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martes, 5 de enero de 2016

Los carabineros que no salvan: uniformados procesados es la gota que desbordó el vaso


05/01/2016 |
Por Equipo Cambio21
Son hechos aislados, pero cada vez más frecuentes: efectivos policiales que caen en el uso excesivo de fuerza. En los últimos años fuimos testigos de cómo se aplicó sobre menores de edad. Abogado de derechos humanos acusa que la institución avala estas conductas.
Cuatro carabineros fueron formalizados por apremios ilegítimos en contra de un menor de 15 tras una marcha estudiantil. Palabras que parecieran ser de otra época de nuestra historia, pero corresponden al 2014,cuando un escolar del Internado Nacional Barros Arana fue detenido a fines de marzo de ese año frente a la Quinta Normal.

Después de una movilización, dos funcionarios participaron de un control sobre el estudiante y le ordenaron mostrar el interior de su mochila, según la familia. Al resistirse fue tomado por los carabineros (quienes acusan amenazas de parte del niño) y subido a un carro policial. Se necesitó la ayuda de otros dos efectivos policiales. En el camino al retén, los golpes en el rostro y asfixia al interior del vehículo habrían sido parte de las agresiones.

La Fiscalía Centro Norte imputó a Juan Valdivia Cisterna, Edgardo Ortega Ahumada y Patricio Alarcón Vásquez como autores del delito de tormentos o apremios ilegítimos. En el caso de la subteniente Geraldine Haarmann Ruiz, fue formalizada por el ilícito del artículo 150: no impedir el delito.

Lo que debió ser

No es común que carabineros pasen al banquillo de acusados ante un tribunal, pero sí tienen un denominador común: extrema agresividad. Pero no es sólo eso, también se le tienen que sumar desprolijidad en los procedimientos y no acatar el protocolo, lo que termina en graves manchas en la imagen de la institución.

Consultado sobre el caso, el capitán en retiro de Carabineros y experto en seguridad, Jorge Valdés, explicó que el procedimiento al que se tuvieron que apelar los funcionarios era el de controlar la identidad de la persona, detenerla y esposarla, por seguridad tanto de la persona como la de los uniformados, subirlo a un vehículo y llevarlo a la unidad correspondiente para dejarlo a disposición de la justicia. "Se hace ante la duda de que la persona cometió un delito o algo", explicó haciendo hincapié sobre el contexto.

Sin embargo, Valdés recuerda que carabineros no puede registrar las pertenencias de una persona como una mochila o bolso, por lo que si el testimonio de la familia es comprobado, los uniformados caerían en una doble falta.

"No se puede registrar, pero al tener la policía antecedentes fundados, puede hacerlo. Se necesita el contexto, por eso hay que tener cuidado y porqué carabineros al ver un desorden y tener identificados a sus autores, lo siguen, lo analizan y le piden abrir la mochila. Lo que es producto de golpe no lo comparto".

Este no es el único caso de exceso de fuerza de uniformados. Valdés compartió su teoría sobre el tema. Ante los anuncios de distintos gobiernos de aumentar las plazas de uniformados, las escuelas se ven obligadas a "mandar a la calle" a efectivos que aún no están listos para ejercer y son superados por las circunstancias y no saben cómo controlarse.

"Tengo el convencimiento de que al personal les falta más disciplina. Más profesionalismo. Anda mucha gente en las calles, con poca experiencia. Si observamos todas las sanciones que se han presentado, han sido de mando medio bajo. Hay una mala formación", acusó.

Carabineros aval

Este caso de violencia no es el único. Hace casi un año un chorro de un carro lanza aguas impactó en la cabeza de Rodrigo Avilés, estudiante que por el golpe quedó en coma por varios meses y la institución intentó blindar a sus efectivos, hasta que se reveló la grabación de un dron que expuso la culpabilidad de los funcionarios.

Otro caso fue el de Manuel Gutiérrez, joven de 16 años que murió al recibir el impacto de bala de un arma de carabineros que se dirigía a una protesta del Día del Joven Combatiente. El niño estaba alejado de los disturbios y miraba el desorden desde un pasaje.

El abogado de la familia fue Cristián Cruz, quien advierte que en este como en otros casos, la institución los respalda con la defensa en los juicios. "Avala estos hechos, defiende a los carabineros, es más, hoy había un oficial, que además es abogado, para defender a estos funcionarios en tribunales. Es decir, no se separa del accionar de ellos".

"Mientras la justicia persiga a estos cuatro carabineros, la propia institución se desdobla y defiende a estar personas imputadas por delitos graves. No entienden que esto es tan grave como el tráfico de drogas, violentar los derechos humanos, de menores, está sancionado y repudiado internacionalmente", agregó el abogado.

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