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jueves, 17 de enero de 2019

Muerte de Catrillanca: la versión falsa de los tripulantes del helicóptero

EL PARTE QUE INICIÓ LA MENTIRA

En el primer vuelo de los tres que ese día hizo el helicóptero, que se inició a las 16:30, viajaba el piloto y capitán Axel Edgardo Höger Guzmán (Sección Aérea Araucanía), el sargento Héctor Enrique Vásquez Correa (GOPE), el teniente Sebastián Flores Henríquez (Sección Aérea Araucanía), el cabo Ignacio Elgueta Ancalaf (GOPE) y el cabo y paramédico Germán Ramírez Moraga.
En el vuelo, que se inició tras una denuncia a Carabineros al número telefónico 133, el sargento Vásquez filmó seis videos.  Uno de ellos es el que entregamos a nuestros lectores:
Las imágenes que usted está viendo no fueron grabadas por el propio helicóptero, como se creyó en un comienzo. Y ello, por una razón muy simple: la Brigada Aéreo Policial de Carabineros en La Araucanía cuenta con dos aeronaves modelo BK117 y ninguna de ellas tiene cámaras instaladas en su fuselaje.
Estas imágenes fueron capturadas por el suboficial Héctor Vásquez Correa, con una cámara Gopro a una altura de unos mil metros (3.500 pies). En la reconstrucción que pudo hacer CIPER, se constató que los registros fueron hechos de manera casi artesanal: el uniformado grababa con la cámara que llevaba en la mano mientras sobrevolaban la zona guiados por el piloto Höger Guzmán.
Cuando se conoció la muerte de Camilo Catrillanca, la información proporcionada por la tripulación del helicóptero se convirtió en una pieza clave de la investigación. Y ello, porque el vuelo del “HOTEL”, como se identifica al helicóptero en las comunicaciones de Carabineros, sirvió de guía a la caravana de 16 vehículos de Fuerzas Especiales y cuatro carros del GOPE que se internaron en Temucuicui esa tarde.
La información entregada por la tripulación del helicóptero por comunicación radial sirvió de sustento al segundo parte policial (N°1130) -conocido el 15 de noviembre- que involucró falsamente a Camilo Catrillanca y al menor M.P.C en el robo de los tres vehículos de las profesoras de la escuela rural. En sus declaraciones la tripulación también inicialmente mencionó el enfrentamiento que nunca existió.
En ese parte oficial de seis páginas, se lee:
“Siendo las 16:36 los pilotos informan que en el sector de ‘La Laguna’ de la comunidad de Temucuicui, Ruta 544, se divisaron tres vehículos con características similares a los sustraídos a los docentes en el establecimiento educacional ya individualizado, por lo cual orientó el ingreso de los medios mecanizados blindados por el sector de El Pozón, específicamente por la Ruta R-50, los que durante su ingreso al sector se encontraron con distintos cortes de caminos consistentes en árboles obstaculizando el normal desplazamiento de los móviles, como asimismo individuos parapetados en la vegetación existente en el lugar, premunidos con armas de fuego cortas y largas efectuando disparos de diversos calibres hacia el personal policial, indicando el piloto al mando del H-02 desde el aire, que dos de los conductores de los vehículos sustraídos abordaron un tractor de color azul el que se desplazaba hacia donde se encontraba el personal policial, entregando las características físicas y de vestimentas de los antisociales”.

