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POLÍTICA
18 DE JULIO DE 2025Tatiana Urrutia, precandidata a diputada del Frente Amplio: “No supimos conectar con los dolores ni con los anhelos de las personas”
La exsecretaria general de Revolución Democrática hace un duro análisis de lo que fue la campaña presidencial de Gonzalo Winter. "No fuimos capaces de transformar el malestar en esperanza", sostiene. Sin embargo, advierte que "algo que ha sostenido nuestro proyecto es que no nos definen los tropiezos, sino que la capacidad de ponernos de pie". En esa línea, destaca la relevancia de la lista única parlamentaria, y desestima una polémica de que la DC ingrese al pacto, pues ya lo hizo el año pasado en la elección municipal. Y confía en que el liderazgo de Jeannette Jara "tiene la capacidad de ordenar y proyectar una coalición unida con vocación de mayoría".
Por: Rodrigo Cordova.
La última secretaria general de Revolución Democrática —antes de la unificación en el Frente Amplio—, Tatiana Urrutia, conversa con The Clinic para analizar el fracaso electoral del Frente Amplio en la primaria presidencial con su ahora excandidato, Gonzalo Winter, y el complejo escenario de negociaciones parlamentarias que atraviesa hoy la alianza de Gobierno.
La exconvencional constituyente del Frente Amplio trabajó hasta hace unos meses en el área de contenidos de la Subsecretaría del Interior. Sin embargo, renunció a su cargo en mayo pasado para dedicarse al trabajo territorial en su comuna de origen, Maipú, y también en la que actualmente reside, Estación Central.
Sus movimientos no son triviales: aspira a obtener un escaño en la Cámara de Diputados por el distrito 8, zona electoral que incluye a ambas comunas, y donde también otras figuras de su partido buscan competir. Entre ellas la diputada en ejercicio Claudia Mix, quien postula a la reelección, y la presidenta del Frente Amplio, Constanza Martínez.
—¿Cuál es la motivación de ir a buscar este puesto al Congreso por el distrito 8?
—Además de ser maipucina que hoy día vive en Estación Central tengo un fuerte arraigo con lo que nos pasa que nos vivimos acá y venimos trabajando también hace tiempo en estas comunas y creo que una de las principales razones para ponerme a disposición del partido es que me considero municipalista.
—¿Qué quiere decir eso?
—El trabajo en el territorio me ha permitido ver de cerca el trabajo de los alcaldes de frenteamplistas como Tomás Vodanovic en Maipú y el de Felipe Muñoz en Estación Central, quienes recibieron municipios que la UDI administró sin ningún cuidado institucional y sin ningún compromiso con las comunidades. Y hoy están liderando procesos de cambio en su territorio.
En Maipú, por ejemplo, se encontró con un Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado que tenía consecuencias en las calles todos los días donde vivíamos y hoy se logró rescatar la única sanitaria pública de Chile del riesgo de la privatización. En Estación Central se acaba de entrar en vigencia el primer plan regulador comunal a los 40 años de la comuna. Y ahí lo que sucedió fue un urbanicidio que provocó un daño irreparable.
Entonces ahí nosotros sabemos que hay problemas estructurales que no se resuelven solamente con buena gestión, sino que requieren reformas estatales profundas y voluntad política en el Congreso. Entonces quiero ser una parlamentaria con raíces firmes en el territorio para que esas experiencias no solo se escuchen, sino que también se transformen en leyes, en recursos y en cambios concretos para la vida de las personas.
“El PC hizo campaña por la DC en algunas comunas y la DC hizo campaña por el PC en algunas comunas”
—Ahora bien, los cupos por partido aún están en conversación. Luego del fracaso electoral de su partido ¿en qué posición ve al Frente Amplio amplio para esta negociación de lista parlamentaria?
—Sobre el distrito 8 en particular, hay características propias, como que este es el distrito más poblado de Chile, con ocho comunas muy diversas, algunas urbanas, rurales, periféricas, con la realidades marcadas, con carencias históricas. Pero para el Frente Amplio es importante este distrito porque hemos consolidado un proyecto que es uno de los bastiones del partido con el alcalde y el concejal más votado de Chile, con presencia territorial en todas las comunas, con un crecimiento sostenido en concejalías.
