Daniel Pérez Pallares, publicista ecuatoriano y exintegrante del comando de Matthei: “Lamentablemente el piñerismo se tomó la campaña”
El experto en marketing político da su primera entrevista luego de renunciar al equipo que lidera la candidata de Chile Vamos, donde se le apuntó como el ideólogo de la estrategia de marcar diferencias nítidas con el resto de los abanderados presidenciales. Aquí, Pallares descarta haber estado detrás de la fallida ofensiva de judicializar la campaña ante los ataques por redes sociales a Matthei, cuestiona que a la exalcaldesa se le "anide" con figuras relacionadas al expresidente Sebastián Piñera y sostiene que es un error pensar que esta elección es como la del Rechazo: "Amarillos y Demócratas no tienen representación en este Chile". También llama a pelear los votos desde los atributos diferenciadores de la candidata. "Chile Vamos entendió tarde que la primera vuelta se iba a convertir en la primaria del sector", remata.
En Quito se encuentra radicado por estos días el publicista Daniel Pérez Pallares. El experto en marketing político formó parte del comando de Evelyn Matthei hasta el pasado lunes 18 de agosto cuando decidió renunciar por mantener diferencias estratégicas y creativas con la campaña de la abanderada de Chile Vamos.
Si bien Pérez Pallares —de padre chileno y madre ecuatoriana— partió más bien con un rol secundario en ese equipo, con el correr de las semanas asumió un papel cada vez más gravitante, al convertirse en el coordinador de las agencias de marketing de la campaña y participar de las reuniones de comité político.
A él se le asoció la estrategia de introducir tensión en la contienda y marcar diferencias claras con otros candidatos. Por lo mismo, varios pensaron en Pérez Pallares cuando Matthei inició una ofensiva contra los republicanos y José Antonio Kast, al acusarlos de estar detrás de una campaña de desprestigio en su contra a través de las redes sociales.
La candidata decidió echar pie atrás en esa estrategia luego de que en Chile Vamos advirtieran del riesgo de judicializar la campaña y dinamitar las conversaciones con los republicanos en el marco de la inscripción de las listas parlamentarias.
“Leí que había un ecuatoriano metido en esto y dije, bueno, aquí está la explicación. Qué sabe este ecuatoriano de lo que queremos los chilenos“, dijo hace unos días el expresidente de la UDI Pablo Longueira para criticar esa fallida apuesta de Matthei. El diputado Miguel Mellado (ex-RN), por su parte, apuntó a a Pérez Pallares como el protagonista del “chascarro” detrás de la querella.
La guerra de los bots, por cierto, volvió a estar en la palestra esta semana luego de que un reportaje de Chilevisión identificara a algunos de los usuarios detrás de estas cuentas y nuevamente se pidiera a Kast a aclarar la existencia de un vínculo, algo que él ha descartado. Matthei optó por no reactivar una ofensiva y dijo mirar hacia adelante.
Así, Pérez Pallares se defiende en esta entrevista con The Clinic, la que se realizó de manera escrita. Pérez Pallares, reconocido en el Top 100 de los creativos más innovadores del mundo, según Ad Age, y primer ecuatoriano en ganar un León de Cannes, profundiza también en las diferencias que mantuvo con el rumbo de la campaña de Matthei y da su mirada sobre la configuración del escenario presidencial.
Y es que si bien el publicista ha liderado campañas publicitarias como las de Casillero del Diablo o Samsung, siempre ha estado ligado a la política. En Ecuador, por ejemplo, estuvo detrás de la estrategia de segunda vuelta de Daniel Noboa para mantenerse en la presidencia. Antes colaboró en la campaña de Guillermo Lasso, mientras que en Chile trabajó en la reelección del senador Manuel José Ossandón (RN).
“Chile Vamos es un pacto electoral, sin una base ideológica, que no logra tener un relato y una visión de país”
—Se le ha responsabilizado como el promotor de la idea de judicializar la campaña luego de que Matthei denunciara los ataques en su contra a través de las redes. ¿Es algo que usted recomendó? ¿Fue un error?
—La demanda fue iniciativa de un grupo de senadores de RN. Yo no solo no tengo nada que ver con esa gestión, sino que considero que no es una buena idea estratégica y no es la manera de ganar una elección. Es un error por donde se lo mire.
—Usted era partidario de marcar diferencias nítidas con el resto de los candidatos. ¿Encontró mucha resistencia en el comando a esa posición?
—Chile Vamos es un pacto electoral, sin una base ideológica, que no logra tener un relato y una visión de país. Ante eso, es difícil marcar diferencias claras. Más que resistencia, ese es el problema.
