Fue el 12 de noviembre de 2002 el día en que el joven Alex Lemun murió. Tenía 17 años y llevaba una agonía de cinco días conectado a un respirador artificial, que incluyó traslados de hospitales a clínicas y cirugías médicas; sin embargo, la bala que recibió en su cabeza no salió y había dañado un porcentaje importante de masa cerebral.
Quien disparó la escopeta que lo asesinó fue el entonces oficial de Carabineros, Marco Aurelio Treuer Heysen. El 7 de noviembre de ese año, en la comuna de Ercilla, los miembros de la comunidad Montutui Mapu y otras aledañas llevaron a cabo la recuperación de terrenos en el Fundo Santa Alicia, que era propiedad de Forestal Mininco, filial de la empresa CMPC que pertenece al grupo Matte. Por orden de la empresa, el piquete de Carabineros integrado por Treuer y otros dos subalternos sitiaron la zona para desalojar a los comuneros del lugar, lanzaron bombas lacrimógenas y el operativo terminó con la muerte de Lemun.
El caso fue tramitado por la cuarta Fiscalía Militar de Valdivia, y a pesar de que se probó el uso innecesario de fuerza, finalmente se sobreseyó a Treuer en 2003, bajo el argumento de que había actuado en defensa propia. Sin embargo, el pasado viernes 13 de octubre, el vocero de la Corte Suprema, Milton Juica, anunció la decisión del tribunal de reabrir el caso, que ahora será tramitado bajo tribunales de justicia civil. “No aseguramos éxito, pero sí que la investigación se hará de mejor manera”, señaló.
La determinación se adoptó luego de que, en 2006, la familia llevó el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que realizó una solicitud a la justicia chilena, según explicó Juica, para “disponer la reapertura de la investigación y decidir, por ser un civil y un menor de edad, personas que por procedimiento no se le puede llevar a la justicia militar”. El ministro agregó que “se entregó la investigación al Ministerio Público, porque la crítica que había era que no se había hecho una debida investigación en la justicia castrense”.

Versiones contradictorias

El proceso que llevó adelante la justicia militar contó, según representantes de la familia de Lemun, con una serie de declaraciones y testigos que dan cuenta de versiones contradictorias entre los involucrados, e incluso entre miembros del grupo de los uniformados.
Marco Treuer relató que llegó al lugar junto a dos funcionarios policiales y se “percataron que un grupo de mapuches ya estaba muy cerca nuestro y nos seguían atacando con piedras”. Primero, utilizaron una escopeta antidisturbios con balines de goma, pero luego de escuchar el disparo de un arma de fuego, cargó su escopeta con munición de plomo y disparó. La bala llegó a la cabeza con Alex Lemun.
Treuer y sus acompañantes reconocieron que no vieron armas de fuego en manos del grupo mapuche, pero determinaron el sonido como un disparo, por lo que procedieron a actuar con las propias. Las pericias también dieron cuenta de que no habían armas en el lugar ni indicios de ellas, así como tampoco se encontraron restos de pólvora en las manos de Lemun.
El Mayor también detalló que había disparado a baja altura –es decir, de la cintura para abajo– y que, dado que se encontraba a cerca de 100 metros de distancia, no se había percatado de los efectos de su acción. “Después de disparar la escopeta con cartuchos balines de plomo a que aludí, no se vio ninguna persona herida o que cayere sino que continuaron atentando en contra nuestra con la misma intensidad anterior, vale decir no existió ninguna reacción que permitiere pensar que hubo un herido”, declaró.
Sin embargo, las declaraciones de los comuneros que estaban en el lugar contradicen al carabinero. José Neculpan relató que “Alex tiró algunas piedras y recibió un disparo. Al momento que tratábamos de auxiliarlo, los carabineros seguían disparando y al acercarnos a Alex, pude ver que el carabinero se reía de la situación de nuestro amigo lesionado”.
Posterior al crimen, además, el mayor Treuer entregó versiones discordantes a sus subalternos. “El mayor Treuer en ningún momento nos comunicó como grupo que antes de que llegáramos mantuviera un enfrentamiento y que por lo cual debió hacer uso de la escopeta antidisturbios, ni mucho menos dijo que esta acción logró herir a algún comunero”, declaró un carabinero de apellido Vivar que llegó a apoyar el operativo.
A otros uniformados sí les mencionó disturbios, como el caso de otro subalterno de apellido Flores, quien señaló que Treuer le dijo que “sintieron disparos provenientes de los subversores, debió hacer uso de la escopeta antidisturbios en última instancia, no especificando el tipo de munición, ni tampoco mencionó si uno de sus disparos dio a algún mapuche”.

Vínculos con Carabineros

Luego de que la justicia militar absolviera a Marco Treuer, el entonces mayor fue trasladado a Rancagua y fue ascendido al grado de coronel. Tiempo después de su retiro de la institución, fue recontratado en el cargo de subdirector del área odontológica del hospital de Carabineros (HOSCAR).
Lo anterior ha despertado manifestaciones de distintos grupos en la ciudadanía, que se han organizado para “funar” al ex uniformado y criticar que la institución aún mantenga vínculos con Treuer.