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domingo, 3 de diciembre de 2023

EL PARTIDO DE LOS TRABAJADORES Y LA SITUACIÓN POLÍTICA NACIONAL E INTERNACIONAL

 

Bolivar
 

Sabemos que quien carece de una teoría adecuada no puede avanzar en la dirección correcta. Los ejercicios teóricos desaparecieron con el advenimiento del neoliberalismo: "El mercado es bueno, lo demás es caca", remplazó todo esfuerzo de reflexión política. Así creció el oportunismo que lleva a la abundancia de políticos venales. No solo en Chile sino en el mundo entero... El presente Análisis del Partido de los Trabajadores es una excepción. Lo reproducimos integralmente, sin quitarle ni ponerle. Al hacerlo POLITIKA invita a tomar un poco de caldo de cabeza... agradeciéndole al PT su autorización para difundir el fruto de sus reflexiones.


Resistencia



1.- Introducción

Chile es un país riquísimo, la quinta mayor economía de América Latina, con un Producto Interno Bruto sobre 318 miles de millones de dólares. Pero según la OCDE su distribución de ingreso es una de las más regresivas.

En los barrios altos de Santiago, según el informe del World Inequality Report de 2022, vive el 1% más rico que concentra el 49,6% de la riqueza total del país; mientras que, en el resto del territorio, de los 9.000.000 de trabajadores con empleo formal el 50% recibe salarios menores a $ 500.000 que no alcanzan a solventar sus necesidades familiares y apenas un 19% llega al millón de pesos; y que hablar de los 2.472.059 trabajadores informales para los cuales el dinero que obtendrán al final de la jornada es cada día un misterio.

Chile es el país de figuras señeras de la cultura universal y la política latinoamericana: Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Pablo De Rocka, Vicente Huidobro, Violeta Parra, Nicanor Parra, Luis Emilio Recabarren, Clotario Blest, Salvador Allende, Rodrigo Ambrosio, Miguel Enríquez y tantos más.

Pero también es el país de los medios de comunicación vendidos al sistema, de los matinales, los “realitys” y las redes sociales copadas de contenidos ultraconservadores, xenófobos, pro capitalista y fascista, conque la burguesía envenena la conciencia popular vía la mentira y la estupidez.

Y la situación en el planeta no es muy diferente. Inmersos en un sistema/mundo en que el capitalismo domina sin contrapeso.

Un informe del Banco Mundial indica que entre diciembre de 2019 y diciembre de 2021 la riqueza generada por la humanidad ascendió a 42 billones de dólares; de ella, el 1 % más rico acaparó 26 billones de dólares (o sea el 63 %), mientras que tan solo 16 billones de dólares (el 37 %) fue a parar al 99 % restante de la población mundial.

Pero en este mundo capitalista de hoy 821 millones de seres humanos pasan hambre y 1.100 millones viven en condiciones de extrema pobreza y 2.800 millones en situación de pobreza. Así mismo 2.100 millones de personas no tienen acceso al agua potable, 4.000 millones (más de la mitad de la población mundial) carece de soluciones sanitarias seguras; y, según la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) 264 millones de niños no asisten a la escuela.

Ninguna zona del mundo está ahora libre de la amenaza del hambre, el colapso económico y la guerra. Ahí están, para demostrarlo, el conflicto ruso ucraniano (en la que los últimos son la punta de lanza de Estados Unidos en su guerra inter-imperialista con la Federación Rusa) y el plan genocida de Israel contra los palestinos de la heroica Franja de Gaza y Cisjordania.

Queda al desnudo lo que genera este sistema inhumano, injusto, explotador, salvaje y depredador. Y en el preciso momento en que existen todas las herramientas científicas y tecnológicas para construir un mundo justo en que se pacifiquen las condiciones de la existencia para todos los seres humanos.

En vez de ello, el Capitalismo acentúa cada vez más la crisis social, económica, política, ambiental y cultural; donde los anti- valores de la ultraderecha y el fascismo ganan cada vez más el terreno que les cede una izquierda socialdemócrata y pusilánime que abandonó las banderas de la lucha de clases.

Parafraseando a Marx: “La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”; nunca como antes tanta riqueza material había correspondido a tanta pobreza espiritual.

Ante este panorama, nosotros, Partido de los Trabajadores, tenemos el deber de un estudio científico de la coyuntura que ilumine los elementos estructurales, esenciales, de la situación actual. Y no con un objetivo “académico” si no que político. Que nos permita la elaboración de la estrategia y táctica adecuada a este periodo para la consecución de nuestro objetivo: la sustitución revolucionaria del Capitalismo por el Socialismo, entendido como primer peldaño al Comunismo.
Partamos, para ello, con una mirada a lo internacional.

2.- Lo internacional

Tres grandes potencias se disputan hoy el dominio del planeta: los Estados Unidos, la Federación Rusa y la República Popular China. Cierto que algunos noveles países, como India e Irán, buscan un lugar entre estos grandes; mientras otros - miembros retirados o actuales de la Unión Europea - como Inglaterra, Alemania, Francia y Bélgica, recuerdan nostálgicos sus pasadas glorias imperiales (especialmente aquellos que están ligados y coludidos en el G7).

Pero los que cuentan son los que ya dijimos, Estados Unidos, Rusia y China.

