En 1974, Viviana Fernández Montenegro, tenía solo 14 años. En febrero de ese año, fue detenida en su casa del Cerro Florida, en Valparaíso, por agentes de la Armada. Estuvo secuestrada durante una semana en el cuartel Silva Palma, uno de los centros de detención mas emblemáticos de la V Región. Durante los interrogatorios, fue sometida a torturas y agresiones sexuales. Días antes habían tomado prisioneras a su hermana Noelia de 17 años y a su madre, las tres acusadas de ser guerrilleras y mantener armas escondidas en su casa.
Después de 42 años de ocurridos los hechos, la semana pasada, el Ministro en Visita de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Jaime Arancibia, dictó el procesamiento contra 13 marinos por el delito de secuestro calificado contra Viviana. Tras decretarles prisión preventiva, salieron en libertad bajo fianza a la espera que termine la investigación del magistrado y sean dictadas las condenas.
Apenas Viviana supo la noticia, alertada por su abogado, Hernán Fernández, se fue a la Corte y presenció cómo iban llegando los exuniformados para ser notificados por el Juez. Después se fue a visitar a sus padres al Cementerio para contarles y luego pasó tiempo con su familia. En los días siguientes, estuvo meditando sobre cómo marcó a toda su familia la represión y las diferencia en torno a las condiciones de detención de ella como víctima y las de sus victimarios ya de edad avanzada.
“Yo era menor de edad, no entendía lo que estaba pasando, no había cometido ningún delito, a mi familia no le informaron dónde me llevaban. Me fui detenida con el puesto, no tenía útiles de aseos, ni alimentación, nada. La situación de ellos es muy diferente”, dice a The Clinic Online.
-Me encerraron en una celda- cuenta, donde había una mujer de mediana edad y una anciana. Nos sacaban a interrogatorios por turno, había todo tipo de torturas psicológicas y físicas. Pasaba todo el tiempo encapuchada, solo escuchaba voces. Con lo que más me amenazaban, era que si no hablaba y no les daba la información que me pedían, iban a matar a mi familia, yo me lo creía, tenía 14 años, todo lo que me decían pensaba que podía pasar y de hecho, con muchas familias pasó.
Las torturas que relata Viviana, según el auto procesamiento del juez Arancibia, incluyeron “ abusos sexuales, golpes, insultos, amenazas de muerte y aplicación de corriente en sus partes íntimas, tobillos y dedos de manos”.
-A nosotros nos truncaron la vida -dice Viviana, para mí, después de lo que pasamos, ya no hubo proyecto de vida, ya no hubo sueños, solo sobrevivir, con ese miedo que por tantos años me mantuvo paralizada. Ahora que soy una mujer vieja, venir a tener esta, comillas, reparación de la justicia, es algo que me hace respirar un poquito mejor.
Antes de la etapa judicial, Viviana vivió muchas décadas en silencio. Cuando las tres lograron volver a casa, la última fue su hermana que estuvo casi un mes secuestrada, todas por su militancia comunista, su padre prohibió hablar del tema. No podía ni comentarlo. Él dijo que tenían que seguir viviendo. Nunca se sentaron a conversar como familia de lo que les había pasado.
-El 2003, cuando se abrió la comisión Valech, pese a las críticas a nosotros nos favoreció, porque nos obligó a hablar. La primera vez con mi hermana no calificamos, tuvimos que hacer un peregrinaje por la Academia de Guerra, el Cuartel, la Marina, buscando documentos que avalaran lo que vivimos, pero no había registros, fue bien denigrante. Para una víctima tener que enfrentar los lugares donde fue torturada, es revivir el dolor. Luego con testigos pudimos acreditar nuestra condición en la segunda etapa de la Valech, cuenta Viviana sobre la primera vez que abordó públicamente lo que la había pasado.
Diez años más tarde, para los 40 años del Golpe, en 2013, Viviana presidía la agrupación Ex menores víctimas de prisión y tortura. En conjunto con otras 20 personas, y asesoradas por un equipo integral de profesionales, presentaron una querella colectiva contra los responsables. De esa querella, este es el cuarto caso en que el juez Arancibia procesa a uniformados por crímenes de lesa humanidad contra menores de edad ocurridos en la dictadura.
Para el abogado querellante, Hernán Fernández, “este procesamiento es de gran trascendencia histórica porque los niños y niñas fueron ignorados, invisivilizados, durante las ultimas décadas como víctimas de la represión política del Estado. Estos procesamientos penales confirman y reconocen que hubo crímenes contra niños y niñas en dictadura. Creemos que se trata de un trabajo muy responsable y serio de la justicia y de aplicación de derechos humanos para estas víctimas ignoradas por tanto tiempo”, sostiene.
Además, el abogado Fernández reconoció el trabajo del Ministro Arancibia y pidió la colaboración de los procesados, que hasta ahora han negado o minimizado su participación en los hechos.
“Como querellante reconocemos el trabajo que ha hecho el ministro Arancibia. Tenemos la expectativa que se siga avanzando en las investigaciones y también tenemos expectativas que los responsables de las violaciones a los derechos humanos colaboren con la investigación y ante la multiplicidad de pruebas que los incriminan. Creemos que el tiempo transcurrido no es una excusa, mas bien hay mayor deber de colaborar por tantos años de impunidad previa”, solicita Fernández.
-La justicia ha sido lenta, pero esto ha sido un aliento, una esperanza. No estoy por el ojo por ojo, diente por diente. No tengo espíritu de venganza, es para cerrar un capítulo de mi vida, es para que la herida pueda empezar a sanar. Sé que son seres humanos, tienen corazón, algunos deben estar arrepentidos de lo que hicieron, pero no podemos quedarnos todos estos años con esa espina en el corazón, con ese dolor tan tremendo, esa humillación por la que tuvimos que pasar, solamente por pensar distinto, por tener otra opción diferente a la de ellos. No me hago ilusiones de nada más que se dicte condenan y ellos asuman y sepan que lo que hicieron no estuvo bien, asegura Viviana.
Posterior a la etapa penal, Viviana interpondrá una demanda civil contra el Estado: “Quiero que el Estado no le saque el cuerpo al tema de los menores de edad, de la infancia dañada, hubo muchos menores que sufrieron tanto, que el Estado lo reconozca, haga un mea culpa y ayude en la reparación. Hay casos muy duros, gente que quedó muy dañada, con vidas durísimas. Eso no quedo ahí no más, lo que vino después fue un calvario”, concluye.
Los procesados como autores de secuestro con daños graves contra Viviana son: Gilda Mercedes Ulloa Valle, Alejandro Riesco Cornejo; de Valentín Evaristo Riquelme Villalobos; Bertalino Segundo Castillo Soto; Eduardo Mauricio Núñez Contreras; Jaime Erik Riesle Wetherby; Héctor Nelson Tapia Olivares; Juan Orlando Jorquera Terrazas; Ángel Segundo Lorca Fuenzalida y Marcelo Alejandro Onofre Goas.
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