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domingo, 3 de agosto de 2025

REPORTAJE THECLINIC.


 

La delgada línea roja: los mínimos que exige internamente el Socialismo Democrático para consolidar el apoyo al Partido Comunista 

El modo en que se enfrentará el desarrollo económico, la definición sobre regímenes autoritarios y las propuestas para abordar la seguridad y la inmigración ilegal son algunas de las materias que generan preocupación en el Socialismo Democrático al momento de elaborar el programa de gobierno de la candidata presidencial del oficialismo y la Democracia Cristiana. Ahora que Jeannette Jara hizo público el equipo de su comando de campaña, los partidos comenzarán a hacer llegar sus propuestas. Y si bien desde la centroizquierda evitan hablar de líneas rojas, reconocen que existe un marco de acción ya delimitado. “No veo que la canciller o el canciller del gobierno de Jeannette Jara vaya a ser del Partido Comunista”, ejemplifica uno de ellos. 

POR: RODRIGO CORDOVA.
Créditos: Sandro Baeza. 

Habían pasado pocos días desde que Jeannette Jara se impuso en las elecciones primarias del oficialismo con el 60% de los votos, cuando la mesa del PPD y algunos integrantes del comando de Carolina Tohá —quien quedó en segundo lugar con el 28%— sostuvieron una reunión. En ella revisaron las siete páginas del programa de gobierno de la entonces abanderada del Partido Comunista y Acción Humanista.

Varios testigos de esa instancia relatan que, mientras avanzaban en la lectura del documento, los comentarios sobre sus lineamientos eran diversos. Sin embargo, hubo dos puntos que marcaron las verdaderas aprensiones para los miembros del PPD: el modelo de desarrollo guiado por la demanda interna y la propuesta de un salario vital.

Respecto a este último, fuentes señalan que el economista Álvaro García, encargado del área económica en la campaña de Tohá, expresó abiertamente su desacuerdo.

Agregó, además, que si esa idea no se modificaba, su participación en el comando de Jara quedaba en entredicho.

Un malestar que coincide con la disconformidad que hubo dentro de la coalición de centroizquierda con el equipo económico de Jara, presentado este jueves, del cual la mayoría compartió una conclusión: no hay nombres fuertes que entreguen certezas al mundo económico.

De hecho, en el entorno de Jara, compuesto por distintas autoridades, aclararon en conversaciones internas que lo que presentaron es un equipo inicial y que ya habrá nombres “más connotados”

En todo caso, en aquella reunión del PPD para evaluar el programa, todos los presentes coincidieron en la necesidad de fijar límites frente a las propuestas surgidas desde el entorno de Jara —principalmente desde el Partido Comunista— y que, si no se lograba integrar al programa las ideas del Socialismo Democrático, sería muy difícil comprometer un apoyo decidido a la campaña.

Si bien desde el Socialismo Democrático dan por superado el debate sobre el modelo de desarrollo guiado por la demanda interna —una propuesta que la propia Jeannette Jara también ha descartado—, aún persisten materias en construcción que generan expectación en la centroizquierda.

Entre ellas, destacan los lineamientos sobre crecimiento económico, la posición internacional frente a regímenes como los de Cuba y Venezuela, y la respuesta ante la crisis de seguridad y migratoria que atraviesa el país.

Un miembro del comité central del Partido Socialista pone como ejemplo reciente lo ocurrido con la Democracia Cristiana, que el sábado pasado definió su respaldo a la candidatura de Jara para las elecciones presidenciales. Sin embargo, la colectividad no tardó en transparentar su reserva frente a cualquier medida que implique una profundización en materia de aborto. 

Economía: el escollo vigente con el Socialismo Democrático

El 29 de junio, tras el triunfo de Jeannette Jara en las primarias, en el barrio París-Londres —donde hasta ese día funcionaba el comando de Carolina Tohá y que hoy ocupa la abanderada de la alianza de Gobierno—, dirigentes analizaban la derrota a plena luz del día, mientras se desarmaba el pequeño escenario montado para un eventual discurso de la exministra del Interior en caso de victoria.

Entre las conversaciones, surgía una inquietud clave: cómo lograr que el Partido Comunista y la candidata oficialista incorporaran las propuestas del Socialismo Democrático en el programa de gobierno.

Un mes más tarde, en el entorno de Jara aseguran que la propuesta sobre un modelo de desarrollo guiado por la demanda interna ya fue superada. Sin embargo, el planteamiento del “salario vital” sigue siendo fuente de tensiones entre las figuras que respaldaron la opción de Tohá.

