- 20 mayo 2019
“Cuando tenía 24 años tuve que dejar mi país. Mi padre, que fue detenido y torturado, había muerto; mi madre y yo también estábamos detenidas. Mis compatriotas fueron detenidos, desaparecidos, asesinados y abusados por la dictadura militar que se había adjudicado el poder. Mis estudios fueron interrumpidos; no tenía idea cuánto tiempo estaría afuera”.
Con esa frase, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, relató su historia en la ceremonia de graduación de los estudiantes de la escuela de Políticas Públicas de Columbia (SIPA), en Nueva York, donde recordó varios episodios de su vida en relación a la dictadura y su carrera política en Chile.
En el discurso -al que tradicionalmente se invita a autoridades y personalidades destacadas-, Bachelet habló sobre cómo fue su regreso a Chile y el inicio de su carrera política como ministra de Salud (2000-2002), posteriormente como titular de Defensa (2002-2004) y, luego presidenta en dos ocasiones, hasta obtener cargos en Naciones Unidas como Directora Ejecutiva de ONU Mujeres.
“Puedo decirles que en tiempo de crisis -cuando el futuro es preocupante y no se ven muchas opciones buenas- encontrarán que sus valores son su piso. Así que no importa que tan impredecibles sean los vientos, sabrán que el camino que formarán durante la vida será con integridad”, agregó.
Además, exhortó a los estudiantes que se graduaban a “actuar con integridad y respeto a los Derechos Humanos”.
Por otro lado, abordó su visión sobre cómo tratar algunos desafíos del mundo moderno como el cambio tecnológico y la destrucción rápida del medioambiente. “Los seres humanos estamos rompiendo el planeta: cambio climático catastrófico, el declinamiento de la biodiversidad, las masivas extinciones y los mares contaminados con plásticos que requieren tratamiento urgente”, aseguró.
“Tenemos el camino para resolver los problemas del cambio climáticos y los crecientes conflictos. Tenemos la agenda 2030, que ha sido totalmente negociada por cada Estado en el mundo, la cual erradica la pobreza y la inequitad”, agregó la autoridad internacional.
En la instancia, Bachelet además dijo que se debieran garantizar derechos a la educación, salud, alimentos, vivienda, ropa, seguridad social, evitar cualquier tipo de discriminación y la libertad de expresión y pensamiento, como parte de lo que hace una sociedad resiliente.
“Estos son los principios de los DD.HH. para construir una sociedad más estable, más pacifica y más adaptable. Con diálogo, cooperación y respeto, esos son la guía para pasara por los impredecibles desafíos de los eventos futuros. Aunque estén relacionado con la construcción de un paisaje digital o desde la perspectiva de la violencia, los principios de los Derechos Humanos están construidos para proteger la humanidad del peligro”, concluyó.
Michelle Bachelet y su detención en Villa Grimaldi
La ex presidenta de Chile fue detenida por militares a fines de 1974 junto a su madre Angela Jeria. Las sacaron a ambas desde su casa. Bachelet tenía 24 años y estudiaba medicina en la Universidad de Chile.
Fueron llevadas a Villa Grimaldi un centro de detención, tortura y exterminio de la dictadura que administraba la DINA que dirigía el tenebroso coronel Manuel Contreras, el Mamo, y que estaba ubicada en la calle José Arrieta en la comuna de La Reina.
El padre de Michelle Bachelet, el general Alberto Bachelet, recién había muerto de un ataque cardíaco producto de las torturas de sus propios compañeros de armas, de la FACH.
Michelle Bachelet cuenta en una entrevista lo que ocurrió en Villa Grimaldi: “Recibí tortura sicológica esencialmente, y algunos golpes, pero no me ‘parrillaron’ (tortura mediante aplicación de golpes eléctricos)”, fue parte de su emotivo relato donde contó acerca de su detención en 1975.
La Jefa de Estado dijo sentir que “tuve suerte comparada con tantos otros, y muchos de ellos murieron”.
Reconoció que “al comienzo tenía mucha rabia, un dolor infinito (…) Sentía indignación. No me hubiera imaginado en ese momento dialogando con personas con las que después fui capaz de dialogar”.
También recordó a su padre, el general de la FACh Alberto Bachelet, quien murió en prisión. “El y mi madre me entregaron valores y principios”.
“Hoy lo miro con una mirada más madura. Sin duda tengo reconciliada esa etapa”, confesó Bachelet.
Bachelet y su madre que estuvieron detenidas por más de diez días en "cajoneras" (cajones donde sólo podías estar de lado, sin baño y agua) salieron al exilio, primero a Australia y luego a Alemania Oriental.
La Jefa de Estado dijo sentir que “tuve suerte comparada con tantos otros, y muchos de ellos murieron”.
Reconoció que “al comienzo tenía mucha rabia, un dolor infinito (…) Sentía indignación. No me hubiera imaginado en ese momento dialogando con personas con las que después fui capaz de dialogar”.
También recordó a su padre, el general de la FACh Alberto Bachelet, quien murió en prisión. “El y mi madre me entregaron valores y principios”.
“Hoy lo miro con una mirada más madura. Sin duda tengo reconciliada esa etapa”, confesó Bachelet.
Bachelet y su madre que estuvieron detenidas por más de diez días en "cajoneras" (cajones donde sólo podías estar de lado, sin baño y agua) salieron al exilio, primero a Australia y luego a Alemania Oriental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario