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domingo, 23 de octubre de 2022

OPINIÓN POLÍTICA El discurso del Presidente en el aniversario del 18-O: ¿Hacia dónde vamos?

   

Da la impresión que el Presidente no entiende que el dinero no tiene moral, ese conjunto de ideas que tenemos respecto del bien y del mal así como del correcto obrar en sociedad[i]. Tratemos de explicarlo brevemente a riesgo de parecer pedante y latero. De otro modo no consigo justificar la afirmación inicial. Por ello mis disculpas a lectoras y lectores. Si leer sobre clases sociales le aburre, pase al titulo: los dichos del Presidente Boric.

Las personas en una sociedad cualquiera están agrupadas en clases sociales. Algunos se niegan a reconocer esto, a pesar que todos, absolutamente todos, hablan de la existencia de la clase media. Lo que quiere decir que – sin decirlo o aceptarlo – reconocen indirectamente por lo menos una que esté arriba y otra abajo de dicha clase media o «capas medias» como a veces se le llama. Para las otras clases sociales se utilizan nombres tales como «los más desfavorecidos», «la gente bien», «los sectores altos» o «de mayores ingresos», la «clase empresarial», «los pobres». Y despectivamente «los rotos», «los flaites», «la chusma», etc.etc. Como quiera que sea, su existencia en definitiva la reconocen todos «los sectores sociales.

Estas clases se diferencian entre otras características por su origen social, su grado de riqueza y el grado consecuente de poder que ostentan, sus relaciones familiares y sociales. Pero por sobretodo, se diferencian entre quienes son los dueños de empresas y servicios y quienes trabajan para ellos, en los varios escalones que tiene la organización del trabajo en una sociedad específica y en un tiempo histórico también específico. Esto último por ejemplo, porque los llamados «proletarios» y «campesinos» de fines del siglo XIX y comienzos del XX  no son los mismos hoy en muchas sociedades. Siguen existiendo los dueños de los medios de producción y quienes trabajan para ellos. Solo las formas han cambiado.

Las clases sociales están en permanente movimiento e interacción de unas con otras. Los miembros de cada una luchando. Unos por conservar su lugar de privilegio en dicha estructura de clases. Las otras por ascender en la estructura social y económica para tener una vida mejor.  Dicha lucha se centra en definitiva y a pesar que no siempre eso sea claro para el conjunto de la sociedad, en una lucha por conquistar el poder económico y político. Esto, puesto que se sabe que quien controle estos define en general el lugar que cada cual tendrá en dicha estructura de clases sociales. Esta lucha es permanente. Muchas veces a muerte. Los partidos políticos idealmente representan estas diferentes clases sociales. Vea usted qué leyes aprueban unos y otros, independientemente de las justificaciones que unos y otros tienen en un mundo de vueltas de chaqueta, traiciones, intereses laborales propios y también donde existe la honradez intelectual y ética. Tirando una línea gruesa, hoy más que nunca son políticos individualmente considerados más que partidos los que están con los intereses de los más ricos o con aquellos del resto de la población que trabaja para ellos. Una línea bien gruesa reconozco. Muchísimas veces ocurre, como en Chile, que a veces esa línea gruesa casi no existe. Casi todos del lado de la defensa de los intereses de los más ricos. Eso fue lo que ocurrió en los más de 30 años desde el fin de la Dictadura hasta hoy.

Los dichos del Presidente Boric

Teniendo como marco la existencia permanente de lucha entre los intereses materiales de algunos pocos muy ricos y muchos muy pobres, ora casi imperceptible, ora violentamente, las expresiones del Presidente de  terminar «las peleas entre nosotros», «dejar las trincheras», «establecer puentes», «luchar por el bien de Chile», entre muchas otras frases de este estilo parecen alejadas de la realidad de una sociedad dividida en clases sociales antagónicas. Toda la historia de la Humanidad nos lo recuerda. Por ejemplo, todas las guerras del siglo XXI, con la muerte de millones de inocentes, han sido guerras económicas de grupos de poder que se esconden detrás de los intereses del país. Dinero y poder. Es el caso de la actual guerra Rusia-Ucrania. Según Occidente Rusia quiere apropiarse de la riqueza de Ucrania. Dinero. Según los rusos, Occidente pretende apropiarse de sus riquezas venciéndolo en la guerra. Dinero. Dinero representado en este caso concreto por el control del petróleo, el gas y la defensa del sistema financiero mundial cuyo control todavía lo tiene EEUU y que le reporta el 50% de su PIB. Que mueran miles de inocentes en Ucrania no parece importar mucho. Que sufran los pobres de Europa, que los hay y muchos, tampoco importa. Que paguen esa factura también el resto de la población mundial de una u otra forma, interesa menos. No por nada hasta el Papa y el Secretario General de las Naciones Unidas nos dicen que las ganancias actuales de esas empresas son indecentes. Esas opiniones tampoco cuentan. No tienen poder.

