partir de una propuesta hecha por la
Colectiva Bordadoras de la Memoria, a la que adhirieron la célula Gilberto
Victoriano, del PC, la Agrupación de Ejecutados Políticos y el Coordinador de
Derechos Humanos V Región, convocó a una funa a la entrada del Regimiento
Maipo para el día miércoles 24 de enero.
Adhirieron a este llamado distintas
organizaciones y colectivos de Derechos Humanos de la región, como asimismo ex
compañeras y compañeros de los militantes desaparecidos.
Alrededor de treinta manifestantes se
congregaron en las afueras del Regimiento Maipo, junto a una serie de lienzos y
pancartas colocados en el lugar, ante la atónita mirada de soldados y guardias
del regimiento y la curiosa observación de parte de transeúntes y vehículos que
pasaban por el lugar, los que incluso se detenían frente a los lienzos y
pancartas para saber de qué se trataba la movilización.
Con
gritos y consignas tales como: “No hay justicia, no hay verdad, solamente
impunidad”; “El mar y la tierra gritan la verdad, los pactos de silencio se van
a terminar”; “Valientes soldados, solo en la canción, son cómplices cobardes
del dictador”; “Conscripto del Maipo, ahora por favor, libera tu conciencia y
entrega información”, las que, amplificadas mediante un megáfono,
retumbaban en las dependencias del regimiento. La situación era manifiestamente
incómoda para un oficial de boina, el
cual, con un teléfono celular permanentemente en su oído, se paseaba nervioso
de un lado a otro, seguramente informando “en directo” de lo que estaba pasando
a sus superiores.
Los nombres de los 8 compañeros y
compañeras del MIR fueron voceados enérgicamente, seguidos cada uno de ellos
por un potente “¡Presente!”, gritado a coro por las y los manifestantes.
Posteriormente se leyó la convocatoria a
esta manifestación de denuncia y protesta, la que textualmente expresa:
“Entre el 17 y
el 28 de enero de 1975, fueron detenidos, secuestrados y torturados en las
dependencias del regimiento N°2 de Valparaíso Maipo: Sonia Ríos Pacheco, Fabián
Ibarra Córdova, Carlos Ríosecos Espinoza, Alfredo García Vega, Horacio
Carabantes Olivares, María Isabel Gutiérrez, Abel Vilches Figueroa, Elías
Villar Quijón.
En esos días de enero de 1975 militares del regimiento
en conjunto con la DINA toman detenidos en la ciudad de Viña del Mar y Quilpué
a cerca de treinta personas todos resistentes a la dictadura cívico militar,
son trasladados al Regimiento Maipo donde se practicaron torturas de acuerdo a
los métodos habituales de la DINA.
El 28 de enero de 1975 un grupo de unas 20 personas de
las que permanecían en el Regimiento Maipo, entre las cuales se cuentan las
ocho compañeras y compañeros mencionados, fueron trasladadas a “Villa
Grimaldi”, donde fueron vistas por numerosos testigos.
El 20 de febrero son sacados de Villa Grimaldi con destino desconocido y
desde ese día son Detenid@s Desaparecid@s”.
Después de alrededor de una hora en donde
los y las manifestantes denunciaron las atrocidades cometidas en este centro de
detención y tortura, expresando que la Memoria es un arma potente, porque “nada
está olvidado, nadie está olvidado”, se dio por terminada la movilización,
constituyéndose en la primera funa que se realiza en las puertas de este conocido regimiento de
Playa Ancha, haciendo realidad otra de las consignas voceadas por los
manifestantes: “¡Ole ole, ole ola, como a los nazis les va a
pasar, adonde vayan los iremos a funar!”
Guillermo Correa Camiroaga
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