Aquí en el distrito 8 ya la gente nos dio la oportunidad de tener dos diputaciones, hoy día una de ellas está en ejercicio, entonces tenemos un desafío súper grande de cuidar y proyectar esos trabajos colectivos. Entonces, yo creo que más allá del traspié electoral, sin duda el Frente Amplio está en un buen pie, por una construcción que es de larga data, para ir a sentarse a la mesa para negociar los cupos en este distrito.
—¿Qué pasa si el oficialismo no logra una lista única? ¿Cómo ve ese escenario?
—Así como todos los dirigentes lo han dicho, la lista parlamentaria es fundamental porque el Congreso importa. Muchas veces se dice no importa quién gobierne… Quién legisle es súper importante porque en el Congreso se construyen las reglas que determinan la vida de las personas y yo creo que todos los partidos están súper claros de eso. En ese sentido, el triunfo de Jeannette Jara y el respaldo ciudadano que recibió las últimas semanas es un factor clave para alinear los intereses dentro del oficialismo. Me atrevería a decir que su liderazgo tiene la capacidad de ordenar y proyectar una coalición unida con vocación de mayoría.
—¿Y si no se logra?
—Si eso no se logra, no vamos haber aprendido la lección que nos ha dado el hecho de ser Gobierno, porque la lista única no es solo una fórmula electoral, sino que también va a ser un hito político para consolidar definitivamente la unidad de la coalición en un contexto súper complejo donde la ultraderecha en Chile y en todo el mundo gana terreno rápidamente.
Así que, si bien no sé cómo irá a resultar, ante eso soy una convencida de la máxima unidad y creo que las propuestas que se construyan en torno a Jara se van a lograr porque necesitamos una bancada amplia y leal para la presidenta Jara.
—A usted le tocó negociar la elección municipal. ¿Qué aprendizajes de ahí se podrían sacar o se podrán repetir?
—Son súper distintos los escenarios porque los intereses que están en juego son distintos. La representación de los partidos se mide mucho por la cantidad de parlamentarios que tengan. Muchas veces uno o dos votos pueden cambiar el destino de las leyes. Si bien es súper importante lo que se juega en los municipios, porque es la primera línea del Estado, es mucho más complejo ponerse en una lista parlamentaria a reducir la cantidad de cupos.
Para las municipales ya logramos un pacto desde la DC al PC y, por más que hoy día se pongan dudas, yo estoy confiada en que eso se va a lograr, pero eso es como la base. Creo que el aprendizaje de las elecciones municipales existe, está latente. La DC y el PC ya fueron juntos en una elección. Ahí no hay una dicotomía, creo que es un poco inflada.
El Partido Comunista hizo campaña por la DC en algunas comunas, la DC hizo campaña por el PC en algunas comunas, porque también se entendía que eran gobiernos locales amplios que los incluían y no por un partido X.
“Hay que derribar ese mito de que el Frente Amplio no existe en sectores populares”
—A usted le interesa participar por el distrito 8 en donde está la diputada Claudia Mix y también está el interés de la presidenta de su partido, Constanza Martínez .¿No es complejo ir a disputar ese espacio con tres militantes?
—Describí hace un ratito el escenario que yo veo en este distrito en particular. Por otro lado, creo que si las dirigencias nacionales ven con buenos ojos representar nuestro proyecto en este distrito, no es casualidad. Es la consolidación de un buen resultado de más de una década de trabajo sostenido. Eso da señales de que el distrito 8 ocupa un lugar importante en el corazón del Frente Amplio. Serán las instancias formales del partido las que decidirán el diseño electoral, mientras tanto, nosotros mantenemos el foco donde siempre ha estado, como el corazón y la cabeza en el terreno, escuchando, conociendo, aprendiendo, trabajando.
—Usted ya salió electa como convencional ahí. ¿Cree que es la más competitiva para disputar el distrito 8?
