Con estas y con otras leyes y estatutos nos conservamos y vivimos alegres; somos señores de los campos, de los sembrados, de la selvas, de los montes, de las fuentes, de los ríos; los montes nos ofrecen leña de balde; los árboles, frutos; las viñas, uvas.
(Miguel de Cervantes y Saavedra)
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Y para lo que falte... organizamos cenas.
(Paul Zarandaja)
escribe Luis Casado (with a little help from my friends...)
Si por acaso, con la encomiable intención de serle útil a la patria y a sus ingeniosos empresarios, decidieses dedicarle lo mejor de tus atardeceres a la gastronomía, arte que compartirás con eminentes dignatarios deseosos de explorar senderos de confluencia y concordia, es preciso discernir con meridiana claridad qué manjares son susceptibles de abrirles el apetito aún cuando su presencia en el ágape ya es una preciosa indicación relativa al estado de sus glándulas salivales.
Esta nota tiene por objeto contribuir al éxito de tan magna empresa, aportando ideas y sugerencias relativas al Menú, respetando escrupulosamente la Ley del Lolly: no es preciso declararlo ni compartirlo con los pringaos (1).
Hace algunos años, la Sofres, -Sociedad francesa de sondeos de opinión y de estudios de mercado-, realizó una encuesta orientada a conocer las preferencias culinarias de tirios y troyanos según atinados criterios de selección entre los cuales se contaron la edad, el sexo y la orientación política de los encuestados.
Chile se encuentra lejos de Francia -tanto geográfica como culinariamente- lo que no debiese ser óbice u obstáculo para, en un ejercicio pluridisciplinario y polifacético, facilitarle la vida a los huéspedes y al Zarandaja que organiza el festín con un propósito cuya evidencia salta a la vista.
Cóctel de introducción
Habida cuenta del público objeto de nuestros desvelos, -gentes de bien-, conviene prever un cóctel de bienvenida que servirá para hacer las presentaciones. En inglés eso se dice “introduce”, o sea el momento en que algunos comenzarán a garcharse al resto.
El cóctel no puede ser sino un Americano.
Fácil de preparar, -Cinzano, Campari y gaseosa-, tiene la ventaja de no ser demasiado oneroso. Parece prudente prever dos o tres por comensal: el Americano atrae y conquista, son raros los que se le resisten, sobretodo entre las gentes de gobierno.
Entrada
Una vez más debes tener cuenta de la calidad -si oso escribir- de los invitados, dato que sugiere comenzar por un entrante en el que no estarán ausentes los huevos.
Según sea el ministro, secretario, asesor, senador o diputado por un lado, inversionista, empresario o accionista por el otro, irán bien los huevos revueltos o los huevos pasados por agua.
Como quiera que sea, la polisemia impera en este caso, visto que los invitados mandan cojones...
Si se tratase de cualquier flaite podrías servir omelettes: ese sector ya los tiene planos.
Primo piato a l'italiana
La alternativa a los huevos consiste en una entrada a la italiana.
Similis simili gaudet, todos los invitados -emptor et venditor- adoran y se podría incluso decir sin temor a equivocarse que buscan ansiosamente... la Pasta.
Coincidencia magnífica, la Pasta constituye un excelente inicio de merendola, pondrá a todo el mundo contento, bastará con que sea abundante y alcance para todos.
Como es la regla comúnmente aceptada, habrá que prepararla al dente, sobre todo si se tiene en cuenta que los comensales son de dientes largos.
En cuanto a la salsa, -il sugo-, no imagines otra cosa: il Pesto va benissimo..., mayormente porque es verde. A estos invitados les gustan los verdes.
Plato de resistencia
Para esta fase solo debes escoger el ingrediente de base, lo que abre al menos cuatro alternativas.
Ave
La solución para satisfacer a estos padres de la patria consiste en encontrar un buen Capón.
En esto, una vez más, nos asiste el latinajo ya citado.
Similis simili gaudet: el Capón tiene en común con los invitados que ni tiene ni pone.
Debes cocinarlo relleno. El Zarandaja del cuento invita solo gente de ese tipo: weones rellenos.
Nótese que mientras el Capón permanece en el horno hay que mojarlo frecuentemente: si hay algo que empresarios y políticos aprecian de veras es eso: las mojadas.
Cerdo
En este caso se imponen las Patitas de chancho.
Aún cuando a esta gente habría que darle morcilla, monumento fálico que en Chile llamamos prieta.
Las Patitas de chancho se preparan en salsa, a la que conviene ponerle chorizo...
Como decía el otro, Pa' chorizos... ¡los invitados!
Más aun teniendo en cuenta que el chorizo debe ser picante...
Vacuno
Me dirás que tengo continuidad en las ideas: debes ofrecerles una buena dosis de Rabo de toro.
Entre otros porque me asiste la convicción de que entre los invitados habrá muchos Pat'e vaca.
El Rabo de toro (metafóricamente hablando) fue conocido en latín como filortorus erectus, vulgo filorte, que como se sabe es uno de este porte.
Si hay escasez, utiliza el sucedáneo canianius canianiorum, vulgo cañaño, que es de este tamaño.
Peces (en Chile decimos pejcao)
No pierdas tiempo considerando el salmón, entre los invitados habrá quien sabe como se fabrica eso, no puedes verte la suerte entre gitanos. Sin importar cómo lo cocines resultarás intoxicado. Si fuese por escombroides, el ingrediente tóxico es una mezcla de histamina y sustancias similares.
Para asegurarte la unánime aprobación de los invitados proponles otro pescado: el Róbalo.
No creo necesario extenderme sobre el tema.
Pero debes saber que como acompañamiento le canta una fusión de puerros y algo de eneldo.
Visto que eso abundará en la mesa...
Postre
Para bien terminar el condumio debes ofrecer Píononos de Santa Fé.
Creados por un pastelero llamado Ceferino Isla, fueron bautizados como Píononos en honor del papa Pío IX.
Este último decidió por cojones en el año 1861 eso de: Lo que yo decido vale, lo demás sirve para limpiarse.
De ahí surgieron más tarde la infalibilidad papal (1870), el Consejo de Defensa del Estado (CDE) y el Tribunal Constitucional (TC), tres formas de decir “Donde te pillo te cago.”
Nada mejor para concluir una cena en la que el vulgo no lleva ni arte ni parte.
Lo que allí se acuerde al calor de la Pasta no le concierne ni siquiera al Contralor, oficio honorífico de la casa real según la etiqueta de la de Borgoña, equivalente a lo que, según la de Castilla, llamaban veedor, que intervenía las cuentas de los gastos, las libranzas, los cargos de alhajas y muebles, y ejercía otras funciones importantes (RAE).
Entre las importantes funciones del Contralor están la inspección de atmósfera, el control de la temperatura en los casos de fiebres vesperales, la dirección del Observatorio Umbilical y la omisión de las competencias de los giles objeto de las nominaciones ministeriales... (así nos va).
Vinos
Para acompañar los Menús que -sin ánimo de lucro- describo más arriba aconsejo:
* Un vino nuevo, blanco, dulzón como el Late Harvest Democracia Viva.
* Un blanco seco como el Sauvignon Amarillos.
* Para el Capón un vino del Maule, el MAPU, de la viña Tírame la M.
* Para el pejcao un blanco, Chardonnay, de viña Longueira.
* Para los postres un vinillo añejo, Monseñor Escribá de Balaguer, que tiene del año que le pidan
Bajativo
Una buena cena se termina con un bajativo y entre los licores vernáculos hay dos que podrían hacer el laburo: la Chupilca, y el Níspero. Si con eso no la palman... no habrá sido por falta de empeño.
Como Zarandaja tiene orígenes libaneses, habría que considerar seriamente fumar el Narguilé, o bien de la que consumen en La Moneda (de la buena...).
Notas
(1) La Contraloría General de la República emitió un pronunciamiento sobre las reuniones sostenidas por seis ministros de Estado -¡seis!- con empresarios en la casa del exalcalde y lobbista militante de la UDI, Paul Zarandaja, en el que estimó que no hubo infracciones a la Ley de Lobby (en serio...). Lo dicho: Similis simili gaudet...
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