—En una campaña como esta, ¿cuál es la mejor manera de marcar diferencias sin perder la propia base de electores?
—Evelyn Matthei y el comando deben ser claros y decir que en una eventual segunda vuelta apoyarían sin condiciones a José Antonio Kast. Una vez cerrado ese desgaste innecesario con el sector, deben ir a pelear los votos desde los atributos diferenciales y dejar de atacar proyectos de otros para enfocarse en comunicar el proyecto propio.
—¿Cree que no se asumió a tiempo que Kast era el adversario electoral si se quiere pasar a segunda vuelta? Se generó un conflicto debido a ese concepto.
—Al no tener una primaria de todo el sector, era obvio que la primera vuelta se iba a convertir en una primaria del sector, y Chile Vamos entendió tarde ese juego.
Matthei y vinculación al piñerismo: “Es una estrategia equivocada, se le esconde y anida en un sector vinculado a la élite económica”
—Luego de su salida del comando, ¿qué lecciones saca, a modo general, del rumbo que ha llevado la campaña de Evelyn Matthei?
—Lamentablemente, el piñerismo se tomó la campaña. Es lamentable, porque esta elección es sobre el futuro y no sobre el pasado, y la gente evidentemente quiere un cambio. Además, en nuestra cultura presidencialista, la gente vota por las personas, no por los equipos y menos por el pasado.
—¿Es una estrategia errada apelar al piñerismo?
—Creo que Evelyn Matthei tiene las capacidades y el carácter de sobra, no necesita que le endosen capacidad. Por el contrario, creo que es una estrategia equivocada, donde no se da una razón para votar por ella, se la esconde y se anida en un sector vinculado con la élite económica, cuando ella tiene una visión de país de un entendimiento más profundo y más relevante para el contexto cultural que vivimos hoy.
—Esta semana, precisamente, en el relanzamiento de campaña se pudo ver a varios exministros y a la familia del expresidente Piñera…
—No se construye el futuro apelando al pasado. No se construye liderazgo con el liderazgo de otros.
“Es un error pensar que esta elección es como la del Rechazo y que el rol de Demócratas y Amarillos es relevante”
—Usted señaló que esta es una elección que está abierta. ¿Por qué?
—Veo muy difícil que se logre llegar a segunda vuelta construyendo sobre una base que no son los grandes atributos de la candidata. Espero equivocarme y que pueda representar algo más que el llamado piñerismo. Si es así y conecta con sectores populares con propuestas concretas, podría abrirse el espacio. Todavía queda mucho.
—¿Qué espacio de crecimiento tiene Matthei? Las encuestas la siguen ubicando en el tercer lugar.
—Sin duda, no es el piñerismo, que sin Piñera no existe, ni el llamado a un solo equipo, ni mucho menos seguir con ataques a Kast. El espacio no lo van a encontrar analizando encuestas ni focus groups, el espacio está en poder transmitir un diagnóstico: que no es la falta de unidad. Los políticos están polarizados, los chilenos no, y siempre se van a unir por una causa mayor, pero no por un sector específico de la política chilena. El espacio es darle al país una solución a un diagnóstico, algo que la izquierda siempre ha hecho bien y que hoy Kast lo está haciendo.
—A propósito, ha habido una fuerte apuesta en los últimos días por remarcar el apoyo de mundos que provienen de la centroizquierda, como Demócratas y Amarillos. ¿Ese es un camino a seguir a su juicio?
—A Kast le suma mucho más Carter y Codina, que fueron alcaldes muy queridos en sectores populares del Chile real. Amarillos y Demócratas no tienen representación en ese Chile, ni en el mundo de las ideas de centroizquierda; son útiles en un pacto electoral para darle más transversalidad, pero si esto no se ve reflejado en una visión de país y en ideas concretas, no hacen una gran diferencia. Es un error pensar que esta elección es como la del Rechazo y que el rol de ellos es tan relevante como lo pudo haber sido en el Rechazo.
“Si gana Kast, la consolidación del gremialismo se va a terminar dando y va a ser el fin de Chile Vamos”
—Por otra parte, Kast marcha primero o segundo, con una estrategia en la que ha optado por evitar batallas que antes sí dio. ¿Por qué cree que estaría funcionando ese plan?
—Kast lleva en campaña ya algunos años, eso le ha dado una madurez estratégica. Ha aprendido de sus errores y tiene una disciplina muy superior al resto.
