El magistrado del Séptimo Juzgado de Garantía no quiso guardarse nada ante los graves antecedentes que sacuden al Poder Judicial y sus ministros. Querellante contra Luis Hermosilla y sus superiores, advierte que aún deben salir varios jueces más por estas relaciones “corruptas” de poder e influencias en el Máximo Tribunal. En ese sentido, Urrutia cree que Ángela Vivanco y Antonio Ulloa terminarán en prisión preventiva al igual que Mario Vargas, Eduardo Lagos y Gonzalo Migueles, los primeros “caídos” de la arista “Muñeca Bielorrusa”. En paralelo, celebra la celeridad de la fiscal Carmen Gloria Wittwer en dicha causa, pero critica la lentitud de Claudia Perivancih, en el caso que investiga los nombramientos. “Todo ha sido muy difícil, muy lento y en contra”, dice en su rol como denunciante.
Por JAIME PINOCHET
THE CLINIC.
Daniel Urrutia es un juez distinto. No oculta su postura política y cree firmemente que tiene el derecho de debatir o emitir una opinión sin afectar su trabajo como magistrado del Séptimo Juzgado de Santiago, donde–a su juicio– llegan las causas más importantes del país.
Esas posturas, a veces polémicas, no sólo las retrata en espacios formales. También dispara en sus redes sociales. En su cuenta de X, por ejemplo, la que denomina como un espacio de divulgación jurídica, registra más de 31 mil seguidores.
A sus 51 años, Daniel Urrutia Laubreaux reconoce que sus constantes choques con el Poder Judicial le han traído costos: 18 sumarios, una suspensión de tres meses y un traslado a un tribunal de cobranza. “Estuve un año timbrando papeles”, dice el magistrado, quien no tiene dudas que fue un mensaje y “castigo” de la Corte de Apelaciones de Santiago.
Con todo, está seguro que no va a renunciar, a pesar de las persecuciones que dice hay en su contra.
“El costo profesional más fuerte es que no tengo ninguna posibilidad cierta de ser ministro de la Corte Suprema. Mi carrera judicial termina como juez de garantía”, asegura.
El juez Urrutia, con esa convicción, recibe a The Clinic para dar una entrevista tras las impactantes revelaciones de los chats de Luis Hermosilla con ministros del Poder Judicial y la trama derivada en la arista “Muñeca Bielorrusa” en la cual no tiene complicaciones en sostener que los ex jueces Antonio Ulloa y Ángela Vivanco, por los antecedentes conocidos, van camino a quedar en prisión preventiva.
–¿Qué opina de todo los antecedentes que se han conocido sobre el caso “Muñeca Bielorrusa”?
–Lo más impactante es la desfachatez de aquellos que teniendo un juramento de servir a la Constitución y las leyes, no tengan ningún desparpajo en si me pagan, decido para el que me pague. Eso rompe el equilibrio democrático, rompe la república, porque rompe el Poder Judicial. Y es ni más ni menos que ministros de altas cortes. Es la señora Vivanco, ministra de la Corte Suprema, pero que se decía: ‘bueno, pero es de afuera’, porque ella fue nombrada en el cupo de extras. Pero el señor Ulloa es un juez de carrera. Empezó desde abajo: relator, después juez, después Relator de la Suprema, relator de la Corte de Apelaciones, ministro de la Corte de Copiapó, ministro en Santiago, él es de carrera. Entonces, ¿es algo extraño? No. Es la estructura la que permite eso. La estructura, la forma en que se eligen los jueces permite que hayan Ulloas. Porque si alguien necesitaba cambiarse de tribunal o postular a un cargo le decían, ‘habla con Antonio, él te puede ayudar’, pero resulta que después él cobraba. Tuve la suerte de jamás tener que llamar a nadie. Ni siquiera pasé por el besa mano.
–¿De qué trata el “besa mano” en el Poder Judicial?
–Esto de ir a hablar con los ministros para que uno lo considere. He conocido y escuchado casos. ‘Tengo que venir a Santiago porque tengo cáncer’. Y era mentira. Que no tenía cáncer. Eso es un caso, no voy a decir quién es, pero es súper famoso. Que es ministro de la Corte de Santiago. Convenció a los Supremos que tenía cáncer. Esto no puede caer en el arbitrio de si me cae bien o me cae mal. La pregunta es si hace bien su trabajo o hace mal su trabajo.