MENTIRAS DESDE UN HELICÓPTERO

La participación relevante que tuvo la tripulación del helicóptero policial en la fabricación de un parte que contenía información falsa sobre los hechos en que resultó muerto Catrillanca, provocó que esos cinco policías fueran testigos de primera hora de la Fiscalía.
Llama la atención la similitud en los detalles que entregaron en sus primeras versiones tanto el piloto como el sargento que grabó las imágenes desde la altura.
El sargento Vásquez Correa corroboró lo que ahora se constata al escuchar el sonido del video que registró ese día: “Recuerdo que a través del radio indiqué en el tractor iban dos “37”, es decir, sospechosos con vestimentas oscuras además del conductor del tractor…”.
En su primera declaración judicial, el capitán y piloto del helicóptero Axel Edgardo Höger Guzmán afirmó en la madrugada del 15 de noviembre (00:55):
“Escuché en las comunicaciones que se efectuaban que había cortes de caminos para impedir el ingreso del personal de Fuerzas Especiales que se desplazaba por tierra, además, en ese instante, se apreció que de un vehículo sustraído descendió una persona aparentemente de sexo masculino, el que vestía ropa color café y que, al bajar, inmediatamente se insertó en una pequeña zona boscosa. Se pudo apreciar que desde el lugar donde quedaron abandonados los otros dos vehículos salieron dos personas vestidas de negro, con características de ser jóvenes, contextura delgada y mucha agilidad, ya que iban corriendo, los que se insertaron en el mismo bosque que la persona de vestimenta café. Sin embargo, ingresaron por otra zona. Pero al paso de un minuto, volvieron a salir corriendo para luego caminar de forma pausada y muy normal, a mi parecer con intención de despistar y hacer creer que eran transeúntes del lugar, dirigiéndose al camino principal en el cual se interceptan con un tractor de color azul el que venía directo al punto donde se encontraban estos dos individuos. Hay una entrevista entre ellos y posteriormente proceden a subir al tractor”.
El suboficial Héctor Vásquez Correa, complementó lo relatado por el piloto Höger en su primera declaración:
“El piloto del helicóptero o el copiloto da a CENCO la información de que dos sujetos van caminando, a la vez que yo puedo ver un tractor que iba como a 200 metros, en dirección contraria a estas dos personas, se encuentran y los dos se suben al tractor: es decir, iba el conductor del tractor y las dos personas de ropas oscuras. Esta información la proporciono por radio a través de CENCO y como había un carro (policial) cerca le voy diciendo que avance para que se encuentre con el tractor. Luego de que estos sujetos suben, el tractor avanza como 50 metros y ahí me da la impresión de que se equivoca de camino y se devuelven, avanza como 100 metros y se encuentra con los funcionarios de carabineros de infantería y con un carro que iba más allá. Ahí yo escucho por la radio que hay disparos, y que dicen que hay clave 25, lo que significa que a los funcionarios les estaban disparando, por lo que solicitan cooperación, luego veo a una persona en el suelo, que es uno de los que andaba con ropas oscuras, y escucho que dicen por la radio que hay un 44, es decir, un lesionado…”. 
El 15 de enero recién pasado, cuando el sargento y paracaidista Héctor Vásquez Correa debió declarar por tercera vez ante la Fiscalía, la situación había cambiado. Ya no había sustento para seguir afirmando que se había producido un enfrentamiento y que Catrillanca había muerto producto del fuego cruzado.
Cuando el sargento Vásquez debió relatar nuevamente lo que vio y grabó con su cámara Gopro, afirmó lo contrario a lo que había dicho en su segunda declaración el 20 de noviembre. Ese día aseguró que, como el helicóptero no podía quedarse detenido, realizaba giros hacia la derecha, justo donde él estaba sentado, por tanto, tenía mejor visibilidad que sus compañeros. Y afirmó haber visto a tres sujetos salir de los autos robados y dirigirse al bosque para luego salir de él hacia el tractor azul.
El 15 de enero, en cambio, declaró: “Debo aclarar que nunca tuve una visión fija y permanente de lo que ocurría con el tractor, pues el helicóptero realizaba giros y la visión se pierde por momentos. Además, existen lugares con vegetación que impiden la visión. Desde el aire no me es posible reconocer a ninguna persona, solo pude distinguir si son personas o son animales”.
 
Respecto de cuántas personas iban en el tractor que conducía Camilo Catrillanca, y su supuesto encuentro con los autores del robo de los vehículos, el sargento Vásquez Correa también cambió su versión en su última declaración:
 “Luego de observar los vehículos que se internaron en el bosque y las personas que descendieron del vehículo, observé un tractor a lo que inicialmente no le di importancia, pero cuando se dirigió hacia el camino donde se encontraron los autos lo observé con mayor atención y me di cuenta que era conducido por una sola persona. No aprecié que en ese momento fueran dos personas sobre el tractor. Luego cuando abordaron dos personas el tractor, pude distinguir a tres personas… Solo puedo afirmar que el tractor se desplazó hacia el lugar donde se encontraban los vehículos y no alcanzó a llegar ahí, y que en el camino se encontró con las personas que se habían bajado de los vehículos. No puedo afirmar quiénes eran, pero eran las únicas personas que estaban en el lugar. Lo que yo observé lo comenté a través de la frecuencia de radio que podían escuchar todos quienes están en la misma frecuencia y tenían radio, pero como acabo de indicar no siempre utilicé la radio y algunas de mis observaciones solo se registraron en el audio de mi cámara. En el audio del video registrado con mi cámara se escucha que hago alusión a que ‘al parecer’ los sospechosos se habían subido al tractor, pero fue solo una palabra mal utilizada pues yo estaba seguro de que los sospechosos se habían subido al tractor. Calculo que pasaron unos diez minutos o más entre que yo observé los vehículos y las personas que descendieron de ellos y luego observé el tractor. En todo caso cuando observé el tractor, los dos individuos que habían bajado de los autos ya iban caminando dándome la impresión que los individuos y el tractor se fueron a encontrar”.
 El 15 de enero fue una dura jornada para Vásquez Correa. También debió contradecir sus dichos y los formulados por algunos de sus jefes sobre el supuesto enfrentamiento:
“La clave 25 significa ‘disparos’. No implica que sea el personal de Carabineros quien efectúa los disparos o que sean disparos en contra de Carabineros. El día del procedimiento escuché clave 25, y yo supuse que se estaba disparando en contra de Carabineros y por eso lo manifesté así en mi primera declaración. No puedo afirmar que a los Carabineros de tierra les hayan disparado. Al día siguiente me enteré de que había sido el sargento Alarcón quién había señalado clave 25 y 44 (lesionados en código policial)”.
El sargento Carlos Alarcón Molina es el autor del disparo que le provocó la muerte a Camilo Catrillanca.

