By Resumen Latinoamericano on abril, 2025

Por Fany Pollarolo. Resumen latinoamericano, 25 de abril de 2025.
En estos días hemos escuchado con estupor una vez más a José Antonio Kast, candidato de la extrema derecha, proponiendo el cierre del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH). Lo que para algunos podría parecer una simple declaración de campaña, para quienes conocemos el peso de la historia y las heridas aún abiertas en Chile, no es otra cosa que una amenaza directa al corazón de nuestra frágil democracia.
El INDH no es un lujo, no es un adorno institucional. Es una de las pocas garantías reales que tiene nuestra ciudadanía para que las violaciones a los derechos humanos no queden impunes y para que el Estado se vea permanentemente interpelado por sus propias prácticas. Nació al calor del consenso democrático, con el claro mandato de proteger la dignidad de las personas, vigilar el actuar del poder, y sobre todo, dar voz a quienes han sido históricamente silenciados.
Durante el estallido social de 2019, cuando vimos con dolor cómo se repetían prácticas que creímos parte del pasado, el INDH fue uno de los pocos organismos que actuó con independencia, documentando abusos, acompañando a víctimas, y resistiendo presiones de todos los sectores. Su existencia incomoda, y eso es precisamente lo que lo hace indispensable.
Llamar a cerrarlo es más que una provocación: es un gesto político cargado de simbolismo. Es negar la historia reciente de nuestro país, es dar la espalda a los cientos de detenidos desaparecidos, torturados y ejecutados por agentes del Estado, y es anunciar que un eventual gobierno suyo estaría dispuesto a eliminar uno de los pocos contrapesos reales al abuso de poder.
Y para ello Kast no duda en instalar una burda tergiversación de la labor desarrollada por el INDH, y poniendo en evidencia el vacío ético de quienes, como él, aspiran a una “democracia autoritaria” o pseudo democracia.
Yo viví la dictadura. Sé lo que significa que no haya instituciones que velen por los derechos fundamentales. Y sé también lo que ha costado construir este frágil andamiaje democrático. Por eso, no podemos quedarnos callados.
Cerrar el INDH es retroceder décadas en nuestro compromiso con la dignidad humana. Es un acto de negacionismo institucional que debemos denunciar con fuerza y claridad.
Defender al INDH hoy es defender la memoria, la justicia y la democracia. No permitamos que la historia se repita.
Fuente: Radio UCHILE
By Resumen Latinoamericano on 25 abril, 2025
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