—Se ha visto una estrategia de Kast por relucir la entrada de figuras que fueron parte de los gobiernos de Piñera. ¿Cuán efectivo podría ser?
—Yo creo que hay un tema más profundo que una estrategia electoral; hay una nueva reconfiguración dentro de las derechas. La campaña solo acelera ese proceso cultural.
“La gente es mucho más inteligente que las lecturas que se hacen en el Golf”
—Analistas observan que en estas elecciones se ha desatado una batalla por la hegemonía de la derecha. Con sus experiencias internacionales, ¿qué lecciones debiera tomar Chile Vamos ante el avance de la ultraderecha en otros países?
—El escenario chileno es diferente y aún más complicado para Chile Vamos. Ya que los republicanos tienen una base gremialista que lo hace un proyecto diferente a las derechas alternativas de los otros países y similar a la UDI, uno de los partidos claves de la coalición. Entonces, marcar una línea roja con ellos, como lo hizo el PP con Vox para sobrevivir, es mucho más complicado. Si gana Kast, la consolidación del gremialismo se va a terminar dando y va a ser el fin de Chile Vamos. Lo que es positivo para la derecha liberal y la derecha social, ya que podrán tener un espacio y una voz más propia.
—¿Chile Vamos ha sido capaz de defender esta idea? Se lo pregunto a propósito de que esta semana ha estado en la palestra el debate en torno al alza de la PGU y los cambios que busca hacer Kast a la reforma de pensiones.
—Insisto, Chile Vamos es un pacto electoral más que un proyecto ideológico claro. Por eso les ha costado mucho poder tener un espíritu de cuerpo. Siento que estos días se ha avanzado, pero se insiste en la defensa por medio del ataque, y creo que ese no es el camino.
Más que atacar a Kast, yo me enfocaría en difundir las ideas propias y que eso tensione tanto con Kast como con Jara, y que la ciudadanía pueda sacar sus propias conclusiones. La PGU se transformó en una táctica electoral más que en un debate político real. Para Kast es un ataque fácil de desmontar; solo tiene que salir a defenderla y se acaba el tema. Si quieren alargar el tema en la opinión pública, la gran ganadora va a ser Bachelet, ya que la PGU es la evolución de una política pública que impulsó ella.
La discusión de la reforma de pensiones es el gran ejemplo de los problemas ideológicos de Chile Vamos: no fueron capaces de defender y celebrar a lo alto el acuerdo. Esa falta de convicción contrasta con la convicción de los republicanos en estar en contra, y la congruencia es un valor premiado electoralmente.
—En la coalición se ha instalado la idea de que es conveniente apuntar a que Evelyn Matthei es la única que podría evitar que triunfe una de las opciones “extremas”. ¿Es efectivo ese mensaje en la ciudadanía, considerando que la elección es con voto obligatorio?
—La gente no vive su realidad y su día a día en el lenguaje de los políticos; no vive polarizada. La gente es mucho más inteligente que las lecturas que se hacen en el Golf. Las llamadas opciones extremas suman más del 50 por ciento de la población, entonces estarían llamando de extremos a la gran mayoría de los chilenos. Evelyn Matthei debe liderar un proyecto que represente a una gran mayoría; ese es el rol de un líder, no es evitar otros proyectos.
“Kast está muy lejos de ser un Bolsonaro o un Milei”
—¿Es correcto apuntar a que en un gobierno de Kast el país se le puede ir de las manos y que podría no haber paz social?
—Kast está muy lejos de ser un Bolsonaro o un Milei. No olvidemos sus orígenes gremialistas y, por ende, institucionales. Me parece una premisa un tanto burda. Además, fue al piñerismo a quien se le fue de las manos la paz social.
—¿Cómo evalúa hasta ahora la campaña de Jeannette Jara? En la oposición advierten desgaste y algunos no descartan una segunda vuelta entre las dos derechas.
—Evidentemente, es una campaña mucho más compleja para ella que la de las primarias, que fue una gran campaña. Ese desgaste es natural, pero el piso histórico es lo suficientemente sólido como para pasar a segunda vuelta. En segunda vuelta, creo que va a tener una épica culturalmente mucho más relevante y va a ser una campaña más reñida de lo que hoy se pueda ver.
—¿Se debe mirar con atención la opción de Parisi? La candidata evitó cuestionarlo recientemente en una entrevista con Pedro Carcuro.
—Parisi es un fenómeno cultural, creo que va a volver a sorprender. Es muy claro en su estrategia y propuestas, muy enfocado en sus audiencias. Está haciendo un gran trabajo.

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