Durante la tramitación de la ley corta de isapres, el ministro Álvaro Elizalde recibió en La Moneda a su amigo y socio comercial Javier Fuenzalida, presidente de Clínicas de Chile. Ambos mantienen una sociedad inmobiliaria con propiedades en el centro de Santiago, entre ellas el edificio donde funciona un restaurante chino a pasos del palacio de Gobierno. La reunión, registrada por Ley de Lobby, se realizó seis días antes del ingreso formal del proyecto al Congreso. Aunque los parlamentarios consultados aseguran no haber sido informados de este vínculo, tanto Elizalde como Fuenzalida descartan haber abordado la Ley Corta en esa cita o haber incurrido en conflictos de interés. Esto, pese a que el Código de Ética y Buenas Prácticas sobre Lobby y Gestión de Intereses, elaborado por la propia Segpres (organismo que Elizalde lideraba al momento de la reunión), establece que “los lobbistas y gestores de intereses particulares se abstendrán de sostener reuniones con autoridades o funcionarios con los cuales tengan lazos familiares o de amistad”.
Por Sebastián Palma y Martín BrowneTHE CLINIC.25 DE MAYO DE 2025
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A 43 pasos de La Moneda, en el pasaje Valentín Letelier, funciona el restaurante chino Hua Xiang. Ocupa los dos primeros pisos de un edificio levantado en 1934 por el arquitecto español José Forteza, el mismo que diseñó el Palacio Undurraga. Pero en 2025 queda poco de su elegancia original: en una de las escaleras exteriores hay mantas y ropa sucia, señales de un ruco. Adentro, domina la penumbra. Una pecera turbia —pequeña, descuidada— y un wurlitzer desenchufado reciben a los comensales, en su mayoría funcionarios públicos del centro que piden wantanes, chapsuis de pollo y carnes mongolianas.
El restaurante es un desfile de credenciales colgando del cuello. Las garzonas cuentan que, a veces, incluso han llegado ministros. Lo que no saben —o no comentan— es que el local donde trabajan pertenece, precisamente, a uno de ellos. Álvaro Elizalde, actual ministro del Interior y extitular de la Segpres, es copropietario junto a un socio del inmueble, específicamente de los números 1316 al 1320 del pasaje.
La propiedad —calificada como inmueble de conservación histórica— fue adquirida en 2006 por Elizalde y Javier Fuenzalida, hoy presidente de la Asociación de Clínicas de Chile. Según consta en la documentación notarial, compraron el edificio por $183.998.494. Ese año, Fuenzalida era superintendente de Seguridad Social, cargo que dejó en 2008, siendo reemplazado, precisamente, por su amigo y entonces socio Álvaro Elizalde.
“Con el sr. Álvaro Elizalde tengo una relación de amistad desde la época universitaria”, confirma Javier Fuenzalida, consultado por The Clinic.
La relación entre ambos no se limitó a la amistad ni a los cargos públicos que ocuparon. En el plano privado, fundaron en 2013 la sociedad Inmobiliaria Aurelio Cantabria II Ltda., registrada en la 17ª Notaría de Santiago con un capital inicial de $220 millones, dividido en partes iguales. En 2014, cuando Elizalde asumió como vocero del segundo gobierno de Michelle Bachelet, modificaron la sociedad, delegando la administración en Fuenzalida. El ministro, sin embargo, nunca se desligó de la propiedad.
Así lo explica el propio Fuenzalida: “Asimismo, mantenemos una sociedad en común desde 2014, sobre dos inmuebles ubicados en el centro de Santiago, los cuales se encuentran entregados en arriendo hace años. Esta sociedad no tiene relación ni impacta en las decisiones o esferas profesionales de cada uno”.
En 2018, la inmobiliaria sumó dos nuevas propiedades: dos casas en la calle Gorbea, que hoy operan como hotel y como residencial universitaria. Esta última cobra $250 mil mensuales por pensionado. Francisco Terminel, administrador del recinto, lo arrienda a la sociedad Aurelio Cantabria. Consultado por The Clinic, señaló: “Yo sabía que ellos eran los dueños. El trámite lo hice con el representante legal, que en ese momento era Javier”.
En el caso del restaurante Hua Xiang, el esquema es el mismo: la sociedad de Fuenzalida y Elizalde arrienda la propiedad a Huaming Chen y Xiang Ling, sus actuales dueños.

