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“Argentina y Chile lo califican de terrorista, y desde hace más de un mes está en la cárcel de Esquel, a 1.800 kilómetros de Buenos Aires, a la espera de una posible extradición, pero ninguno de los dos países parece capaz de controlar a Facundo Jones Huala, el líder mapuche que ha logrado llamar la atención internacional con su ocupación de las tierras de Benetton en la Patagonia, donde la empresa italiana tiene casi un millón de hectáreas”.
Así comienza un extenso reportaje publicado este domingo por El País, centrado en la figura del lonco que es acusado, en estas tierras, por ser el supuesto responsable de un incendio que afectó al fundo Pisu Pisué en enero de 2013, en la Región de los Ríos.
Según el artículo, la justicia nacional ha pedido su extradición “para enjuiciarlo como terrorista, una pena por la que puede ser condenado a 18 años de prisión. La Corte Suprema argentina niega la entrega del imputado, pero la justicia ordinaria le inició otro juicio por la misma causa”.
Por su parte, Jones Huala se descarga con el medio afirmando que “Estoy preso por ser un militante y un símbolo de la resistencia de mi pueblo, por haber expresado lo que piensan miles de mapuches y de otras comunidades (…) Estamos cansados de la opresión, el despojo de sacarnos las tierras y que nos maten y nos detengan cuando quieren. Mi grito de resistencia generó cierta esperanza en la gente que se empezó a movilizar para recuperar sus tierras”.
Por el momento, el líder indígena se encuentra privado de libertad a la espera de la decisión que tome la justicia argentina. De todas formas, sus compañeros de protesta han denunciado que “Gendarmería entró a los tiros a la comunidad (Cushamen) y desató otra fuerte represión”.
Este episodio, además, está marcado por la desaparición de Santiago Maldonado, un joven de 27 años proveniente de Buenos Aires que se acercó a Cushamen “por solidaridad con los pueblos originarios.”
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