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sábado, 26 de abril de 2025

Chile. Elecciones presidenciales: ¿ Cómo enfrentar a la derecha y conquistar nuestras demandas sin caer en la trampa conformista del mal menor?

 By  on  abril, 2025

Por Natalia Sánchez. Resumen Latinoamericano, 25 de abril de 2025.

Es año electoral y pareciera que cada hecho es desviado para entrar a ese debate. Y ante el avance de la derecha y las disputas del oficialismo por posicionarse con una agenda securitaria y de más saqueo, queremos abrir la reflexión de qué rol podemos jugar quienes nos reivindicamos de una izquierda consecuente de los trabajadores, las mujeres y la juventud.

A nivel internacional vemos una crisis capitalista, marcada por la guerra comercial donde tanto Trump como Xi Jiping disputan el dominio de la hegemonía mundial, mientras avanza la derecha con políticas de ataque contra los trabajadores y el pueblo. En Argentina Milei busca desmantelar la educación pública, aspira a cerrar hospitales públicos, se niega a que la jubilación de millones supere la línea de la pobreza y acaba de firmar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional; y en Estados Unidos Donald Trump viene cercenando derechos, atacando la salud, la educación y los derechos democráticos. En Chile, quienes toman la posta de esa política reaccionaria son Kaiser y Kast, pero ¿cómo se enfrenta ese avance de la derecha?

Estamos a pocos meses de una nueva primaria presidencial, es un momento de sacar lecciones sobre lo que fue este gobierno luego de que en su campaña presidencial, que llevaron adelante el Frente Amplio (FA) y el Partido Comunista (PC), prometió enfrentar al “fascismo” de Kast. ¿Frenó eso el avance de la derecha? Desde luego que no. Tras una importante elección con más del 55% del voto para Boric, durante el Gobierno de Apruebo Dignidad (FA y PC) junto al Socialismo Democrático (ex Concertación), se fortaleció la agenda represiva- con miles de millones de pesos entregados a las policías-, y proempresarial, postergando las necesidades básicas de la población como vivienda, salud y educación.

Una importante lección, pues Boric que llegó con la propuesta de “un proyecto transformador, contra el Chile de los 30 años y los partidos del régimen”, decidió abandonar esas banderas en una larga lista de ejemplos de engaños a la confianza de millones.

Una primera traición a esa confianza fue abrirles la puerta a los principales partidos de la ex Concertación (Partido Socialista, PPD y el Partido Radical) al Gobierno, con ministerios jerárquicos y cientos de cuadros militantes a cargo del aparataje estatal. Es decir, desde un principio, el FA y el PC, “los que iban a enfrentar al duopolio”, han cogobernado con los partidos empresariales que durante décadas administraron y profundizaron el Chile capitalista y neoliberal tan cuestionado por amplios sectores de la población.

Lo impulsaron porque apostaron a una estrategia institucional y de conciliación de clases, de confianza en el régimen político y con las mismas recetas de “responsabilidad fiscal” y respeto por los negocios de las grandes familias capitalistas del país y las transnacionales. Esto, pese al apoyo social, de sectores de la clase trabajadora, profesionales, juventud, movimientos sociales- como el movimiento de mujeres o de No + AFP -, con los que contó Boric al momento de llegar al Gobierno.

Por más que puedan justificar sus decisiones por la debilidad parlamentaria del oficialismo, eso solo termina de comprobar el fracaso de su estrategia, la cual pone al centro la vía institucional que el Frente Amplio y el PC decidieron heredar de la Concertación, conciliando con la derecha y los empresarios. La apuesta de Apruebo Dignidad fue forjar “una nueva Nueva Mayoría”, una alianza con los principales partidos empresariales del “progresismo”, que terminó dando nuevos aires a los partidos del orden, administrando el Estado capitalista y, con esto, abriendo paso a una recomposición de la derecha.