La reunión de lobby entre los socios Elizalde y Fuenzalida
El negocio inmobiliario entre Javier Fuenzalida —quien fue militante socialista hasta hace cinco años— y Álvaro Elizalde no estuvo vinculado, al menos formalmente, a sus trayectorias profesionales. Tras dejar la Superintendencia de Seguridad Social, Fuenzalida se volcó al mundo empresarial: pasó por la ACHS, GNL Chile, Enap y Red Salud, donde fue gerente de personas. Su carrera ligada al sector salud lo llevó, en marzo de 2021, a asumir como vicepresidente ejecutivo de Clínicas de Chile.
Elizalde, en paralelo, consolidó su carrera política. En 2014 asumió como vocero del segundo gobierno de Michelle Bachelet, cargo en el que en 2015 incorporó a su equipo a la madre de Fuenzalida, Gladys Santander, a quien Elizalde le traspasó el 50% de otra sociedad llamada Inversiones Aurelio Cantabria el año anterior. Santander prestó servicios a honorarios por cerca de tres millones de pesos mensuales, realizando gestiones de gabinete y respondiendo correspondencia a la ciudadanía.
Tras dejar La Moneda, Elizalde presidió el Partido Socialista, luego fue presidente del Senado y, ya en el Gobierno de Gabriel Boric, tras la salida obligada de Ana Lya Uriarte del gabinete, encabezó la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), cartera encargada de coordinar la agenda legislativa con el Congreso. En 2025 asumió como ministro del Interior.

Durante años, los caminos de ambos socios y amigos se mantuvieron separados —al menos en lo público—. Hasta el 3 de mayo de 2023, cuando Fuenzalida solicitó una audiencia con Elizalde a través de la plataforma de Ley del Lobby cuando era vicepresidente ejecutivo de la Asociación. La reunión -la primera que Elizalde registró en su rol de ministro- se dio en medio de la discusión por la ley corta de isapres, un proyecto que surgió tras un fallo de la Corte Suprema que obligaba a las aseguradoras a restituir cobros en exceso a sus afiliados y que obligaba a La Moneda a resolver un puzzle complejo: debía defender los derechos de las personas, pero al mismo tiempo que eso no generara un cortocircuito en el sistema de salud.
Sobre ese encuentro, Fuenzalida indicó a The Clinic: “Señalo categóricamente que no existe ni ha existido vínculo impropio con el sr. Elizalde y rechazo la existencia de cualquier conflicto de interés en consideración de su calidad de autoridad pública. Por el contrario, debo señalar que mi desempeño profesional siempre se ha guiado bajo los más altos estándares de rigor técnico y ético, y no existe ningún hecho ni antecedente que permita sostener lo contrario”.
De acuerdo con el acta publicada en la plataforma de Ley del Lobby, la reunión fue presencial y participaron además Sebastián Reyes, en representación de Red Salud, y Leonidas Rosas, gestor de intereses de la Corporación de Beneficencia Osorno —entidad a cargo de la Clínica Alemana de esa ciudad—. El tema declarado fue la “situación actual del sistema de salud nacional y proyección de la posición de los prestadores privados en el contexto de proyectos legislativos de interés”.

