Escribo con el corazón apretado y mucha pena.
Triste
pero entero, pues nos queda aún mucho por hacer y es una obligación no
desmayar ante esta y otras desgracias. Otro de los nuestros nos ha
dejado.
En
la madrugada del 18 de agosto falleció, a los 101 años, nuestro
compañero y amigo Juan Ignacio Muñoz Canales, luego de una larga y
penosa enfermedad.
En
una fría mañana, en la comuna de Peñaflor, despedimos a quien fuera uno
de los primeros agitadores sindicales de nuestro gremio en tiempos de
dictadura y que profesionalmente formó a muchos de los que, por ese
entonces, nos iniciábamos en el trabajo de restaurantes.
Junto
a Juan, Pancho Venegas y otros militantes de la vida y la libertad,
distribuimos el material educativo de la CTGACH, repartimos la prensa
obrera y de clase, por entonces proscrita y verdadera educadora y
defensora de los derechos de los trabajadores, y nos las ingeniábamos
para tirar panfletos por entre los vehículos en la Alameda, mientras la
atravesábamos de lado a lado.
Seguro
que hubo muchos y muchas mejores que él en el trabajo sindical de
nuestro gremio, pero pocos se mantuvieron fieles a la organización, más
allá del paso de los años. El querido “viejo” Muñoz nunca dejó de estar
cuando fue convocado y si bien se le fue haciendo cada vez mas difícil
acompañarnos, siempre se las ingeniaba para hacernos saber de su
compromiso y cariño incondicional.
Cuando
cumplimos 30 años de vida, reunimos a muchos de los que hicieron el
camino de construcción de la organización primaria. Fue un agrado verles
compartir, conversar, con dirigentes jóvenes, constatar que pese a sus
años, mantenían intacta su convicción e ideas. Juanito estuvo ahí esa
noche y quedó testimonio fotográfico de ello.
Pudimos
reconocerle en vida su entrega desinteresada y anónima. Y es que nunca
ocupó cargos directivos ni demandó retribución de ningún tipo. Estuvo
con la organización porque lo consideraban un deber y así le
recordaremos por siempre.
La
partida de nuestros viejos pone ante nosotros un hermoso desafío. Hacer
de la organización sindical una prolongación de la familia, ayudarnos
cada vez que se requiera y por sobre todo desarrollar las herramientas
que nos permitan hacer entender a la gran mayoría que nada se logra sin
lucha.
En
eso Juan Muñoz Canales siempre estuvo claro. Nosotros también lo
estamos, por eso es que la perdida no nos doblega, al contrario, nos
motiva e impulsa a seguir adelante.
En el Pulso anterior escribimos sobre el drama que viven día a día nuestros viejos.
Se
nos olvidó decir que ignorarles y no reconocer el aporte que muchos
hicieron a la causa del movimiento sindical, también es una forma de
abandono.
¿Cuántos,
que fueron pilares en la concreción de un sueño y pusieron hasta lo que
no tenían para mantener vigente una organización, hoy día ni siquiera
son recordados?
Es
el tiempo del reflujo, del abandono de las ideas, del acomodo pero,
como antes sucediera, tales cuestiones no serán permanentes. Se aproxima
el momento en que desde las cenizas comenzará a renacer la clase,
retomará sus banderas y reconocerá en todos los que nunca claudicaron, a
sus lideres y guías.
Hasta
entonces se trata de no perder las ganas de luchar, seguir junto a los
que están en huelga, ayudar a quienes quieren organizarse, salir a la
calle a entregar material de educación, avanzar en estructura y
propuestas.
Los
trabajadores deben entender que reformas y cambios laborales acordados
con los mismos que han apoyado a los explotadores, no son solución
alguna.
El
único camino es construir las propuestas desde la organización de base,
porque eso asegura la defensa de las mismas. Y dicha construcción debe
ir de menos a más, sin saltarse etapas, solidificando cada avance.
No
se trata solo de sueños escritos, se trata de construir organización y
reflejar en ésta lo justo de las demandas del colectivo.
Por
eso y aunque nos falta mucho todavía para llegar a lo optimo, queremos
saludar a los sindicatos en la IX y XII Regiones quienes han culminado, o
se encuentran a punto de hacerlo, las asambleas Congreso, que son
encuentros donde se analizan el accionar de la organización y los
avances futuros. Entre Agosto y Octubre se realizaran dichas asambleas
en la Región Metropolitana y demás regiones, para culminar este año con
los encuentros zonales de dirigentes, donde se analizaran las
coincidencias y acuerdos de los distintos sindicatos en torno al
documento central, así como las propuestas que se presentaran a la
etapa final del XII Congreso, que se realizará a fines de abril de 2015.
Recientemente
se han hecho 2 presentaciones de proyectos de ley en la oficina
respectiva de la Cámara de Diputados, relativas a reformas urgentes al
Código del Trabajo.
Independiente
del resultado que podrán tener (solo con una gran fuerza propia
podremos presionar efectivamente por que se discutan y avancen hasta
llegar a ser leyes) es importante dejar sentado que se trata de
propuestas nacidas en la discusión de nuestro Congreso anterior,
relativas a cuestiones muy básicas que sin embargo no están reconocidas.
Pago de los sueldos cada 30 días, no mas notarios que certifiquen
finiquitos, fijar con claridad beneficios como la colación diaria, la
movilización y la entrega de uniformes, entre otras.
La
tarea principal es instalarlas en los contratos colectivos de trabajo,
pero es bueno resaltar, que dichas presentaciones son fruto del trabajo,
de la discusión de dirigentes y trabajadores.
Por
estos días se hace espacio una costumbre algo idiota, propia de los
tiempos que corren. Se trata de personajes y personajillos que se
empapan con agua, hacen aportes a una iniciativa puntual y desafían a
otros a hacer lo mismo. Lo hacen en algunos países desarrollados, aunque
ninguno de los que se empapa en agua, demanda por el termino de la
hambruna en Africa, el cese de la matanza de niños palestinos, que se
termine con la emisión de contaminantes que están envenenando el aire,
la sobreexplotación de los recursos naturales y un largo etcétera de
exigencias que podrían beneficiar al mundo entero, especialmente a
aquellos países que son victimas de la ferocidad del capital. Como no
podía ser de otra manera, aparecen ya en Chile los emuladores.
¿Porque
mejor los ricos, los grandes sueldos mensuales, asquerosamente grandes
para lo que es el común de los chilenos, no se ponen de acuerdo y
comienza a hacer aportes para que se construyan mas casas, o mas y
mejores hospitales en los que pueda ser atendida con prontitud y
diligencia los ciudadanos, mas allá del nivel de ingresos que tengan?.
Por
ultimo si tiene ganas de mojarse aquí en Chile las figuras y figurines,
¿por que no lo hacen en seco y el agua que derramarían la juntan y la
llevan a lugares poblados de nuestro país que arrastran por años sequías
que apenas permiten sobrevivir?.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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