Fuente El Cclarin.cl
“Lo
único que puedo dejarle a mis hijos es la educación para que no sean
esclavos de este sistema empresarial como yo”, dice Paulo Nieto,
trabajador despedido de la cadena de supermercados Montserrat. Ya llevan
38 días viviendo bajo el puente Pío Nono en el río Mapocho en pleno
corazón de Santiago. En total, 61 días en huelga. Los trabajadores,
entre estos 171 despedidos, denuncian un sistema empresarial explotador,
exigen un aumento de 30 mil pesos mensuales en su suelto base y una
mejora en el trato.
Sin
embargo, la empresa Montserrat no ha querido dar solución. Incluso, ha
llamado esta paralización y sindicalismo una “huelga temporal” a pesar
de que se han mantenido por más de dos meses. En este momento, buscan
que los trabajadores despedidos puedan ser reingresados para bajar la
huelga pero el supermercado no ha aceptado el trato.
“El
gobierno no nos pesca ni tampoco los medios de comunicación” señala el
trabajador. Los transeúntes que caminan durante el día en el sector
apoyan con un aporte solidario: un par de monedas. A momentos, algunos
se detienen a observar cómo por una delgada escalera los trabajadores
han armado un campamento en la ribera.
Hasta
el momento, se han acercado los estudiantes de la facultad de Derecho
de la Universidad de Chile que permiten que usen los baños y les dan
almuerzo, han sido contactados por dirigentes estudiantiles y por los
candidatos presidenciales Marcel Claude y Roxana Miranda. De la misma
forma, los funcionarios de la Posta Central han entregado medicamentos.
Paulo Nieto comenzó a trabajar en esta cadena de supermercados de paso no má
y así han pasado 20 años. Explica que en este sistema y gobierno
empresarial a los trabajadores los hacen tontos. “Cada día los
empresarios dicen que las condiciones mejorarán, que el sueldo aumentará
pero después llega ese día y no es así” explica.
De
la misma manera, crítica la falta de apoyo de parte de la Central
Unitaria de Trabajadores (CUT). Señala que es en estas situaciones en
las que uno ve realmente lo que es la CUT. “Dice ser de los trabajadores
pero no es así la cosa. Son empresariales” dice.
“Acá
hay un problema de los derechos de los seres humanos. Algunos sólo ven
la parte empresarial” explica Nieto mientras que en su mano contiene un
tarro que golpea los oídos con algunas monedas. Finalmente esas monedas
recolectadas durante el día permiten que los trabajadores escasamente
alimenten y mantengan a sus familias.
Los
trabajadores pertenecen al sindicato interempresa Montserrat y, hasta
el momento, seguirán en huelga porque no queda otra opción. Todos
endeudados y todos en un intento de mantener a sus familias. El número
que inicialmente se acercaba a 400 trabajadores ha ido disminuyendo a
medida que pasan las semanas.
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