By El Clarín de Chile Diciembre 22, 2019
Los ánimos siguen crispados en el Frente Amplio y la aprobación del jueves de la paridad de género, los escaños a los pueblos originales y la lista a los independientes no lograron contenerlos. Las tensiones, que se extienden por toda la coalición, sin duda tienen su centro en Convergencia Social (CS) y en aquel núcleo más duro que lidera Gabriel Boric. La funa que sufrió el diputado el viernes en el Parque Forestal, y que ha sido repudiada por toda la clase política y el establishment parlamentario, no ha cambiado las cosas. Aquella relación que se rompió con el acuerdo constituyente del 15 de noviembre firmada entre cuatro paredes y posteriormente con la aprobación del Frente Amplio de la agenda de seguridad de Piñera, está destrozada y no tiene señales de cambio.
La funa a Gabriel Boric le ha valido el apoyo y la solidaridad de toda la clase política, de la exnueva mayoría y de sus pares del Frente Amplio. Desde la izquierda, la mirada es otra. Se trata de un mal rato, de una provocación del parlamentario, de una prueba que le salió muy mal. Lo que ha hecho Boric en la Cámara tal vez es útil para otros tiempos. En la actualidad, con el pueblo movilizado y desesperado por respuestas, Boric ha sido no solo errático y ambiguo, sino que ha hecho jugadas que van en contra de la población en las calles. El voto a favor de la agenda de seguridad no la olvidarán las bases del Frente Amplio, o los centenares de compañeros de CS y de Izquierda Libertaria que dejaron el FA.
La funa, que es una expresión del sentir de un pueblo movilizado, ha tenido también sus efectos en las antiguas bases del FA. El siguiente es un texto, una reflexión, que expresa la enorme brecha que el diputado y su núcleo central ha abierto entre el espacio parlamentario y la calle. Las dimensiones son, en este momento, abismales.
Gabriel Boric se instaló a legislar del lado opuesto al pueblo. Cuando te declaran la guerra, te matan, mutilan o violan existen dos bandos, los que apoyan al Estado asesino y los que se deben defender del Estado asesino. En un contexto democrático “normal” probablemente condenaria la funa, pero hoy, cuando las decisiones políticas cuestan vidas, presos y torturas, los “errores” son agresiones contra los oprimidos.
Tampoco le sacaron la cresta o acuchillaron. Kast en una situación similar capaz que no saliera vivo o muy mal parado. Boric se quedó incólume, arrogante, para hacerse la víctima. Si quiere el perdón de la calle y el pueblo tendrá que trabajar duro para eso, y sólo el tiempo con tiempo lo logrará. En vez de estar analizando que por primera vez se produce desde los tiempos de pipiolos y pelucones un quiebre de la derecha gobernante y una eventual alianza entre la UDI y el partido de JAK que podrían llegar a levantar juntos una candidatura del fascismo en las próximas elecciones presidenciales, los medios de comunicación aprovechan lo sucedido con Boric para ocultar el momento político que vive la actual coalición de gobierno.
Lamento que le hayan echado ketchup. Pero encuentro mil veces más violento que él haya votado a favor de una ley criminal de represión de las manifestaciones, que penaliza con 5 años de cárcel, ponerse un pañuelo en la cara, interrumpir el tránsito o que un poblador se tome un terreno para vivir.
Invito a reflexionar porque esa reacción espontánea de quienes lo insultaron y denigraron física y verbalmente . No fue una funa, él se fue a meter a las patas de los caballos.
Sin duda que le servirá de lección y nunca más firmará acuerdos espúreos con la derecha entre cuatro paredes y a espaldas del pueblo movilizado.
Boric con el respaldo de Gael Yeomans, Gonzalo Winter y Diego Ibañez más las y los que quedaron del Comité Central y de la Dirección Nacional de CS terminaron con nuestro proyecto de décadas de conformar un nuevo partido de la izquierda chilena que fuera hoy capaz de darle conducción al Frente Amplio.
Convergencia Social es hoy un muerto caminando.
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