Podríamos partir revisándolos uno a uno, pero antes hay un problema que resolver. Para muchos compañeros de izquierda, incluso revolucionarios, el modelo chino sería una construcción peculiar de socialismo; y que, en los rusos, habría que valorar ciertos resabios económicos y culturales de la época soviética; por lo que, a ninguno de ambos, se les podría catalogar de imperialistas. Esto nos obliga a una pequeña disquisición teórica:

Para Marx, son esenciales al Modo de Producción Capitalista: los productores individuales (burguesía) propietarios de medios de producción, trabajadores jurídicamente libres desposeídos de medios de producción y que venden su fuerza de trabajo, el mercado, la mercancía y el dinero.

O sea, productores individuales, desconectados entre sí, que contratan fuerza de trabajo y que concurren al mercado a competir por la venta de sus mercancías; y en que el medio de circulación e intercambio es el dinero, que opera como equivalente universal.

Nosotros, trabajadores, operamos en el Capitalismo en el esquema del intercambio mercantil simple, que Marx explicaba con la siguiente formula: M-D-M, que significa Mercancía-Dinero-Mercancía. O sea, vendemos nuestra mercancía, generalmente nuestra fuerza de trabajo, y con ello obtenemos dinero con el cual compramos las mercancías que necesitamos para vivir.

En cambio, el productor individual que deviene en capitalista opera con la siguiente formula: D-M-D ́, que significa Dinero-Mercancía-Dinero prima.

O sea, que con dinero compra una mercancía, la cual vende obteniendo una cantidad mayor de dinero, que es lo que significa Dinero prima (D ́). En este ciclo, que Marx llama “valorización del Valor”, el incremento de dinero que obtiene el capitalista no es ni por margen de utilidad o interés financiero; si no porque la mercadería que compra es fuerza de trabajo, la que genera un plusvalor sobre el valor inicial (que se expresa en dinero), plusvalor del cual el capitalista se apropia.

Ahora bien, el ciclo del trabajador, M-D-M, termina cuando el trabajador satisface su necesidad. En cambio, el ciclo del capitalista, D-M-D ́, por su lógica de funcionamiento, no puede terminar nunca y se torna infinito; por supuesto aquí lo infinito es la lógica del ciclo D-M-D ́, pero NO del Capitalismo como Modo de Producción.

Ya lo decían Marx y Engels en El Manifiesto: “La Historia de toda sociedad hasta nuestros días, es la historia de la lucha de clases..., en una palabra, opresores y oprimidos, enfrentándose unos a otros en un constante antagonismo y ... una lucha ininterrumpida ... que siempre ha terminado en una transformación revolucionaria de la sociedad entera, o en la destrucción de ambas clases en pugna”; y así es, el Capitalismo no caerá por el solo peso de sus contradicciones, si no que por la voluntad revolucionaria de una parte importante y amplia de las clases subalternas; y si no se logra parar el ciclo infernal del D-M-D ́ no solo se acabará en “la destrucción de ambas clases en pugna”, sino que, además, en la destrucción de la naturaleza y la especie humana.

Lenin aclara esto aún más. En su obra “El Imperialismo, fase superior del Capitalismo”, demostró que, tal como ya lo había anticipado Marx, en el desarrollo del capitalismo se produce una fusión del capital industrial con el capital financiero y que la libre competencia pierde relevancia, instaurándose el Monopolio.

Como el capitalista necesita desesperadamente seguir invirtiendo el dinero, continuar con el irracional ciclo D-M-D ́, su país de origen le queda chico y empieza a anidar en los países periféricos con el objeto de comprarles barato sus materias primas y fuerza de trabajo, para venderle caro sus manufacturas.

ESA ES LA ESENCIA DEL IMPERIALISMO, consecuencia inevitable del Capitalismo. Ahora sí, veamos qué pasa con cada una de las tres potencias principales:

2.1.- República Popular China

Partamos preguntándonos si el modelo chino es el caso de una construcción socialista.

Tras el golpe contrarrevolucionario de Deng Xiaoping en 1978 vino una etapa de capitalismo salvaje en que la seguridad social en salud y pensiones, sobre todo en el mundo rural, fueron arrasadas. A pesar de ello, sus reformas no lograron desmantelar todos los mecanismos de planificación; y, en 1989, fue desplazado por una nueva camada de dirigentes.

Y lo cierto es que esta nueva dirección moderó los excesos neoliberales de Deng, conservó el control estatal de algunas áreas estratégicas de la economía y la capacidad de moldear resultados económicos, mejorando aspectos de la seguridad social y distribución de ingresos.

Pero por otro lado permitió los mercados rurales y el uso familiar de la tierra, la inversión extranjera mixta y la manufactura privada (burguesa) desde bienes de bajo costo hasta los de alta complejidad industrial como la electrónica, automotriz, aeronáutica, satelital, informática, máquinas-herramientas, etc., lo que ha permitido la expansión de sus mercados y su transformación en potencia exportadora global.

Y aunque han disminuido la pobreza en un importante porcentaje, han tenido que pagar un precio. Este es el de la desigualdad, la enorme distancia que se está produciendo entre los ingresos más altos y los más bajos; de hecho, dicen que el dueño de Ali Express es uno de los multimillonarios del mundo.

