“Cuando llegó FF.EE. de noche a Puerto Aysén fue como las fuerzas alemanas entrando a Paris”
Alertó sobre lo que venía en Aysén el 7 de febrero pasado, denunció la represión de Fuerzas Especiales contra los pobladores y terminó pagando los pasajes de los dirigentes para venir a destrabar el conflicto en La Moneda, donde al final se llegó a un acuerdo. Acá el senador RN, el disidente y antirepresas, cuenta por qué los ministros no entendían lo que pasaba, el rol que jugó la intendenta Pilar Cuevas y la citación que le hizo el partido por recriminar el actuar de los efectivos policiales. “Renovación Nacional hoy en día está convertido en un partido ultraconservador”, dice.
Ha pasado un rato de la reunión de los dirigentes del Movimiento Social por Aysén en La Moneda con el ministro Joaquín Lavín y las caras son muy distintas de las de principio de semana. Llevan tres días de largas jornadas en la casa de gobierno, pero al final las aguas ya aquietaron.
Parte del acuerdo entre las dos partes se debe a Antonio Horvath, el senador RN que el partido mandó a llamar la semana anterior por declarar a favor de los pobladores y denunciar la represión injustificada de Fuerzas Especiales. Es el sindicado “disidente” de la tienda del Mandatario, uno que ha estado medio peleado con el gobierno central hace casi un año por la aprobación de HidroAysén, pero que hoy es alabado por la clase política por gestar el entendimiento entre ambas partes, justo antes que corriera sangre por el río.
¿Cómo es que se soluciona un problema que a principios de semana estaba al rojo, con enfrentamientos y un gobierno muy reacio a ceder terreno frente a las demandas de los ayseninos?
Bueno, en primer lugar, como país muy centralizado, a nivel central no se entendían las demandas y tampoco se podían dar soluciones. En reuniones, particularmente con los tres ministros políticos (Chadwick, Hinzpeter, Larroulet) se produjo a parte de una conversación franca sobre la escalada de la violencia, pero también de la lectura adecuada de las peticiones, que no se había hecho. El ministro Larroulet dice “pero si estamos invirtiendo más que nunca en la historia en Aysén, tiene la cesantía más baja de Chile, tiene un crecimiento económico del 19%. Pero bueno, yo le dije “esa es tú visión”.
¿Y entendieron así no más después de 50 días de protestas y enfrentamientos?
Es que había que entender. En Aysén hay baja cesantía porque cesante tú no puedes vivir en Aysén. Se van a Argentina, a Magallanes o Los Lagos, pero ahí no están. Eso de que “el camino austral se está haciendo”… No, no se está haciendo ni un metro. Con suerte estamos haciendo el estudio de una senda. Entonces había que comprender bien lo que pasaba. Y bueno, en forma paralela, les digo: “si va sangre al río, vamos a quedar todos manchados. La región, los parlamentarios y el gobierno. Entonces ¿ustedes quieren pasar a la historia así?”.
Pero eso lo estaba gritando todo el mundo que empatizó con los ayseninos.
Sí, es que esa conversación más una carta que le mandan los dirigentes el día lunes a Hinzpeter, donde le piden revisar la situación de los querellados y el sacar a Fuerzas Especiales con el ánimo de desbloquear, ahí se comenzó a gestar. Ese día me piden que haga de puente y las gestiones para traerlos. Yo pedí que no quitaran el piso y el miércoles, en vez de ir al Congreso, viajé a Aysén y estuvimos trabajando con las 24 organizaciones para ver la disposición de venir a La Moneda.
¿Hubo inoperancia política, como dijo Iván Fuentes, antes de estos días?
Hay inoperancia política, pero también hay un centralismo excesivo, con autoridades que nombradas por el nivel central, sobre todo intendentes, muy autoritarios, que hacen creer que todo está yendo bien, que es la intendencia mejor evaluada de Chile cuando en el fondo no hay ninguna correlación con la ciudadanía.
¿Pero cuál fue la falla entonces?
