FRENTE A UN SOLAPADO PUNTO FINAL, DECLARÓ:
El ejercicio del perdón pasa inicialmente por reconocer el daño causado, no basta solo con pedirlo, estos seres que fueron capaces de torturar bebes en el vientre de sus madres, torturar niñ@s, jóvenes y ancian@s, estos cobardes criminales que fueron capaces de sacar ojos con corvos, fusilar sin el mayor reparo y tras desaparecer a miles de personas más encima formaron pactos de silencio para ocultar sus fechorías, no pueden esperar un perdón por decreto, primero que entreguen la información y después pidan perdón, y ahí cada cual sabrá si perdona o no, al menos yo, mientras no se les juzgue, degrade y condene, no olvido, no perdono, ni me reconcilio.
(Bervagón)
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