Por Mario López M.
El ministro de Corte Álvaro Mesa, sometió a proceso por torturas al médico militar Marcelo Jara de La Maza. Las víctimas son el intendente de Valdivia al 11 de Septiembre de 1973 Sandor Arancibia  y la directiva del PS  de Valdivia encabezada por Uldaricio Figueroa.

El profesional presenciaba los tormentos y determinaba cuánto podían soportar los prisioneros. También le acusan de “asesorar” para determinar qué ajusticiado necesitaba recibir el “tiro de gracia”,

“Esta resolución judicial es importante en el proceso, pero lo es más en la sociedad, pues nos permite apreciar el grado de perversión con que actuaron los genocidas por los que ahora el Sr. Kast invoca el perdón y el olvido. Aquí se trata de un médico que violó su propio juramento hipocrático, al poner su arte y conocimientos al servicio de la muerte. Él formó parte de los pelotones de fusilamiento determinando quienes debían recibir el tiro de gracia. Juró también  mitigar dolores y enfermedades y él fue asesor de los torturadores en cuanto infligir más dolor y vejamen a las víctimas”, señala a Cambio21 el abogado querellante Roberto Ávila Toledo.

De acuerdo al procesamiento, el Ministro en Visita de la Corte de Apelaciones de Temuco para violaciones a los Derechos Humanos, Álvaro Mesa Latorre, sometió a proceso al médico militar Marcelo Jara de la Maza bajo imputación de torturas cometidas en unidades militares de Valdivia. Según los antecedentes, este individuo participó activamente el año 1973 en el equipo de interrogadores que encabezaba el oficial de inteligencia Patricio Kellet Oyarzún y cuyo centro de operaciones estaba ubicado en el gimnasio del regimiento de Cazadores de Valdivia.

El ángel de la muerte

De acuerdo a los antecedentes que se manejan en la zona, fueron cerca de 3.000 los valdivianos y de lugares aledaños que fueron apresados y pasaron a ser víctimas de la represión política, luego del golpe militar. A Jara se le reconoce como el médico que asistía a los torturadores para graduar la tortura. Se conoce por propias confesiones, que asistía a los fusilamientos para determinar si era necesario o no un tiro de gracia, un ángel de la muerte.

La causa judicial que logró su procesamiento, corresponde a la que diera a conocer Cambio21 en el marco del “Abyecto Plan Zeta”, donde se detuvo, torturó, encarceló y posteriormente envió al exilio al ex intendente de Valdivia Sandor Arancibia. Bajo los mismos falsos cargos de participar en el Plan Zeta, se detuvo y flageló a la entonces directiva del Partido Socialista en la región,  que presidía Uldaricio Figueroa. Todos ellos fueron, previa tortura, llevados a un Consejo de Guerra. La acusación incluía la dirección en el desembarco de tropas cubanas y que el Juez valdiviano ha calificado en reiteradas resoluciones como “fantasioso”.

El Plan Zeta fue la primera y más grosera infamia urdida en dictadura y que permitió ejecutar y someter a tormentos, privando de libertad, a miles de chilenos. El “Plan Zeta” fue una creación de mentes afiebradas que consistía -según se dijo en esos años-, en asesinar masivamente a personal de las Fuerzas Armadas. La propia CIA reveló en 1999 que dicho plan “nunca existió”, y que fue solo “una operación de guerra psicológica de Pinochet”.

Cara a cara con su torturador

“Estaba parado frente a mí, me tenían vendado y amarrado, inerte frente al torturador. Comenzó a hablar, le reconocí por el lenguaje profesional, era colega, un dentista. En Valdivia eran pocos en ese momento y fue fácil saber de quién se trataba. Él seleccionaba la pieza dentaria en que se debía aplicar el tormento, no tuvo piedad”. Así relata el médico y científico Sandor Arancibia Valenzuela a Cambio21, quien fuera Intendente en esa sureña ciudad en 1973, su cara a cara con la dictadura.

“Los interrogatorios eran brutales, en ellos buscaban que se ratificara lo que ellos querían que se declarara, lo que estaba preestablecido. Luego se pasaba a hablar con el Fiscal, donde había derecho a café y cigarro, claro, siempre que se ratificara lo que había sido obtenido bajo tortura, sino allí mismo se acababa la ‘tertulia’ y se volvía a la sesión de interrogatorios criminales. Entre los Fiscales que actuaron estaba Bernardo Puga, hermano del sacerdote Mariano Puga”, recuerda Arancibia. 

El testimonio del paramédico Rolando Jaramillo, quien declaró a fojas 485 del expediente ante el Tribunal, señala que a fines de septiembre del 73 se desempeñaba en Gendarmería, desde allí fue llevado a la enfermería por un médico del Ejército de “apellido Saldías, que al parecer se llamaba Francisco, me pidió que fuera a trabajar y ayudar allí (ya que) habían muchos heridos producto de las torturas”. 

En las declaraciones de Jaramillo apareció el nombre del médico (Marcelo) Jara de la Maza, “quien atendía algunos casos y también constataba el estado en que regresaban algunos presos políticos que habían sido sacados del lugar por patrullas militares (…) quien daba las órdenes de sacar a los presos era el teniente (Patricio) Kellet (Oyarzún), recuerdo que cuando devolvía a las personas las tiraba como estropajo, en muy malas condiciones y yo debía ir a atenderlas”, afirmó Jaramillo en el proceso.

Documento revelador 

Cambio21 tuvo acceso a un documento histórico, desconocido hasta ahora, con las declaraciones consignadas en el Parte de Carabineros de Chile, 1ª Comisaría de Valdivia, Tenencia Gil de Castro, firmada el 24 de noviembre de 1974 por René Quezada de la Plaza, Comisario y Mayor de Carabineros y por Rubén D. Aracena González, Teniente de Carabineros y jefe de la Tenencia.

En el documento dirigido a la Fiscalía del Ejército de Valdivia (causa rol 1455-73), se daba cuenta que la “Unidad Polar, específicamente el Partido Socialista, con anterioridad al 11 de septiembre de 1973, elaboró planes destinados a la neutralización de las FFAA y Carabineros, como igualmente comenzó a planificar la acción a desarrollar ante la evidencia de un enfrentamiento, ya sea con civiles o las FFAA”.

El documento detalla acciones consistentes en el “secuestro de familiares de jefes y personal de las FFAA y Carabineros”. Los secuestrados, apresados en acciones tipo “comando”, serían reunidos en un lugar y luego, ya en cautiverio, serían cambiados por “armas”. Agrega, que los que se opusieran “serían fusilados”.  También asegura el documento por primera vez dado a conocer a la opinión pública por Cambio21, que las poblaciones de uniformados serían rodeadas y conminadas a entregar las armas y rendirse.

El plan Z detallaba, según el parte policial que dio origen a los Tribunales de Guerra en contra del Intendente Sandor Arancibia Valenzuela y otras autoridades, incluía “emboscar patrullas (militares) y obtener la mayor cantidad de armamentos”.  Para llevar adelante su plan, Arancibia y las demás autoridades de la época, se valdrían del apoyo de barcazas cubanas que llegarían por el río a Valdivia.

Arancibia vive desde que fuera exiliado por conmutación de la pena de presidio perpetuo, en la ciudad de Montpellier, al sur de Francia. Allí destacó como un importante científico al igual que su esposa Lucy. “En Valdivia hubo genocidio, con más de 3 mil presos políticos, torturas aberrantes, crímenes y tantos otros abusos que resulta difícil de relatar. Es una buena muestra de lo que aconteció en el país entero, a partir del 11 de septiembre del 73”, afirma Arancibia.