Por Nicolás Borcoski
Informe oficial defiende teoría de “bala loca” disparada a más de un
kilómetro de distancia, cuando sólo pudo alcanzar 738 metros.
Compañero sindical del fallecido revela nuevo motivo que habría
gatillado el asesinato de quien llevaba las denuncias de malas prácticas
contra la empresa Azeta.
Un
nuevo giro tuvo el caso de la muerte Juan Pablo Jiménez, trabajador
sindicalista en la empresa Azeta -entidad subcontratista de Chilectra-
quien falleció el 22 de febrero de 2013 al recibir un impacto de una
supuesta "bala loca" en la cabeza, cuando estaba en su lugar de trabajo.
Hoy, sin embargo, nuevos peritajes privados ponen en entredicho la
teoría.
El informe de la autopsia realizado por el Servicio Médico legal
explica que el sindicalista falleció producto de un "traumatismo
craneoencefálico por bala", cuyo proyectil quedó alojado en la nuca de
la víctima.
Las investigaciones de la PDI concluyen con que el proyectil fue
disparado por un menor de edad, identificado como J.B.P.M. de 16 años,
durante una pelea en La Legua. La bala viajó una distancia de 1.035
metros, rozando una cerca metálica, impactando en la parte frontal
superior izquierda de la cabeza de Jiménez, quien estaba sentado en una
banca al interior de la empresa, revisando su celular.
La versión de la policía civil defiende la postura de una "bala
loca". El menor fue detenido días después, cuando fue internado en el
Hospital Barros Luco por 8 heridas de bala en su abdomen y piernas.
Según las nuevas pericias privadas (encargadas por la familia del
fallecido), el informe entregado por la Policía de Investigaciones no es
fácil de comprobar al presentar errores y falencias. El trabajo de
terceros demostró que es imposible que existieran las condiciones para
que la teoría de la bala loca sea real.
"Era lo que todos pensamos. Jamás creímos en la teoría de la ‘bala loca'", dijo a Cambio 21 Ximena Acevedo, viuda de Jiménez.
Explicación poco convincente
Para los que conocen el lugar, familiares y compañeros de trabajo de
Jiménez, algo no calzaba en la explicación entregada por la PDI. Les
parecía imposible que algo así pudiera suceder. Fue esa la razón que
motivó a la viuda de la víctima, Ximena Acevedo y a la Coordinadora
Verdad y Castigo a reunir recursos para obtener una segunda versión.
Los peritajes de Criminalística Forense S.A.V. llegaron a una
conclusión distinta a la de la policía civil. Según sus investigaciones,
el proyectil que mató a Juan Pablo Jiménez no fue disparado desde el
lugar que ellos indicaron.
El primer trabajo realizado por el servicio privado de criminalística
fue de metaperitaje, es decir, comprobar técnica y científicamente la
tesis de la PDI. Sin embargo, se encontró con puntos irregulares que
hacen difícil entender cómo se llegó a la conclusión de que fue el menor
quien disparó el arma y terminó con la vida del Juan Pablo Jiménez.
Según el perito de Criminalística Forense S.A.V., Francisco Pulgar,
en el informe esperaba encontrar una tabla con los datos técnicos que
defienden la tesis de la investigación, como el ángulo de disparo que
recorrió la bala, carga de pólvora y otros elementos externos. Pero ese
elemento "básico" sólo era mencionado.
"Esa tabla no estaba en el informe, sólo se menciona escuetamente que
la bala que mató a Juan Pablo Jiménez había recorrido 1.035 metros".
Para el criminalista, este elemento es básico para una investigación,
por lo que el informe "era bastante feble y cualquier persona podía
poner ‘recorrió 1.600 m o 1.700 m', pero sin ningún sustento técnico que
lo avalase".
El nuevo peritaje demostró que la bala .40, para poder impactar a
Jiménez, tuvo que ser disparada a una distancia menor a los 700 metros,
además de otros factores ambientales que permitan el trayecto.
Francisco Pulgar explicó que para la investigación: "hicimos el
cálculo bajo la misma información que ellos (PDI) presentaron en la
tabla y el alcance máximo de la bala a 20º, como ellos indican, es de
780 m. Por tanto, la bala no habría, desde ese punto que indican, podido
alcanzar el recorrido de 1.035 m".
