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jueves, 24 de noviembre de 2022

Yo Opino El calvario invisible de la mujer migrante víctima de violencia

 por  24 noviembre, 2022

El calvario invisible de la mujer migrante víctima de violencia

Créditos: Ilustración de @breeatlast


Hace un mes conocí la historia de Ana (no es su nombre real). Ana llegó hace varios años desde Colombia al norte de Chile con sus dos hijos. Llegó sin conocer a nadie y a realizar un trabajo informal, precario y mal pagado.

Se casó con un chileno y al poco tiempo comenzó a ser violentada sicológica y físicamente por parte de él. Asustada por su vida y la de sus hijos, Ana interpuso una denuncia por violencia intrafamiliar a las autoridades correspondientes, pero hasta ahora ese proceso no ha avanzado.

Sin contactos ni dinero para poder encontrar un nuevo lugar donde vivir y comenzar desde cero, Ana sigue viviendo en la misma casa que su victimario. Atrapada, asustada, sin tener dónde ir.

La historia de Ana es más común de lo que me gustaría creer. Aunque cada año se hable más del tema, la violencia hacia la mujer sigue siendo un problema, y la vulnerabilidad de las mujeres migrantes sigue siendo invisible.

En la actualidad, es poco lo que conversamos sobre los desafíos diferenciados que enfrentan las distintas mujeres en su diversidad. Hay tantas historias como mujeres en el mundo y las medidas que se desarrollen para protegerlas deben considerar esa pluralidad.

Este viernes 25 de noviembre se conmemora un nuevo Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer y, este año, me gustaría que se considerara también a estas otras víctimas, mujeres que han viajado miles de kilómetros, no tienen a quién pedir ayuda y desconocen cómo funcionan los protocolos de socorro en un país nuevo para ellas.

Es por esto por lo que es tan necesario trabajar soluciones abordando una perspectiva interseccional. En la actualidad, es poco lo que conversamos sobre los desafíos diferenciados que enfrentan las distintas mujeres en su diversidad. Hay tantas historias como mujeres en el mundo y las medidas que se desarrollen para protegerlas deben considerar esa pluralidad.

En nuestro país habitan cerca de un millón y medio de personas migrantes, donde la mitad de esa población son mujeres. Sin embargo, poco se habla de como un 20% de las atenciones de las casas de acogida entre 2018 y 2020 del SERNAMEG fue a mujeres migrantes, y peor aún, de como 2 de cada 5 mujeres en las Casas para Mujeres víctimas de Trata de personas son mujeres migrantes.

Si bien entre 2018 y 2020 el SERNAMEG ha atendido cerca de 12,000 mujeres migrantes en sus distintos dispositivos, poco se habla del reto que constituye apoyar a mujeres que no tienen redes de apoyo en nuestro país, y además enfrentan desafíos importantes con respecto a su regularización, lo que limita su acceso al mundo laboral.



La historia de Ana es una historia verídica. Me gustaría decir que se trata de un caso aislado, pero no lo es. Ella fue parte de uno de los conversatorios que estoy impartiendo como parte del proyecto “Empoderando a Mujeres Migrantes con la Violencia de Género”.

Estos talleres gratuitos buscan escuchar testimonios de mujeres a lo largo del país para entender los desafíos que enfrentan mujeres como Ana y visibilizar esas dificultades para poder fomentar la creación de políticas públicas con perspectiva interseccional que puedan apoyar la integración, desde una protección de sus derechos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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