—Tenemos elecciones en el cuerpo sobre qué pasa entre una elección y otra, eran escenarios super distintos. No creo que ninguna de las tres sea más competitiva, confiamos mucho en lo electoral, yo por lo menos siento que conozco mucho el distrito. Como decía, soy de acá, estoy dedicada 100% al despliegue actualmente, y como digo, los factores de la competitividad y la representación del proyecto político, que son las cosas que se analizan a la hora de hacer un diseño electoral, las define el comité central del Frente Amplio y es ahí donde todavía no hemos dado esa discusión.
Estoy muy tranquila de la discusión que se va a dar en ese espacio y, por mientras, nosotros estamos bien listos y bien entusiasmados para una campaña y una diputación que sabemos que va a ser un aporte del Frente Amplio y sobre todo a nuestros vecinos.
“No fuimos capaces de transformar el malestar en esperanza, que era una característica también que habíamos mostrado en otras campañas”
—Tanto usted ahora y el secretario general del Frente Amplio hablaron de las reflexiones que tienen que haber por el hecho de ser el partido principal del gobierno. ¿Qué ideas se vienen a la mente cuando asoma esa reflexión?
—Siempre hemos hablado que el Frente Amplio tiene el deber de proyectar la izquierda del siglo XXI con respuestas nuevas y problemas nuevos. Nosotros tenemos claridad que existe el deber de transformar el Estado, que garantice derechos con eficacia, etcétera, etcétera. Pero tenemos que prepararnos para crear políticas públicas a propósito de haber sido gobierno y prepararnos para escenarios de mediano y largo plazo, porque no siempre los escenarios van a ser deseables y eso significa anticiparse, planificar, tener mejores respuestas para tomar decisiones, no sólo estar preparados para administrar sino que si nosotros queremos hacer una política transformadora, tenemos que pensar a largo plazo, 50 años .
Viene el desafío porque eso no se construyen cerrados entre cuatro paredes, sino que abriendo conversaciones con actores sociales, el mundo privado, la academia, y desde ahí construir escenarios para no adivinar el futuro, sino que responder de mejor forma a la necesidad de las personas.
—¿Y en cuanto a la reflexión interna del partido?
—En la interna, en lo orgánico, hay tres tareas fundamentales. Una, es alimentar la discusión política, ideológica, programática y estratégica con nuestros comunales y con nuestras bases. Dos, reforzar nuestra institucionalidad para que el partido crezca en movimiento, con capacidad de movilización y acción permanente. Todos estamos muy claros que eso es una tarea fundamental. Y tres, visibilizar un mundo diverso que hoy hace partido en todos los días con esfuerzo, con cariño a los sectores más precarizados del país. Hay que derribar ese mito de que el Frente Amplio no existe en sectores populares, que tiene que crecer, sin duda. Pero allí como donde Chile más duele, ahí militamos y también vivimos.
—A propósito de lo que mostró la campaña electoral de Gonzalo Winter, hubo diversas críticas, y de hecho que se hizo una campaña elitista. ¿Coincide?
—Las derrotas también son momentos de verdad. Creo que no ha sido tiempo de esconder el malestar, sino que hemos asumido con responsabilidad los desafíos estratégicos y orgánicos que tenemos para adelante. Si hay algo que ha sostenido nuestro proyecto es que no nos definen los tropiezos, sino que la capacidad de ponernos de pie con más claridad, más unidad, más vocación transformadora.
Sobre la campaña, creo que no conectamos ni con los dolores, ni con las necesidades, ni con los anhelos de las personas. No fuimos capaces de transformar el malestar en esperanza, que era una característica también que habíamos mostrado en otras campañas, ni demostrarle al país que sabemos gobernar y que sabemos cómo hacerlo mejor en el próximo periodo.
—¿Faltó sacar a colación los logros del Gobierno?
—Algo que también hemos reflexionado harto es que nuestro partido ha sido parte de los logros más relevantes que el pueblo valora como las 40 horas, el salario mínimo, la reforma de pensiones, la corresponsabilidad y el no haber dado a entender que sabemos que hacer política desde ahí no es renunciar a transformaciones, sino que más bien reivindicar esos avances para proyectar el futuro, nos subimos a apretar esa tecla. Y eso nos duele, pero por sobre todo nos empuja a corregir con humildad y con convicción los siguientes pasos.

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