Aunque anecdótico, el dato no figuraba hasta ahora en el voluminoso expediente de 40 tomos del caso de Berríos, quien fue sacado de Chile en 1991 hacia Uruguay, para que no declarara en el juicio por el homicidio del ex canciller Orlando Letelier. El general Eugenio Covarrubias, ex director de Inteligencia del Ejército, reveló este viernes que cuando en 1995 informó de la muerte del químico y agente secreto Eugenio Berríos al ya ex dictador Augusto Pinochet, éste preguntó: "¿Tendremos nosotros alguna responsabilidad"?.
Fuente:El Mostrador
"No, mi general, ninguna responsabilidad", le respondió Covarrubias, según dijo hoy durante una audiencia de la etapa probatoria del juicio que lleva el juez Alejandro Madrid.
Covarrubias es uno de los procesados por el secuestro y muerte de Berríos, cuyo cadáver fue descubierto en 1995 en una playa de Uruguay, país en el que vivió desde 1991.
Según el ex director de Inteligencia del Ejército, Berríos estaba acompañado en Uruguay de un equipo de ese organismo.
"¿Y qué le contestó Pinochet, si Berríos había muerto mientras ustedes lo custodiaban?", preguntó entonces el juez a Covarrubias y éste bajó la cabeza y guardó silencio al menos por dos minutos, hasta que con voz entrecortada dijo: "no, su señoría, para no pecar de mentiroso, no me acuerdo lo que me dijo mi general Pinochet".
Aunque anecdótico, el dato no figuraba hasta ahora en el voluminoso expediente de 40 tomos del caso de Berríos, que fue sacado de Chile en 1991 hacia Uruguay, para que no declarara en el juicio por el homicidio del ex canciller Orlando Letelier.
Berríos ha sido señalado como quien fabricó en Chile gas sarín que la policía secreta de la dictadura usó para eliminar opositores y ha sido vinculado también a la muerte, en extrañas circunstancias mientras estaba en una clínica, del ex presidente Eduardo Frei Montalva, en enero de 1982.
La pregunta de Pinochet sobre la responsabilidad en el crimen fue la repetición exacta de la que le hizo al general Manuel Contreras en 1976, jefe de la policía secreta, tras el asesinato en Washington del ex canciller Orlando Letelier.
"No, mi general, ninguna (responsabilidad)", le respondió Contreras, que posteriormente cumplió una condena de siete años como autor intelectual del crimen.
Covarrubias también reveló hoy que la DINE aportó antecedentes a la inteligencia uruguaya para identificar el cadáver de Berríos cuando apareció el 15 de abril de 1995 escondido en la playa El Pinar, cerca de Montevideo, información que tampoco estaba en el expediente, dijeron a Efe abogados de la parte querellante.
Covarrubias entró en contradicción cuando el juez le preguntó por qué no había informado del hallazgo del cadáver de Berríos al gobierno de Chile, que ya había recuperado la democracia.
"Porque nosotros no sabíamos nada de ello, yo me enteré de eso por la prensa", respondió.
El juez, molesto, le hizo ver que solo minutos antes había admitido que la DINE aportó datos sobre Berríos a la inteligencia uruguaya.
También compareció hoy el ex mayor Arturo Silva Valdés, procesado como uno de los autores materiales del homicidio, que de forma tajante y en alta dijo: "yo no conozco al señor Berríos".
El juez le recordó entonces que en el juicio declaró que en 1991 esperó a Berríos en Buenos Aires, cuando fue sacado de Chile clandestinamente y con identidad falsa y lo condujo a la ciudad uruguaya de Colonia y desde allí en autobús a Montevideo.
"¿Cómo que no lo conoce?", le espetó el juez a Silva, quien respondió, con voz más baja: "es que yo lo conocí sólo unos días antes, cuando lo tenían en Santiago en el Batallón de Inteligencia del Ejército"
En el juicio se encuentran procesados por asociación ilícita los coroneles del Ejército uruguayo Tomás Casella, Wellington Sarli y Eduardo Radaelli, el primero retirado y los otros dos en actividad, que fueron extraditados a Chile.