Seis días después de ese encuentro, el Ejecutivo ingresó formalmente el proyecto de ley corta de isapres al Congreso.
Al respecto Fuenzalida añadió: “Desde que el sr. Elizalde es ministro de Estado del actual Gobierno, participé de una reunión el 3 de mayo de 2023, la que fue debidamente solicitada e informada por la plataforma de Ley del Lobby, mecanismo dispuesto por la Ley para garantizar transparencia a la ciudadanía y precisamente evitar cualquier conflicto de interés. A ese encuentro asistí en mi calidad de vicepresidente ejecutivo de la asociación gremial que reúne a los prestadores privados de salud, junto a dos integrantes del directorio de la entidad”.
Pese a que el día anterior Fuenzalida se había reunido por Lobby con la ministra de Salud, Ximena Aguilera, para abordar la ley corta (así sale en la declaración), y a que tanto Sebastián Reyes como Leonidas Rosas también participaron de esa reunión, el gestor de intereses aseguró que en la cita con Elizalde no se discutió ese tema: “Sobre si se trataron materias relacionadas a la ley corta de isapres, en la audiencia referida no se discutió ese proyecto de ley. No existieron otras instancias de conversación con el ministro ni con otros funcionarios de la Segpres sobre esa u otras materias”, indicó.
Consultados por The Clinic sobre el rol de Elizalde en la reunión entre ambos socios, desde el ministerio del Interior respondieron: “Vía plataforma lobby la Asociación de Clínicas de Chile solicitó la reunión, la que ocurrió con total transparencia. En dicha audiencia, que se encuentra publicada en la plataforma de lobby, no se trató la ley corta de isapres”.
Desde el ministerio añadieron sobre este punto: “El ministro Elizalde ha actuado con total transparencia y apego irrestricto a la ley. Toda esta información está disponible en las respectivas declaraciones de Intereses y Patrimonio, así como en la Plataforma de la Ley de Lobby(…) ambos se vieron por última vez hace algunos meses en el funeral de la madre del señor Fuenzalida, con la que además el ministro trabajó años atrás. En todo caso, no han hablado temas asociados a la Asociación de Clínicas más allá de la audiencia transparentada, porque si así fuera el ministro solicitaría que se hiciera por los canales oficiales”.
A pesar de que tanto Álvaro Elizalde como el gestor de intereses, Javier Fuenzalida no consideran su reunión como un potencial conflicto de interés, el Código de ética y buenas prácticas sobre lobby y gestión de intereses particulares, documento elaborado por la propia Segpres -que estuvo a cargo del ministro Elizalde- señala lo siguiente como recomendación: “Los lobbistas y gestores de intereses particulares se abstendrán de sostener reuniones con autoridades o funcionarios, con los cuales tengan lazos familiares o de amistad, a fin de evitar un eventual conflicto de interés al restarle imparcialidad al sujeto pasivo en la toma de decisiones”.
Tanto Elizalde como Fuenzalida reconocieron ser amigos para este artículo. Consultado el equipo del ministro sobre los alcances del Código de ética y buenas prácticas sobre lobby y gestión de intereses particulares en la reunión indicaron que: “El manual que usted menciona solo es aplicable a lobistas. En caso de las autoridades existe el deber de dar respuesta, igualdad de trato y de dejar registro y publicación de las audiencias sostenidas. Eso fue lo que hizo el ministro, para que todo fuese transparente y cumplir con la ley”.

Las otras reuniones de Fuenzalida
Durante la tramitación de la ley corta de isapres —un proyecto defendido por el Gobierno, pero que algunos parlamentarios catalogaron como un “perdonazo”— Javier Fuenzalida, no solo se reunió con su socio comercial, el ministro Álvaro Elizalde.
En 2023, Fuenzalida desplegó una intensa agenda mediática, como vocero en prácticamente todos los medios nacionales, y de reuniones con actores clave para la discusión legislativa.
“La ley corta debería hacerse cargo de darle sustentabilidad al sistema y no lo está haciendo”, declaró a El Mercurio el 14 de abril de 2024, a poco menos de un mes de que terminara la comisión Mixta.