Por otra parte, el Ministerio de Finanzas de China reconoce que “el coeficiente de Gini no cesa de aumentar en China, y ofrece ya la cifra de 0.46, que prueba la creciente desigualdad redistribuidora en los ingresos de los cientos de millones de chinos”.

¿Y la razón de todo esto?, pues el desmedido crecimiento del “sector privado”, es decir, la Burguesía Industrial, Comercial y Financiera que ha sido parte en el desarrollo del modelo chino.

Que el estado chino controle ciertos sectores importantes de su economía nacional no le confiere un carácter socialista, de hecho, en muchos países capitalistas hay fenómenos similares. El hecho que el Partido Comunista Chino mantenga una férrea conducción del proceso económico tampoco le confiere la calidad de socialista, a lo más el carácter de “bonapartista”, que se coloca “sobre las clases” para contener el conflicto. Definitivamente, China no es un país socialista; es un país con una reconstrucción peculiar, pero del Capitalismo.

Respecto el carácter imperialista de esta potencia, hay que entender que este no necesariamente reviste las formas groseras de los Estados Unidos, aunque los contenidos sean los mismos. La relación de Chile con China lo puede ejemplificar.

A pesar de la distancia geográfica, cercanos vínculos económicos unen nuestro país con el gigante asiático. En promedio, cerca del 40% de nuestro comercio exterior, lo que importamos, viene de China. Y es el principal destino del 30% de lo que exportamos, superando a Estados Unidos que se lleva un 14% y la Unión Europea con un 13%.

Chile mantiene con China un saldo comercial positivo que el año pasado fue de más de 3,8 mil millones de dólares. Nos compra, aproximadamente, el 45% del cobre que producimos y somos su principal proveedor de frutas, vino, salmón y productos forestales; siendo, entonces, este país asiático el mercado que sostiene la poca diversificación de nuestra matriz exportadora.

China es un país que invierte sus capitales excedentes comprando materias primas y fuerza de trabajo a otros países, a los que les vende sus manufacturas. (Vean a Boric el que, a pesar de su grotesco seguidismo pro-estadounidense, ya fue a presentar sus respetos al gigante asiático).

China es una potencia imperialista que se expresa internacionalmente en su expansión comercial y financiera a través de la denominada Ruta de la Seda, involucrando a países emergentes y en vía de desarrollo sin importarle sus formas de gobierno, los que buscan resolver sus desigualdades a través de convenios que protejan su soberanía. Otra manera de impulsar sus políticas son las alianzas estratégicas llevadas a cabo a través de los BRIC ́S, en una competencia directa con el G7.

2.2.- Federación Rusa

Consumada la traición de Gorbachov, en diciembre de 1991 la Unión Soviética se desmembró en quince repúblicas que se integraron al sistema/mundo capitalista. De estas, la Federación Rusa heredó todos los compromisos y membresías de la ex URSS.

A partir de 1992 el corrupto y borrachín de Boris Yeltsin, presidente de la nueva Federación Rusa, sumerge a su país en la orgia neoliberal: “Terapia de schock”; la más grande y rápida privatización del comercio, los servicios y la industria jamás llevada a cabo por un gobierno en toda la historia; fin del control de precios, recortes drásticos en el gasto público y una apertura irresponsable al comercio exterior.

Casi todas las grandes empresas fueron adquiridas por sus antiguos directores, engendrando una clase burguesa de nuevos ricos cercanos a diversas mafias y a inversores occidentales, consolidando una oligarquía semicriminal.

Las “reformas” devastaron inmediatamente la calidad de vida de la gran mayoría de la población, especialmente en aquellos sectores beneficiados por los salarios y precios controlados, los subsidios y el estado del bienestar de la época soviética.

Rusia cayó en una recesión económica aún más grave que la de los años treinta y extensos sectores de la clase obrera, a causa de la inflación y el desempleo, acabaron en la pobreza, la prostitución o la delincuencia.

El primero de enero del 2000 Yeltsin dimite sorpresivamente, dejando el gobierno en manos de su primer ministro Vladimir Putin, quien recupera para la nación el control estatal de alguno de los sectores económicos estratégicos monopolizados por los oligarcas, incluidos los hidrocarburos. Este paso de Putin, de un capitalismo brutalmente neoliberal a un capitalismo regulado, tuvo algunos resultados positivos.

El producto interno bruto (PIB) en valores reales aumentó, el rublo se estabilizó, la inflación fue controlada, y la inversión comenzó a aumentar otra vez gracias a sucesivas alianzas económicas con países como China, Bielorrusia, Venezuela, Brasil y la Unión Europea (por lo menos hasta antes de la guerra de Ucrania).

Así, Rusia recuperó su puesto como potencia mundial; y, en lo interno, una importante disminución de la pobreza heredada de la desastrosa gestión de Yeltsin. Pero pensar que Putin lidera un proceso de reconstrucción del socialismo es un error brutal.

Su gobierno impulsó en la Federación un sistema fiscal favorable para las empresas y las rentas altas y un tipo único de impuesto sobre la renta de apenas un 13% (menor incluso que el de Chile); y para los trabajadores un aumento del IVA junto a un nuevo código laboral más favorable a los empleadores. Además, un sistema obligatorio de capitalización al sistema de pensiones en que un 6% de las cotizaciones se destinan a intermediarios financieros o fondos de pensiones privados.

