BORDANDO LA MEMORIA
“Por detrás de mi voz
escucha escucha otra
voz canta viene
de atrás de lejos viene de sepultadas bocas y canta”
( Canción “Otra voz canta”-
Daniel Viglietti)
La aberrante desaparición de luchadores y luchadoras
populares implementada por los distintos regímenes dictatoriales en América
Latina, desde los años sesenta en adelante, da cuenta de que no se trata de un
fenómeno parcial o circunscrito a un determinado país, sino que forma parte de
un adoctrinamiento general de las Fuerzas Armadas Latinoamericanas, en lo que
se denomina la Doctrina de la Seguridad Nacional, disciplina impartida por
EEUU, que en su parte medular plantea el concepto de guerra subversiva y
enemigo interno, al cual es necesario
“neutralizar” aplicando políticas represivas de las más diversas índoles
incluyendo la cárcel, la tortura y el
asesinato. Pero como la crueldad no tiene límites, también se hicieron
desaparecer los cuerpos, ya sea en fosas clandestinas, incinerándolos o
lanzándolos al mar, lo que además tiene por objetivo infundir miedo a la
población en general, como parte del terrorismo de estado derivado de esta
doctrina.
Los familiares de las y los desparecidos se organizaron para
luchar y buscar respuestas, exigiendo el esclarecimiento de la verdad, pero al
mismo tiempo la justicia y el castigo, lucha que hasta el día de hoy sigue
adelante, ya que son muy pocos los casos que se han podido resolver en forma
positiva.
El Día Internacional del Detenido Desaparecido surgió como
una iniciativa impulsada por la Federación Latinoamericana de Asociaciones de
Familiares de Detenidos Desaparecidos (FEDEFAM) a partir del año 1981 y sólo a
partir del año 2010 fue declarado por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), como
el “Día Internacional de las Víctimas de las Desapariciones Forzadas”.
El día miércoles 30 de agosto las Agrupaciones de Derechos
Humanos de Valparaíso realizaron en la Plaza Aníbal Pinto, una actividad en
conmemoración del Día Internacional de las Detenidas y Detenidos Desaparecidos
denominada ”Bordando la memoria”.
A partir de la experiencia del bordado de arpilleras
realizado por la Prisioneras Políticas durante la dictadura cívico militar,
surgió la idea de ir creando talleres y colectivos en distintas localidades del
país para desarrollar un trabajo orientado al rescate de la Memoria. Acá
en Valparaíso la idea se concretó en esta ocasión mediante la confección de
pañuelos rojos sobre los cuales se bordan los nombres de los compañeros y de
las compañeras Detenidas Desaparecidas, pañuelos que no sólo resaltan la
presencia simbólica del nombre bordado en él, sino que además constituye un
elemento presente en las luchas cotidianas por la defensa y conquista de los
derechos del pueblo, en sus más variadas manifestaciones.
Mientras una cantidad importante de pañuelos bordados
flameaban sobre un cordel extendido entre ambas palmeras ubicadas por delante
de la pileta de la plaza, un grupo de compañeras continuaba la labor de seguir
bordando nombres sobre nuevos pañuelos.
Los pañuelos al viento, mecidos por la suave brisa
primaveral, parecían saludar a todas y todos los presentes y transeúntes del
lugar, mientras su reflejo desenfocado sobre las aguas de la pileta nos
recordaba el cruel destino de muchos luchadores y luchadoras populares cuyos
cuerpos fueron lazados a las profundidades marinas atados en trozos de rieles.
Los nombres bordados en los pañuelos representan la opción
de vida de los luchadores y las luchadoras populares, quienes no dudaron en
entregarse llenas de energía en la búsqueda y construcción de una sociedad
solidaria durante el período del gobierno del Compañero Allende, pero también están
los nombres de quienes optaron por la resistencia y la lucha frontal en contra
de la dictadura cívico militar instaurada a partir del 11 de septiembre de
1973.
Dentro de este escenario, que tomó posesión del anfiteatro
de la Plaza Aníbal Pinto, se desarrolló un acto en el que distintos
representantes de organizaciones de Derechos Humanos y Familiares de Detenidos
Desaparecidos entregaron sus testimonios, se recitaron poemas y se realizó
una emotiva representación de la “cueca
sola”.
Estos pañuelos rojos bordados son las banderas de
lucha que debemos recoger para seguir adelante en la búsqueda de la Verdad,
la Justicia y el Castigo de todos los responsables de los crímenes de
lesa humanidad, como también para llevarlos con nosotros en las nuevas luchas
que se desarrollan hoy en día en la defensa y conquista de nuestros derechos
como pueblo.
¡“NO SON SÓLO MEMORIA, SON VIDA ABIERTA, SON CAMINO QUE EMPIEZA Y QUE
NOS LLAMA, CANTAN CONMIGO, CONMIGO CANTAN”!
( Daniel Viglietti)
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 31 de agosto 2016
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