"Dentro del cálculo que ellos hacen, como alcance máximo, no están
considerados los ítems de: temperatura, viento, humedad, presión
atmosférica y gravedad, que son elementos que sí o sí deben ser
considerados en balística", agregó.
De acuerdo a la PDI, antes de impactar a Jiménez, la bala habría
rebotado en una malla metálica y al revisarla se encontró la marca del
proyectil por la policía civil, pero no se comprobó si ésta corresponde a
la que mató al sindicalista. La duda surge porque el espacio dañado es
del mismo grosor que la munición, siendo que debería ser mayor.
El contraanálisis aún no se puede hacer porque "ese alambre no está
en la cadena de custodia, no está como evidencia y da justo al sector de
la cancha", relató Pulgar.
Entonces, ¿desde dónde fue disparada la bala que acabó con la vida de
Jiménez? Según el peritaje, existe un lugar que permite dar con el
ángulo que coincide con la herida en el cráneo.
Pulgar explicó que "tenemos dos trayectorias interiores desde la
cancha de fútbol, dentro de Azeta. Asociado además que una testigo
escucha un ruido fuerte o disparo, cuando sale ve a la gente moverse. O
sea, tenemos a una testigo presencial que escucha un sonido en el casino
de la empresa".
Con la información recabada y los análisis, se puede llegar a la
conclusión que la bala disparada por el menor J.B.P.M., no fue la que
mató a Jiménez. "Nosotros descartamos la responsabilidad del menor por
la teoría del disparo parabólico", concluyó el perito Francisco Pulgar.
Pero cabe insistir sobre cómo se llegó a la conclusión original de la
policía civil. Nuestro medio consultó a la PDI sobre las diferencias en
el caso, pero sólo dijeron que, como institución, "no nos corresponde
referirnos a peritajes privados".
Desde dónde vino el disparo
La teoría que surge a partir de la evidencia es también defendida por
el dirigente Carlos Cáceres, compañero de Juan Pablo Jiménez y miembro
de su mismo sindicato, quien compartió con él una hora antes de su
muerte.
El sindicalista explicó que la zona, donde él cree se hizo el
disparo, era utilizada como un estacionamiento para vehículos de la
empresa, pero que días antes se había realizado una reorganización de
las máquinas para la llegada de un trailer, lo que dejó una vía libre.
"Mi percepción es que ése pudo ser un punto desde donde pudo venir la
bala, porque quedó formando un ‘pasillo' (...) lo primero que se ve
desde ahí es donde estaba Juan Pablo". Dijo el dirigente sindical, quien
agregó que "el piso en esa zona estaba impecable, no como el resto que
estaba lleno de grasa de los camiones".
Sobre este punto del caso, Cáceres explica que la muerte de su
compañero está rodeada de factores que hacen pensar en versiones
distintas a la entregada por la PDI. Como que "las cámaras no apuntaban a
la cancha, no lo estaban grabando y giran en 360º, no sé por qué ese
día no enfocaron gran parte de la cancha y solamente la esquina
norponiente", explicó.
El posible motivo
Ante dos teorías completamente distintas de la muerte de Juan Pablo
Jiménez, cabe la pregunta sobre las razones de su muerte. Para los
sindicalistas, la razón de su supuesto asesinato es las causas que
llevaba en contra de la empresa en nombre de los trabajadores, entre las
que se cuentan por "despidos injustificados" y "prácticas
antisindicales".
Según Cáceres, la empresa le ofreció a Jiménez 5 millones de pesos a
cambio de aceptar la propuesta de la mesa de negociación, sin embargo,
el líder no aceptó. Una semana después, Jiménez le habría confesado a su
compañero que recibió una nueva oferta. "Me dijo: ‘me ofrecieron 8
millones para aceptar la propuesta e irme de la empresa', por supuesto
él respondió que no. Él era consecuente con sus ideales y no era algo
que vendiera".
La historia de este soborno es respaldada por la viuda del sindicalista, Ximena Acevedo, quien, en conversación con Cambio 21,
dijo que la empresa sólo quería que abandonara la defensa de las
causas. "Yo me enteré por compañeros que en varias ocasiones le
ofrecieron dinero para que dejara de denunciar", relató.