En cambio se empeoraron las condiciones de vida y trabajo de las mayorías, el sueldo mínimo de $500mil rápidamente fue aplastado por la inflación, el recorte en los presupuestos del sector público agravaron la precariedad de esos servicios como demuestran las movilizaciones contra los SLEP en educación, el endeudamiento de los hospitales, los paros de trabajadores de museos, de la corporación judicial, etc. Aunque estos aún sean testimoniales y sin unidad entre sectores, lo que debilita sus demandas.

La contracara de esto es la histórica inyección de recursos a las policías, cuestión de la cual Boric, Tohá y todo el oficialismo se enorgullece, pero no ha servido más que para proteger los intereses empresariales, porque en las poblaciones, en los estadios, en las calles y el territorio mapuche, solo hay gatillo fácil y no más seguridad.

Hay evidencias de sobra del respaldo del gobierno a los empresarios, pero veamos solo un ejemplo: las gestiones de la ex ministra de Minería, Aurora Williams (Partido Radical), por el Royalty Minero a cambio de hacer eco del discurso de los empresarios contra la “permisología”: una política que apura los permisos para proyectos mineros e industriales, para explotar los bienes comunes naturales como el litio y el cobre rápido y a bajo costo dejando zonas de sacrificio.

Eso sumado a que direccionaron a la pasividad a los movimientos sociales como NO+AFP, el movimiento feminista y medioambiental; y sumieron en un silencio cómplice a la CUT dirigida por David Acuña (PS) y Eric Campos (PC), que allanó el camino para que los ataques pasaran sin respuesta. Arrojaron al tacho de la basura la potencialidad de la organización y la lucha en unidad de la clase trabajadora junto a los movimientos sociales que se podría haber forjado como una alternativa a la intransigencia empresarial. Esto es un antecedente fundamental que permitió el actual avance de la derecha.

¿Qué nos ofrece la centro izquierda actualmente para enfrentar el avance de la ultraderecha?

Así fue como fueron desviadas por el Gobierno las demandas de la revuelta. Necesidades básicas – como vivienda, salud y educación – siguen sin ser garantizadas en Chile, son un gran negocio y un problema irresuelto para la población. Es por esto que cada tanto resurgen evidenciando la profunda crisis abierta. En cambio el debate presidencial, se ha centrado en la cuestión securitaria, poniendo nuevamente el acento en fortalecer las policías, garantizarles más financiamiento, reprimir y militarizar, dejando en segundo plano las necesidades irresueltas.

Para las instituciones policiales, el Gobierno desenvuelve recursos a destajo, pero aplica ajuste al presupuesto del sector público y servicios sociales, tal como han denunciado miles de funcionarios públicos, a nivel nacional, a través de movilizaciones donde señalan que ni el mandato de Sebastián Piñera aplicó un recorte presupuestario tan brutal como Boric.

Es en ese marco, que un amplio espectro de personajes se aproxima a la inscripción de candidaturas para las primarias de este 29 de junio. Por su parte el oficialismo disputa entre Carolina Tohá (PPD), Jeanette Jara (PC), Gonzalo Winter (FA), Jaime Mulet (FRVS) y Paulina Vodanovic (PS), esta última en conversaciones para recibir el apoyo de la DC. En la oposición la elección será entre Evelyn Matthei (UDI) y Rodolfo Carter (ex UDI), dado que desde hace meses Kast y Kaisser descartaron participar de las primarias.

Y por más que el PC se jugó con una figura moderada como la de Jara, según las encuestas, Carolina Tohá se perfila como la más “competitiva” en el oficialismo y será quien probablemente gane estas primarias, comprometiendo el apoyo posterior del PC y el FA.

Pero ¿por qué abogan estas candidatas? Habiendo sido parte del Gobierno de Boric, Jara como ministra del Trabajo y Toha como ministra del Interior, sus lineamientos no distan del actuar del Gobierno, y como eso no frenó el avance de la derecha, sino que garantizó políticas a favor de los empresarios y contra las condiciones de vida de la población.