También los generales retirados chilenos Hernán Ramírez Rurange y Eugenio Covarrubias, así como los ex mayores del Ejército Arturo Silva Valdés y Jaime Torres Gacitúa, estos últimos como presuntos autores materiales del secuestro y homicidio.
Hoy se confirmó que el juez Madrid ha recibido amenazas, por lo cual se le proporcionó protección policial
Covarrubias es uno de los procesados por el secuestro y muerte de Berríos, cuyo cadáver fue descubierto en 1995 en una playa de Uruguay, país en el que vivió desde 1991.
Según el ex director de Inteligencia del Ejército, Berríos estaba acompañado en Uruguay de un equipo de ese organismo.
"¿Y qué le contestó Pinochet, si Berríos había muerto mientras ustedes lo custodiaban?", preguntó entonces el juez a Covarrubias y éste bajó la cabeza y guardó silencio al menos por dos minutos, hasta que con voz entrecortada dijo: "no, su señoría, para no pecar de mentiroso, no me acuerdo lo que me dijo mi general Pinochet".
Aunque anecdótico, el dato no figuraba hasta ahora en el voluminoso expediente de 40 tomos del caso de Berríos, que fue sacado de Chile en 1991 hacia Uruguay, para que no declarara en el juicio por el homicidio del ex canciller Orlando Letelier.
Berríos ha sido señalado como quien fabricó en Chile gas sarín que la policía secreta de la dictadura usó para eliminar opositores y ha sido vinculado también a la muerte, en extrañas circunstancias mientras estaba en una clínica, del ex presidente Eduardo Frei Montalva, en enero de 1982.
La pregunta de Pinochet sobre la responsabilidad en el crimen fue la repetición exacta de la que le hizo al general Manuel Contreras en 1976, jefe de la policía secreta, tras el asesinato en Washington del ex canciller Orlando Letelier.
"No, mi general, ninguna (responsabilidad)", le respondió Contreras, que posteriormente cumplió una condena de siete años como autor intelectual del crimen.
Covarrubias también reveló hoy que la DINE aportó antecedentes a la inteligencia uruguaya para identificar el cadáver de Berríos cuando apareció el 15 de abril de 1995 escondido en la playa El Pinar, cerca de Montevideo, información que tampoco estaba en el expediente, dijeron a Efe abogados de la parte querellante.
Covarrubias entró en contradicción cuando el juez le preguntó por qué no había informado del hallazgo del cadáver de Berríos al gobierno de Chile, que ya había recuperado la democracia.
"Porque nosotros no sabíamos nada de ello, yo me enteré de eso por la prensa", respondió.
El juez, molesto, le hizo ver que solo minutos antes había admitido que la DINE aportó datos sobre Berríos a la inteligencia uruguaya.
También compareció hoy el ex mayor Arturo Silva Valdés, procesado como uno de los autores materiales del homicidio, que de forma tajante y en alta dijo: "yo no conozco al señor Berríos".
El juez le recordó entonces que en el juicio declaró que en 1991 esperó a Berríos en Buenos Aires, cuando fue sacado de Chile clandestinamente y con identidad falsa y lo condujo a la ciudad uruguaya de Colonia y desde allí en autobús a Montevideo.
"¿Cómo que no lo conoce?", le espetó el juez a Silva, quien respondió, con voz más baja: "es que yo lo conocí sólo unos días antes, cuando lo tenían en Santiago en el Batallón de Inteligencia del Ejército"
En el juicio se encuentran procesados por asociación ilícita los coroneles del Ejército uruguayo Tomás Casella, Wellington Sarli y Eduardo Radaelli, el primero retirado y los otros dos en actividad, que fueron extraditados a Chile.
También los generales retirados chilenos Hernán Ramírez Rurange y Eugenio Covarrubias, así como los ex mayores del Ejército Arturo Silva Valdés y Jaime Torres Gacitúa, estos últimos como presuntos autores materiales del secuestro y homicidio.
Hoy se confirmó que el juez Madrid ha recibido amenazas, por lo cual se le proporcionó protección policial
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