EL REGISTRO DEL DRON

A las imágenes captadas desde el helicóptero por la cámara Gopro se sumó también el material visual recogido por un dron que se solicitó ese día para reforzar el operativo.
Ese registro fue analizado por personal de la Brigada de Homicidios de la PDI junto a un miembro de la Sección Audiovisual del Laboratorio de Criminalística Regional de Temuco, grupo que se llevó de la Sección Aérea de Carabineros de La Araucanía dos tarjetas de memoria -de 32GB cada una- utilizadas por el dron que sobrevoló la comunidad de Temucuicui.
El informe de la PDI fue evacuado siete días después de los hechos (21 de noviembre).
Pancarta con el rostro de Camilo Catrillanca.
El fiscal que lleva la investigación del robo de los tres autos de las profesoras, Ernesto Vásquez, cuya indagación estaba caratulada como secreta, le ordenó a la PDI hacer un peritaje a las imágenes captadas por el helicóptero y el dron.
Se esperaba que, ampliando cuadro a cuadro los registros, se podría identificar a los autores del robo al momento que descendían de los autos, tal como lo relataron los tripulantes del helicóptero. Pero ese momento preciso no fue grabado, explicaron a CIPER personas que conocen el desarrollo de esa investigación. Por ello, es imposible por el momento afirmar que el relato de los policías es verídico.
Una segunda diligencia pendiente es un sobrevuelo en la misma zona, a cargo de la PDI, que buscará ser ejecutado en un día con condiciones climáticas similares a ese 14 de noviembre.

MÁS DE CIEN VIDEOS

El video que entrega CIPER forma parte de varios registros que aún no son conocidos por la opinión pública y que están en manos de Carabineros, la PDI y la Fiscalía de La Araucanía. A los tres videos del operativo difundidos por CIPER en diciembre pasado, se suman otros registros de funcionarios del GOPE, los que al principio negaron su existencia. CIPER pudo constatar que existe un centenar de videos contenidos en cámaras Gopro y en tarjetas de video que fueron entregados a la PDI el pasado 22 de noviembre.
Algunas de esas imágenes son de muy mala calidad y otras simplemente son deficientes por errores en el uso de los equipos. Allí se aprecia que no todos los funcionarios policiales saben utilizarlos: algunos van grabando hacia sus espaldas e incluso uno de ellos instaló la cámara al revés y la grabación hay que verla de manera invertida.
Todo ello muestra la falta de prolijidad en la capacitación de las fuerzas policiales que trabajan en una zona donde todos los gobiernos en los últimos 15 años han destacado la violencia que deben enfrentar.
Fue precisamente la revisión de los videos incautados por la PDI la que les permitió a los fiscales Roberto Garrido y Jorge Calderara descubrir la existencia de la cámara que había ocultado el sargento 2° Raúl Ávila. Fue un paso clave para empezar a desarmar la trama de las mentiras.
Pese a que algunos de estos videos que aún están en reserva son cortos, hay imágenes que le permitirían al Ministerio Público sustentar en la audiencia del próximo 25 de enero, la mentira que se fabricó y que se plasmó en el parte policial, en el informe ejecutivo que se le entregó al ministro del Interior, Andrés Chadwick, y en las primeras declaraciones judiciales.

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