La falla de fondo es no tener ninguna cercanía con la región y entender que el conflicto se podría venir. Acá hay deudas históricas muy claras y compromisos aún no cumplidos que rebalsan el vaso. Eso fue lo que pasó. Porque cuando a ti te queman una nave pesquera artesanal -una panga como se dice allá- sobre el puente Ibáñez, es un signo inequívoco de que va a haber una embarrá. Y la autoridad se va de vacaciones.
¿La intendenta fue inoperante? ¿Cómo evalúa entonces las gestiones de Pilar Cuevas durante el conflicto?
Yo acá tengo que pasar por diplómatico. Mira, la génesis del conflicto y el que no se respondiera a tiempo, que no se armara una instancia para buscar una solución hay que evaluarla al final para asignar responsabilidades políticas. Eso es súper claro. Yo estaba atravesado con La Moneda por los procedimientos irregulares de Hidroaysén, los recursos que hemos presentado…
Y la intendenta también está involucrada en eso.
Ella es la principal evaluadora en la región. Por lo tanto, lo que yo le planteé a los ministros la semana pasada es que “no porque estemos atravesados por un proyecto privado vamos a estar sin conexión política”. La intendenta tuvo cosas afortunadas y otras no. En una gestión le fue mal, que fue en el compromiso para los funcionarios públicos y municipales, pero ella se encontró con una pared acá en el ministerio de Hacienda. Ahí tuvo que contestar después de dos años de trabajo a los servicios públicos y municipales, a través del gobernador, que no se podía a raíz de la crisis internacional. Eso le repercutió a ella y se tiene que revisar.
Pero más allá de eso, la intendenta fue interpelada por los ciudadanos, que pedían su renuncia.
Ahora, yo se lo he dicho en más de una vez, ella tiene resabios de autoritarismo. Eso es algo que no es bueno. Cree que las cosas se solucionan con Fuerzas Especiales, que hay que dividir a las organizaciones. Esa cuestión demostró que no funciona, menos en Aysén. Las FF.EE. se encontraron con gente que se juega la vida todos los días en la zona y entrar con ellos ahí es como meter a alguien con la camiseta de la Univesidad de Chile en la Garra Blanca. Eso es algo que pasa en todas las regiones cuando uno no se la juega por la región.
En qué cosas se ve qué hizo mal.
Un ejemplo. Llega el ministro Álvarez, que para nosotros era el indicado para resolver el conflicto. Magallánico, parlamentario por allá, ministro de energía y el punto uno era la baja en combustibles. Era la carta. Y se pidió, desde la región, que vieniera empoderado, con capacidad de dar soluciones. Pero cuando llega, lo hacen pasar por entre medio de una marcha, una protesta pacífica. Gente a caballo, con carteles y algunas groserías, pero nunca una agresión física. Y con la intendencia rodeada por FF.EE. hace pasar por el medio al ministro. ¿Tú cachai lo que significa esa recepción?
¿Eso genera la respuesta más violenta cree usted?
Es que hubo muchas cosas. Al día siguiente lo reciben en Puerto Aysén. Ni una funa, nadie le dice nada, en una casa de la cultura, él entra, se presenta y sin saludar se va. Dice que no están las condiciones. Que el gobierno quiere cambiar la historia, pero que acá se encuentran con mucha violencia, con los bloqueos. En Puerto Aysén había gente que estaba sin trabajar por las protestas, haciendo ollas comunes y lo que podía durante los bloqueos y ellos fueron los atacados por FF.EE.
Alemanes entrando a Paris
¿Qué hizo específicamente Fuerzas Especiales para que usted denunciara sus prácticas?
Bueno, todo, desde que llegaron. Mira, el jueves en la noche entra por la noche FF.EE a Puerto Aysén, pero atacan a las casas, lanzando bombas lacrimógenas a las casas y los niños. Ahí ya reaccionó la gente, no el movimiento, y lo hizo con todo. Cuando logran replegar a Carabineros y se da vuelta el guanaco y el bus, los dirigentes son los que sacan al último carabinero que no quería bajarse del bus, y eso era una muerte segura. Pero bueno, ahora La Moneda retira FF.EE., reevalúa las 22 querellas, se están disipando los conflictos.