En resumen, Rusia es un país capitalista, con variadas y poderosas fuentes energéticas e industriales; por lo que su relación con países periféricos tenderá siempre al imperialismo.

Hay que destacar, eso sí que, al menos hoy, su política exterior tiende a recuperar las relaciones que tenía la antigua URSS, a través de alianzas que privilegian la soberanía y la igualdad de relaciones con los países más pobres, potenciando la denominada multipolaridad y la desdolarización mundial, con nuevas monedas nacionales en el intercambio comercial. Su participación en los BRICS y la Ruta de la Seda, avanzan en la perspectiva de tener una alianza geopolítica estratégica con países de Asia y África.

Sabemos, también, que en estos momentos la Federación Rusa está enfrascada en la guerra contra Ucrania, situación en que una parte de la responsabilidad es de los destructores de la Unión Soviética.

En febrero de 1990 el Secretario de Estado estadounidense, James Baker, consiguió que el Presidente de la entonces URSS, Mijaíl Gorbachov, no impidiera la llamada “reunificación de Alemania”, que en los hechos fue la anexión de la República Democrática Alemana por parte de la República Federal Alemana.

La moneda de cambio que recibió Gorbachov fue la promesa de que cuando se disolviera finalmente la Unión Soviética, operación que estaba en curso y de la que él era cómplice, la OTAN no se expandiría jamás hacia el Este de Europa. Por supuesto que todo era una mentira y Ucrania, con el fascista Volodímir Zelenski a la cabeza, se convirtió en la punta de lanza con que los Estados Unidos pretenden arrebatar a Rusia su petróleo, hidrocarburos y demás numerosos recursos naturales, reduciéndola a una potencia de segundo orden.

En ese sentido, la intervención de la Federación Rusa en Ucrania es defensiva, y mientras mantenga ese carácter debemos apoyarla.

2.3.- Estados Unidos

Los Estados Unidos son un Imperio en decadencia.

Ya en el anterior Pleno de Dirección Nacional comentábamos que “la economía de EEUU viene manifestando una tendencia a la baja en el ritmo de su crecimiento desde la década de los sesenta del siglo pasado; y que, desde 1980, cuando liberalizó los mercados, su PIB per cápita creció solo un 1,61% anual y apenas el 0,6 % desde la crisis del 2007.

Junto con ello, su saldo comercial ha sido deficitario de forma creciente, ya que, sobre todo después de la desregulación, la apertura comercial y la ampliación de las finanzas internacionales, sus grandes empresas transnacionales optaron por desarrollar un gran ciclo de conexión productivo en el que a EEUU solo le correspondió ser el consumidor final, generando una dinámica de sobreconsumo de bienes que no produce, por lo que sus importaciones son mucho mayores que sus exportaciones, erigiendo un mercado interno en el que la demanda es mucho menor que la oferta”.

Estados Unidos es un Imperio en decadencia, una bestia herida que presiente que sus días están contados. O sea, el momento en que es más peligroso.

Los constantes aumentos en el presupuesto militar, tanto en la presidencia Trump como en la actual de Biden, evidencian “que EEUU pretende salir de la crisis mediante la guerra, la agresión y el conflicto, de lo que se deduce que su voracidad imperial crecerá aún más en los próximos años”, lo que queda demostrado en su apoyo a Ucrania en contra de Rusia y al Estado criminal de Israel contra el pueblo palestino; conflictos ambos posibles de desembocar en una tercera guerra mundial entre imperios.

¿Y cómo ven los yanquis su relación con América Latina? Para develarlo, recurriremos a la entrevista que un tiempo atrás hizo la versión “on line” del diario La Tercera a la Generala yanqui de cuatro estrellas Laura J. Richardson.

Esta buena señora, de bien llevados 58 años, fue nombrada, el 29 octubre del año pasado, la primera mujer comandante del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM), que es una unidad del Pentágono diseñada para defender los intereses yanquis en la región. Con sede en Miami, controla las bases de Estados Unidos en América Latina, y proporciona entrenamiento, inteligencia y coordinación militar a todas las Fuerzas Armadas regionales bajo las recomendaciones del Departamento de Estado.

Comienza la entrevista diciendo: “Estoy recorriendo toda la región (América Latina), que son 31 países”, hay que reconocer, pues, que tiene la delicadeza de no decir que está recorriendo su patio trasero.

Pero la delicadeza empieza a perderse cuando el periodista le pregunta por la participación de empresas chinas en la economía latinoamericana. Y, entonces, luego de calificar a China como su enemigo número uno, expresa: “El riesgo que veo es que muchas de las empresas chinas son empresas estatales, lo que significa que el gobierno las controla. Así que, para mí, es que ganan un punto de apoyo a través de la apariencia de ser una empresa civil o de realizar una operación que puede ser fácilmente una instalación de doble uso, donde el Ejército de Liberación Popular o los militares de China puede venir y fácilmente utilizar esa instalación para sus propias necesidades. Y si nos fijamos en los proyectos de los últimos cinco años en el hemisferio occidental y en mi región, en el Comando Sur, han invertido más de US$ 50.000 millones en proyectos de infraestructura”.

Notorio es el énfasis que pone la Generala cuando dice “mi región”. Es que para los gringos somos su propiedad y no soportan que hagamos negocios con otros.

