DECLARACIÓN PÚBLICA 19 de agosto 2013
- Publicado el Lunes, 19 Agosto 2013
"DECLARACIÓN PÚBLICA".
Ante
los horrorosos hechos de violencia ocurridos en un país hermano, cuna
de nuestra civilización, como es Egipto, que cada día cobra más vidas
inocentes y llena de tristeza a todos los pueblos del mundo, la
Asociación de Observadores y Defensores de Derechos Humanos (ODDH)
Chile, siente un deber ético declarar lo siguiente:
1)
Estos últimos días, el mundo se llena de luto, mientras uno de los
países que había despertado de su sueño para recorrer el camino de la
libertad y la democracia, de acuerdo a la voluntad soberana de su
pueblo, se llena de masacres, golpes de Estado y más padecimientos
contra sus habitantes.
2)
En efecto, independientemente de cuales sean las ideas que las
distintas personas en el mundo tengan respecto de lo que sería mejor
para este país hermano, el ejercicio de la democracia tiene sus
reglas y entre las principales está la de respetar la voluntad
mayoritaria del pueblo. Más aún, cuando se trata de defender sin dobles
estándares el respeto y la protección de la vida en cualquier punto del planeta.
3)
No importa qué argumentos sean esgrimidos a la hora de privilegiar los
“golpes de Estado” como vía de solución de los problemas que atraviesa
una sociedad determinada, sólo ha de traer muerte y desgracias para el
pueblo sobre el cual recaen siempre sus peores consecuencias. El caso
egipcio no es la excepción.
4) Condenamos enfáticamente el golpe militar de ese país y la escalada de violencia que allí se vive. El
Estado debe garantizar, al tener el monopolio de la fuerza, que los
derechos humanos de sus habitantes sean respetados. No es masacrando a
su población y llenando las cárceles de opositores políticos, como se
solucionan los conflictos sociales, menos todavía disparando contra
civiles inocentes y desarmados.
5) La legitimidad política que dice representar el ejército egipcio nubla los intereses que allí están en pugna, mientras,
sus jefes militares establecen alianzas con los grandes magnates y
silenciosamente se comprometen con las grandes potencias a contener el
impulso democratizador iniciado a partir de la “primavera árabe”. No
es casual que los Estados hegemónicos se encuentren sacando cuentas
antes de condenar estos crímenes contra la humanidad. Los poderes
políticos administrativos de Estados Unidos, Alemania, la propia España
levantan tibiamente la voz mientras surten de armas y siguen comerciando
con el ejército golpista. Es parte de las estadísticas los enormes
dividendos económicos que los conflictos armados representan para las
trasnacionales de armamentos y las economías de las potencias
hegemónicas (el complejo financiero-militar-industrial) desatando una verdadera “globalización del genocidio”.
6) La
Asamblea General de las Naciones Unidas sentenció, hace décadas, por
medio del consenso unánime de todas las naciones del planeta, la
ilegalidad de la guerra, así como de estos actos criminales. Estos
acuerdos se ven reafirmados en el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos y en el Derecho Internacional Humanitario para la paz. De
este modo, el respeto a la diversidad religiosa y étnica es un derecho
humano fundamental que debe ser protegido, como también el respeto a la
libre determinación y a la autodeterminación de los pueblos.
7) Exigimos
al Consejo de Seguridad de la ONU que condene estos hechos y ponga fin a
los apoyos políticos, militares y financieros a los criminales de
turno, para que encamine todos sus esfuerzos a proveer la ayuda
necesaria a las víctimas y exigir el diálogo de las partes involucradas
como único camino de solución para este conflicto. No se puede
condicionar la ayuda internacional a los mezquinos dividendos
individuales como mecanismo de presión política por parte de los Estados
más fuertes, así como tampoco implantar formas encubiertas de
“neocolonialismo humanitario” hacia los pueblos que reciben cualquier
tipo de apoyo solidario.
8) Demandamos
al gobierno de Chile y a todas las autoridades pertinentes que se sumen
en forma clara condenando categóricamente este uso de las armas de un
ejército regular contra civiles desarmados, más allá de toda
perspectiva ideológica que sólo enmascara los anhelos de un occidente
hegemónico, en forma claramente discriminatoria, hacia la diversidad de
las aspiraciones y la voluntad mayoritaria de los pueblos libres del
mundo.Fraternalmente
ASOCIACIÓN DE OBSERVADORES Y DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS (ODDH) CHILE.
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