La reunión coincide con
momentos en que la agenda del gobierno intenta calmar los ánimos del
sector privado en medio de la desaceleración económica, sector donde
Correa posee extensas e influyentes redes.
El dispositivo se debía a la presencia del ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, quien llegó hasta el sexto piso del edificio numerado en el 2081, donde se ubica el departamento de Ernesto Ottone, ex asesor de Ricardo Lagos, orejero de Michelle Bachelet y uno de los símbolos del establishment y la transición.
La cita contó con otro asistente: Enrique Correa, dueño de la empresa de lobby y comunicación estratégica, Imaginaccion.
Según el llamado de un vecino, quien pidió reserva de su identidad, Correa y Peñailillo habían ido por separado al edificio de Ottone, pero esta fue la primera vez que había visto que ambos coincidieran.
Al ser consultado por la reunión, Ernesto Ottone dijo que “no pueden llamarme para hacerme estas preguntas, esto parece el régimen nazi, o sea, ¿estoy bajo vigilancia? No voy a decir nada sobre esto”.
La reunión coincide con momentos en que la agenda del gobierno intenta calmar los ánimos del sector privado en medio de la desaceleración económica, sector donde Correa posee extensas e influyentes redes.
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