Quiero puntualizar también que esto no corresponde tampoco a un tema de heroicidad de algunas personas, sino que es de la convicción de que para hacer bien nuestro trabajo, tenemos que defendernos de estas personas justamente que lo que están haciendo son conductas corruptas. Y esa corrupción en algún momento nos va a tocar. O sea, a mí me han abierto más de 18 sumarios internos. Probablemente soy el juez con más sumarios internos. Acá no soy solo yo, somos una organización, que es la organización de trabajadoras y trabajadores del Poder Judicial, que son funcionarios, funcionarias, jueces, administradores, funcionarios de acta, administrativos, que es una es una de las organizaciones penales más nuevas del Poder Judicial que se cansaron de los abusos dentro del Poder Judicial. Por eso yo digo que estamos en presencia de la caída del Poder Judicial. Lo estamos observando. Está cayendo. La pregunta es qué logramos reconstruir de aquello. Y por eso yo insistí en el 2004, en el 2022. Me dije, “Hay que refundar el Poder Judicial y construir un Poder Judicial democrático.
–¿Qué siente que lo acusen y digan que usted es un juez político?
–Es lamentablemente. Una acusación falsa. Lo primero que quiero señalar es que todos y todas tenemos una posición política. Desde una postura, un pensamiento, una afiliación respecto a determinada o no determinada ideología. Algunos podrán escribir más públicamente, otros no, pero todos tenemos sensibilidades respecto a lo que consideramos público. Entonces cuando hay ese tipo de acusaciones, lo veo como situaciones de interés para lograr ciertas cosas, como por ejemplo, apartarme de ciertas causas.
Ahora, hay una línea en la cual todos tenemos derecho a que el juez que sea, que esté delante nosotros sea imparcial. Y eso es consustancial a la tarea de los jueces. Yo creo que muchas de esas acusaciones son justamente porque no pueden hablar conmigo, porque no pueden lograr que yo lo resuelva como ellos quieren. En el sentido de resolver espuriamente y de venderse. Yo en mi trabajo no tengo precio. Y no requiero que un notario, un conservador me depositen mensualmente sumas de dinero para poder sobrevivir. Yo vengo de una familia de esfuerzo.
–¿Se lo preguntaba, porque usted es juez del Séptimo Juzgado de Santiago. Un Tribunal que recibe causas bastante políticas. ¿No cree que puede interferir con el tema de la objetividad?
–El punto es que los sesgos no sean lo suficientemente fuertes para inclinar la balanza de la justicia. Hacia un lado u otro por los sesgos. Si alguien viene a mi tribunal vestido con la polera de la Universidad de Chile y saben que yo soy de Colo Colo. La pregunta es si es razonable que esa persona diga ‘oiga yo no quiero que usted me juzgue porque usted es de Colo Colo’. Pero mi respuesta va a ser, pero si a usted lo están acusando de robarse un celular en la calle. Para objeto de la conducta, robarse un celular, afectar a una persona inocente en la calle y haber sido detenido por eso, que usted sea de Colo Colo o de U de Chile es absolutamente irrelevante.
Entonces, ¿podría perjudicarlo por ser de la Universidad de Chile? Bueno, el día que ocurra eso tengo que colgar la toga digamos, y dejar mi puesto. Porque honestamente mi trabajo tiene que ser ese, tiene que ser analizar los hechos, analizar el derecho y actuar y decidir en consecuencia a solo esos factores. Si yo me salgo de aquello, estoy fuera y me tengo que ir.
–¿Es verdad que le dicen “el niño terrible” del Poder Judicial”?
–Lo que ocurrió fue que en el 2012 un juez de la Corte Interamericana, un juez chileno que lamentablemente falleció hace un tiempo atrás, cuando fui a apoyar el caso de los cinco jueces hondureños que fueron expulsados durante el golpe de Estado de 2009, cuando me vio me dijo, “L’enfant” terrible. Entonces, claro, eso es el niño terrible, pero en realidad eso se refiere en el arte a los que rompen los ejes.
“Estoy a la espera que la Fiscalía entregue todos los chats de Hermosilla con los funcionarios Judiciales”
– Usted hace varios años ha denunciado una suerte de irregularidades o redes corruptas en el sistema. ¿En qué se basó para emitir esas afirmaciones?