Como abanderada presidencial del oficialismo, Jara ha reafirmado su compromiso con esa idea: “Una de las medidas principales que impulsaré en mi eventual gobierno va a ser pasar del sueldo mínimo legal para pagar, al sueldo vital para vivir. Es un tremendo cambio de perspectiva sobre cómo se pagan los salarios en Chile”, sostuvo el pasado 17 de mayo.

Ya proclamada como la candidata oficialista, Jara volvió a defender su propuesta la semana pasada en el Salmón Summit, donde ratificó que su objetivo es elevar gradualmente el salario mínimo hasta los $750.000 durante su eventual administración. “Algunos han criticado mi propuesta de salario vital, y yo les quiero decir que no hay nada más peligroso para un país que la gente no pueda llegar a fin de mes con el sueldo que gana”, dijo ante representantes de la industria del salmón.

Pero la propuesta genera resistencias. El economista Álvaro García —encargado económico de la campaña de Tohá— señaló en Tolerancia Cero de CNN Chile, un día antes del debate, que el tema del salario vital debe ser la primera conversación entre los equipos. Si bien reconoció que fue un eje relevante durante la primaria, advirtió que alcanzar los $750.000 “durante el próximo período es completamente imposible”.

El exministro Sergio Bitar (PPD) —quien también colaboró en la campaña de Tohá— afirma a The Clinic que “el programa original del PC está superado”, y evita hablar de líneas rojas. Según él, la idea del salario vital “es una tesis que está completamente superada”. Y agrega: “Si tú quieres alcanzar los $750.000 a partir de 2026, ese sueldo tendría que crecer un 8% anual hasta 2030, cuando las proyecciones de crecimiento del PIB están en torno al 3%”.

Desde el Partido Socialista, el exembajador en Venezuela Jaime Gazmuri también reconoce en conversación con The Clinic que “en materia de política económica tenemos que aclarar algunos puntos donde, sin duda, se han manifestado diferencias”. Aunque considera esencial que el programa se construya de forma colectiva, insiste en que las propuestas sobre el salario vital y la demanda interna “tienen que quedar completamente aclaradas en el programa”.

Gazmuri, además, recuerda que “fue un acierto del Presidente Gabriel Boric el haber designado como ministro de Hacienda a Mario Marcel”, a quien describe como “una figura clave en el área económica y social, con opiniones conocidas sobre los principales temas económicos del país y que le dio plena confianza a los partidos del Socialismo Democrático”. 

Nadie se imagina a un canciller comunista

La militancia comunista de la abanderada presidencial del oficialismo y de la Democracia Cristiana continúa generando ruido para los personeros del Socialismo Democrático. Aunque bajo reserva aseguran no tener reparos con que Jeannette Jara pertenezca al PC, reconocen que la condición de militante implica una carga simbólica y política inevitable: la propaganda asociada a ser parte de dicha tienda.

Durante las primeras semanas tras su proclamación, se discutió internamente si Jara debía suspender su militancia. Sin embargo, desde la centroizquierda señalan que esa idea nunca se formalizó como una exigencia, conscientes de que una solicitud de ese tipo podría tensionar innecesariamente las relaciones, las que —según reconocen— “ella ha manejado en el mejor tono posible”.

Aun así, en el Socialismo Democrático existe conciencia de que dentro del Partido Comunista persisten grietas en torno a los regímenes autoritarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Estas diferencias han sido fuente de incomodidad para la candidata, y suponen un potencial conflicto si llega a La Moneda. “Ese tironeo genera preocupación”, señala una fuente del sector, especialmente por cómo se proyectará la imagen internacional de Chile si una militante comunista asume la Presidencia.

Jaime Gazmuri, exembajador en Venezuela y último representante diplomático chileno en Caracas antes del quiebre de relaciones con el régimen de Nicolás Maduro, subraya que los principios de derechos humanos y política exterior deben quedar claramente establecidos en el programa de gobierno.

El programa no puede ser solo económico o social. También debe reflejar acuerdos sobre las líneas gruesas de la política internacional. Es evidente que en la coalición hemos tenido diferencias en ciertas situaciones, pero la defensa de los derechos humanos y el desarrollo de la democracia en el mundo tienen que ser pilares fundamentales”, afirma el histórico dirigente socialista.

Sergio Bitar, exministro de tres gobiernos y también parte del entorno político de Carolina Tohá, agrega que no puede haber ambigüedad en estas materias: “Una definición tibia le daría argumentos a quienes, desde fuera, buscan atacar una propuesta de izquierda chilena”.

