Un grupo de sacerdotes argentinos anunciaron que tomarán una medida extrema para protestar contra la decisión del Gobierno de Javier Milei de retener alimentos destinados a comedores sociales.
Los religiosos iniciarán una huelga de hambre para exigir la distribución inmediata de los 5 millones de kilos de comida que se encuentra almacenada en galpones gubernamentales.
El sacerdote, Francisco Olvera, conocido por su activismo social, fue el encargado de convocar a una celebración ecuménica en la puerta de los depósitos, invitando a representantes de diversos credos a unirse al llamado.
“Si nuestro pueblo no come, nosotros tampoco vamos a comer”, declaró Olvera, quien forma parte del colectivo “Curas en Opción por los Pobres”.
El cura explicó que los alimentos que las miles de toneladas de alimentos que encuentran retenidas incluyen yerba mate, leche en polvo, aceite, puré de tomate, garbanzos, harina de trigo y maíz, y arroz con carne.
La Iglesia Católica, a través de la Conferencia Episcopal Argentina, ha alzado la voz en este conflicto. El presidente de la Conferencia, monseñor Oscar Ojea, instó al gobierno de Milei a liberar los 5 millones de kilos de aliomentos almacenados, destacando la urgencia de la situación.
«En un tiempo de emergencia alimentaria, rápidamente tienen que ser entregados», subrayó Ojea.
El obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, se sumó al pedido y sostuvo que “no hay que desproveer a la comunidad de aquello que es necesario para su vida y que es fundamental para la alimentación”. “Estamos en una situación de emergencia bastante complicada y está faltando el alimento. Muchos de los comedores que eran sostenidos con lo que aportaba el Gobierno, en este momento no lo están, entonces resulta muy difícil cuando los más afectados son los más vulnerables”, advirtió.
Cabe destacar que estos suministros, comprados por el gobierno anterior del expresidente Alberto Fernández, están destinados a los 45.000 comedores populares del país, los cuales atienden diariamente a personas de todas las edades en situaciones de vulnerabilidad.
El conflicto ha generado presiones sobre la administración del libertario, quien en un principio negó la existencia de los alimentos. Sin embargo, tras una orden judicial, se vio forzado a admitir su presencia, aunque se niega a distribuirlos.
El Gobierno de Milei justificó el incumplimiento del mandato legal, argumentando supuestas denuncias sobre la operación de comedores “fantasma”, lo cual ha sido cuestionado por líderes comunitarios y organizaciones sociales que gestionan estos comedores.
Incluso, en Buenos Aires se ha anunciado el cierre inmediato de comedores debido a la imposibilidad de seguir gestionando la asistencia alimentaria porque el Ministerio de Capital Humano no cumple con la transferencia de fondos del Programa de Abordaje Comunitario.
Ante la presión Manuel Adorni, portavoz presidencial, afirmó que los alimentos se repartirán, aunque no especificó cuándo ni cómo se llevará a cabo la distribución.
El anuncio de la huelga de hambre por parte de los sacerdotes, se produce luego de que cientos de personas se manifestaron el martes frente a uno de tales depósito donde el Gobierno de Milei tiene almacenado casi 3.000 toneladas de alimentos, para exigir que el Ministerio de Capital Humano cumpla con el fallo del juez federal Sebastián Casanello, quien ordenó el lunes que en 72 horas se elaborara un plan para distribuir la comida.
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