Por su parte Jara defiende ser una novedosa alternativa que no necesita que le cuenten la realidad, porque la conoce. Pero en sus acciones se ve la subordinación al interés empresarial, como cuando la candidata del PC para aprobar la reforma de 40 hrs laborales, aceptó integrar la “flexibilidad” con toda la precarización que conlleva, o cuando llevó adelante la reforma de pensiones que fortaleció el sistema de AFP. Además en entrevista con el Desconcierto, Jara afirmó que la productividad está estancada, y que “el crecimiento debe potenciarse en Chile, con mecanismos que fomenten la inversión, para que esto llegue a los empresarios y también a la mesa de las familias”.

Si es cosa de hacer memoria, sobre las reuniones de “cheese and wine” en la casa del lobbista Pablo Zalaquett (UDI) donde Jara fue a negociar los márgenes de la reforma de pensiones con representantes de las AFP. Aquella que inyectará entre USD $4,000 y $5,000 millones más al sistema de AFP, sin aumentar sustancialmente las pensiones de hambre y que la ex ministra del trabajo, y actual candidata presidencial, celebró con baile incluido.

La reforma de 40 hrs con la flexibilidad horaria bajo un supuesto “mutuo acuerdo” ha sido implementada al gusto empresarial. Eso sin considerar que la realidad de las familias trabajadoras es la de la precariedad laboral. El 70,2% de las personas ocupadas en Chile tiene un empleo informal o endeble (sin derecho a vacaciones, contrato escrito, aunque tenga cubierto cotización de AFP y salud), y el 25% de la población mayor de 18 años ya está endeudada, según la Fundación Sol. ¿Cabe la duda de que seguiría gobernando al servicio de los empresarios?.

Con esto ya queda más que claro el fracaso de una alternativa mal menorista, pues en nada ha servido para la clase trabajadora y los sectores populares. El Gobierno de Boric y sus ex ministras que hoy se candidatean cumplieron el rol de desviar las luchas de los movimientos de mujeres, por el medioambiente, por las pensiones y contra las AFP, por la salud y la educación pública. Conciliaron tanto con la derecha que adoptaron su agenda como propia e hicieron retroceder las demandas de amplios sectores que confiaron en sus promesas de acabar con el Chile capitalista neoliberal, de terminar con la herencia de la dictadura.

Construir una alternativa propia de la clase trabajadora es defender nuestros derechos ante los posibles ataques, una tarea preparativa

En medio de una crisis capitalista no resuelta donde el escenario se encuentra convulsionado a nivel global, la incertidumbre está a la orden del día e impacta directamente en las familias que no tienen garantizado su sustento. No podemos seguir confiando en la dirección de partidos al servicio de los intereses capitalistas a escala internacional y nacional.

Para dar una salida por izquierda es urgente que la clase trabajadora entre en escena organizada y con sus métodos históricos de movilización, en alianza con los sectores oprimidos. Vemos un enorme ejemplo en las movilizaciones en solidaridad con el pueblo palestino en Europa y EE.UU, así como en las movilizaciones de los jubilados todos los miércoles y en el paro general contra el ajuste de Milei en Argentina. Significa que no ha ganado la resignación.

La tarea de mostrar las trampas del régimen, que en año electoral revive viejas figuras y actualiza discursos para encantar al electorado con falsas promesas, es clave para evitar caer en nuevas farsas que solo han deteriorado las condiciones de vida de la población, fortalecido las policías y garantizado las ganancias de los dueños de Chile: las familias capitalistas y las transnacionales.

Por eso tomamos como un ejemplo el del Frente de Izquierda y de los Trabajadores en Argentina, encabezado por nuestra organización hermana el PTS con referentes como Myriam Bregman, Nicolas del Caño y Alejandro Vilca, quienes disputan un espacio a izquierda en las elecciones, ponen sus bancas parlamentarias a disposición de la lucha y la organización, para hacer frente a Milei y a la extrema derecha “libertaria”, en el parlamento y en las calles.

Fuente: La Izquierda Diario

By  on 25 abril, 2025

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