Una querella contra el actual jefe de la Dirección Nacional de Orden y Seguridad de Carabineros, Víctor Herrera Pintor, uno de los nombres que ha surgido como posible reemplazante del General Bruno Villalobos, fue presentada el 1º de agosto pasado por su rol en el supuesto homicidio de Julio Ulloa Vargas y Sebastián Pinuer Barría, dos jóvenes aspirantes a Carabineros que murieron el 1º de febrero de 2011 en ejercicios al interior de un centro de esa institución en Curacaví.
La querella, ingresada en el Tribunal de Garantía de Curacaví, está interpuesta además contra el exgeneral director de Carabineros, Eduardo Gordon, quien junto a Herrera Pintor -en ese entonces como director de la Escuela de Oficiales de Carabineros de Chile- estuvieron presentes durante los inicios de la campaña anual de instrucción de Aspirantes a Oficiales de Carabineros de Chile y el mismo día del deceso de los jóvenes.
El documento sostiene que la muerte de Ulloa y Pinuer ocurrió por varias razones, entre ellas “la malversación de caudales públicos en la Escuela de Oficiales de Carabineros que racionó la compra de agua para consumo en la campaña de 2011”.
El texto además señala que la ausencia de recursos también impidió la asistencia de monitores con sus respectivos cursos de instrucción, médicos especialistas que atendieran a los candidatos a oficiales y ambulancias de servicio en las cercanías de los campos de ejercitación.
“En todas las fases del iter criminis, (locución latina referida al camino o al proceso de desarrollo del delito), los imputados tenían el control de los hechos, es decir el dominio de la organización que es una forma de autoría, según desarrolla el jurista Claus Roxin”, dice la querella.
Según reveló este medio anteriormente, el general Herrera Pintor no fue parte de la investigación en el sumario interno de la institución que terminó castigando a dos oficiales, quienes además luego fueron condenados por el Segundo Juzgado Militar de Santiago por cuasi delito de homicidio a una pena de tres años de reclusión menor en su grado medio.
El texto legal señala que tanto Herrera Pintor como el exgeneral Gordon estuvieron presentes ejerciendo control y mando en el recinto de Curacaví donde lo jóvenes fueron sometidos a ejercicios como trotes de calentamiento con temperaturas superiores a los 33º y por 40 minutos.
La sentencia administrativa por este hecho determinó que los aspirantes a carabineros murieron por el esfuerzo extremo sin la hidratación adecuada. Según la querella existen numerosas declaraciones acreditando que una cantidad no menor de 30 aspirantes a oficiales de primer año evidenciaron distintas afecciones físicas como calambres, náuseas, vómitos, dolores abdominales, sangramiento de narices, dificultad para respirar y algunos desvanecimientos.
De esta forma, la acción judicial, presentada por el diputado Hugo Gutiérrez (PC), tanto Herrera como Gordon tienen responsabilidad como autores del asesinato de ambos jóvenes, “inducido a través de un golpe de calor, producido por exceso de ejercicios y deshidratación originada por la falta de consumo de líquidos”.
Por este mismo tema, el general Herrera compareció el 22 de junio de este año ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados por este tema.