Manuel Ahumada Lillo
Muchas y variadas son las cuestiones que hemos dejado de comentar en estas semanas. Hechos que se han ido produciendo (SENAME, SERVEL, FEMICIDIOS, entre otros) y que en algunos casos pasaron por el lado y no concitaron siquiera una opinión de la clase y de quienes hacen parte de su dirección.
No estuve ajeno a este descuido, aunque igual pude conversar con muchas personas sobre lo que está pasando, en el contacto diario que sosteníamos entre las 22.00 de un día y las 01.00 del día siguiente, mientras recorría las calles de San Bernardo.
Seguí siendo el presidente de la CGT durante el día, atendiendo junto a otros dirigentes problemas de despido, orientando reclamos por derechos, apoyando las negociaciones colectivas y participando en asambleas, pero quité tiempo al descanso e hice otras cosas.
Espero acepten mis disculpas por haber descontinuado el Pulso y déjenme explicar brevemente las razones de este silencio a medias.
Hace algunos meses los compañeros de los Comités Comunistas me visitaron para que les ayudara a representar las ideas y planteamientos populares en San Bernardo, por lo que acepté una candidatura a alcalde en mi comuna. Creo firmemente en el uso de todos los mecanismos cuando estos permiten al pueblo visualizar una salida. Cada contacto personal me permitió profundizar en el ejercicio, no siempre hecho, de conocer directamente las vivencias de los más desposeídos. Me encontré con un pueblo desencantado y molesto, con una visión de la política distorsionada e incluso errada, que tiene la impresión que al participar de estos procesos solo se va en busca del beneficio personal y que de una u otra manera uno se hace parte de sistema imperante.
A cada duda y pregunta respondí con argumentos claros, demostré que lo que buscamos son cambios profundos, que debemos meternos en el sistema y desde adentro desnudar sus mentiras, proponiendo a la vez los mecanismos para atacarlo y arrinconarlo. Sin participación no hay cambios fue nuestra permanente argumentación y logramos instalar en decenas de personas la inquietud por desarrollar la organización y desde allí proponer cambios.
Me emocionó por ejemplo aquel poblador que lee nuestro Pulso Sindical, o esos otros que a los días de conversar dieron el primer paso y eligieron en su lugar de trabajo un delegado sindical. Como no destacar a las dirigentes del sindicato que llamaron a sus socios a votar por mí, diciéndoles que en la CGT habían aprendido a luchar por sus derechos.
Fue enriquecedor vivir este proceso, ya que permitió decir lo que se piensa y proponer caminos de solución. Recorrí las calles de la comuna de noche y palpé el miedo que sienten aquellos que salen muy temprano o llegan muy tarde a sus casas, tuve temor a ser asaltado y en más de una ocasión entregue cigarrillos o algunas monedas para poder pasar por una calle. Cuando me puse a conversar con quienes piden, sin amenazar pero con una decisión que inquieta, me encontré con muchos desesperanzados que han golpeado todas las puertas sin obtener nada y caen, caen hasta lo más bajo.
Puede gustarnos o no pero la drogadicción y el alcoholismo de muchos de nuestros compatriotas se genera precisamente de esa desesperanza.
Converse con las victimas del clientelismo y el cohecho disfrazado, aquellos que dijeron van a votar por los que ya están en el poder porque tienen acceso a mínimas granjerías que les permiten sobrevivir.
No hay buena iluminación, las veredas y calles son una miseria, los pocos espacios de recreación para los niños y también las áreas verdes son ocupados por grupos con un alto nivel de agresividad y los vecinos deben vivir encerrados.
Como terminar con esto?
No hay una receta estándar, pero es evidente que la organización comunitaria es el elemento fundamental para construir una vía de liberación. Hay que activar las unidades vecinales y hacer de su contacto con los vecinos algo permanente. No más asistencialismo intermitente (óptica, esterilización de mascotas, uno que otro bingo), se requiere educación en deberes y derechos, construcción de lazos entre habitantes de un mismo sector, exigir el termino de acopios ilegales de basura, mas luminarias entre otras cosas del diario vivir.
Los recursos municipales deben ser destinados a la instalación de instrumentos de apoyo al vecindario para que éste, al notar que se les está tomando en cuenta, comience a darse cuenta de que construir una sociedad mejor es posible y se integre a ese desafío.
Habrá un resultado electoral que será el orientado por los medios de comunicación y promovido por el auspicio generoso del capital. Pero ya hay luces de cómo se viene la mano y estas luces nos indican que debemos perseverar, seguir educando a nuestro pueblo, porque él será quien cambie el estado actual de cosas.
Cientos de estudiantes nos dieron la mayoría en un proceso de votación en el que se conoció la propuesta de los candidatos. Son esos jóvenes a los que hay que seguir motivando para que cuando les toque su momento salgan con todo a barrer con el sistema.
Hemos constituido y entregado a la población de San Bernardo el PASYS – Programa de Asesoría Sindical y Social – y estamos en disposición de ir a todas las comunas en las que se promueva entre los vecinos la necesidad de educarse en los derechos. Todos pueden ayudar, unos promoviendo las visitas a su comuna, población o villa, otros poniendo a disposición sus conocimientos. Todos vamos a preparar a nuestro pueblo para que se eduque e inicie su camino para llegar al poder, lo ejerza con sabiduría y lo defienda llegada la hora.
En el Pulso Extra N° 24 honramos, como en cada Octubre, a los caídos en el Chena, uno de tantos campos de concentración, tortura y exterminio.
No sabía en ese momento que días después visitaría, esta vez sin vendas ni perros apurándome el paso, nuevamente ese lugar. Volví a la “casa de techo rojo” luego de 43 años. Supe que el número de muertos en ese lugar suma más de 100 y participe emocionado del homenaje que se rindió a cada uno de ellos.
Escuche la palabra de sus nietos y pude constatar como, pese al tiempo transcurrido, ellos han tomado la posta y en sus manos enarbolan las banderas del no olvido, de la exigencia de justicia.
NADA ESTA OLVIDADO, NADIE ESTA OLVIDADO, se leía en ese lienzo en la explanada del cerro, justo después de donde se fijaron las fotos de todos y cada uno de los caídos. Ese mensaje no debe olvidarse y se debe aplicar en cada acto de nuestra vida diaria. Y es que debemos luchar por recuperar lo que fue nuestro, combatir los mensajes que llaman a avanzar olvidando lo que tuvimos. Nada daremos por perdido, lucharemos por recuperar lo que nos permitía vivir dignos, mirando de frente.
Esa y no otra, es y será la tarea.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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