Igual molestia manifiesta por la presencia que en la región tiene Rusia, a quien tilda de su enemigo número dos: “Claro...hay ...países de la región que también tienen equipos rusos, por desgracia. Ahora nos encontramos con que las sanciones, como resultado de la invasión rusa de Ucrania, hacen que los países no puedan conseguir las piezas de repuesto para los aviones o los sistemas de defensa aérea o los vehículos, el equipo terrestre. Así que esto trae un dilema también.

Ciertamente respecto a Cuba, Venezuela y Nicaragua, justo antes de la invasión en febrero, el ministro de Asuntos Exteriores ruso (Sergei Lavrov) dijo que no iban a dejar de construir infraestructura y aumentar la capacidad en esos tres países.

Hicieron esa declaración públicamente. Y luego hubo dos delegaciones de alto nivel que vinieron a visitar Cuba, Venezuela y Nicaragua. Creemos que el ministro de Defensa o el viceministro de Defensa eran parte de la delegación que visitó los tres países. Y a la semana siguiente, el presidente de su Congreso, la Duma, también visitó Cuba y Venezuela. Así que estoy segura de que se buscaba fortalecer esas relaciones y asegurarse de que esas relaciones estaban todavía allí”.

Y, como la guinda de la torta, la Generala termina manifestando cuales son los reales intereses del Imperio respecto de América Latina: “Pero, ¿por qué es importante esta región? Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras raras, tienes el triángulo del Litio que es necesario para la tecnología actual. El 60% del Litio del mundo está en el triángulo del Litio: Argentina, Bolivia, Chile.

Tiene las reservas de petróleo más grandes, crudo ligero y dulce descubierto en Guyana hace más de un año. Tienes los recursos de Venezuela también con petróleo, cobre, oro. Tenemos los pulmones del mundo, el Amazonas. También tenemos el 31% del agua dulce del mundo en esta región. Quiero decir, es fuera de lo común... Tenemos mucho que hacer. Esta región importa. Tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que intensificar nuestro juego”.

Gracias Generala Laura J. Richardson por contarnos “la firme”, ya que, a confesión de partes, relevo de pruebas. Estados Unidos sigue siendo la potencia imperialista mundial hegemónica, que desde el término de la Segunda Guerra Mundial quiere manejar el mundo con una permanente unilateralidad; que sus enemigos son hoy las también potencias imperiales China y Rusia; y que nosotros, América Latina, el maletín de recursos de su guerra interminable, que se expresa y expresará en diversos conflictos a través del mundo.

2.4.- El BRICS

El BRICS es una asociación política/económica conformada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Estas naciones tienen en común una gran población (China e India por encima de los mil cuatrocientos millones, Brasil encima de doscientos millones y Rusia por encima de los ciento cuarenta millones), un enorme territorio (casi 38,5 millones km2), lo que les proporciona dimensiones estratégicas continentales, una gigantesca cantidad de recursos naturales y, lo más importante, las enormes cifras que han presentado de crecimiento de su producto interno bruto (PIB) y de participación en el comercio mundial en los últimos años.

Y como si lo anterior fuera poco, se incorporarán al BRICS, a partir del 1 de enero de 2024, la Argentina, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía. Con esta ampliación, el PIB de los BRICS representara el 37% del PIB mundial y el 46% de la población mundial.

Así pues, el BRICS es la forma en que la China y Rusia imperialistas, más las potencias emergentes, enfrentan al llamado grupo "G7", conformado por el Imperio Estadounidense, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y la Unión Europea.

Pero debemos tener muy claro que el BRICS no es la alternativa de un nuevo modo de producción. El BRICS se inserta en el sistema/mundo capitalista. Y el enfrentamiento comercial BRICS versus G7 no es más que el preludio de la guerra imperialista por el control o reparto del mundo; cuyos primeros signos fueron la guerra civil en Siria y hoy Ucrania y Gaza.

2.5.- La insurgencia africana

El reciente 23 de julio de 2023, en Níger, el comandante de la guardia, general Abdourahamane Tchiani encabezando al sector patriótico de las fuerzas armadas de su país detuvo y sacó del cargo al presidente Mohamed Bazoum. Por supuesto que el trasfondo de este conflicto es económico.

El país africano, antigua colonia francesa, a principios de la década de 1980 se había vuelto dependiente económicamente casi por completo de la extracción de petróleo, que en ese momento generaba el 25% de su Producto Interno Bruto. Desde entonces, esta porción ha aumentado al 60%, a partir de 2008. A pesar de la gran riqueza creada por el petróleo, los beneficios no llegan a la mayoría de la población, si no que han ido casi por completo a las trasnacionales Shell y Chevron; por tanto, estamos aquí frente a un justo movimiento de liberación nacional y popular.

Algunos gobiernos africanos, aun lacayos de los antiguos colonialistas europeos, han amenazado con atacarlos. Pero Mali, Guinea y Burkina Faso ya emitieron una declaración conjunta advirtiendo contra la intervención militar extranjera en Níger y dijeron que hacerlo sería una «declaración de guerra» contra sus naciones.
Así, un nuevo conflicto se avizora en la antigua lucha de los explotadores y explotados.

2.6.- América Latina

En América Latina, Nuestra América, las cosas no andan nada bien.
La Derecha pro-yanqui ganó las elecciones presidenciales en Ecuador y Argentina; países ambos que se sumarían a Uruguay, Paraguay, Perú, El Salvador, etc.

Los gobiernos progresistas de Lula en Brasil, Petro en Colombia, López Obrador en México - si bien han tenido algunas actitudes dignas ante el Imperio gringo – su compromiso con la institucionalidad burguesa es fuente permanente del riesgo del “golpe blando”. Golpe blando que vivió Bolivia, lo que la hace ser cauta en su desempeño. Y, respecto del gobierno “progresista” de Boric, ni vale mencionarlo aquí.

Ahora bien, los fuegos del Imperio Estadounidense se concentran en Cuba, Venezuela y Nicaragua; siendo muy especialmente duros para con el primero. De hecho, la administración Trump recrudeció el bloqueo y el cerco mediático; situación que la administración Biden ha mantenido sin cambiar un ápice, lo que tiene a la Isla heroica en graves problemas sociales de abastecimiento de suministros básicos industriales, alimenticios y de sanidad. Cuba es el ejemplo para los pueblos del continente que el Imperio quiere doblegar; es deber de todos los revolucionarios la solidaridad con la tierra de Fidel y sostener a Cuba a toda costa.

4.- Lo nacional

Aunque parezca un contrasentido, comenzaremos hablando de Chile citando las elogiosas palabras que sobre nuestro presidente Boric y su gobierno dijera... ¡la Generala Laura J. Richardson! en la entrevista antes mencionada: “Realmente aplaudimos el liderazgo de Chile para condenar a Rusia en las votaciones de la ONU y la OEA y lo que están haciendo. Creo que eso es enorme”.

Efectivamente, Boric, al igual que su gobierno y el Frente Amplio (FA), están totalmente alineados con los Estados Unidos. Pero esto no debería sorprendernos, ya que tanto el FA en Chile, como la Syriza en Grecia o el Podemos en España eran el “Plan B” de un diseño previo por si se agotaban las agrupaciones de centro-izquierda como la Concertación, el PASOK (Partido Socialista Helénico), o el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), que tan cumplidamente habían ayudado a la instalación de la modalidad neoliberal del capitalismo en sus países.

Hay que recordar que Boric y el FA inician su carrera el 2012 desplazando de la dirección de la FECH a los comunistas. Desde ahí, Boric y Compañía saltan al parlamento y en la elección presidencial del 2017 el FA se consolida como la tercera fuerza política del país; fue quizás en ese momento que Boric comenzó a forjar los mecanismos de la traición.

Pero pocos días después de la Rebelión Popular de octubre de 2019 Boric dio inicio al plan firmando el Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución, con lo que la totalidad de la clase política buscaba descomprimir el llamado “estallido social” que amenazaba sus privilegios.

Ya lo decía el Partido en su Comunicado No 7 del 13 de marzo de 2021: “la contra ofensiva que provocó la elite del bloque dominante al establecer - entre gallos y medianoche - el denominado Acuerdo Por La Paz y Una Nueva Constitución (el 15 de noviembre del 2019) frenó la voluntad, fuerza y combatividad de la movilización social y su legítima demanda de instalar una Asamblea Constituyente, la que con el mencionado acuerdo es reemplazada por una desperfilada Convención Constitucional , con un quórum de los dos tercios que dejaba en entredicho la soberanía popular.”

Pero “les salió el tiro por la culata”. El 25 de octubre 2020 se realizó un plebiscito nacional donde el 80 % de los votantes se inclinaron por la opción «Apruebo» a la idea de realizar una Convención Constitucional con el 100 % de sus miembros electos; y el 15 y 16 de mayo de 2021 se eligieron los miembros de la Convención Constitucional, en que la Derecha sacó una magra representación de 37 constituyentes sobre un total de 154.

Ya lo decíamos nosotros en el mencionado Comunicado No 7, con esto quedaba en “evidencia el rechazo de la ciudadanía a los partidos políticos burgueses, a los parlamentarios y, en definitiva, a la casta política corrupta que actualmente ostenta el poder político y económico; expresándose así el pueblo, rotundamente, por la creación de una constitución elaborada por los trabajadores y los pueblos. Haciendo notar la capacidad de los movimientos sociales de inscribir sobre 400 candidatos independientes a la Convención.”

A raíz de lo anterior, el Partido, en su Comunicado No 8, dice lo siguiente: “Los resultados de estas elecciones significaron un terremoto político. Si bien fueron comicios distintos, los resultados apuntaron a una misma dirección y remecieron al Sistema de Partidos Políticos. Fueron elecciones críticas, sobre todo la de constituyentes, especialmente para la derecha, la DC y el PPD.

La derecha en su conjunto obtuvo un magro resultado, ya que no logró su objetivo de conseguir un 1/3 de sus representantes. Los grandes ganadores fueron los independientes de izquierda que eligieron 48 constituyentes. Lamentablemente la falta de conducción política y su débil organización no les permitió jugar un rol protagónico posterior en el desarrollo del proceso constitucional.”

Y, montados en la cresta de esta ola triunfal, esos mismos días la oposición a Piñera ganó la mayoría de los Gobiernos Regionales, Alcaldes y Concejales; para culminar, finalmente, con la elección de Boric como Presidente de la República el 19 de diciembre de 2021.

Nosotros, Partido de los Trabajadores, fuimos claros respecto de la presidencial. En el mismo Comunicado Nº8 dijimos que: “Nuestra opción electoral en la segunda vuelta fue votar por Boric, ya que la instalación del sector ultraderechista, clara expresión del fascismo y del pinochetismo en la cabeza del aparato estatal, seria a todas luces un duro retroceso para las perspectivas de desarrollo de la clase trabajadora y los pueblos.”

“Frente al resultado de la elección presidencial, la mayoría del país sintió un alivio respecto del peligro de la ultraderecha. Pero claramente este peligro no ha desaparecido ya que no se derrota al fascismo solo a través de una elección y, más aún, si en Chile hay un proceso creciente de fascistización del Estado y la Sociedad Civil, que viene en desarrollo desde hace muchos años. Por tanto, se hace necesario eliminar al fascismo de las instituciones estatales y de enfrentar resueltamente las ideas de la extrema derecha, lo que solo se logrará con la acción decidida de todos los pueblos discriminados y abusados”.

“Nuestra postura táctica asumida, nos lleva a expresar nuestro sentir más verdadero, ya que votar por Boric nos produce mucha rabia y desazón; pues nuevamente votamos por el mal menor, por quienes aspiran a hacer meras reformas a un modelo de sociedad que destroza la vida de la mayoría de los chilenos y chilenas cada día.

Estamos ciertos que cambios profundos de nuestra sociedad requieren de transformaciones aún mayores y con un rol protagónico de la clase trabajadora, la cual tendrá que superar serios problemas de unidad, organización y conciencia para estar a la altura de los enormes desafíos a enfrentar para el logro de estas transformaciones”

Si bien Boric inicio su primer día en La Moneda con una reverencia a la estatua de Allende, ya al siguiente “mostraba ser un gobierno débil, sumiso al Imperio yanqui, marcado por la presión de la derecha y los empresarios. Por tanto, su gobernanza no ha significado un cambio cualitativo con las anteriores administraciones y así, en corto tiempo, fue distanciándose de la ciudadanía que lo apoyó con un 55% de los votantes”.

Los porfiados hechos son claros: Nombramiento de Marcel como Ministro de Hacienda, su declaración de estar “orgulloso de los 30 años” de una economía y sociedad de mercado, el rechazo total a los retiros de las AFP, no asumir el “bono invierno”, conflictos laborales muy mal manejados como el cierre de ENAMI Ventanas, la adhesión a los Tratados de “Libre” Comercio (TPP 11), su entreguista Plan Nacional del Litio que deja abierta la puerta a las trasnacionales y el aliento a los megaproyectos de las grandes trasnacionales de la soya y el agroturismo, impulsando el “capitalismo verde”.

El dejar que propuestas centrales del programa de gobierno, como la Reforma Tributaria y la Reforma Previsional, sean postergadas una y otra vez, en una larga negociación donde la derecha y el empresariado se han apropiado de toda la agenda.

El apoyo a las posiciones de EE.UU. tanto en el conflicto Ucrania-Rusia como en los ataques a Cuba, Venezuela y Nicaragua, más la legitimación al gobierno golpista en Perú. La compra de armamento y el refuerzo del rol represivo de Carabineros y la militarización de la Araucanía con la protección a las Forestales y latifundistas; y un largo etcétera de “volteretas”.

Debemos reconocer, eso sí, que de alguna forma habíamos sido advertidos. Es que tanto él como el Frente Amplio fueron claros en el andamiaje de ideas que los sustentaba: Que el neoliberalismo era muy extremo y que era imprescindible un cambio; pero que la Revolución es imposible en el mundo ¡y menos aún en Chile!, ya que la lucha de clases es cosa del pasado y lo que hay que resolver son conflictos de identidades.

Que el capitalismo es perfectible desmontando algunas de sus estructuras neoliberales y dotándolo de mecanismos de regulación, pasando de un “estado mínimo” a otro de alguna más presencia en la economía... que siempre será de mercado y capitalista.

Que el único camino del cambio, excluyendo cualquier otra posibilidad, es la vía institucional dentro del marco de la democracia restringida que tenemos, buscando a toda costa y costo un acuerdo con la Derecha para las reformas tributarias y de pensiones.

Por qué, entonces, si Boric y el FA son una “izquierda rosada”, una Concertación remozada, ¿la Derecha no les tiene la misma consideración y buen trato que brindaron a Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet? ¿Por qué insisten en revolcarlos en el barro de la crisis económica, la inflación, la crisis migratoria, la inseguridad, la delincuencia y la corrupción, problemas muchos de ellos heredados? ¿Por qué quieren neutralizarlos y reducirlos a su mínima expresión, si jamás se han propuesto transitar al Socialismo?

Es que la Derecha y las Clases Dominantes quedaron aterrorizadas con las Jornadas de Octubre del 2019. Y así, mientras desde el pasado, revivían los fantasmas de la Unidad Popular; en el presente, ese “roterío” de Octubre, que copaba calles y plazas, era la encarnación de la pesadilla: los hijos e hijas de las victimas del golpe, que venían a castigar el crimen.

