Una de sus hijastras declaró en su contra, afirmando que en la casa que el político tenía en París, las agresiones contra las empleadas “eran bastante comunes”.
Por eldesconcierto.cl@eldesconcierto
Este jueves 19 se presentó una denuncia por abuso sexual, acoso laboral y maltrato en la Fiscalía Oriente contra el ex-diputado y ex-embajador Patricio Hales, en manos del abogado Juan Pablo Hermosilla y la Fundación Para la confianza de José Murillo, en representación de la mesoterapeuta Carolina Consmelli, que trabajó bajo las órdenes de Hales y su esposa.
El texto contiene incluso testimonios de familiares del ex diputado respaldando las acusaciones. Según Murillo, quien fue contactado por The Clinic, se estaría ante un caso de “abuso sexual contra mayor de 18 años, con el agravante de que se está frente a una serie de situaciones abusivas por parte de una figura con representación pública. Por lo mismo, los hechos fueron puestos en conocimiento del comité de ética del PPD”, agregando que “los políticos dicen que respetan, pero en la práctica son despectivos y abusivos”.
Ya en 2016 aparecieron los primeros indicios de esta acusación, luego que Carolina Cosmelli diera a conocer los detalles de los comportamientos que tuvo Hales cuando ésta acompañó a su esposa María de los Ángeles Swinburn a París, como su asistente personal. Según señala Cosmelli, el político comenzó a pedirle “cosas exageradas respecto de sus cosas personales”, como cocinar alimentos de cierta manera u ordenar de tal modo de su ropa, al punto de perder el control sino se realizaba como él pedía, indicó la mujer.
Asimismo, Cosmelli señaló que en una ocasión Hales la había abrazado contra su voluntad, invitándola a ver juntos una película pornográfica. “No había nadie en la casa ese día, ya que era fin de semana, y la mujer del embajador estaba en Chile” dijo en su declaración, citada por La Tercera.
En el proceso hay testimonios de funcionarios de la embajada y de dos hijastras de Hales, ambas mayores de edad. Una de ellas, según señaló El Mostrador, declaró afirmó haber sido testigo de episodios de “cambios de humor repentino” por parte del ex legislador. La mujer, indica que ante cualquier mínimo detalle que a él no le pareciera, “podía ir gritando fuerte a la cocina preguntando dónde estaba, cómo era posible, retando y gritándole a quien supuestamente tuviera la culpa”. Asimismo, asegura que las empleadas de la casa lloraba “por como éste señor las trataba”, agregando que “a veces no las maltrataba con gritos, sino humillándolas y riéndose en su cara”, recalcando que estas situaciones “eran bastante comunes en esa casa, por lo que no podría recordarlas y enumerarlas todas”.
“Me voy a informar de los detalles, no conocía nada de esto”, fue lo que dijo Hales tras ser consultado por The Clinic sobre la denuncia, según señaló el medio.
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