Es llamado a ser un centro de salud de lujo y está pronto a iniciar sus actividades. Pero el nuevo Hospital de Antofagasta parece no escaparse al historial de deficiencias que vivieron sus pares de Maipú o La Florida. Al menos, esta vez, las advertencias están hechas a tiempo: la Contraloría advirtió la instalación irregular de cañerías que no son lo que dicen ser, que ni siquiera están certificadas y que a los responsables no se les han cursado las multas correspondientes. Se ordenó el cambio del material y sumarios para determinar eventuales responsabilidades.
Por Pablo Álvarez Y. / Francisco Parra / 05.07.2017
“A marzo de 2018, 21 hospitales quedarán construidos. (…) Y están en plena ejecución los hospitales de Antofagasta, Calama, Ovalle, Gustavo Fricke, Chimbarongo, Florida, Pitrufquén, Carahue, Cunco, Quilacahuín y San Juan de la Costa, así como el Hospital de Cochrane”, dijo el 1 de junio la presidenta Michelle Bachelet durante la última cuenta pública de su gobierno, donde ratificó su promesa de campaña de los 20 recintos construidos, 20 licitados y 20 en edificación.
Es una promesa cuesta arriba, pues en tres años el gobierno apenas ha cumplido un 45%. Pero ni siquiera dentro de esa cifra todo anda como debería.
Es el caso del nuevo Hospital de Antofagasta, iniciativa de más de 140 mil millones de pesos que, a pesar de que ya tiene alrededor de un 96% de avance en sus obras y de que debe iniciar su puesta en marcha provisoria el segundo semestre de este año, quedó en entredicho tras un duro informe de la Contraloría General de la República.
(Ver reportaje de El Desconcierto: Las irregularidades que tienen en la mira al hospital concesionado de Antofagasta).
Son al menos 8 las observaciones que hizo el órgano fiscalizador a la obra. Entre ellas, determinó que tuberías de distintos diámetros instaladas en el proyecto concesionado no cuentan con una certificación correspondiente ni con la autorización de la Superintendencia de Servicios Sanitarios; que hay eventuales irregularidades administrativas a la hora de utilizar materiales no certificados; y una observación de alta complejidad respecto a que no existen documentos que acrediten la aplicación de las correspondientes multas a la sociedad responsable de la concesión: Sociedad Concesionaria Salud Siglo XXI, conformada por la empresa española Sacyr y la estadounidense SNC Lavalin Capital.
Ad portas de la Puesta en Marcha Provisoria (PSP), la Contraloría requirió a la empresa a presentar documentos que acrediten la certificación de los materiales que se han aplicado en la obra, el retiro de accesorios y otros materiales irregulares. Además indicó al Ministerio de Obras Públicas realizar una serie de sumarios administrativos por las faltas en las que se ha incurrido.
La investigación se realizó a partir de una denuncia a la Contraloría realizada por la diputada radical por la zona Marcela Hernando en abril del año pasado, sobre las irregularidades en el futuro Hospital de Antofagasta. Desde ese entonces que en el Ministerio de Obras Públicas están en conocimiento de las denuncias relativas al material de las tuberías,
“Estas irregularidades no debieron haber ocurrido nunca. Ahora, si estas denuncias se hubiesen hecho en otros hospitales no habríamos tenido los problemas que tuvimos por ejemplo en La Florida o en Rancagua”, asegura Hernando.
La Contraloría fijó 60 días hábiles desde el 6 junio para que se acrediten asuntos como el reemplazo y certificación de las tuberías utilizadas en el proyecto, el cobro de multas a la empresa concesionaria, solución a las juntas flexibles que absorben movimientos sísmicos, entre otros.
El plazo para entregar antecedentes que acrediten la instrucción de un procedimiento de disciplinario para determinar eventuales responsabilidades administrativas, en tanto, es de 15 días hábiles.
La multicapa que no es
En noviembre de 2013, la Sociedad Concesionaria Salud Siglo XXI a cargo de la construcción del Hospital de Antofagasta acreditó el cambio de cañerías de cobre del proyecto inicial a otras del material polipropileno con fibra de vidrio. Estas, que transportarán el agua potable fría y caliente en el futuro recinto hospitalario, destacarían por mejor comportamiento ante corrosión, ataques químicos, mejor sanitización por choque térmico, durabilidad y mejor rendimiento de montaje.
El cambio de material fue aprobado por la Inspección Fiscal -el representante del Ministerio de Obras Públicas en la obra en construcción. Pero según informó este medio en septiembre pasado, nunca se instaló el material descrito en las bases del proyecto en el Hospital.
El informe de Contraloría confirma que no hay nada que acredite que la tubería multicapa de polipropileno instalada en Antofagasta tenga fibra. “Las tuberías de diámetro de 200 y 250 mm para la red de agua potable, fría y caliente, no poseían las tres capas aludidas, por lo que dicho material no se ajustó a los requerimiento de las especificaciones técnicas determinadas en el citado proyecto”, dice el documento, además de entregar plazo de 60 días para efectuar el cambio.
El órgano contralor también da cuenta de que las tuberías instaladas no cuentan con la certificación correspondiente de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, cuestión necesaria para cualquier obra en el país. Lo respalda presentando el siguiente cuadro:
Es en aspectos como este en el que se apuntan responsabilidades de la Inspección Fiscal del Hospital, a cargo de Hernán Marambio. La Contraloría señala que “tampoco se tuvieron antecedentes a la vista que dieran cuenta que la IF haya exigido la certificación del material puesto en la construcción”.
El informe también apunta directamente a la Inspección Fiscal del Hospital, a cargo de Hernán Marambio, por no efectuar las multas correspondientes a la Sociedad Concesionaria por instalar tuberías que difieren de lo especificado, estando en conocimiento de la situación.
Este es el detalle de las multas que se debieron haber aplicado:
Respecto a las responsabilidades de la Inspección Fiscal, la diputada Marcela Hernando asegura: “Las inspecciones de obras muchas veces privilegian los resultados más rápidos. Lo preocupante es que tengan la potestad de ir autorizando cambios que en el fondo alteran las bases de licitación. Eso debería estar mucho más reglamentado y no debería ser una sola persona con la responsabilidad de tomar esas decisiones, se presta para muchas vulneraciones”.
“Espero que los sumarios que se vayan a aplicar sean ejemplares”, agrega Hernando, en referencia a la indicación de Contraloría que instiga a la Dirección de Obras Públicas a realizar los sumarios correspondientes.
Ni desde este organismo ni desde la Coordinación de Concesiones respondieron a las solicitudes de entrevista antes del cierre de esta edición. A comienzos de años, consultados sobre las denuncias de la instalación de las cañerías no correspondientes, esa coordinación se excusó asegurando que “no es la entidad responsable de certificar y autorizar dichos materiales”.
El mismo organismo confirmó que el material instalado en Antofagasta, de propiedad de Polifusión y que posee la certificación como si fuese un tricapa Polipropileno – fibra de vidrio – Polipropileno -aunque en la realidad no sea así- también se está instalando en el hospital concesionado Félix Bulnes.
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