–En 2004, trabajé para una tesis sobre el tema del Poder Judicial en la dictadura. El estudio llegó a la conclusión que la estructura del Poder Judicial es una estructura autoritaria. Es una estructura que no está construida para la democracia, está construida para los gobiernos autoritarios. Y por eso el Poder Judicial chileno fue intervenido mínimamente en la dictadura. Bastó con sacar algunos jueces y toda la Corte Suprema estuvo de acuerdo con la dictadura. Urrutia Manzano habló de la íntima complacencia con el golpe militar y luego no hubo, durante 17 años, mayor manifestación en contra. Encontramos dos, tres, cuatro casos, el juez Cánovas, el juez Carlos Cerda y don Haroldo Brito, que hicieron pequeños, pero valientes esfuerzos por justamente tener algo de dignidad en el cargo. Lamentablemente, no hemos sido capaces, como sociedad, como comunidad, de poder modificar esta situación y nos mantenemos con la misma situación. No ha habido mayor modificación. Entonces, claro, uno ve ahora que resulta al parecer, a algunas personas les pagan para que no esto no ocurra ni cambie. Lo que estamos viendo es la caída de un poder del Estado.
–¿Es por eso que decide querellarse contra sus superiores en la Corte Suprema, institución que usted dice que está cayendo?
–Exactamente. Lo estamos viendo caer. Empujado probablemente por su propia precariedad y tristezas. Lo que hemos ido develando es la estructura de una red de corrupción. Una estructura de corrupción que podemos ver en el abogado Vargas Cociña, al abogado Hermosilla. Que tenemos que recordar de dónde venían y a quién representaban. Independientemente de las cosas, ¿cuándo se produce una exacerbación de esta red? Porque al parecer estaba muy tranquila nombrando notarios, como teniendo esos conservadores con Hermosilla, Vargas, Yaber, los que están saliendo ahora, la señora VIvanco, el señor Ulloa. Sobre todo el señor Ulloa. Pero resulta que tenemos un punto de quiebre: cuando se produce en las investigaciones y las violaciones de los derechos humanos durante el estallido social. Se activa la red para lograr la impunidad de los perpetradores. ¿Y qué estamos viendo? Estamos viendo que se pusieron de acuerdo muchos de aquellos, incluso Hermosilla lo dice expresamente, Vargas Cociña lo dice expresamente en los chats de que había que sacar al juez Urrutia, pues me tenían que sacar. ¿Por qué? Eran las investigaciones de violación de los derechos humanos.
–¿Usted conoce a Luis Hermosilla?
–No. Creo que alguna vez lo puedo haber visto en audiencia, pero ni me acuerdo. Nunca tuve un diálogo o algo.
–¿Por qué se querella contra Luis Hermosilla?
–En el año 2020 a propósito de una resolución legal del tribunal, en la cual cambio por el COVID la cautelar de prisión preventiva de trece manifestantes a arresto domiciliario total. O sea, tampoco libertad. Me suspendieron y dejaron además sin efecto la orden de libertad con lo que significa que estos chicos continuaran en la cárcel. Gente sin antecedentes penales. En una circunstancia en que estábamos con la catástrofe declarada. Y siendo la cárcel uno de los reservorios más complejos para el tema del COVID y del contagio. Entonces, en ese momento lo que ocurre es que hay un llamado, un WhatsApp del señor Hermosilla dirigido a la señora Ángela Vivanco. A las 10 de la mañana, donde le dice: ‘Esto es inaudito, esto no se puede aceptar’. En referencia a la resolución judicial. Y le dice: ‘Oye, pero ¿qué se va a hacer?’. Y Vivanco le dice: ‘No estoy en la Suprema. Entiendo que se va a hacer un pleno’. Entonces, yo estoy a la espera de que la Fiscalía, ojalá algún día, entregue todos los chats de Hermosilla con los funcionarios judiciales. Todos los chats de Ulloa que existan con los funcionarios judiciales, tanto administradores, jefe de unidad, jueces, jueza, donde está Hermosilla hablando, que es muy evidente que Hermosilla habló. Si un abogado le paga a un juez a través de dinero o de favores, es un delito. Es cohecho, es un delito evidentemente de prevaricación, tráfico de influencia, que es justamente de revelación de secreto, que es justamente lo que estamos viendo y lo que está ocurriendo.
–¿A usted le ofrecieron algún momento modificar fallos o influir en ciertas decisiones?
