Hace
pocos días atrás, la Segunda Sala de la Corte Suprema ha dejado en libertad a
seis violadores de Derechos Humanos condenados por gravísimos crímenes
cometidos durante la época de Dictadura. Por la vía de recursos de amparo han
accedido a beneficios carcelarios, como si se tratara de reos comunes y no
criminales de lesa humanidad.
La Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos
se siente con el deber moral e histórico de expresar su indignación y repudio a
esta nueva expresión de impunidad, y ratificar que continuaremos haciéndonos parte en
todas las causas de protección y amparo de los reos de Punta Peuco, homicidas y
torturadores, que no han aportado antecedente alguno a los procesos, no han
manifestado arrepentimiento por sus hechos, han negado
los crímenes de lesa humanidad y estuvieron evadiendo la justicia
durante décadas.
El
quehacer tanto pasado como presente de la AFEP, se encuentra indisolublemente
ligado a la lucha por la verdad y la justicia, participando en la actualidad en
la inmensa mayoría de los procesos judiciales por ejecuciones cometidas por
agentes del Estado durante la dictadura cívico-militar, y abogando por un
cumplimiento efectivo de las condenas, sin privilegio alguno, teniendo para
ello especial consideración que nos encontramos frente a crímenes contra la
humanidad, es decir, delitos que no sólo contravienen los bienes
jurídicos que comúnmente garantizan las leyes penales sino que, asimismo,
suponen una negación de la persona en su integridad psíquica y física.
La
impunidad de la cual han gozado muchos de los torturadores y homicidas, al
igual que todos los responsables del accionar represivo vividos durante la
dictadura, se mitiga con la verdad y la justicia, pero se derrota con el cumplimiento
efectivo de penas apropiadas, acorde al delito cometido.
En un
sistema político en que el poder judicial tiene una decisoria palabra, la
justicia tiene también la función de mantener intacto y vigente un sistema de
valores. Si la justicia falla contra los valores básicos de la sociedad, éstos
quedan irreconocibles, primero para los perpetradores, que nada reconocen e
incluso justifican y relativizan sus actos, y después para las víctimas que
pierden su confianza en la Justicia.
No nos
quedaremos como simple espectadores ante esta inaceptable pretensión de los
asesinos de nuestros familiares de seguir gozando de la impunidad que comenzó
con la denegación de justicia durante la dictadura y que se mantuvo buena parte
de la transición, continuó con sentencias que no guardaron ninguna proporción
en relación al delito cometido, que fueron cumplidas en recintos especiales y
privilegiados. Contra esta cadena de impunidad haremos valer nuestra voz de
rechazo, de pie, por el NUNCA MÁS.
Es por
todo lo expuesto, y habiéndonos enterado que uno de los jueces que otorgó las
libertades a los criminales de Punta Peuco se encuentra asociado con un ex
Carabinero, actual abogado de homicidas y torturadores de la época de
Dictadura, es que hemos solicitado la nulidad de las sentencias dictadas por la
Corte Suprema.
Santiago
de Chile, 10 de agosto de 2018.
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