No hay moral en todos estos desastres humanos mundiales. Ni amigos con los cuales consensuar nada. Como lo dijera hace mucho tiempo un antiguo ministro de RREE de EEUU: «los Estados Unidos no tienen amigos. Tienen solo intereses».( Se le olvidó especificar que se trataba de los intereses de las empresas norteamericanas.). Esa norma es seguida por TODOS los países del mundo puesto que es la norma de los verdaderos dueños del mundo de hoy, las compañias transnacionales. Estas han creado guerras, planeado y financiado golpes de Estado, alimentado las matanzas entre etnias distintas, no respetado las leyes para defensa de las poblaciones y el medio ambiente. Asesinado activistas y Presidentes, etc.. Los dueños de esas empresas tampoco tienen moral. Apenas intereses económicos. ¿La moral? «Los negocios son los negocios» nos responden cada vez que la moral es pisoteada por estas personas. Por el contrario, los desposeídos, aquellos que nada tienen a ganar con esta guerra sino a perder, están en contra de ella. Justamente porque tienen y respetan su propia moral (algunos de estos desposeídos estarán dispuestos a no respetar su propia consciencia moral cuando el dinero sea capaz de vencer sus principios.)

¿No fueron los intereses económicos de la clase dominante chilena, disfrazada de democracia, patria, libertad y otros argumentos los que conspiraron para el Golpe de Estado de 1973 y su trágico saldo de miles de muertos, desaparecidos (hasta hoy), exiliados? ¿Alguna otra prueba de que el dinero no tiene moral?

Verdaderamente por eso uno queda desconcertado cuando se nos habla de que debemos terminar con las peleas, que debemos poner los intereses de Chile por los intereses personales o partidarios, que debemos tender puentes de acuerdo, que es necesario abandonar las trincheras. Que todos hemos cometido errores que podemos solucionar con más democracia, como insiste Boric.

¿Más democracia?

¿En qué momento de nuestra corta historia de 200 años como república hemos sido genuinamente demócratas, consensuales, sin presiones ni chantajes ni amenazas ni guerras civiles para ponernos de acuerdo, poniendo al frente los intereses del país? ¿Cuándo? ¿En los 30 años siguientes a la Dictadura se nos responderá. Ahí fuimos consensuales y tuvimos «paz social». Y, ¿qué fue lo que pasó en ese período? ¿Se defendieron los intereses de todas las clases sociales? ¿La Constitución que existía y aún existe representaba «la casa de todos» o era y es apenas la casa de unos pocos, esa pequeña minoría rica que gobierna a su antojo? .

«El Estallido no fue una revolución anticapitalista» . Para el Presidente, basta que los manifestantes no mostraran explícitamente carteles diciendo abajo el Capitalismo, a pesar que sí había varios diciendo que este era el fin del modelo neoliberal y que muchas de las banderas fueran reivindicaciones que se reclamaban, más que cambiar de raíz el tipo de sociedad.

¿Pero, de qué se quejaban los manifestantes? El mismo Presidente enumera unas cuantas: desigualdad, injusticia, pobreza, salud, desprecio, educación, agua, ambiente, etc.etc. ¿Cuál es el origen de fondo de todos estos problemas? ¿Faltas de amistad cívica? ¿Incompetencia de los Partidos políticos? ¿Errores en la administración del Estado? ¿De dónde viene el abuso y las desigualdades de las que el Presidente Boric habla en este mismo discurso? ( para ya no recordar lo que decía él mismo antes sobre el neoliberalismo como causante de estos males). ¿Ocurrieron porque la gente es mala y los empresarios son perversos? ¿Porque somos ineficientes e ineficaces a la hora de repartir la torta que el país produce?