Acevedo también reveló a nuestro medio que su marido sufrió acoso
laboral durante su trabajo como sindicalista. "A él lo hostigaban, él me
lo decía y me lo comentaba someramente para no preocuparme". Según su
relato, "él tenía una pizarra donde ponía recordatorios para sus
compañeros, la borraban, le sacaba los papeles, ‘hasta cuando nos sigue
hinchando' le decían los gerentes, ‘¿quieres que la empresa se vaya a la
quiebra?'".
Para la abogada laboral, Margarita Peña, quien se desempeñó junto a
Jiménez, el trabajo que hizo incomodó a la empresa, la que es multirut,
lo que dificulta encontrar responsabilidades en caso de accidentes y en
ese sentido "había muchas denuncias por violación a las normas de
seguridad", explicó.
Tras la muerte de Jiménez, "los gerentes de la empresa salieron a
decir que ahí siempre caían balas y que seguramente había sido una ‘bala
loca' la que mató a Juan Pablo". Pero la abogada responsabilizó a la
empresa porque "nadie puede tener un lugar de trabajo tan inseguro, en
que caigan balas y los trabajadores resulten muertos por ese tipo de
cosas".
La pelea que no termina
Tras la muerte de Juan Pablo Jiménez, la empresa enfrentó las
denuncias que se le imputaban, ahora con la presión de estar en la
opinión pública. Pero en inicios de noviembre, la empresa Azeta se
declaró en quiebra.
La pelea por malas prácticas de la empresa hoy se reduce a la de
poder cobrar un finiquito. "Hoy están sin trabajo e intentando cobrar
sus finiquitos, porque la empresa dice que no tiene dinero para pagar y
Chilectra, que es la mandante, porque Azeta es subcontratista, está
discutiendo la posibilidad de pagar o no. Entonces hoy los trabajadores
están dando una pelea para obtener el pago por su despido", explicó la
abogada Peña.
El caso de Juan Pablo Jiménez actualmente está ante la Justicia y los
nuevos antecedentes a disposición de la Fiscalía. Mientras, el nuevo
escenario que entregó el informe privado no pasó inadvertido. Un ejemplo
de ello lo dio el comediante Edo Caroe, quien concluyó una rutina
diciendo: "Que muera un sindicalista de un disparo en la cabeza y que
nos digan que fue una bala loca y que nos quedamos muy tranquilos, eso
sí que es un chiste".
Extraña desaparición de documentos
Actualmente existen teorías sobre cómo murió Juan Pablo Jiménez, pero
ellas no explican las razones que habrían motivado su muerte, en el
escenario de un asesinato premeditado. Carlos Cáceres, compañero de
sindicato del fallecido tiene una versión.
Según relató en forma exclusiva a Cambio 21, Jiménez
encontró documentos que probarían la relación entre las 5 entidades que
surgen de la empresa Azeta, la cual es multirut.
Cáceres confidenció que "cuando empezó la negociación, encontró unos
documentos en una fotocopiadora, en una carpeta, los cuales comprometían
la unidad económica del holding de Azeta, porque está dividida en 5
empresas".
"Esos documentos Juan Pablo pudo usarlos para demostrar que Azeta era
una sola empresa, lo que a nosotros nos servía para formar un solo
sindicato y ser más fuerte en las bases, y parece que eso le molestó a
Azeta", explicó.
"El día que le llegó la bala ese bolso lo rescató un compañero, pero
alguien de la jefatura se lo arrebató y el bolso fue a dar a gerencia o a
recepción, pero el bolso volvió vacío, solamente con el notebook y un
par de papeles", agregó el compañero sindical de Jiménez.
Lo que dice Cáceres se agrava diciendo que esta muerte pudo ser intencional, pues hubo 2 disparos.
"Creo que antes que le llegara la bala, Juan Pablo transitó por el
lugar que fue encontrado y en el camino, 8 ó 5 minutos antes, las
personas que estaban en el casino, a un costado de la cancha, escucharon
que llegó el golpe de una bala en uno de los pilares. Lo que yo podría
decir es que fue un intento fallido que pudo provenir de la misma
cancha", concluyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario