Tucapel Francisco JIMENEZ ALFARO, dirigente de la Asociación Nacional de
Empleados Fiscales de Chile y figura de gran relevancia dentro del
sindicalismo nacional de oposición al Gobierno de la época, fue
interceptado el 25 de febrero de 1982 en el taxi que conducía y
llevado a un camino vecinal a 40 Km. de Santiago hacia el Poniente. En
ese lugar se le dio muerte mediante disparos en el cráneo y posterior
degollamiento.
El móvil de estos hechos no fue el robo ya que se encontraron en su poder especies de valor. La víctima sufría seguimientos previos, en los que
aparecen comprometidos agentes de los servicios de seguridad,
específicamente miembros de la Secretaría Nacional de los Gremios y la
CNI.
Con posterioridad a los hechos se
realizaron diversas maniobras destinadas a encubrir el crimen y
entorpecer la labor de los investigadores. Incluso un individuo confesó
por escrito ser el autor del crimen para luego suicidarse, demostrándose
posteriormente en el proceso que había sido asesinado y que la
confesión era falsa.
La
Comisión ha adquirido la convicción de que se trató de un crimen
cometido por motivaciones políticas en violación de los derechos humanos
de Tucapel JIMENEZ. Aunque no
puede afirmar categóricamente que la ejecución de este crimen fue obra
de agentes del Estado, ponderados todos los antecedentes estima en
conciencia que está comprometida en su muerte la responsabilidad del
Estado por cuanto, si no fueron agentes del Estado los hechores, éstos
contaron al menos con el amparo del Estado.
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