¿Con todo lo que pasó con FF.EE. tuvo problemas con su partido? Algunas autoridades de gobierno se declararon pasadas a llevar.
Mira, el 9 de mayo del año pasado yo me uno a los manifestantes pacíficos. Estando ahí fuimos reprimidos por carabineros y un grupo al lado nuestro, que tiraba no piedras sino qiue adoquines. Yo le digo a Carabineros que por qué no paraban a ellos, a los violentistas. Su respuesta fue: No tenemos esa instrucción. Y me lanzaron lacrimógenas metros directamente, a dos metros de donde estaba. O sea, cuando estas cosas una las vive y no se las cuentan, las sabe. Lo mismo vimos ahora. Entonces, yo trabajé por la campaña de Sebastián y voy a seguir trabajando, pero porque los compromisos se cumplan y cuando veo represión y la vivo, no puedo quedar callado.
De lo que hizo Carabineros contra los pobladores.
Pero distingamos primero. Los Carabineros allá son coloraditos, tienen a los niños en los mismos colegios que la gente y compran en el mismo almacén. Las Fuerzas Especiales, no. Ellos están entrenados para resistir o enfrentar. Eso no lo queremos en la región. Cuando pase algo como lo de Talcahuano para el terremoto sí, para una emergencia. Pero cuando llegan en caravana, los suben en Quellón, pasan por Puerto Cisnes -donde nunca antes habían visto un guanaco, con suerte en una foto o en la tele-, pasan por todos lados mientras nosotros trabajamos en otra ciudad, le decimos al subsecretario que llame a Interior y que paren esta cuestión. Cuando llegaron de noche a Coihayque fue como las fuerzas alemanas entrando a Paris. Y claro, quedó la escoba, cómo no, pero acá hay cosas distintas que tomar en cuenta.
¿Como qué?
Como que cuando se destruyeron algunos locales comerciales, fueron bancos, tiendas de retail y otras marcas grandes, pero ninguna de la zona. No rompieron ni un vidrio del comercio local y eso dice mucho.
¿Entonces por qué su partido se molesta tanto y lo cita a declarar?
Yo me he movido con causas ciudadanas siempre, sobre todo de medioambiente. Estas cosas son de uno y las tiene en el ADN, en lo que uno hace día a día. El partido de Renovación Nacional, donde me siento grato porque es un partido de centroderecha, hoy en día está convertido en un partido ultraconservador. Se parece más a la UDI que RN. Lo hemos planteado con listas alternativas antes.
¿Por eso no asistió?
Yo no asistí porque fui citado de mala manera. No puede un consejero de la Quinta Región, que no conozco, tirarme las orejas por el diario. Yo no me presto pa esa cuestión. Entonces entre ir y no ir, hicimos un informe con el Instituto Ciudadano y lo entregamos en el partido a los que estaban como presidentes del partido en ese momento, que eran Baldo Prokurica y Francisco Chahuán. Eso hice y no pasó a mayores.
Hasta ahora.
No, tenemos una muy buena relación con La Moneda. Estamos recomponiendo todo e incluso tenemos al Instituto Ciudadano trabajando ahí. Tenemos relación fluida con el ministro Hinzpeter, con el ministro Chadwick y con el Presidente. No porque estemos peleados por las represas no vamos a hablar de otras cosas.
Pero si ya estaba medio tostado con el partido, ahora está quemado completo.
No, yo creo que al revés. El partido va a empezar ahora a entenderse en relaciones reales con las regiones y eso estamos activando luego de este conflcito, logrando entre otras cosas apurar la elección de consejeros regionales.
¿Va a ir si lo citan de nuevo?
Claro, pero si lo hacen como corresponde. Siempre estaré dispuesto.
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