Es verdad que pocos en las manifestaciones planteaban en la calle terminar con el Capitalismo y su modelo neoliberal actual. Pero de que este sistema es el responsable no solo de las desigualdades y los abusos sino también del machismo, el desprecio a los pobres, el no reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios, la destrucción sistemática del ambiente y la venta barata de los recursos naturales del país al capital extranjero no hay duda alguna. ¿Eso es Capitalismo o papas fritas?  Y como el señor Presidente no lo entiende así, se pregunta cándidamente «por qué hubo tanto destrozo, por qué tanto enojo, por qué tanto desborde». La esposa de Piñera se preguntaba algo parecido. Tanta violencia. ¿De dónde salieron? ¿Porqué lo hacen? Y ella concluía: «son alienígenas». Independientemente de la respuesta que Boric tenga como diagnóstico de los desbordes de los manifestantes, lo que sí él tiene muy claro  es que hay que reprimir esas manifestaciones con toda la fuerza de la represión policial. 25000 Carabineros dispuestos a apalear a quienes se manifestaban este tercer aniversario del 18-O. La delincuencia y el narcotráfico no reciben la misma preocupación del señor Presidente y su Gobierno.

Continúa el Presidente Boric: «La rebelión popular expresó y trajo consigo mucho dolor y ha dejado enormes secuelas. No vamos a permitir que sea en vano, no podemos ser los mismos como sociedad después de esta experiencia, no podemos cometer los mismos errores.»

O sea, vivimos en un país injusto y desigual y esto es puramente una cuestión de errores. Como si de un problema administrativo o de gestión se tratase. No señor, es un problema político, de poder, de clases sociales con intereses antagónicos donde los errores consisten en no poder conquistar el poder e imponer su razón al adversario. El problema es que no son iguales los que discuten. Unos pocos muy ricos y otros muchos pobres. ¿Cómo se puede discutir entre desiguales?

Por estas simples verdades de la vida es que este gobierno va a hacer lo que los dueños de Chile quieren que hagan o no hagan.  Les guste o no. Y ellos no discuten ni consensúan nada, ni tienden puentes de ningún tipo. Imponen simplemente sus intereses económicos a como dé lugar. Conversando, amenazando, chantajeando como lo vemos hoy con la discusión constitucional, reprimiendo y si es necesario, matando, como nos amenazan empresarios y activistas de la ultra-Derecha. Este es el papel que jugamos en general los individuos en una sociedad dividida en clases sociales. No somos ni mejores ni peores los unos de los otros. Es el sistema de dominación económico, político, cultural e ideológico que da a cada cual las ideas por las que nos regimos. Es la vida material que tenemos la que determina esas ideas y no al revés como algunos nos quieren hacer creer. No piensa lo mismo uno que duerme bajo los puentes del Mapocho y otro que vive en Las Condes. ¿Cómo podría serlo en una sociedad donde las clases sociales se reconocen no solo por la ropa que visten, las escuelas que frecuentan sus hijos (para algunos no son escuelas, son colegios), el hospital que visitan, el salario que reciben, su lugar en la estructura laboral y social y hasta en el acento en la lengua que utilizan?

El Presidente nos habla que su gobierno resolverá los problemas de la gente con la Reforma Tributaria ya presentada y cuya discusión comienza brevemente.  Pero desde ya debe saberse que así como ya está, los ricos pasarán al lado. Solo los mucho más ricos pagarán algo pues la barrera para comenzar a pagar en el  área patrimonial es de 4.9 millones de dólares. Un 1% por sobre los 4.9 millones, por eso que se llama tasa marginal. Esto es, hasta los 4.9 millones no paga nada extra en términos de su patrimonio. Esa persona pagará 1% de lo que gane por encima de los 4.9 millones de dólares hasta 14.7 millones de dólares. O sea, pagará el 1% por todo lo que gane arriba de 4.9 millones. Así, si una persona tiene un patrimonio de 14 millones de dólares paga 1% descontados los primeros 4.9 millones. Es decir, pagaría el  1% de 9 millones aproximadamente.  En Colombia para una reforma parecida con Petro el  límite está en los 600.000 dólares. ¿Qué diferencia no? O sea quien tiene 3 o 4 millones de dólares de patrimonio no debe pagar impuesto patrimonial sobre lo cual hoy no esté pagando (como la casa o el auto). Este gobierno considera así que estas personas NO son ricas. Que triste ironía para un jubilado que gana 180 lucas mensuales. En cualquier caso y frente a esta propuesta de ley que se avecina, los más ricos de Chile sacan hoy su dinero en masa fuera del país. No solo a los paraísos fiscales. No solo dividiendo sus fortunas por sus hijos y familiares dando a cada uno 4,89 millones de dólares para quedar en la categoría de los no ricos como ya se hace. También cambiando el país de tributación, como lo hacen artistas y deportistas con frecuencia. Vaya a mirar cuantos empresarios chilenos están pidiendo Suiza como su país de tributación. Y todo esto, antes que la Reforma sea discutida en el Parlamento, donde seguramente será desplumada un poco más!. ¿Es de ahí que el señor Presidente se propone tener dinero para las prometidas reformas? ¿Cree él realmente que los empresarios están dispuestos a perder dinero pagando más impuestos y todavía considerando esto algo justo?

