09/03/2016 |
Por Equipo Cambio21
El 21 de mayo de 2015 es un día grabado a fuego en la memoria de la familia Avilés. Fue cuando Rodrigo recibió el impacto de un carro lanza aguas e inició una batalla judicial con la institución de seguridad y orden que intenta esquivar sus responsabilidades en el ataque que dejó al joven en coma y al borde de la muerte.
Una grave denuncia hicieron los querellantes en el caso de las agresiones que recibió el estudiante Rodrigo Avilés por parte de Carabineros. Según acusan, los uniformados estarían haciendo oídos sordos a un orden directa de entrega de información por parte del Ministerio Público.
En entrevista conCambio21, el abogado Eduardo Villagrán explicó que a casi un año de que sucediera el hecho, las fuerzas de orden dejaron sin efecto su compromiso de colaborar con la justicia.
El 21 de mayo de 2015, Avilés fue impactado por el chorro de un carro lanza aguas en Valparaíso, mientras participaba de una manifestación. El golpe lo dejó en coma durante varios meses y al borde de la muerte. Incluso, su padre, Félix Avilés, fue recibido por la presidenta Michelle Bachelet, quien dio apoyo a la familia.
Al universitario se le dio el alta hospitalaria, mas no la médica, por lo que a pesar de seguir el proceso de recuperación en su hogar, los controles y observaciones médicas fueron constantes. Fue durante el mismo proceso que la familia enfrentó el juicio por calumnias graves en contra del diputado Gustavo Hasbún (UDI).
El abogado remarcó que, además, como querellante hizo solicitud del informe que entregó Carabineros al Ministerio del Interior por Ley de Transparencia, dado que no están bajo secreto de sumario. Sin embargo, la institución negó la petición.
Abogado, reclaman que los uniformados hacen oídos sordos. ¿Cuál es el problema puntual con la institución?
Hemos solicitado a Carabineros a través del Ministerio del Interior e incluso se le solicitó al general director Bruno Villalobos, en octubre personalmente, que se resolviera luego el tema del sumario. Él se comprometió a ver el tema y resolverlo, cosa que no ocurre hasta hoy.
¿Están preparando una acción para avanzar con las indagatorias, algún tipo de presión?
Haciendo uso de la Ley de Transparencia, el 22 de septiembre, solicité al Ministerio del Interior que se nos entregara al menos copia del informe que emitió Carabineros sobre el estado de avance del sumario, sin embargo, el 19 de octubre, mediante oficio la Subsecretaría de Interior negó el acceso a esa información, al considerar que era parte del sumario y de carácter de reservado.
Por eso solicitamos a la Fiscalía local de Valparaíso, al Fiscal Cristián Andrade que requiriera esa información a Carabineros. A inicios de febrero ofició a Carabineros solicitando que se le hiciera llegar toda la información contenida en la carpeta del sumario respectivo. Además, haciendo presente que el artículo 19 del código procesal penal establece que respecto de la Fiscalía se les debe entregar la información.
No le pueden negar la información, aunque sea reservada. Ese oficio se emitió en inicios de febrero, dando un plazo de 10 días para entregar los documentos. A la fecha todavía no responden.
Ha pasado un mes y nada.
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| Eduardo Villagrán, abogado de la familia Avilés |
¿Hay inquietud junto a la Fiscalía por el rol de la policía?
Aparte de inquietud, hay enorme molestia. Esto contribuye a la teoría de que en este caso claramente hay una actitud que demuestra un entorpecimiento de la investigación, pero se configura una obstrucción a la misma.
Están siendo acusados y es una información vital para las formalizaciones.
La razón por la que el fiscal acogió la solicitud y ofició a Carabineros para entregar la información, aunque no esté completo el documento, es porque es tremendamente importante establecer responsabilidad sobre los funcionarios que estaban dentro del carro, y eso habla de la superioridad del mando. Hay que establecer quiénes dieron la orden
¿Considera que están intentando ocultar esa información?
No. Creo que claramente hay una intención de dilatar al máximo posible una información que más temprano que tarde tiene que ser entregada. En algún momento el sumario tiene que ser cerrado y establecer sanciones. Desde ese momento el sumario se hace público. Ahí no van a poder negar la entrega de la información.
Aquí hay un tema muy importante. No olvidemos que en cuatro días, cuando ocurrió el hecho, antes que aparecieran las grabaciones del dron de TVN, hicieron un informe que entregó al Ministerio Público de más de 100 páginas. Ahora llevamos ocho meses...Espero a que se deba a una investigación, seria acuciosa y responsable.
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| La potencia del chorro de agua que impactó en la cabeza de Rodrigo viajaba a 120 Km/h. |
Cuando comenzó el caso Carabineros comprometió colaboración. Con todo esto, ¿han tenido nuevos contactos?
En enero Félix Avilés emplazó al general director Villalobos, señalando que la reunión de octubre se comprometió a dar la mayor celeridad y colaborar de la mejor manera posible con la investigación. Sin embargo, nunca más hubo alguna noticia al respecto. Al día siguiente contestó y dijo que estaban coordinando una reunión. Ocho de marzo y no se ha producido.
¿Qué saca en limpio con todos estos vicios?
Hay un tema grave de falta de cumplimiento de los deberes de Carabineros. No solo tienen deberes con la institución propias del cargo, sino que también institucionales y de las labores del servicio. Dentro de ellas están los sumarios y los procesos disciplinario que tienen que hacerse con celeridad.
Lenta mejoría
Varios meses tuvieron que pasar para que Rodrigo Avilés recibiera el alta hospitalaria. Podía continuar su recuperación en casa, junto a los suyos. A pesar de que los médicos destacaron la rápida mejoría, advirtieron que su estado es delicado.
Como un mal presagio, la salud de Rodrigo tuvo un duro revés. Mientras caminaba por avenida Ossa, en Ñuñoa, tuvo comvulsiones. Estaba solo. Fue encontrado por carabineros que lo llevaron a un centro asistencial.
El resultado fue uno. Los médicos advirtieron que tendrá que pasar por un proceso de acompañamiento permanente. Por seguridad.
Esa mañana del 21 de mayo, antes de partir a Valparaíso, no lo sabía, pero su vida quedaría marcada por siempre.
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