Cheyre reconoce estar golpeado por proceso en su contra: “Jamás he violado los derechos humanos”
por EL MOSTRADOR 24 julio 2016
El ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, insiste en su total inocencia de los cargos que se le imputan en el fusilamiento de 15 prisioneros políticos durante el paso de la Caravana de la Muerte por el Regimiento Arica de La Serena, el 16 de octubre de 1973, cuando en ese entonces tenía el cargo de teniente y desempeñaba funciones como ayudante del jefe del regimiento.
En una entrevista con La Tercera, el ex general asegura estar viviendo uno de los momentos más difíciles de su vida, afirmando estar golpeado y confiado en que demostrará que “jamás he violado los derechos humanos”.
“En el asesinato de las personas del 16 de octubre de 1973 yo no tuve participación alguna, no supe ni escuché antes, durante ni después que habría consejos de guerra, fusilamientos ni ejecuciones, jamás”, sostiene en su conversación.
Cheyre asegura que a pesar de la situación judicial que atraviesa sigue siendo la misma persona de siempre, “que hasta hace poco tiempo era vista como una persona que buscó contribuir a la reconciliación y a la paz social; la caricatura que se hace ahora de mí es falsa y espero demostrarlo”.
“Yo soy inocente, no he cometido ninguna violación a los derechos humanos y mi compromiso en esa materia es el de siempre. Hoy se muestran como revelación, como elementos novedosos, documentos de la época, que ya eran públicos y que ahora son sacados de contexto. He sido investigado por 20 años a nivel judicial y extrajudicial. Mi nombramiento como comandante en jefe fue producto de una acuciosa investigación. No me hubieran nombrado si es que hubiese surgido algún antecedente, y puedo asegurar, desde lo más profundo de mi corazón, que yo no hubiera aceptado el nombramiento de comandante en jefe del Ejército si es que hubiera tenido una reserva moral respecto de haber violado o haber estado comprometido en violaciones a los derechos humanos”, reitera.
Respecto a las afirmaciones de su defensa en el sentido que existe una persecución en su contra, el militar (R) sostiene que hay una “confluencia perversa entre dos extremos. Aquí confluyeron dos sectores opuestos. En mi caso, cuando hablan desde el mundo de los derechos humanos lo hacen desde el dolor. Pero también circula en ese ambiente mucha información falsa, basada en invenciones de la gente de Manuel Contreras, de gente vinculada a la Dina. Hay algunos que cuestionan derechamente la transición militar y, por otra parte, hay gente que quiere simbolizar en mí la enorme tragedia que se inició ese 11 de septiembre. Yo comprendo de verdad el dolor de las víctimas de las violaciones a los derechos humanos, lo digo de corazón, lo siento desde que fui consciente de que la profundidad de la fractura era inmensa para las víctimas de los derechos humanos y de que había una ceguera hacia esas familias, especialmente desde el mundo castrense. Por eso, creo que equivocan el flanco y ese es el drama interno que yo y otros estamos sufriendo”.
Cheyre también se refiere a los apoyos transversales que ha recibido durante el caso judicial, afirmando haber recibido cartas de todos los sectores entre los que se incluyen personas que perdieron a seres queridos en violaciones a los derechos humanos, como también camaradas de armas y políticos, pero menciona que “hay sectores que no entienden y otros que derechamente no aceptan el proceso que llevamos adelante para avanzar en la reconciliación. Pero yo sigo creyendo que hicimos lo que había que hacer”.
Respecto a las versiones que entregan ex presos políticos que lo sindican como uno de los militares que participó en la patrulla que fue a la cárcel, el ex comandante en jefe del Ejército precisa que en esa época no tenía personal a su cargo, ni vehículos a su disposición.
“No tuve mando de tropas, ni labores operativas, ni de inteligencia. Es una falsedad absoluta, tremenda, lo que han dicho algunas personas y quedó demostrado en la reconstitución de escena que ordenó el ministro Carroza y en la que quedó en claro que yo no estuve en ese lugar. No es la única falsedad que anda circulando. En el último tiempo han salido muchos antecedentes en los que se cambian personas o hechos para inculparme. El programa de Derechos Humanos dice que yo sabía lo que iba a ocurrir. Vuelvo al contexto histórico, no tenía cómo saber. El bando militar es otro tema que plantea en mi contra el Programa de Derechos Humanos. Sobre eso, lo que ocurrió fue lo siguiente: cuando Lapostol se entera de que hay muertos, consternado le ordena al fiscal Cazanga que lo redacte. Lo revisa Lapostol y a mí me ordena, en mi condición de ayudante, que lo lleve al diario”.
También niega haber sido el segundo comandante en el regimiento como tampoco miembro de la plana mayor, ya que “ese cargo lo ostentaba el mayor Marcelo Moren Brito, quien era el segundo comandante del regimiento y jefe de la plana mayor y quien el 16 de octubre de 1973 volvió al regimiento”.
Sobre la versión entregada por el ex agente de la Dina Pedro Rodríguez, quien sostiene que entre los oficiales observando el fusilamiento y que fueron obligados a rematar a los detenidos estaba el ex militar, Chayre insiste en que “esa versión proviene de un ex agente de la Dina y está desvirtuada en el proceso judicial. Sin embargo, si revisa Google y en los diarios electrónicos, esa versión se da como un hecho cierto. Le repito, yo no pasé la línea de mi oficina en el frontis del regimiento, el jardín anterior y el casino de oficiales”.
El ex militar explica la reacción que tuvo tras conocer los fusilamientos, mencionando que “fue algo totalmente inesperado. Sentí impotencia, un dolor muy fuerte… Lapostol me decía “la verdad, la verdad, hay que comunicarle a esta gente”. Es un momento trágico de mi vida. ¿Qué le puedo decir? Muchas decisiones de las que hoy me critican a mí, yo las tomé por el recuerdo de ese momento. El “nunca más”, usted sabe la profundidad del efecto de esa frase. A mí ese momento me quedó marcado a fuego, y cuando llegué a los niveles que llegué, tomé el compromiso de usar mi espacio de mando. Uno no puede reparar el daño causado en tragedias que vivió Chile… pero… de hecho, el “nunca más” yo lo pronuncio en Calama, ¿y por qué lo hago ahí?, porque de todo lo que yo había leído a esa fecha, el relato de lo ocurrido en Calama con la Caravana de la Muerte es trágico, y estaba la consternación que sentía desde los 26 años, por el fusilamiento en La Serena, aunque no lo vi, ni vi después a los muertos. Y el segundo hecho que me consternó, el lanzamiento de personas al mar. Por eso asumí la responsabilidad institucional del Ejército. Ahí dije: “El Ejército de Chile tomó la dura pero irreversible decisión de asumir las responsabilidades que como institución le cabían en los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado”. Eso lo pude decir en ese momento, como comandante en jefe”.
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