–No. No y yo creo que a propósito del 2004, de la resolución de la sanción que me hizo la Corte Suprema, se corrió la voz de que a mí no me podían llamar. Entonces no eres uno de los nuestros. Esa es una situación que me apartó de los buenos muchachos. Yo no era parte del grupo, me dejaron fuera, lo cual agradezco al día de hoy, no estar metido en el mismo grupo de ellos. Porque Antonio (Ulloa) lo conozco. Antonio fue juez del tribunal. Antonio fue profesor mío en un diplomado de derecho procesal penal. Hablé muchas veces con él. Y de repente aparece haciendo esto.
–¿Está decepcionado de Antonio Ulloa?
–No, no me decepciona porque nunca he esperado nada de él, porque no soy su amigo tampoco, pero lo que me decepciona profundamente es que no seamos capaces de haber cambiado esta situación mucho antes. Desde el 2004 lo estamos diciendo, en la Convención se intentó, en ambos procesos se intentó cambiar el Poder Judicial y no hemos sido capaces como comunidad, de sociedad de cambiar esta situación, porque van a seguir ocurriendo estas cosas. Van a seguir apareciendo.
–¿Cómo se resuelve esta crisis?
–Todos aquellos que participan de esta red tienen que salir del Poder Judicial, porque si no vamos a seguir en la misma situación. No puede ser que haya estos grados de influencia para que jueces tomen decisiones, sentencias incluso, a favor o en contra de personas porque los van a nombrar en un cargo superior o porque son de tendencia política. El señor Ulloa en la misma defensa que se hizo a sí mismo en el Senado dijo: ‘Esto es una persecución porque yo soy de derecha’. Entonces, la pregunta es: ¿los jueces son de derecha, son de izquierda? Debiera dar lo mismo siempre y cuando resuelvan conforme a los hechos y el derecho. Y lo que vimos que este señor (Ulloa) estaba resolviendo a favor de lo que le podía hacer mejor para subir en la carrera judicial.
“Si el juez está pagado, hasta ahí llegamos. Mejor cerremos por fuera”
–¿Hay que seguir revisando los fallos del exministro Ulloa?
–¿Qué es lo que dice cuando conocemos los chats de Hermosilla?: ‘Ulloa es nuestro hombre. Nos va a ayudar en todo’. Y Hermosilla, abogado ¿de quién era? Del gobierno. Entonces, esa situación tenemos evidentemente que dar cuenta. Es una red de corrupción. Lo que queda más claro desde que le depositan 74 millones o 86 millones de pesos, mensualmente un millón de pesos el pago de un conservador al señor Ulloa, a un ministro de Corte. No tiene ninguna justificación. Y por lo tanto, la OTJ, la organización de trabajadores y trabajadoras, ha asumido la tarea de denunciar.
Ulloa, ¿a cuántos nombró? ¿A cuántos ayudó a nombrar? Al señor Aguilar, ministro Aguilar, a Hernández. A Macarena Troncoso, fiscal judicial. También está nombrada como quien él la ayudó a nombrar porque él se formaba una camarilla también de incondicionales. Entonces, si le debían el favor a Antonio, después Antonio les podría decir, ‘oye, que en este caso necesito que me ayuden porque es un buen cabro’. La situación es muy grave. Muy grave institucional, porque cuando el tercer imparcial se contamina porque va a tener un premio, ya sea en dinero, poder, influencia, lo que sea, o un castigo y cede a esa presión, se acaba el estado de derecho. Porque el estado de derecho en sí es que yo tengo la posibilidad cierta de ir a un tercero y oponerme a lo que el Estado me está obligando y tener alguna posibilidad de ganar. Si el juez está pagado, hasta ahí llegamos. Mejor cerramos por fuera y cada uno se defiende con sus dientes y sus uñas. Y eso es una barbarie.
–¿Qué opinión tenía de Ángela Vivanco y qué opinión tiene ahora?
–Aquí hay una responsabilidad de quienes nombran. De la señora Vivanco nunca tuve una buena opinión, porque sabía que había sido secretaria de un partido político del “FraFra”, de Francisco Javier Errázuriz y del Partido Centro Centro. Luego fue profesora de la Católica y después fue al Tribunal Constitucional a oponerse a la píldora el día después. Entonces, yo siempre la vi como alguien que iba en contra de los derechos de las personas, no a favor de los derechos de las personas. Me pareció muy mala noticia que la hayan nombrado como ministra de la Corte Suprema en el cupo académico.
Y me confirmó esta situación cuando ella demandó porque en Providencia le mordieron a su perrita. Ella tenía un perrito, y el perrito de la vecina lo mordió. Y ella demandó por el dolor que le causó ver a su perrita mordida. Y el juez don Hernán Crisosto, ministro de la Corte de fuero, por ser de la Suprema, condena a la vecina a pagarle un millón de pesos a la ministra por el dolor que le causó que le mordieran a la perrita. Cuando se supo eso, dije: esta señora no puede ser ministra de la Suprema. No puede ser, que ella demande por el dolor que le causó. Y no puede ser que haya un ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, el señor Crisosto, que le dé la razón y que condene a una pobre señora con su perrito porque la mordió por el dolor que le causó. Eso es un abuso de poder. De alguien que tiene todo el poder, que es un ministro de la Corte Suprema. Cuando se habla de prudencia. Eso fue absolutamente imprudente, no digno de una de una ministra de la Corte Suprema. Hay una conducta abusiva. Entonces, mi perspectiva ahora es decir, bueno, ¿Qué esperan? Si ya saben cómo era. ¿Quién la puso ahí? ¿Quién hizo sus decretos de nombramiento? ¿Quiénes votaron por ella? Y probablemente lo que le espera a esta señora es bastante complicación.
–¿Esa complicación es una eventual prisión preventiva?
–Así se ve, porque si Vargas, Lagos, Migueles están presos, si la ley es igual, le correspondería la misma situación. Cuestión que ahora, por ejemplo, con Antonio Ulloa después de haber recibido 74 millones de pesos, tampoco se ve una un camino distinto. Entonces, vamos a tener dos ministros presos. En prisión preventiva o sujetos a cautelares intensas. Pero como vimos, no sé qué otras cautelares son posibles, con el grado de poder que aún mantienen. A Antonio Ulloa vimos como lo ayudaba Yáber. ‘Hay que salvarlo, habla con Prado’.
–¿Aún tiene poder el exministro Antonio Ulloa?
–Claro que tiene poder, porque tiene mucho conocimiento, sabe muchas cosas de los demás. Y esa era parte de su poder. ‘Llama a Antonio’. ‘Yo te ayudo a nombrar, yo te nombro’. ‘Llama aquí, llama allá’, ‘¿Qué cargo quiere?’. ¿A cuántas personas hizo subir, saltarse las categorías? A una señora, jueza de familia que estaban a punto de echarla, logra que la nombren juez de familia en Copiapó, saltándose una categoría. ¿Por qué nadie quiso reclamar? Porque el que reclama después no lo ponen. Entonces, nadie reclama las ternas. Así opera este poder.
–¿Cómo ha actuado la Corte Suprema en esta crisis?
–La Corte Suprema no ha sido lo suficientemente fuerte para manejar esta situación. Sí un punto importante fue la rápida apertura de sumario que ordenó la misma Corte Suprema cuando la Corte de Apelaciones no abría. Creo que eso fue importante. Hay que reconocer esa situación y además que fue muy rápido la expulsión de Sabaj, porque era evidente, la apertura del cuaderno de remoción. Ahora, no lo fue con el tema Ulloa. Y ahora lo que vemos es que era peor. Entonces, ¿qué pasa ahí?, ¿qué pasó ahí y cuál es la responsabilidad también de aquellos que salvaron a Ulloa? En la primera parte. Es complejo, porque pareciera ser que hubo también llamados telefónicos y hubo presiones. La Corte Suprema ha actuado a mi juicio en claro y oscuro. Ha tenido cosas buenas, pero también ha sido vacilante. Y yo creo que tiene que ver con que hay mucho mucho dato cruzado. O sea, ¿qué pasa con la señora Letelier? ¿Qué pasa con el señor Carroza?, ¿con el señor Matus?, que han sido nombrados también en los chats. Está complicada la situación, no está fácil.
–¿Está de acuerdo cuando el conservador Sergio Yáber señala que los abogados Eduardo Lagos y Mario Vargas siempre fueron “coimeros”?
–El asunto es muy claro desde el punto de vista que incluso le prestaba un departamento a la señora Vivanco mientras estaba en el caso. Entonces, tanto Hermosilla como Vivanco como Vargas, como Lagos, ejercían la profesión intentando obrar sobre seguro. A mí me pagan tanto, entonces yo voy a destinar esta plata para lograr la decisión. Ya sea a través de un viaje, a través de pagos directos o a través de favores. Esa situación evidentemente es inaceptable. Porque eso es vender la justicia, se vendió. Por algo los jueces tenemos un sueldo. Y por algo no se pagan los jueces. El servicio de justicia es gratuito. Nadie paga por los jueces. Pero parece que aquí sí. ¿Por qué? porque no eran buenos abogados. Eran abogados mañosos. Eran abogados que a través de la trampa, ganaban.
“No tengo ninguna posibilidad cierta de ser ministro de la Corte Suprema, mi carrera termina como juez de garantía”
–¿No ha pensado renunciar al Poder Judicial?
–Es importante señalar que esto efectivamente genera una alta frustración, porque durante mucho tiempo, yo denuncié estos hechos e incluso los más cercanos me decían que estaba exagerando. Hasta hace poco me decían si aquí no hay plata. Y el día de ayer nos enteramos de los 74 millones del señor Ulloa durante tres años. Y vamos a ver qué más hay. Pero esto tendría un alto costo. Justamente, por no hacerles caso y ser alguien que no me pueden llamar por teléfono. Me llevaron a cobranza y durante un año estuve timbrando papeles. Estuve en la huesería del Tribunal. Un Juzgado de cobranza, y el Séptimo Juzgado de Garantía es donde se ven los casos más importantes del país. Y lo hicieron a propósito y lo hizo la Corte de Apelaciones de Santiago como una manera de castigo.
–¿Y no resiente un poco eso?
–El costo profesional más fuerte es que yo no tengo ninguna posibilidad cierta en este sistema de ser ministro de la Corte Suprema. Mi carrera judicial termina como juez de garantía. Pero como dato y a todos aquellos que quieren verme fuera, le voy a decir: yo no voy a renunciar. Y voy a continuar como juez de garantía porque es algo que me llena el corazón, me llena la mente, es un gran trabajo, es un hermoso trabajo cuando se hace con honestidad, no como lo hacen ellos. El trabajo de hacer en algunos momentos un poquito de justicia en algunos casos. Y por lo tanto, no voy a renunciar.
–Cuatro ministros fuera, un quinto en la mira. ¿Deben salir más jueces por estas investigaciones de corrupción y pago de sobornos?
–Hay otros que tienen que salir. Otros jueces y otras juezas que tuvieron contacto con Hermosilla. Tienen que salir. Y están nombrados: Aguilar, Macarena Troncoso, la señora Hernández. Están nombrados. Esos son los que salen en los chats. Que han sido públicos, pero cuántos chats están que todavía no los tenemos. Por eso estamos pidiendo los chats con todos los funcionarios del Poder Judicial. Y todavía la (fiscal) señora Perivancich no lo entrega. Y eso es importante. La señora Wittwer de Los Lagos tiene a las personas presas. La señora Perivancich y el fiscal Rebeco recién presentaron la querella de capítulo contra (Verónica) Sabaj.
“Todos saben que soy querellante en la causa y me negaron la carpeta investigativa, porque me dijeron que hay un instructivo de la Fiscalía, porque hay que proteger la intimidad. A mí no me interesa los videos pornos del señor Ulloa, porque los hay. Y lo sé, porque a mis colegas les enviaba pornografía. Y no me interesa, pero si eso significa, que eso prueba la concomitancia para resolver un caso, por supuesto que es importante. Por lo tanto, va a tener que salir en el juicio(…) Una ministra se inhabilitó rápidamente con el Caso Hermosilla e inmediatamente puso la la inhabilitación porque tuvieron al parecer una relación amorosa (con Luis Hermosilla)”.
“Después de mucho pelear, nos pasó y venían sesgados. El chat de Hermosilla con Ulloa venía con 100 páginas menos. Ahí estamos peleando, ojalá que nos cambien la fiscal. Pero perdón, esa fiscal es como el fiscal Morales. Le dicen ´el enterrador´. Bueno, parece que la señora Perivancich es lo mismo. Por eso es la importancia de los querellantes particulares, porque los fiscales están metidos. La señora Parra está nombrada. El señor Valencia está nombrado. Es el Fiscal Nacional. Entonces le dije al señor fiscal (Rebeco). Yo estoy litigando en contra de los Supremos. La idea es litigar con usted, pero no tengo ningún problema en litigar contra usted. Si lo tengo que hacer, lo vamos hacer. Aquí hay muchas cosas que hay delito. Todo ha sido muy difícil, muy lento y muy en contra. Y ¿por qué en contra? porque están protegiendo a gente. Por algo Vargas presentó el recurso de protección para que destruyeran el teléfono de Hermosilla. Porque sabía lo que venía”.

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