Iván Aróstica: el señor de los corvos
por MARCELA JIMÉNEZ 25 julio, 2017
Siempre se caracterizó por tener un bajo perfil, algo que cambiará a finales de agosto, cuando asuma la presidencia del Tribunal Constitucional, desde donde estará permanentemente en el foco público por convertirse en el voto clave para el destino de iniciativas emblemáticas de la administración bacheletista, como sucederá probablemente con el proyecto de aborto en tres causales. Más allá de su currículum académico y laboral, el abogado Iván Aróstica se destaca por un perfil ultra conservador, su admiración por el mundo militar y su afición por el tiro al blanco, las armas y en especial los corvos.
Es tal su gusto por esta arma militar, que Aróstica escribió un libro llamado “Por los cuchillos de Chile”, el año 2002 y que es destacado en algunos sitios web como el blog Corvos de Chile, donde se destaca un ejemplar de la página 46 que pertenece a la época de la guerra del Pacífico del cual se cree que fueron los que portaba la tripulación de la Esmeralda.
Es que el abogado cuenta con una de las colecciones de corvos más importantes del país, nadie se atreve a asegurar que es la mas grande, pero si de las mejores que existen.
Su colección poco habitual no deja de llamar la atención en el mundo político -donde Aróstica es bastante nuevo y poco conocido-, ya que los corvos tienen ciertas connotaciones políticas, por ser el arma con el que se asesinó a muchos detenidos desaparecidos para luego tirarlos al mar, pero también por la mítica frase del director de la Escuela de Paracaidista y Fuerzas Especiales, José Zara el 31 de marzo de 1988, seis meses antes del plebiscito: “los boinas negras no permitiremos jamás que nuestros hermanos caídos en combate el 11 de septiembre de 1973 observen desde el más allá una actitud conciliadora o de traición, ya que nuestros corvos brillantes y acerados estarán prestos al llamado de nuestro líder (Pinochet) para defender al querido pueblo de Chile, el cual ha sido vencedor y jamás vencido”.
Aróstica llegó al mundo político con el gobierno de Sebastián Piñera en el año 2010, cuando fue nombrado jefe jurídico del Ministerio del Interior, por recomendación -dijeron ex inquilinos de palacio en dicho gobierno- del entonces Contralor General, Ramiro Mendoza, a las autoridades de dicha época, Rodrigo Hinzpeter y Rodrigo Ubilla.
Entre quienes trabajaron ese año con el en palacio se le reconoce como una persona muy formal, estudioso, capaz, que demostró una ferviente lealtad con la administración piñerista, fue uno de los impulsores del requerimiento que presentó dicho gobierno para neutralizar la indicación de senadores de la entonces Concertación que eliminaba el tope de 30 UF al posnatal. Aróstica es de trato agradable y afirman que destacó rápidamente por su acabado conocimiento de las leyes, al punto que no solo fue un referente de consulta para el ministerio del Interior, sino que para varias reparticiones.
Así generó buenos vínculos con la entonces Segpres, su jefe jurídico, Sebastián Soto y con el ministro Cristián Larroulet, quien lo reclutó para la Universidad del Desarrollo, donde fue director del departamento de Derecho Público y colaboró con el Centro de Justicia Constitucional de dicha casa de Estudios, donde generó un lazo de amistad con el abogado Pablo Rodríguez Grez, el mítico fundador de Patria y Libertad y jurista defensor de Augusto Pinochet. También tiene cierta cercanía con el ex diputado RN, Alberto Cardemil.
Previo a la UDD, Aróstica hizo clases de derecho administrativo en la Universidad de Chile, la Unirvesidad Gabriela Mistral, Santo Tomás y Diego Portales.
En las propias filas de la oposición dicen que es “súper de derecha”, visión política que cultivó desde sus años de estudiante de leyes en la Universidad de Chile, misma referencia que tienen hoy en La Moneda, donde miran a Aróstica con cierto grado de preocupación. Quienes lo conocieron en palacio el año 2010 dicen que es bastante serio, muy llevado de sus ideas y conocido por su mal genio, a lo que se suma que algunos en Chile Vamos consideren que “se le subieron los humos a la cabeza” después que Piñera lo ratificó en el TC el año 2013 por 9 años más.
La decisión de mantener a Aróstica en el Tribunal Constitucional el 2013 obedeció a estrategia política definida en La Moneda entonces, cuyos inquilinos definieron que ante el inevitable triunfo de Michelle Bachelet en las elecciones presidenciales de ese año, contar con voz y voto en el TC sería el último resorte para disputar definiciones programáticas claves a la centroizquierda mientras este en el poder.
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