Por tanto, entendieron que la tarea estratégica era la derrota del Apruebo a la Propuesta de Nueva Constitución.

Pero, para entender esta Propuesta de Nueva Constitución, detengámonos un momento en su proceso citando parte del Comunicado Nº 8: “Para nada dicho proceso por una nueva Constitución resultó fácil, todo lo contrario, fue muy complejo lleno de trampas, emboscadas y chantajes de todo tipo. Desde el boicot hecho por el gobierno de Piñera en sus inicios, las exigencias planteadas por la ley que la rigió, el bloqueo y difamaciones de los convencionales de derecha y la ambigüedad de los convencionales de la ex Concertación, del Frente Amplio, los Independientes No Neutrales y otros. Todo eso llevó a que importantes propuestas no fueron aprobadas, como es el caso de no terminar con las concesiones de la gran minería y la no renacionalización del cobre, litio y oro, etc., demanda estratégica para el financiamiento de las demandas sociales y otras que no fueron consideradas en su totalidad.

Para lo que se avanzó, fueron principalmente los convencionales de los Movimientos Sociales Constituyentes y de otros sectores de la izquierda quienes se la jugaron para lograr aprobar derechos sociales como el derecho a la salud, a la educación pública gratuita y de calidad, la creación de un sistema de seguridad social público, el derecho al agua, el derecho al aborto, el derecho a la negociación ramal y la huelga y el derecho a la vivienda, entre otros. Por eso consideramos un paso adelante lo logrado por la Convención Constitucional.”

“El gobierno de Boric apareció desde un principio vinculado a la Convención Constitucional; él fue uno de los firmantes del Acuerdo por la Paz de noviembre de 2019, la nueva constitución era parte de su programa y así lo identificaba la gente.

Pero presionado por la derecha y acosado por la Contraloría, asumió un papel ambivalente sintetizado en su declaración de que "cualquier alternativa es válida", pretendiendo con ello ser imparcial. De esta manera lejos de polarizar las posiciones para generar una situación similar a la de la segunda vuelta presidencial, el gobierno privilegió una supuesta "gobernabilidad" al éxito de la Convención, solo que las posiciones del Apruebo aparecían débiles frente a una derecha cada vez más agresiva”, que puso en tensión todo su aparato económico, ideológico, comunicacional, mediático e influencias y “que sumó a sus filas a todos los conservadores del espectro político” consiguiendo el triunfo categórico del Rechazo, sumiendo al campo popular en la dispersión y la derrota.

Hoy día, después de todos los sacrificios en presos, lesionados y muertos de la Rebelión Popular de octubre del 2019, la “nueva constitución” la escribe la ultraderecha. Y aunque probablemente el bodrio de los Republicanos será rechazado, quedaremos con el lastre de la constitución del 80.

Nuestro Comunicado Nº 8, varias veces ya citado, culmina con las siguientes palabras: “Nuestra tarea es unir fuerzas, es fortalecer el trabajo de masas en los territorios y con las organizaciones sociales, para con ello dar la dirección que los pueblos y los trabajadores requieren. Esto nos servirá para reactivar y reorganizar al movimiento social y educar políticamente a los chilenos y chilenas. Pero nunca olvidar que nuestra tarea política central debe ser continuar impulsando el desarrollo de una Asamblea Constituyente, y que sea esta la que redacte una nueva Constitución Democrática, Popular y Soberana para Chile.”

Pero para que ello sea necesario, los revolucionarios debemos sacar las adecuadas conclusiones.

5.- Conclusiones

El capitalismo no morirá de muerte natural producto de sus propias contradicciones, por el contrario, se hace mucho más peligroso. La voracidad imperial, y el peligro de guerra total que ella implica, pone a la orden del día el tema de la Actualidad de la Revolución, o sea la necesidad urgente de la sustitución revolucionaria del capitalismo por el socialismo.

Que si bien tanto Estados Unidos, como China y Rusia, son Imperialismos, nuestro enemigo principal hoy son los estadounidenses; por lo que sería legítimo para los revolucionarios en el poder, alianzas tácticas con los chinos o rusos, en nombre del multilateralismo.

Siguiendo con lo mismo, es decir, el tema de la Actualidad de la Revolución, debemos ser capaces de demostrar que el capitalismo no es perfectible; que su irracional lógica interna lleva indefectiblemente a la depredación de los recursos del planeta y al fin de la especie; entender que las únicas alternativas para la humanidad son, hoy en día, las que desesperadamente clamara Rosa Luxemburgo: ¡¡Socialismo o Barbarie!!

En este sentido y caminar político y de masas afirmamos:

▪Que la Revolución es necesaria. Y que, si es necesaria, entonces es que es posible. Por tanto, el problema teórico de la actualidad son las condiciones prácticas de la Revolución.
▪Que las alternativas socialdemócratas han demostrado ser un fracaso, al igual que la tesis de revolución por etapas del Partido Comunista.
▪Que los partidos de la Izquierda tradicional, socialdemócratas y comunistas, al abandonar las concepciones de la lucha de clases, dejan al fascismo capitalizando la rabia ciega de los más humildes, del “precariado”.
▪Que la vía institucional no es la única posible. Que la experiencia de la Unidad Popular demuestra que, como decía Lenin, el Estado es el aparato de dominación de la Burguesía so

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