El Presidente nos dice que hay que actuar para mudar la realidad. Es verdad. Pero la actuación puede ser para subir la montaña o caer en un precipicio. Un ejemplo concreto: le TPP11[ii].

La firma del tratado TPP11 que será hecha más tarde o más luego pero será hecha, es una voltereta fenomenal de un gobierno que lo denunciaba antes pero que lo firmará ahora. Eso demuestra que ni el Presidente ni su gobierno pretenden mudar nada de nuestro modelo exportador de materias primas[iii].

Los compromisos bilaterales en las famosas cartas laterales que utiliza la ministra de Relaciones Exteriores para pretender tranquilizar a los miles de oponentes a este tratado, no resuelven el dañino proceso de la resolución de controversias entre el Estado y las transnacionales. Porque ella no dice que el tratado está actualmente vigente en su totalidad. Sellado, oleado y sacramentado, y que aspectos tales como propiedad intelectual, inversión, servicios, compras públicas, comercio electrónico, coherencia regulatoria o inversiones continuan a regir. ¿De qué cartas laterales nos hablan? ¿Porqué insistir en este tratado cuando Chile ya tiene acuerdos bilaterales con cada uno de los 11 países firmantes?

Citar por ejemplo como lo ha hecho Boric recientemente que ya existen acuerdos en las cartas laterales con México y Nueva Zelanda es engañar la perdiz porque el comercio con México no tiene mayor incidencia. Son las empresas canadienses, japonesas, australianas y neozelandesas  con las que no habrá «side letters». Nueva Zelanda por ejemplo se gastó 4 años para obtener una de estas cartas laterales. La señora Urrejola espera todo resuelto en 30 días. Recuérdese de paso que la Ministra Urrejola fue asesora del muy derechista senador «socialista» Insulza, firme defensor de este tratado. Tan «socialista» como el hijo del señor Ricardo Lagos, el senador Lagos Weber y la senadora Allende, quienes son senadores simplemente por el apellido que llevan. Con estos defensores de los intereses chilenos no se necesitan enemigos en la Derecha.

En resumen, un discurso de alguien que  muestra buenos deseos si acaso le damos el beneficio de la duda, pero que tiene una imagen completamente irreal del mundo en que vivimos. Como ejemplo final recordemos cuando nos dice que el mundo nos mira porque «…hemos producido entre todos los chilenos y chilenas al transformar este tremendo quiebre en un proceso de cambios institucionales y democráticos». Pienso que el mundo que observa este proceso está ahora convencido que dicha oportunidad está completamente perdida y que todo hace pensar que el país seguirá igual, al menos por un largo tiempo.

Es por todas estas razones que el diagnóstico del Presidente y las tareas que se propone son tan irreales como la imagen que tiene del país.

 

Por Patricio Serendero

 

[i]     Una de las muchas definiciones de moral dependiendo del contexto en que la palabra se utiliza.

[ii]    Un detalle no menor es la tergiversación del nombre del tratado que se le ha dado en Chile cuando se traduce al castellano: «progressive» en Inglés quiere decir progresivo y NO progresista como ha sido deliberadamente traducido. Tamaño engaño hasta en el nombre! En México sin embargo lo han traducido correctamente.

 

[iii]   Al respecto leer varios artículos publicados por el economista José Gabriel Palma donde explica con peras y manzanas las consecuencias de este tratado para Chile.

 

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