Documental sobre "La Chani", prófuga ex agente y ex secretaria de la DINA, se estrena en la Berlinale
por CULTURA+CIUDAD, EL MAGAZINE DE EL MOSTRADOR 18 enero 2017
Formada como secretaria bilingüe, en plena dictadura chilena y con sólo 19 años, Adriana Rivas llegó a ser integrante de la Brigada Lautaro - que operó en el centro de exterminio de calle Simón Bolívar- y secretaria personal del ex jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia, DINA, Manuel Contreras. Reside en Australia desde hace casi cuatro décadas, y regresó en diversas ocasiones para visitar a su familia, pero la última vez que vino, hace casi 11 años, fue detenida por su participación en el llamado Caso Conferencia, que desembocó en el asesinato y desaparición de cúpulas del Partido Comunista en 1976 y 1977. Sin embargo, luego de estar pocos meses presa, aprovechó cuando se le concedió la libertad condicional con orden de arraigo, para escapar de regreso a Sydney, a través de Argentina, y actualmente aún enfrenta un proceso de extradición ordenado por la Corte Suprema.
Este complejo personaje, que encierra contradicciones públicas y privadas, ha negado las acusaciones que se le imputan e incluso ha realizado polémicas declaraciones a la prensa internacional validando los métodos de tortura, es abordado en el documental El pacto de Adriana, a partir de la relación que Rivas -conocida familiarmente como “la Chani”- ha sostenido a la distancia con su sobrina, Lissette Orozco, quien a la vez es la directora de la película, que este martes fue confirmada oficialmente para tener su debut mundial como parte de Panorama Dokumente, el apartado documental de la sección Panorama del Festival Internacional de Cine de Berlín (la Berlinale), uno de los más prestigiosos del mundo y cuya 67ª edición se realizará entre el 9 y 19 de febrero en la capital alemana.
El pacto de Adriana es el primer largometraje de Orozco, y llegará a la Berlinale luego de un exitoso paso previo internacional en su etapa de desarrollo, siendo reconocido en Corfo 2012 en Chile, en el Tribeca Film Institute (Estados Unidos) en 2015 y siendo elegido mejor pitch en DocsDF (México) en 2015.
En la película, que se estrenará comercialmente en Chile en octubre y que además en estos días fue confirmada como parte de la Competencia de Largometraje Iberoamericano Documental del 32º Festival Internacional de Cine en Guadalajara, que se realizará en marzo, la realizadora desarrolla un complejo proceso interno y familiar, donde son claves las conversaciones a la distancia con su tía: “Aquí revelo a mi familia y sus secretos, la memoria y mi ídola de infancia. Quise llevarlo a cabo a través de un relato íntimo, con una mirada fresca a un pasado oscuro que no viví, pero que aparece como un fantasma sobre mi presente”.
La propia directora cuenta cómo ha sido desarrollar este proyecto documental tan personal: “De niña tuve una ídola: mi tía Adriana. En 2007 la tomaron detenida y me enteré que en su juventud trabajó para la DINA, la policía secreta de Pinochet. Tiempo después, ya en democracia, se fugó del país mientras enfrentaba un proceso judicial por el asesinato de un importante dirigente comunista. Hoy mi tía vive una pesadilla. En Australia los residentes chilenos piden su extradición y marchan en su contra. El caso se ha vuelto mediático. No me di cuenta cómo me involucré en su terrible pasado y ahora soy parte de su delirante presente. He tenido un acceso privilegiado a los victimarios de la dictadura, y a través de esta película estoy dispuesta a llegar a las últimas consecuencias para conocer la verdad y saber quién es realmente mi tía Adriana”.
De acuerdo a las declaraciones judiciales de Jorgelino Vergara, presentes en el libro La Danza de los cuervos de Javier Rebolledo, hablar de la Chani es hablar de temido cuartel Simón Bolívar, un centro de exterminio donde ningún detenido salía vivo. En él los agentes celebraban navidades, asados y competencias deportivas, mientras paralelamente desplegaban las mayores brutalidades de la dictadura: aplicaban corriente hasta la muerte, golpeaban a los detenidos con palos hasta romperles todos los huesos y "sopleataban" los rostros y manos de los cadáveres para borrar huellas, entre otros procedimientos de máxima crueldad.
Tras escapar a Australia, la Chani declaró a los medios que recordaba su paso por la Dina, como los mejores años de su vida. “Por supuesto, fue excitante, viajando en limosinas y quedándose en los mejores hoteles del país”. Respecto a la tortura declaró: "“Tenían que quebrar a las personas. Ha pasado alrededor de todo el mundo no sólo en Chile”.
Berlinale
Considerado uno de los certámenes fílmicos más importantes del mundo, con una tradición de más de seis décadas, el Festival de Berlín ha sido una importante plataforma para el cine chileno reciente, tanto en la competencia oficial como en secciones paralelas como Panorama, Forum y Generation. Salvo una excepción tan destacada como el documental “El botón de nácar” de Patricio Guzmán (Oso de Plata al mejor guión en 2015), en lo que respecta a las producciones de nuestro país este espacio ha estado mayormente reservado a la ficción, y los hitos van desde el Oso de Plata en 1992 para “La frontera”, de Ricardo Larraín, hasta nuevos premios en los últimos años para películas como “El club”, “Rara” y “Nunca vas a estar solo”, además de la positiva recepción para trabajos como “Aquí no ha pasado nada” y el mediático Oso de Plata a la mejor actriz en 2013 para Paulina García por “Gloria”, de Sebastián Lelio, realizador que regresa precisamente este año a la competencia oficial del festival con el estreno mundial de su más reciente largometraje, “Una mujer fantástica”.
En su edición 2017, Panorama Dokumente incluirá trabajos recientes de realizadores como Fernando León de Aranoa y la elogiada “I am not your Negro” de Raoul Peck. “El pacto de Adriana” fue uno de los 15 títulos confirmados oficialmente este martes por la Berlinale, que incluyen los estrenos mundiales de producciones de países como Alemania, Brasil, Estados Unidos, Francia e Inglaterra, dirigidas por reconocidos cineastas como Romuald Karmakar y João Moreira Salles
“Quedar seleccionada en Berlín con mi ópera prima es como el sueño de cualquier cineasta”, comenta la directora Lissette Orozco. “En esta película decidí trabajar una historia personal, entré a un lugar complejo, incluyendo los valores y secretos familiares, la memoria y la reconstrucción de la figura de un ser querido que se va desmoronando. Es un largometraje al cual le dediqué cinco años de mi vida, y ha sido un proceso duro, honesto, de transformación y de paso del tiempo, por lo que es una enorme satisfacción que Berlín lo haya valorado. Y por la temática que aborda, siento que tengo una responsabilidad representando a las nuevas generaciones, donde mi objetivo principal es hablar y reflexionar sobre nuestro pasado, para crecer en nuestro presente y luchar por ese nunca más en Chile”.
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