En cuanto al Lobby, el 5 de abril se reunió con el director de Fonasa, Camilo Cid. El 2 de mayo lo hizo con la ministra de Salud, Ximena Aguilera (ambos ya habían sostenido un encuentro previo el 20 de diciembre de 2022, donde discutieron el fallo de la Corte Suprema). En los dos encuentros Fuenzalida estuvo acompañado por Leonidas Rosas y Sebastián Reyes.
Durante ese mismo período, Javier Fuenzalida, también se reunió con parlamentarios de la comisión de Salud y de la comisión mixta. El 17 de octubre sostuvo un encuentro con el diputado independiente Tomás Lagomarsino (cupo Partido Radical). El 27 de diciembre se reunió con Andrés Celis (RN), y el 7 de enero de 2024 con el senador socialista Juan Luis Castro. Además, el 11 de marzo del 2024 fue invitado por la comisión de Salud a exponer sobre la materia.
Consultados por The Clinic, los tres parlamentarios dijeron desconocer el vínculo comercial entre Javier Fuenzalida y el ministro Álvaro Elizalde, quien seguía de cerca la tramitación de una de las leyes más sensibles para La Moneda. De hecho, en el comité político de ministros de La Moneda también desconocían el vínculo entre ambos y eso que la ley corta generó roces entre quienes creían que había que dejar caer a las isapres, como la exministra Jeannette Jara (PC), o posturas más pragmáticas como el propio Elizalde o el ministro de Hacienda, Mario Marcel.
“Me parece un escándalo, porque nunca lo transparentó. Nunca lo dijo Elizalde en las veces que fue a la comisión, y eso fue lo que debió hacer si quería participar”, señaló el diputado Andrés Celis (RN), a quien le tocó escuchar a Fuenzalida como invitado de la comisión de Salud el 11 de marzo de 2024.

El diputado Daniel Lilayu (UDI), también integrante de la comisión de Salud, dijo no estar al tanto de la relación comercial entre ambos. “Como ciudadano y parlamentario, encuentro que estas asociaciones entre la política y el mundo privado son de mucha gravedad. En la comisión no tuvimos en ningún momento antecedentes de esto. Por eso, uno se pregunta por qué la gente rechaza el actuar de los políticos. Me indigno que sea así. Claramente, esto es inaceptable y creemos que debe investigarse”, indicó.
El senador Juan Ignacio Latorre (Frente Amplio) también formó parte de la comisión de Salud, al respecto señala: “No tenía idea de la información. Es un tema delicado que le corresponde responder al ministro Elizalde”.

¿Existe conflicto de interés?
Más allá de la opinión de los parlamentarios, los expertos en probidad y transparencia tienen visiones encontradas respecto a la pertinencia de la reunión. Marcelo Drago, expresidente del Consejo para la Transparencia de Chile indica que: “Esta reunión no es ilegal, sin prejuicio que no fue prudente haberlo hecho en esos términos. Si se tiene una relación directa con la persona que se recibe lo mejor es abstenerse y entregar esa labor a un tercero. En este caso quizás pudo ser óptimo entregar la reunión a un subsecretario”, indicó.
Otro expresidente del Consejo, Francisco Leturia, le quita dramatismo a la reunión: “Es un milagro que una autoridad registre una reunión por Ley de lobby y es un indicio positivo dejar huella de eso y dejar registro de la sociedad en la declaración de patrimonio”, indicó.
David Zavala, coordinador de sector público de Chile Transparente, fue parte de los autores del “Código de ética y buenas prácticas de Lobby”. Por lo mismo, sí considera problemático que dos amigos se reúnan por Lobby.
“El Código de Buenas Prácticas de Lobby recomienda abstenerse de solicitar audiencias con autoridades con las que se tenga una relación de amistad o parentesco, precisamente para prevenir conflictos de intereses. Lo que busca una reunión de lobby es influir sobre la toma de decisiones públicas, que es algo plenamente legítimo. Pero lo que se espera de la autoridad en estos casos es que pueda ponderar con imparcialidad las diferentes propuestas que recibe”, asegura el cientista político.
Y añade: “Aunque en este caso se cumplió formalmente con la Ley del Lobby, la situación presenta un riesgo de conflicto de intereses o su apariencia, lo que puede afectar la confianza pública. La responsabilidad ética no recae solo en el lobista, sino también en la autoridad, quien debe evaluar permanentemente si su imparcialidad podría verse comprometida. Desde Chile Transparente creemos que se debe avanzar hacia una regulación más estricta del lobby, haciendo obligatorios los actuales estándares éticos, que hoy son solo recomendaciones”.
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