Cuando este miércoles el ministro en visita Mario Carroza condenó a tres exagentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) por el delito de homicidio del dirigente del MIR Miguel Enríquez Espinoza, nunca se esperaron las posteriores reacciones.
 
En el fallo el ministro Carroza condenó a Miguel Krassnoff a 10 años y 1 día de cárcel en calidad de autor, mientras que los agentes Teresa del Carmen Osorio Navarro y Rodolfo Valentino Concha Rodríguez fueron sometidos a 3 años y un día de presidio, con el beneficio de la libertad vigilada, como cómplices.
 
 
Un poco de historia
 
El ilícito fue perpetrado el 5 de octubre de 1974 en la comuna de San Miguel. En la oportunidad los agentes de la DINA irrumpieron en el inmueble donde Enríquez se encontraba con su pareja, Carmen Castillo, y otros militantes del MIR, e iniciaron una ofensiva armada en su contra.
 
A diferencia de sus compañeros, Enríquez no logró huir, y fue herido en varias ocasiones al intentar proteger a su pareja que se encontraba en avanzado estado de gravidez. Finalmente fue, de acuerdo al fallo, asesinado en el patio del inmueble vecino.
 
Enfrentamiento político
 
El diputado José Antonio Kast, en la linea de su pensamiento y comentarios, criticó el accionar del juez Carroza, y publicó un fuerte mensaje en su cuenta de twitter.
 
“La historia no la hacen los pueblos. La historia la reescribe la justicia. El Juez Carroza inventa un homicidio para blanquear a un #Terrorista como #MiguelEnriquez que murió en su ley armado y disparando. Basta de mentiras, dejen de jugar con nuestras instituciones”, escribió minutos después de que el fallo se hiciera público.
 
 
Por su parte, en entrevista radial, Marco Enríquez-Ominami, hijo del asesinado dirigente, describió alguna de las sensaciones que experimento al saber la resolución judicial.
 
"Mis pensamientos van por los miles de casos que están pendientes de DD. HH. El fallo como familia nos emociona. En lo personal pienso hoy en mis abuelos que murieron esperando este fallo que condena a uno de los asesinos de Miguel Enríquez", comentó.
 
Sin embargo, precisó que "mis pensamientos van por los miles de casos que están pendientes de derechos humanos, las decenas si no cientos de huérfanos que esperan la verdad sobre el asesinato de sus padres. Hoy me toca a mi y a mi hermana y espero que mañana les toque a tantos amigos y amigas que esperan justicia", apuntó.
 
Agregó que “condenan al fin a alguien que hace unos años lo homenajeaban (en un fallido acto en el Club Providencia, autorizado por Cristián Labbé alcalde de la comuna y exmiembro de la DINA). Uno se olvida que cuando pasa eso, hay emociones. Yo me tuve que zampar años a Kassnoff como un prohombre de la política chilena”, concluyó.
 
Quién era Miguel Enríquez
 
Miembro de una familia politizada, su padre, Edgardo Enríquez Frödden, fue rector de la Universidad de Concepción entre 1969 y 1972, y Ministro de Educación del presidente Salvador Allende en 1973. Además, dos de sus tíos fueron Senadores de la República de Chile, Humberto Enríquez Frödden e Inés Enríquez Frödden, la primera mujer elegida senador y la primera intendenta del país, elegidos por el Partido Radical.
 
El triunfo de la revolución cubana produciría un gran impacto en él, tanto que con algunos cercanos participó de un grupo de estudios de las teorías marxistas, y eventualmente apoyarían movilizaciones, como las del paro nacional convocado por la CUT para el 7 de noviembre de 1960.
 
En el año 1961 Enríquez ingresó a la carrera de Medicina en la Universidad de Concepción, y de forma paralela a sus estudios universitarios, participaba en protestas y en diversas actividades de ayuda social. Ya en marzo de 1963 había comenzado a liderar ideológicamente el trabajo fraccional al interior de la Juventud Socialista en Concepción.
 
El año 1964, el entonces secretario general Raúl Ampuero se enteró de la maniobra interna de Enríquez y lo expulsó, junto a sus compañeros. En el "Congreso de Unidad Revolucionaria", realizado entre el 14 y el 15 de agosto de 1965 en Santiago, es cuando se constituye el Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
 
Tras el golpe de Estado de septiembre de 1973, Miguel Enríquez y otros miembros del MIR rechazan la idea del asilo político en embajadas extranjeras y condenan el exilio del país. Luego, comienzan a organizar actividades clandestinas contra la dictadura de Augusto Pinochet.
 
Tras el golpe, Enríquez pasa a ser uno de los más buscados por las autoridades militares. Su persecución termina cuando es abatido el 5 de octubre de 1974 en un enfrentamiento con agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) en la comuna de San Miguel.