El senador socialista Juan Luis Castro va más allá, asegurando que la postura en política internacional del próximo gobierno debe ser clara: “Las definiciones serán nítidas para representar a la centroizquierda, que es donde se inscribe el liderazgo de Jara. No va a haber una mirada unilateral del PC, partido que —a mi juicio— tiene posturas ambivalentes en estas materias”.

Pese a las diferencias, Gazmuri dice confiar en el criterio de la candidata: “Estoy seguro de que llegaremos a buenos acuerdos y de que tendremos un programa en el que los socialistas nos sintamos cómodos”. Sin embargo, en paralelo, un miembro del comité central del PS pone una línea roja con claridad: “No veo que la canciller o el canciller del gobierno de Jeannette Jara vaya a ser del Partido Comunista”.

El diputado socialista Leonardo Soto, quien también es miembro del comité central del PS, comenta que uno de los temas recurrentes que se han manifestado en las instancias partidarias es que no se debe retroceder en democracia y, en esa línea, el cuidado a postura histórica del Estado de Chile en materia internacional. En caso de que esta varíe, sostiene Soto, existe un riesgo.

“La postura de Chile a nivel internacional, que ha trascendido varios gobiernos de derecha e izquierda, que tiene que ver con el apoyo de los instrumentos multilaterales, con la alianza a nivel internacional con países de similar tamaño y la defensa de los derechos humanos, es una línea que yo veo que en este gobierno de Jeannette Jara no debería variar sustantivamente“, sostiene Soto a The Clinic.

Sobre eso, agrega que “los partidos de esta coalición no entenderían que se variara una política internacional que tiene que responde al Estado chileno y no a los gobiernos”. 

La línea en seguridad y prioridad a la crisis en el sistema hospitalario

“El crecimiento, la seguridad pública y social van a ser prioridades en mi gobierno”, ha dicho la candidata Jeannette Jara en múltiples debates, foros, encuentros y seminarios. Y si bien la seguridad pública es una materia que todos los candidatos —y el propio Gobierno— han definido como prioritaria, hay miembros del Socialismo Democrático que esperan que dicho compromiso sea firme y no quede, según señalan, en meras declaraciones como —a su juicio— ocurrió durante la administración del Presidente Boric.

Desde el Socialismo Democrático han evitado polemizar públicamente sobre este punto, pero reconocen que, durante el actual gobierno, algunos diputados del Partido Comunista y del Frente Amplio se desmarcaron del bloque oficialista y no apoyaron iniciativas impulsadas desde el Ejecutivo, particularmente por la entonces ministra del Interior, Carolina Tohá.

El senador Juan Luis Castro recuerda la tramitación de estos proyectos y señala: “Por supuesto que hay dudas sobre cómo se va a combatir la delincuencia y la migración irregular, porque el mundo comunista y frenteamplista ha sido reacio a diversas leyes del actual gobierno en materia de seguridad, como la Ley Naín-Retamal, el proyecto sobre usurpaciones y la ley contra el robo de madera”.

Por otro lado, la exministra del Trabajo ha sido explícita en que su eventual gobierno abordará la crisis de las listas de espera y sus efectos en el sistema hospitalario. Castro, quien fue presidente de la Comisión de Salud del Senado y actualmente integra dicha instancia, valora esta intención, aunque advierte que aún no existe una propuesta programática concreta del Socialismo Democrático en este ámbito.

“Nos interesa que se materialice la reforma a la salud prometida por el actual gobierno, que no se pudo concretar más allá del inicio de aspectos puntuales como FONASA y la atención primaria universal”, señala el senador socialista.

Con el equipo de la abanderada presidencial ya presentado, los partidos y alianzas comenzarán a realizar encuentros temáticos para entregar propuestas a sus respectivas directivas y discutirlas en el marco de la elaboración del programa de gobierno.

De hecho, el lunes 4 de agosto se llevará a cabo el seminario “Salud, Socialismo Democrático y Futuro” en la Biblioteca Nacional del Congreso, en Santiago, desde las 9:30 hasta el mediodía.

La actividad, organizada por el PPD, el PS y el Partido Radical, contará con la participación de diversos referentes del progresismo, como el exdiputado y exconvencional Renato Garín, el diputado Tomás Lagomarsino (PR), el exsenador Guido Girardi y el propio Castro.

Se espera que a partir de esa instancia surjan propuestas concretas que puedan ser incluidas en el programa de la candidata. Sin embargo, a medida que se acerca la fecha de inscripción de candidaturas, el 18 de agosto, también comienzan a aparecer con mayor nitidez los límites entre los distintos sectores que la respaldan.



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