No solo la CIA estadounidense, la dictadura brasileña, servicios secretos australianos (ASIS) y alemanes (BND), complotaban contra el gobierno popular de Salvador Allende en Chile, también lo hacia el MI6 y los servicios secretos británicos, tan conocidos en el mundo por personajes de ficción  como "James Bond", creado por el periodista y novelista inglés Ian Fleming en 1953.

Según archivos desclasificados por el gobierno británico, los ingleses estuvieron conspirando contra Allende desde 1972, cuando David Spedding, oficial del MI6, fue enviado a la embajada británica en Santiago de Chile. Spedding se mantuvo en Chile hasta 1974, manteniendo estrechas relaciones con un miembro clave de la Junta Militar: el almirante José Toribio Merino.

Los archivos muestran cómo el gobierno británico ayudó en secreto a las autoridades chilenas a desarrollar una estrategia de contrainsurgencia, utilizando técnicas perfeccionadas durante las intervenciones coloniales británicas en el sudeste asiático.

La idea de dicha ayuda se planteó por primera vez durante la visita del jefe de la marina británica, Sir Michael Pollock, a Chile a finales de noviembre de 1973, casi dos meses después del Golpe Militar.

En Santiago, Pollock y el embajador del Reino Unido en Chile, Reginald Secondé, se reunieron con varios funcionarios del régimen, entre ellos el jefe de la Armada, José Toribio Merino Castro, el ministro de Defensa, Patricio Carvajal Prado, y el ministro de Asuntos Exteriores, Ismael Huerta.

Con Huerta, los funcionarios británicos hablaron de la campaña "corazones y mentes" del gobierno del Reino Unido en Irlanda del Norte, una estrategia de contrainsurgencia inspirada en la guerra de Gran Bretaña con su ex colonia Malaya (1948-60).

Ismael Huerta quedó impresionado con "Corazones y mentes" y a través del capitán Carlos Ashton, director de información exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores de Chile, elevaron una solicitud de ayuda a Rosemary Allott, responsable de la sección latinoamericana del Departamento de Investigación de la Información (IRD), una unidad secreta de propaganda de dicho Ministerio que trabajaba en estrecha colaboración con el servicio secreto de inteligencia británico, el MI6.

En una carta fechada el 15 de febrero de 1974 y marcada como "secreta", Allott accedió a proporcionar al régimen chileno asesoramiento sobre contrainsurgencia, pero lo limitó a material sobre las pasadas intervenciones coloniales británicas.

El régimen de Pinochet no tardó en recibir tres libros sobre la estrategia británica de contrainsurgencia, junto con un "Manual de Estudios de Contrainsurgencia".  Además de "varios informes oficiales sobre Malaya", entre ellos "La lucha contra el terrorismo comunista en Malaya", la "Revisión de la emergencia en Malaya (1948-57)" y "dos folletos sobre la insurrección de Filipinas".

La campaña militar británica en Malaya supuso el "reasentamiento" de más de 500.000 civiles, bombardeos aéreos y una intensa operación de propaganda.

No está claro hasta qué punto se siguieron los modelos represivos del colonialismo británico en Chile, pero lo que sí está claro es que el gobierno británico aceptó compartir sus métodos policiales y coloniales con la junta chilena, con el objetivo de estabilizar el régimen de Pinochet frente a la oposición interna.

Las pruebas recientemente reveladas de la ayuda británica a los servicios de inteligencia de Chile plantean más preguntas sobre lo que el propio servicio secreto de inteligencia británico, el MI6, estaba haciendo en Chile, ya desde antes del Golpe Militar.

En 1972, el oficial del MI6, David Spedding, fue destinado a la embajada británica en Santiago, su único destino en el extranjero fuera de Oriente Próximo en toda su carrera.

Spedding permaneció en Chile hasta septiembre de 1974. Posteriormente fue nombrado responsable de las operaciones del MI6 en Oriente Próximo, y llegaría a ser jefe del MI6 entre 1994 y 1999.

El nombre de Spedding rara vez aparece en los archivos desclasificados del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido sobre Chile. Sin embargo, en un expediente fechado el 4 de diciembre de 1973, Spedding informó a dicha cartera ministerial que 2.800 civiles y 700 miembros de las Fuerzas Armadas habían sido asesinados durante y después del Golpe.

En ese mismo informe, Spedding señaló que, "no nos gustaría que se citaran estas cifras, al menos por el momento" ¿el motivo? "Para proteger nuestra relación con el almirante Merino".

La oficina del MI6 en Santiago se cerró en 1974, en medio del regreso del Partido Laborista Británico al gobierno, fue el fin de la permanencia del agente Spedding en Chile.

No es de extrañar que los recientes informes sobre el involucramiento de los servicios secretos australianos (ASIS) guarden relación con el trabajo que realizaba el MI6, teniendo en cuenta la relación entre ambos estados, ya que Australia reconocía a la reina de Inglaterra en esos momentos como su jefa de estado, según consigna el medio Resumen.

El gobierno conservador de Edward Heath había acogido con satisfacción el Golpe Militar en Chile y se apresuró a dar reconocimiento diplomático además de vender armas a la junta chilena, por ello, no es de extrañar el papel que pudieron jugar sus servicios secretos en Chile durante los primeros años de dictadura.